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15-HUIDA

Os lo habéis ganado. Pero es que os lo puse muy fácil.

¿Qué tal 30 votos y 60 comentarios para el próximo? Os aseguro que valdrá la pena.

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KARA

Sentí cómo me bajaban de la ambulancia. Alex estaba a mi lado, cogiendo mi mano y hablándome, aunque yo no prestaba atención. Sólo me preocupaban dos personas en ese momento, y ninguna era yo. La primera, mi bebé. No sabía si Mike podría haberle hecho daño. La segunda, Lena. A ella, desde luego, le había hecho daño. Y mucho. Pude verla tendida en el suelo, sangrando, con gesto de dolor, cuando Alex me sacaba de aquél lugar.

-Alex: Kara, mírame, por favor... Dime algo...

Había permanecido callada todo el trayecto. No quería hablar. Si lo hacía, o lo intentaba, me echaría a llorar y no podría parar, estaba segura.

-Alex: Voy a llamar a mamá... ¿Aviso a Nia y a Winn...? Kara...

-Enfermero: Tiene que esperar aquí... - dijo, deteniendo a Alex, que me miraba, intentando no llorar. Igual que yo. Antes de que me metieran donde fuera que me fuesen a llevar, vi cómo bajaban a Lena de la otra ambulancia.

No sé el tiempo que pasó mientras me hacían revisiones, pruebas, curaban mis golpes y demás. Sólo sé que me quedé dormida y, cuando desperté, estaba en una habitación, con Alex y mi madre a mi lado.

-Eliza: Kara, cariño... - dijo besándome - ¿Cómo te encuentras?

-Kara: Mamá... - fue lo único que pude decir.

-Eliza: Tranquila, tu hija está bien, cielo... - dijo acariciando mi vientre.

-Alex: Kara... Eh... - dijo sonriéndome.

-Kara: Alex...

-Alex: Te juro que ese cabrón se va a pudrir en la cárcel, Kara... No volverá a acercarse a ti. Y si lo hace, te juro que soy capaz de cortarle los huevos con una...

-Eliza: Alex... Cariño, no seas bruta. Tu hermana necesita estar tranquila.

-Kara: ¿Lena...?

-Alex: Está en otra habitación. Tranquila, está bien. Algunos golpes, un brazo roto, un par de costillas rotas... Pero no es nada grave, ¿de acuerdo?

Asentí, intentando moverme. Me dolía la cabeza, la cara...

-Eliza: No, no te toques... - dijo Eliza cuando llevé mi mano hacia mi rostro – ¿Te duele...?

Giré la cabeza para mirar por la ventana y me tumbé de lado, en silencio. Aún no podía creer que Mike se hubiera comportado así. Después de tres años con él, me di cuenta de que no sabía quién era realmente.

-Alex: Kara... Escúchame. Cuando estés mejor querrán hacerte unas preguntas sobre lo ocurrido. ¿Crees que podrás hablar...? Kara...

-Eliza: Alex... Ahora no.

-Alex: Ya lo sé, mamá. Pero quizás para ella sea más fácil contárnoslo a nosotras. Yo luego hablaré con mis jefes y les diré lo que quieran saber.

-Eliza: Pero no ahora, cielo... ¿no ves cómo está?

-Alex: Sí, lo veo perfectamente. Y nada de esto habría pasado si el día del cumpleaños de Kara, yo misma le hubiese pateado el culo a ese gilipollas.

-Eliza: ¡Alex! Por favor, sal fuera y vuelve cuando te tranquilices.

-Alex: Sí... - dijo besándome en la cabeza – Luego vuelvo, descansa...

LENA

Cuando me bajaron de la camilla, vi cómo llevaban a Kara dentro y Alex se quedaba fuera. Cuando pasé a su lado, Alex cogió mi mano.

-Alex: Gracias, Lena... - repitió.

-Lena: No podía permitirlo...

-Alex: Tranquila, a ti no te pasará nada. Intentaste protegerla y luego fue defensa propia. Yo me encargaré de que no te culpen de nada.

-Lena: ¿Cómo está Kara?

-Alex: Tiene algunos golpes, creo que está en shock, pero parece que el bebé está bien.

-Enfermero: Tenemos que meterla dentro, doctora Luthor.

-Lena: Búscame luego, Alex, y mantenme informada.

-Alex: Lo haré...

Pasó un buen rato mientras inmovilizaban mi brazo, curaban mis heridas y se aseguraban de que mis costillas sólo estaban rotas y no habían tocado ningún órgano importante. Me dieron algo para el dolor y me llevaron a una habitación, donde estaría algunas horas en observación. Sabía que no podría ver a Kara hasta que me dejasen salir de esa habitación. Así que traté de dormir un poco. Cuando desperté, vi a mis padres a mi lado.

-Lillian: Lena, cariño... ¿Qué ha pasado?

-Lena: Mamá... Papá... ¿Y Lex?

-Lionel: En la cafetería, con Lana. No nos dejaban estar a todos aquí.

-Lena: Es normal... ¿Sabéis algo de Kara?

-Lillian: Aún no, cielo... ¿Vas a contarnos lo que ocurrió?

-Lena: El... Exnovio de Kara la secuestró. Cuando la encontramos... La estaba violando, o iba a violarla... Y me lancé sobre él. No podía permitirlo, no... - dije, empezando a llorar – No quería que Kara pasara por eso... Ni que la hiciera, daño. Sólo pensaba en... matar a ese desgraciado y...

-Lillian: Lena, cariño, tranquila.... – dijo abrazándome y mirando a mi padre, que también me abrazó poco después.

-Lionel: Iré a ver si puedo enterarme de cómo está Kara...

-Lena: Gracias...

ALEX

Después de que mi madre me echara del cuarto de Kara, estuve varios minutos caminando de un lado para otro. Llamé a Winn, a Nia y a Sam. Necesitaba ver a Sam.

Estas semanas conociéndola habían sido maravillosas. Vimos que teníamos muchas cosas en común. Además, pude conocer a su hija Ruby, una niña adorable.

-Alex: Sam... - dije corriendo a abrazarla cuando la vi.

-Sam: Alex... Eh... - dijo, acariciando mi espalda - ¿Cómo está Kara?

-Alex: Ella... Ella y el bebé están bien... Bueno, Kara en realidad, no tan bien... Apenas habla, está asustada, nerviosa... Y no pueden darle nada por el bebé y...

-Sam: Tranquila, Kara es fuerte... Se pondrá bien enseguida, ya lo verás. – cogió mi mano y yo apreté la suya, agradecida.

-Alex: Ese cabrón la violó, Sam. O lo intentó al menos...

-Sam: No lo sabía, Alex...

-Alex: Te juro que si no le encierran para el resto de sus días, yo misma me encargaré de arrancarle la cabeza. No me importa pasar el resto de mi vida en la cárcel, si con eso evito que vuelva a tocar a Kara.

-Sam: Sabes que Kara no soportaría verte encerrada, ¿verdad? – dijo, cogiéndome por el cuello con suavidad y pegando su frente a la mía – Y yo tampoco lo soportaría.

-Alex: ¿Qué...?

-Sam: Estas semanas han sido maravillosas, Alex... - dijo, mirándome a los ojos – Pero ya no quiero que sigamos siendo amigas.

-Alex: ¿Por qué...? – palidecí. ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso Sam pensaba que relacionarse con una agente del F.B.I podría ponerla en peligro a ella o a su hija? Bueno, no sería la primera que lo pensara.

-Sam: Porque lo que siento por ti va más allá de una simple amistad, Alex. Me he cansado de tomar unas copas, un café... Ya no tenemos quince años, no somos dos adolescentes que se enamoran por primera vez. Quiero mucho más que eso, Alex. Te quiero a ti, por completo.

-Alex: Creo que no te ent... - empecé a decir. Pero fui callada de inmediato cuando Sam me besó. Era un beso posesivo, pero tierno. Sentí su necesidad de contacto, mientras soltaba mi cuello y acariciaba mi mejilla. Se separó de mí poco después y me miró.

-Sam: No quiero que sigas siendo mi amiga, porque quiero que seas mi novia, Alex. Quiero intentarlo contigo.

-Alex: Oh, Dios, Sam, yo....

-Sam: Sé que no es el mejor momento para decir todo esto, pero.... – dije, callándola yo esta vez con otro beso.

-Alex: Yo también quiero estar contigo, Sam... También quiero intentarlo.

-Sam: Me alegra oír eso... - dijo abrazándome – Y ahora, dime... ¿Qué te ha pasado en la mano?

-Alex: ¿Qué ma...? – dije, mirando mi mano herida. Los médicos me la curaron cuando llegué con Kara. Por suerte, los cortes no eran profundos y sólo tuvieron que dar puntos en un par de sitios. No hubo que escayolar, así que con un vendaje fue suficiente. – Rompí un espejo de un puñetazo.

-Sam: Recuérdame que nunca te haga enfadar. Si haces eso con un espejo, no quiero ni pensar lo que me harías a mí.

-Alex: A ti te haría otras cosas... - dije sonriendo.

-Sam: Me gustaría verlas....

-Alex: Ya habrá tiempo para eso... - dije, acurrucándome entre sus brazos.

2 DÍAS DESPUÉS

KARA

Pasé dos días en el hospital, en observación. Sabía que Lena estaba bien porque Alex me lo dijo, pero lo cierto era que no la había visto. Ni a ella, ni a nadie. Sólo me limité a responder a los compañeros de Alex que vinieron a preguntarme sobre lo ocurrido. Aunque sólo empleaba monosílabos y frases cortas como Sí, no, No lo sé.... Lo único que quería era dormir y que me dejaran en paz. Cuando me dieron el alta, vi a los padres y al hermano de Lena fuera.

-Lillian: Kara,¿ cómo estás?

-Kara: Bien.

-Lillian: ¿Ya te vas a casa?

-Alex: Sí, vendrá conmigo unos días.

-Lena: Ella ya tiene dónde quedarse, Alex... - dijo Lena, acercándose, sonriendo. Aparté la mirada de ella y de su brazo roto, mirando al suelo.

-Alex: ¿Quieres ir con ella? – preguntó, colocándome un mechón de pelo detrás de la oreja.

Asentí. Después de todo, tenía todas mis cosas en casa de Lena. Y al menos allí, no tendría a mi madre y a mi hermana encima a todas horas.

Cuando llegamos, me di una ducha, me puse un pijama y me metí en la cama. No quería vera a nadie. Sólo quería dormir.

-Lena: Kara... - Escuché que me llamó antes de que yo cerrase la puerta.

-Alex: Necesita tiempo.

-Lena: No es eso lo que necesita, Alex. Lo que necesita es llorar, gritar, y sobre todo, no estar sola. No ahora.

Alguien me trajo algo de comida poco después. No tenía hambre, pero sabía que debía comer algo por mi hija. Así que comí más o menos la mitad de la comida y volví a dormirme.

Esa noche, Alex y mi madre se quedaron en casa de Lena, compartiendo la habitación que quedaba libre.

Me desperté de madrugada, con un grito y sudando.

-Lena: Kara... - dijo entrando por el baño, que comunicaba nuestras habitaciones y se sentó a mi lado, abrazándome con el brazo que no tenía herido – Tranquila...

-Alex: ¿Qué pasa? – preguntó, entrando justo después.

-Lena: Seguramente haya sido una pesadilla... - dijo, acariciando mi pelo.

-Alex: Kara... - Se sentó al otro lado, cogiendo mi mano – Tranquila, Mike no podrá hacerte daño, te lo prometo, Kara, no lo permitiré.... Kara... Por favor, dime algo...

-Lena: Sigue en shock...

-Alex: Ya lo veo... Kara, tienes que hablar... Por favor, tienes que decirnos cómo podemos ayudarte.

LENA

Pasé dos días en observación en el hospital, aunque no eran necesarios. No para mí, al menos. Fui un par de veces a ver a Kara, aunque creo que ella no fue consciente de mi presencia. Ni de la de nadie. Kara se había encerrado en sí misma. Tumbada siempre de lado, con la mirada fija en un mismo punto. Ni siquiera respondía cuando alguien le decía algo. Eso no era bueno.

Después de esos dos días me dieron el alta. Antes de irme, pasé un momento al baño y cuando salí, vi a Kara con Alex y con su madre. También volvía a casa.

Alex dijo que Kara se quedaría con ella, pero, aunque yo sabía que Kara no podría estar en mejores manos que con Alex, algo dentro de mí me hizo hablar sin pensar.

-Lena: Ella ya tiene dónde quedarse, Alex... - dije acercándome, sonriendo al notar que lo que acababa de decir había sonado bastante brusco. Vi que Kara agachó la mirada al suelo, evitándome.

Alex preguntó a Kara si quería venir conmigo y ella asintió.

Cuando llegamos Kara se duchó, se puso un pijama y se acostó.

-Lena: Kara... -La llamé con suavidad

-Alex: Necesita tiempo.

-Lena: No es eso lo que necesita, Alex. Lo que necesita es llorar, gritar, y sobre todo, no estar sola. No ahora.

Le llevé algo de cenar y se lo dejé en la mesilla junto a la cama, saliendo. Kara tenía que reaccionar, pero iba a concederle un tiempo sola. Sólo unas horas. Mañana la haría hablar o llamaría a su amiga Nia. Kara me dijo que estudiaba psicología. Ella podría ayudarla a superar esto.

Esa noche, Alex y Eliza se quedaron en el cuarto que quedaba libre. No iba a negarles estar cerca de Kara en ese momento. Y ella necesitaría a su familia cerca.

No pude dormir. Miraba la puerta del baño que comunicaba las dos habitaciones. Quería ir con ella. Quería abrazarla, quería decirle que todo estaría bien y que yo estaba con ella. Quería besarla. Pero sobre todo, quería hacerla olvidar. Olvidar lo que ese desgraciado le hizo. Porque los médicos del hospital me conocían, eran mis compañeros en urgencias y me confirmaron que Mike había penetrado a Kara, aunque no pudieron darme más datos. No importa si fueron dos horas, dos minutos, o dos segundos. Lo había hecho. Y había destrozado a Kara por completo.

Tenía la mano apoyada en el picaporte de la puerta que daba al cuarto de Kara. Iba a darme la vuelta cuando la escuché gritar. Entonces entré.

Corrí hasta ella y la abracé como pude, con mi brazo sano.

-Lena: Kara... Tranquila... - dije. Kara estaba empapada en sudor. Miré el plato sobre la mesilla y me tranquilizó ver que había comido. Poco, pero había comido.

Alex entró poco después, sentándose al otro lado de Kara y cogiendo su mano.

-Alex: Kara... Tranquila, Mike no podrá hacerte daño, te lo prometo, Kara, no lo permitiré.... Kara... Por favor, dime algo...

-Lena: Sigue en shock...

-Alex: Ya lo veo... Kara, tienes que hablar... Por favor, tienes que decirnos cómo podemos ayudarte.

-Lena: Dale tiempo, Alex... Esto no es fácil.

Eliza nos miraba desde la puerta, sin saber qué hacer. Vi sus ojos llenos de lágrimas y cómo se apoyaba en la puerta, mirando a Kara.

-Alex: Kara, cariño....

-Lena: Alex, ve con tu madre... - dije, señalándola con la cabeza – Yo me quedo con Kara, no os preocupéis.

KARA

Pasó otra semana desde que salí del hospital. Me equivocaba al pensar que al quedarme con Lena, no vería tanto a mi madre y a Alex. Pero no, allí estaban, todo el día. Alex sólo salía para ir a trabajar y volvía de nuevo a casa de Lena.

Le habían pedido a Nia que hablase conmigo y que intentara ayudarme.

Adoraba a Nia, de verdad que sí, y traté de hablar con ella, aunque sólo fuese para tranquilizarla, prometiéndole que haría lo mismo con mi madre, mi hermana y con Lena. Así que me vi obligada a intentar al menos socializar con ellas esos días. Pero ninguna de ellas podía saber cómo me sentía. Nunca me he considerado una persona débil, que se viene abajo enseguida. Pero no podía quitarme la imagen de Lena sangrando en el suelo de la cabeza. Y verla, aún con las marcas de los golpes, el brazo escayolado y la venda que cubría sus costillas rotas, cuando Alex la ayudaba a cambiarla o a ducharse, no me ayudaba.

Sam también vino a ayudar. En parte, me alegró ver que Alex y ella habían avanzado en su relación y ahora estaban juntas. Bien, ambas merecían ser felices.

Yo seguía comiendo sólo por mi hija. No quería comer, y empezaba a dudar de si quería seguir viviendo. Me sentía rota. En mil pedazos. Y nunca podría volver a juntarlos.

Ese día me desperté con dolor de cabeza y algo mareada. Además había tenido unos calambres horribles en las piernas por la noche. Alex y mi madre discutían delante de mí sobre si debían buscarme otro tipo de ayuda aparte de la de Nia, o sobre si debía irme mejor con alguna de ellas.

-Kara: ¡¡YA BASTA!! – Grité, levantándome del sofá, Mi madre y Alex me miraban como si hubiesen visto al mismísimo hombre lobo transformarse delante de sus narices – Basta... Por favor...

-Eliza: Kara...

Hice un gesto con la mano, deteniéndola. No quería que me abrazara. No quería que me tocara, ni queme siguiera mirando con pena. No lo soportaba más.

-Kara: Quiero que os vayáis a casa... A vuestras casas... Por favor.

-Alex: Kara, sólo queremos...

-Kara: Ayudar, lo sé. Y os lo agradezco. Pero... ver vuestras caras de pena y compasión no me ayudan. Necesito un tiempo a solas. No os preocupéis, Lena estará conmigo. Las dos seguimos de baja, no podemos ir a trabajar. Así que no estaré sola del todo.

-Eliza: Pero Kara..

-Kara: Mamá, por favor... Necesito pensar, necesito tranquilidad... Y eso es imposible con vosotras dos aquí peleando todo el día, a todas horas. No necesito otro psicólogo, Nia está siendo una gran ayuda. Y Winn, a su manera... Y Sam... Y vosotras.... Estáis teniendo mucha paciencia y os lo agradezco, pero necesito que os vayáis. Para estar bien, necesito saber que vosotras también lo estáis, y vuestros gestos me dicen todo lo contrario. Quizás, si paso unos días sin veros... - Dios, se me estaba partiendo el corazón, otra vez. Los cachitos en los que ya lo tenía dividido se estaban rompiendo en trocitos más pequeños. Iba a ser difícil recomponer eso. – Quizás eso me ayude. Tres días, no os pido más. Os llamaré, os lo prometo....

Vi que Lena me miraba desde la puerta de entrada al salón, en silencio.

-Lena: Eso es un gran avance, Kara... - dijo acercándose y mirando a mi madre y a mi hermana – Y puede ser una buena idea. Tranquilas, os mantendré informadas de todo.

-Eliza: Está bien.

Se marcharon una hora después. Me senté a ver la televisión, o a hacer que la veía. Cuando Lena vino a sentarse a mi lado, me aparté un poco. No es que no la quisiera cerca. Al menos ella no me agobiaba tanto y su compañía era bastante soportable. Pero estaba herida. Por mi culpa. No merecía que me tratase como lo estaba haciendo.

Lena era paciente, cariñosa, comprensiva... Si no fuese porque siempre me han gustado los hombres, podría asegurar que empezaba a enamorarme de mi amiga. Pero de nuevo me repetí lo mismo. Ella estaba herida, por mi culpa. Mike podría haberla matado, por mi culpa.

La vida de Lena habría sido mejor si nunca me hubiese conocido.

Los siguientes tres días, los pasé esquivándola. Intentando no cruzarme con ella.

-Lena: Kara... No nos queda leche. Ni fruta... Iré a comprar varias cosas. ¿Crees que puedes quedarte sola un par de horas?

-Kara: Sí...

-Lena: ¿Quieres algo?

-Kara: No, gracias... - dije medio sonriéndola.

-Lena: Volveré enseguida... - dijo, besándome en la frente y saliendo.

Me levanté y miré por la ventana. La vi subirse a un taxi y alejarse. Esperé cinco minutos y fui a mi cuarto. Cogí una mochila, algo de ropa, el cheque que Lena me había dado como pago por las primeras fotos que me compró y aún no había cobrado, mi cartera, el pasaporte, y mis dos cámaras favoritas. Metí todo en la mochila y salí. Lo primero que hice fue ir al banco a cobrar el cheque. Después, me dirigí a la estación de autobuses y miré las horas de salida. Compré un billete para uno que salía en diez minutos y subí, ocupando mi sitio al lado de la ventanilla. Saqué una de mis cámaras e hice un par de fotos antes de salir. Diez minutos después, dejé National City atrás, junto con mi madre, mi hermana, Lena, y el resto de las personas que me importaban. Pero necesitaba hacer esto sola.

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