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22-Sospechosa

bueno, a ver esas cabecitas qué conclusiones sacan hoy...

Me encanta cuando comentais vuestras teorías jajaja. Qué narices, me encanta que comentéis, aunque sea una carita con ojitos de corazones jajaja

Quiero muchos comentarios, muchos. Y sí, pido mucho, lo sé... Pero me hace ilusión!!! Así de paso me animáis un poquito el día. Bueno, la noche.


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LENA

Me desperté sobresaltada. Había soñado que Kara me llamaba, gritando. Era un grito desgarrador, de angustia...

-Kara: ¡¡LENA!!

No, no era un sueño. Kara realmente estaba gritando, y realmente sonaba a un grito de angustia. Venía del cuarto de Katie. Me levanté y fui corriendo. Vi a Kara en el suelo, sentada al lado de la cuna, llorando.

-Lena: Kara, amor, ¿qué pasa...? –corrí hacia ella y miré en la cuna. Vacía – Kara, ¿y Katie...?

-Kara: No está... No la escuché llorar... Vine a ver qué pasaba y... No está, Lena... - dijo, agarrándose a mí con fuerza.

-Lena: Espera aquí, no te muevas.... – dije, haciendo que me soltara y buscando a Katie por toda la casa. Por si acaso, quien la tenía, seguía allí. Vi la puerta de entrada abierta. Entonces la realidad me golpeó de lleno. Se habían llevado a Katie.

Volví corriendo con Kara, que seguía en la misma posición. Ahora también temblaba. La abracé y lloramos juntas durante un buen rato. Hasta que comprendí que debíamos actuar deprisa.

-Lena: Kara, cariño, mírame... - dije, cogiendo su rostro entre mis manos. –Voy a llamar a Alex, ¿de acuerdo? No toques nada... Tendrán que recoger pruebas.

-Kara: No te vayas... - dijo sujetándose a mí como si su vida dependiera de ello.

-Lena: Voy a por el teléfono... Está bien, ven conmigo, iremos al salón... - dije. No se movía – Kara, por favor, cielo...

Tuve que levantarla y casi obligarla a caminar hasta el salón. La dejé sentada en el salón y corrí a buscar mi teléfono, volviendo con Kara. Busqué el número de Alex y marqué.

-Alex: ¿Lena...? – dijo, con voz de dormida – Son las cuatro de la mañana... ¿pasa algo?

-Lena: Tienes que venir a casa enseguida, Alex. Se han llevado a Katie.

-Alex: ¿Cómo que se han llevado a Katie?

-Lena: Alguien entró y se la llevó. Alex, tienes que venir, por favor...

-Alex: Iremos enseguida.... Sam... Despierta...- escuché que decía.

-Lena: Gracias. – dije colgando – Kara...

Kara miraba al suelo, con la mirada perdida, sin dejar de llorar y temblando. Fui a buscar una manta y la tapé, abrazándola. Podía sentir su corazón acelerado, y me preocupaba.

Alex y Sam llegaron veinte minutos después, con Ruby.

-Alex: Lena...

-Lena: Aquí... - dije.

Alex se acercó y miró a su hermana.

-Alex: ¿Qué ha pasado? – se agachó – Kara...

-Lena: No consigo que reaccione. Lleva así veinte minutos. Está muy alterada, no deja de temblar...

-Alex: He pedido un equipo y una patrulla, llegarán enseguida. Pediré un médico. Ni tú ni yo estamos en condiciones de atender a Kara. – dijo levantándose y alejándose. Sam y Ruby nos miraban, apenadas, sin saber qué decir.

-Lena: Kara, cielo.... ¿Llamo a tu madre? Kara...

Cuando Alex volvió, le pedí que se quedase con Kara y salí del salón para llamar a Eliza, a mis padres, mi hermano y a Winn y a Nia.

La casa se llenó de gente poco después. Eliza, mi madre y Nia, intentaban hacer reaccionar a Kara. Alex, mi padre y mi hermano, hablaban con los compañeros de Alex.

Alex se acercó a mí.

-Alex: Lena... Por lo que hemos descubierto hasta ahora, la cerradura no ha sido forzada y la puerta ha sido abierta con una llave. Los sistemas de alarma y las cámaras han sido desconectados. Seguiremos recogiendo huellas y pruebas, pero parece un trabajo muy profesional...

-Lena: Bien, gracias... - dije acercándome de nuevo a Kara. Eliza la acunaba entre sus brazos y Kara abrazaba con fuerza uno de los cojines del sofá. – Cariño.... – dije sonriéndola, intentando parecer tranquila.

-Kara: ¿La has encontrado...? ¿Tienes a Katie...?

-Lena: No, aún no, pero vamos a...

-Kara: ¡Pues búscala!- me gritó, apartándose de su madre e incorporándose - ¡¿Por qué nadie la busca, por qué estáis todos quietos?!

-Lena: Cariño, tranquila...

-Kara: ¡¿Tranquila?!Se han llevado a mi hija, Lena, no puedo estar tranquila! ¡ Y mientras ella está... por ahí... con quién sabe qué clase de gente.... Vosotros estáis aquí, sin hacer nada!

-Lena: La policía ya se está ocupando – dije, sujetándola por los hombros. Kara me apartó de un manotazo y me miró, completamente rota. En ese momento, vi cómo se llevaba la mano al pecho y le costaba respirar. Estaba teniendo un ataque de ansiedad. – Alex....

Alex hizo un gesto y, el médico que había pedido, se acercó a Kara, pero ella no dejaba que nadie la tocase. Entre Lex y mi padre tuvieron que sujetarla para que el médico pudiese inyectarle un calmante a Kara. Cuando empezó a hacer efecto, Lex la cogió en brazos y la llevó a nuestro cuarto, dejándola sobre la cama.

-Lena: Gracias Lex... Me quedaré con ella... - dije, tumbándome a su lado y abrazándola lo más fuerte que podía. Noté que Kara cogía mi mano.

-Lex: Estaremos fuera...

-Lena: Bien... - dije besando la cabeza de Kara – Tranquila, cariño, van a encontrarla... - Noté que Kara se encogía, llorando, hasta quedarse dormida un rato después, por efecto del calmante.

KARA

Volví a llamar a Lena y me agaché al lado de la cuna, llorando. Katie no estaba. Se la habían llevado.

Lena entró en el cuarto y se acercó a mí.

-Lena: Kara, amor, ¿qué pasa...? Kara, ¿y Katie...?

-Kara: No está... No la escuché llorar... Vine a ver qué pasaba y... No está, Lena... - dije, agarrándola con fuerza.

-Lena: Espera aquí, no te muevas.... – dijo soltándome y volviendo poco después. Me abrazó y noté que ella también empezaba a llorar.-Kara, cariño, mírame... - dije, cogiendo mi rostro entre sus manos algo después. –Voy a llamar a Alex, ¿de acuerdo? No toques nada... Tendrán que recoger pruebas.

-Kara: No te vayas... - dije, agarrándome a ella con todas mis fuerzas. No quería quedarme sola.

-Lena: Voy a por el teléfono... Está bien, ven conmigo, iremos al salón... Kara, por favor, cielo...

Lena me levantó y me llevó hasta el salón, dejándome sentada en el sofá. Ni si quiera sé cómo fui capaz de caminar hasta allí. Vi que Lena cogía su teléfono y poco después la escuché hablar con Alex.

Yo miraba al suelo. No podía dejar de llorar y empecé a temblar. No sabía si por miedo, o por qué motivo. Mi corazón estaba a mil por hora y sentía que se me saldría del pecho en cualquier momento. En algún momento, Lena me tapó con una manta y se sentó a mi lado, abrazándome.

No sé el tiempo que pasó, no era consciente de nada., Sólo de que Katie no estaba conmigo. Con nosotras.

-Alex: ¿Qué ha pasado? – se agachó – Kara...

Escuché que hablaban entre ellas, pero tampoco prestaba demasiada atención. Mi cabeza sólo repetía un nombre. Katie, Katie, Katie...

-Lena: No consigo que reaccione. Lleva así veinte minutos. Está muy alterada, no deja de temblar...

-Alex: He pedido un equipo y una patrulla, llegarán enseguida. Pediré un médico. Ni tú ni yo estamos en condiciones de atender a Kara. – dijo levantándose y alejándose

-Lena: Kara, cielo.... ¿Llamo a tu madre? Kara...

Cuando alcé un poco la vista, vi que la casa estaba llena de gente. Mi madre, los padres de Lena, su hermano, Nia, Winn, Sam... Pero en ese momento, yo me sentía completamente sola, vacía y perdida.

Vi a Alex hablando con Lena. Mi madre me tenía abrazada y me acunaba como si fuera una niña. Yo había cogido uno de los cojines y lo abrazaba con fuerza, imaginando que era Katie, mi niña... Pero no era ella.

-Kara: ¿La has encontrado...? ¿Tienes a Katie...?

-Lena: No, aún no, pero vamos a...

-Kara: ¡Pues búscala!- grité, levantándome de golpe, furiosa. Quería gritar. Quería encontrar a la persona que se había llevado a mi hija y cortarla en pedacitos. Vi a todo el mundo sentado, o de pie, mirándome, en silencio. Nadie se movía ¿Por qué no se movían? - ¡¿Por qué nadie la busca, por qué estáis todos quietos?!

-Lena: Cariño, tranquila...

-Kara: ¡¿Tranquila?!Se han llevado a mi hija, Lena, no puedo estar tranquila! ¡Y mientras ella está... por ahí... con quién sabe qué clase de gente.... Vosotros estáis aquí, sin hacer nada!- Sabía que ninguna de las personas que estaban allí tenía la culpa de nada, pero no podía controlarme. Necesitaba gritar, culpar a alguien. Pero la culpa era mí, por no haberme levantado a mi hora, por seguir durmiendo.

-Lena: La policía ya se está ocupando – dijo, sujetándome por los hombros. En ese momento sentí que me faltaba el aire, no podía respirar. Me llevé la mano al pecho, intentando coger aire, pero no podía.– Alex....

Un médico intentó acercarse y le aparté, casi con un empujón. Sentí que alguien me sujetaba y que el médico me inyectaba algo. Después, atontada, sentía como que flotaba. Seguramente, alguien me estaba llevando en brazos. Me dejaron sobre la cama.

-Lena: Gracias Lex... Me quedaré con ella... -Dijo. Noté que se tumbaba a mi lado y me abrazaba. Sabía que ella también estaba sufriendo, quería consolarla, pero era incapaz de reaccionar, y me sentía terriblemente cansada. Me pesaban mucho los párpados y no conseguía mantener los ojos abiertos. - Tranquila, cariño, van a encontrarla... - ¿Y si no la encontraban...? Empecé a llorar, sin control.

A la mañana siguiente, abrí los ojos y me quedé mirando a la pared. Escuché ruido, Sentí a Lena besarme y acariciar mi pelo. Después fue el turno de mi madre y de Alex. Lillian, Nia y Sam también intentaron que hablara, pero no tenía ganas. No podía decir nada. Ni siquiera las tonterías de Winn podían animarme esta vez.

-Lena: Vamos al salón, cielo, no te quedes en la cama, venga... - dijo tirando de mí. Acabé levantándome y siguiéndola, sin mirarla. Sólo quería que me dejasen tranquila. Y morirme.

Nadie se había ido, todos seguían allí. Lena me dejó en el sofá. Levanté las piernas y me encogí, haciéndome una bola y abrazándome a mí misma. Demasiada gente. No quería a nadie. Sólo a Lena. Y a mi hija. Los demás me sobraban en ese instante. Pero no iban a irse. Lo mejor era hacer como que no estaban aquí e ignorarlos.

No sé cuánto tiempo pasó. Sólo que mi corazón se había vuelto a disparar, que latía rápidamente y que, de seguir así, acabaría con otro ataque de ansiedad. Pero por más que lo intentaba, no podía calmarme. Escuché que la puerta se abría y que alguien entraba en el salón.

-Kara: ¡¿Qué haces tú aquí?! – grité.

LENA

A la mañana siguiente, sentí a Kara despertarse. Pero no habló, ni se movió. La besé y acaricié su pelo, pero no obtuve respuesta de su parte. Mientras me duchaba, Eliza y Alex trataron de hablar con ella, pero cuando volví, sólo me dijeron que seguía igual. Después lo intentaron Sam y mi madre. Y Nia trató de convencerla para que se levantara. Nada.

-Lena: Vamos al salón, cielo, no te quedes en la cama, venga... - dije tirando de ella hasta que conseguí que se levantara y la llevé hasta el salón. Aunque Kara seguía ausente.

Mis padres, Eliza, Alex... Todo el mundo estaba en el salón. Nadie se había ido, nadie quería que Kara estuviese sola. Dejé a Kara en el sofá y la vi encogerse y abrazarse a sí misma, sin mirar a nadie, sólo al suelo, o a la pared que tenía en frente.

Un rato después, escuché que la puerta se abría. Me resultó extraño, ya que todo el mundo que podría tener una copia de la llave, estaba allí. Entonces, algo hizo que Kara reaccionara. O más bien... Alguien.

-Kara: ¡¿Qué haces tú aquí?! – gritó.

-Diana: Pero bueno, qué recibimiento, cuánta gente...

-Lena: ¿Qué haces aquí, Diana? ¿Y por qué tienes una copia de la llave?

-Diana: Ah, le dije al portero que era tu amiga y me iba a mudar contigo un tiempo. Me dejó la llave para hacer una copia sin problemas.

-Lex: Tendréis que cambiar de portero. Ese tío es un incompetente... - dijo, levantándose y acercándose a mí.

-Lena: ¿A qué has venido?

-Diana: He venido por ti, mi vida... - dijo acercándose y besándome. Me aparté rápidamente y miré a Kara. Seguía mirando al suelo.

-Lena: Vete.

-Diana: ¿Qué le pasa a la poca cosa...? Parece un zombie. En serio, no sé cómo puede gustarte. Mírala, está horrible.

-Lillian: Ella estará horrible, pero tú eres horrible, Diana.

-Diana: ¡Suegra! – dijo queriendo abrazar a mi madre, aunque ella la apartó de un empujón.

-Lillian: Lárgate y deja a mi hija en paz...

-Diana: Pero yo la quiero... Sólo quiero que me perdone por haber sido una estúpida y que vuelva conmigo. Nos lo pasábamos muy bien juntas, ¿verdad Lenita?

-Lillian: ¿Es que no le hiciste ya bastante daño a mi hija, que vuelves buscando más?

-Diana: Sólo quiero lo mejor para Lena...

-Lex: Eso ya lo tiene....

-Diana: ¿Quién, la poca cosa? – señaló a Kara - ¿Qué le pasa, se está muriendo? Parece un fantasma.

-Eliza: Deja de insultar a mi hija... - dijo acercándose.

-Diana: Sólo digo lo que veo... - miró a Kara - ¿Dónde está tu relleno, aceituna?

-Lena: ¡Bueno, ya está bien, Diana, márchate!

-Lionel: No te preocupes, hija, si no se va, ya la saco yo a patadas....

-Diana: Estarías mejor sin esa poca cosa y su bebé llorón.

-Alex: ¿Eso es una amenaza?

En ese momento, todos miramos a Kara, que se había levantado del sofá. Caminó hacia Diana y le dio un fuerte bofetón.

-Kara: ¿Dónde está mi hija?

-Diana: ¿Qué...? Oye, Lena, deberías ponerle un collar a la perra.

Kara le dio otro bofetón.

-Kara: ¿Y mi hija? – repitió, mirándola con rabia. Si hubiese sido posible, seguramente Kara habría lanzado rayos por los ojos y habría dejado solo las cenizas de Diana en el suelo.

-Diana: ¿De qué hablas...?

Otro bofetón.

-Diana: Tú, eres policía, esto es agresión, ¿no vas a detenerla? – preguntó, mirando a Alex.

-Alex: Yo no he visto nada, ¿y vosotros...?

-Todos: No, nada...

-Diana: Está loca...

-Kara: Te presentas aquí, como si nada, abriendo la puerta alegremente con una llave. Lo mismo que hiciste anoche cuando te llevaste a mi hija, ¿verdad?

-Diana: ¡¿Qué?!

-Kara: ¡Tú te la llevaste!

-Lena: Kara, cariño, para... - dije, deteniéndola antes de que le diese otro bofetón de nuevo. – Alex, llévate a esta mujer de mi casa. Ha hecho una copia ilegal de mi llave, y ha entrado en mi casa sin permiso, a saber con qué intenciones. Y quiero poner una denuncia contra ella por insultar a mi mujer.

-Alex: Será un placer – dijo sacando las esposas y poniéndoselas a Diana – Vamos, tú y yo vamos a tener una buena charla.

Alex se la llevó y Kara volvió a derrumbarse, apoyándose en mí y llorando de nuevo.

-Lena: Tranquila, cariño.... Ven... - dije llevándola conmigo al sofá. Me senté e hice que se recostara sobre mí, acariciándola.

ALEX

Me llevé a esa mujer de la casa.

Kara estaba demasiado alterada y, si no me la hubiese llevado, mi hermana haría sido capaz de hacerle la cirugía plástica a base de bofetadas. Un cambio de cara radical.

Si Kara la había acusado, era porque tenía motivos para sospechar de ella. Además, ella misma había admitido que engañó al portero para conseguir una copia de la llave de la casa. ¿Qué le habría impedido entonces haber entrado esa noche y llevarse a Katie?

La metí a la sala de interrogatorios y la hice sentarse, sentándome frente a ella.

-Alex: Bien, esto será más rápido y fácil si eres sincera. Así que empecemos. ¿Cómo te llamas?

-Diana: Diana Prince.

-Alex: ¿Qué hacías en casa de Lena Luthor y Kara Danvers?

-Diana: Sólo quiero que Lena vuelva conmigo...

-Alex: ¿Odias a Kara Danvers?

-Diana: ¿A la poca cosa? Por supuesto. Me está quitando lo que es mío.... Le ha comido la cabeza de alguna manera a Lena.

-Alex: ¿Engañó al portero para conseguir una copia de la llave de la casa de las señoritas Luthor y Danvers?

-Diana: No lo llamaría engaño. Sólo... Un aviso con bastante tiempo de adelanto. Algún día, conseguiré volver a esa casa.

-Alex: ¿Dónde está la niña? – pregunté, apretando los labios.

-Diana: ¿Qué niña?

-Alex: Katherine Lena Luthor... ¿dónde está?

-Diana: ¿Así se llama el relleno...? – dijo, riéndose. Yo empezaba a perder la paciencia.

-Alex: ¡Estás hablando de mi sobrina, así que más respeto! – grité, dando un golpe en la mesa - ¡¿Dónde está Katie?!

-Diana: No lo sé... - dijo desafiante. – Pero mira, si se la han llevado, un estorbo menos para Lena.

Salí, cerrando con un portazo.

-Alex: David, ocúpate tú o te juro que mato a esa mujer... Avisadme cuando tengáis algo.... – dije, caminando a los vestuarios y llorando.

Por Kara, y por lo que debía estar sufriendo. Por no saber cómo ayudarla, ni qué decirle para que se sintiera aunque solo fuese un poquito mejor.

Por Katie, por no saber dónde estaba, si estaba bien, si la estaban cuidando o querían hacerle daño.

Por Lena. Por cómo podía ver el dolor en su mirada, y sin embargo, seguía haciéndose la fuerte por Kara, apoyándola, acompañándola....

Di un puñetazo a las taquillas y me senté con el rostro entre mis manos, dejando salir todo fuera.

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