13-¿Dónde estás?
Os dejo este y hoy, no voy a a ctualizar más de esta historia.
Esta noche subiré uno de "un amor de otro planeta" y tengo que escribirlo aún, así que...
Ahora sí, chic@s, vienen los cpaítulos duros, ¿podréis soportarlo?
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
LENA
Kara llevaba ya dos semanas en casa. Tardó tres días en reaccionar y ser consciente de lo que había pasado, pero fue mejorando poco a poco. No quería agobiarla, así que le daba su tiempo para que saliera con su madre y su hermana a comprar las cosas que necesitaría, como ropa.
Se relajó un poco al recordar que al menos no había perdido sus cámaras, algo que para ella parecía realmente importante. Por suerte, las tenía en casa de su hermana, al igual que todas las fotografías.
Kara decidió quedarse en el cuarto que había justo al lado del mío, algo que me tranquilizaba. Si le ocurría algo, no tardaría mucho en llegar a ella.
Además, una semana después de su llegada, decidí vaciar uno de los otros cuartos para que Kara pudiera utilizarlo para lo que quisiera.
Esa mañana estaba preparando el desayuno cuando Kara entró en la cocina
-Lena: ¡Buenos días, ojos azules! ¿Tienes hambre? – dije, sonriéndola.
-Kara: Pues sí...
-Lena: Leche y tostadas, ¿Verdad? Aquí tienes...
-Kara: Gracias... - dijo mirándome
-Lena: ¿Estás preparada?
-Kara: ¿Preparada para qué...?
-Lena: Hoy podré decirte si esta cosita de aquí.... – dije, acariciando su vientre – Es niño o niña.
-Kara: ¿En serio, hoy...?
-Lena: Sí...
Seguimos hablando y me fijé bien en su rostro. Parecía cansada. Por las noches la oía levantarse y moverse por la habitación
-Lena: ¿Sigues sin poder dormir bien?
-Kara: No me acostumbro a esa cama...
-Lena: ¿Hay algo que pueda hacer?
-Kara: No lo creo...
Entonces recordé que hacía unos minutos había llegado algo que animaría a Kara. O eso esperaba.
-Lena: Por cierto, ha llegado esto para ti. – dije, tendiéndole el paquete.
-Kara: ¿Para mí? No he pedido nada... - dije abriéndolo – No... Lena, ¿esto es cosa tuya? – dijo, sacando el libro de fotografía que había en su interior.
-Lena: ¿No era ese...? Puedo cambiarlo.
-Kara: No, sí, era este, pero... No tenías que molestarte.
-Lena: No es molestia. Sólo por verte sonreír así ha merecido la pena. Voy a ducharme.
Y sí, valió la pena ver su cara de felicidad. Por suerte, recordaba el título de algunos de los libros que Kara tenía en aquella estantería. Cuando iba a su casa, solía echar un vistazo cuando ella iba al baño o algo. Quería tener un detalle con ella y no quería regalarle un libro que tuviera repetido.
Después del incendio, un día, hablando con su hermana, me dijo que precisamente ese era al que más cariño tenía Kara. Fue el primero que se compró, con su primer sueldo. Una edición ya descatalogada y difícil de encontrar. No me importó el precio que tuviera que pagar. Ese libro debía ser para ella. Así que cuando lo encontré en venta en una librería Online, no dudé en pedirlo. Hubiese querido esperar para dárselo, pero al ver su cara esa mañana, sentí la necesidad de hacerla sonreír. Así que, ¿por qué esperar?
Esa tarde, en la clínica, a la hora de comer, Kara entró en la consulta con su madre y con Alex.
Le hice la ecografía y sonreí al ver su cara al saber que tendría una niña.
Decidimos venir a comer a casa, ya que Kara estaba en esos momentos de los antojos y las aversiones a ciertas comidas. Le había dado por odiar cualquier cosa preparada en un restaurante y prefería un buen plato de pasta hecho por mí. Y eso que nunca me había considerado buena cocinera. La única comida que Kara toleraba de restaurante, era la comida china.
Así que esa noche, fue lo que cenamos.
Luego decidimos ver una película y nos sentamos en el sofá. Kara acabó recostada sobre mí. Al parecer, esa postura era cómoda para ella y sinceramente, a mí me encantaba tenerla así. La noté acariciar su vientre.
-Lena: ¿Qué pasa?
-Kara: Se mueve.
-Lena: ¿Puedo?
-Kara: Sí... - cogió mi mano y la posó sobre su vientre, poniendo luego su mano sobre la mía- Ahí....
-Lena: No noto na... Espera, sí... Ahí está... ¿ya has pensado algún nombre?
-Kara: Aún no.
-Lena: Bueno, aún hay tiempo... - dije, sin apartar mi mano mientras seguíamos viendo la película.
Al día siguiente, me desperté temprano. Era Martes, veintidós de Octubre y lo sé porque ese día no se me olvidará nunca.
Nada más despertarme sentí una extraña opresión en el pecho, como si tuviese la sensación de que algo malo iba a ocurrir. Fui corriendo al baño y vi que Kara se estaba duchando. Aunque quise salir rápido, no pude evitar quedarme mirando a Kara durante un par de minutos. Necesitaba convencerme de que estaba bien. Después de eso, bajé a desayunar.
KARA
Esa mañana me desperté de buen humor. Seguía sin poder dormir bien en esa cama, pero ahora ya sabía algo más sobre mi bebé. Iba a ser una niña. Me pasé una buena parte de la noche mirando nombres en internet. Al final, acabé con una lista de veinte posibles nombres para ella. Sólo dormí dos horas. Me metí en la ducha y, cuando bajé a desayunar, Lena estaba haciendo el desayuno, como siempre.
-Kara: Hola... - dije sonriéndola y sentándome mientras la miraba untar mantequilla en las tostadas. En serio, era imposible que una mujer que se veía endemoniadamente sexy, sólo con hacer ese gesto, estuviese sola
-Lena: Hola ojitos azules... - dijo, sonriéndome. Me resultaba gracioso que me llamase así, pero me encantaba – Apenas dormiste anoche...
-Kara: Sigo sin acostumbrarme a esa cama... Además, tengo calambres...
-Lena: Esta noche probaremos con un masaje antes de acostarte, ¿quieres?
-Kara: Si a mi doctora le parece bien...
-Lena: A tu doctora le parece que debes intentarlo. Quizá eso te ayude a descansar....
-Kara: Perfecto.
-Lena: Hoy no podré comer contigo. Tengo que ir a los laboratorios a comprobar unas cosas y me llevará buena parte del día.
-Kara: No te preocupes... - dije, cogiendo la tostada que me tendía, ya untada. – Comeré en el chino que hay dos calles más debajo de la clínica.
-Lena: Bien... Pero ya sabes que si te encuentras mal, o lo que sea, puedes llamarme.
-Kara: Bien... ¡Se me olvidaba! Tengo que llamar a Alex, quiero saber cómo va la investigación del incendio de mi apartamento y...
-Lena: Cuando termines de desayunar...
-Kara: Sí, mamá... - bromeé con ella. Era fácil bromear con Lena y sentirse cómoda con ella. Ese tono de voz que empleaba al hablar, ese brillo en sus ojos, esa sonrisa... Hacían que te sintieras cómoda y segura a su lado. Aunque ese día tenía una extraña expresión en su rostro, parecía algo preocupada.
Tras el desayuno, hablé con Alex y me dijo que el seguro se encargaría de todo. No es que tuviese muchas cosas de valor, pero al menos me darían algo por la tele, los electrodomésticos y alguna cosa más. También decidí que quería darle uso al cuarto que Lena vació para mí, así que le dije a Alex que ese fin de semana traería mis cámaras y mi material de dibujo. Además, me vendría bien distraerme un poco con eso.
Tras colgar, me vestí y cuando salí, Lena estaba esperándome en el salón, como siempre. Debo reconocer que a veces me tomaba mi tiempo y tres de cada cinco días, salíamos tarde. Pero Lena no se quejaba. Me sonreía, cogía las llaves de su coche y salía después de que yo lo hiciera, cerrando la puerta.
Esa mañana iba a ser muy aburrida. Debido a su visita a los laboratorios, Lena no tenía más de dos o tres citas antes de tener que irse. La vi salir de su consulta cerca de las doce.
-Lena: Pasaré a buscarte para ir a casa... - dijo sonriéndome.
-Kara: Claro. Conduce con cuidado... - le dije, mientras me hacía un gesto con la mano a modo de despedida. Me puse a repasar unos informes que Lena me había dejado a primera hora sobre mi mesa y no me di cuenta de que eran las tres y diez. Hacía diez minutos que todos se habían ido a comer.
Me levanté y cogí mis cosas para salir, pero en ese momento, mi querida hija decidió que era hora de ir al baño. Así que allí me dirigí, mientras mandaba un mensaje a Sam para preguntarle cómo estaba.
Entré en el baño, dejé mi bolso sobre el lavabo y de repente, todo se volvió negro.
LENA
Salí de mi consulta a las doce, aún con esa extraña sensación de que algo iba a ocurrir. Me despedí de Kara y fui hasta mi coche. Conduje hasta los laboratorios, donde estuve revisando algunos proyectos y avances en los que estábamos trabajando. Al final me llevó menos tiempo del esperado, así que llamé a Kara para comer con ella. No contestaba. No le di demasiada importancia y colgué. Volví a llamarla un par de veces más en el coche, de camino a la clínica, pero Kara seguía sin cogerlo. Eso era raro. El móvil daba señal, así que no estaba sin batería.
Miré en la lista de contactos de mi móvil y marqué un número.
-Alex: ¿Sí?
-Lena: Alex... ¿Oye, está Kara contigo?
-Alex: ¿Conmigo? No... No he hablado con ella desde esta mañana cuando me preguntó sobre la investigación del incendio, ¿por qué?
-Lena: Bueno... - De repente, esa sensación que llevaba teniendo toda la mañana se hizo más fuerte y me dieron ganas de vomitar – Quizás no sea nada. La estoy llamando, pero no me coge el teléfono. Posiblemente se le olvidó en casa.
-Alex: Sí, eso sería muy típico de ella....
-Lena: Iré a ver si está en el restaurante.
-Alex: ¿Restaurante? Creía que Kara estaba en esa etapa de odiar ciertas cosas, como los restaurantes.
-Lena: No los de comida china... - dije divertida.
-Alex: También, típico de mi hermana... Mándame la dirección y me reúno allí con vosotras. Quiero preguntarle una cosa sobre la investigación y necesito que vea unas fotos.
-Lena: De acuerdo, te la mando ahora mismo – dije colgando y enviándole la dirección. Cuando llegué al restaurante, Alex ya estaba allí, esperando.
-Alex: ¿Entramos?
-Lena: Pensé que ya estarías dentro con ella.
-Alex: Preferí esperarte.
Entramos en el restaurante y miré las mesas, pero no vi a Kara por ningún lado. Igual estaba en el baño. Me acerqué a preguntar a los camareros si la habían visto. Cuando me dijeron que no, la presión en mi pecho hizo que me quedase sin aire y tuviese que apoyarme en la pared.
-Alex: Lena... - dijo sujetándome. - ¿Qué pasa?
-Lena: No Ha venido...
-Alex: Habrá cambiado de opinión, quizás ha ido a tu casa, o a otro sitio.
-Lena: Conoces a Kara mejor que yo. ¿Acaso no avisaría de haber hecho algo así?
-Alex: Sí, tienes razón. Kara siempre avisa de todo... Igual ha vuelto a la clínica. Vamos a buscarla.
Cogimos de nuevo mi coche y aparqué en la entrada de la clínica. Fui directa ala mesa de Kara, pero ella no estaba y sus cosas tampoco.
-Alex: Esto es muy raro...
Saqué mi móvil y llamé al teléfono de Kara. Seguía sin cogerlo. Colgué y volví a intentarlo y Alex me hizo un gesto con la mano.
-Alex: Creo que oigo algo. En el baño.
Ay Dios, ¿y si se había caído, o le había pasado algo? Corrí hacia allí, tras colgar.
-Lena: No está aquí... - dije, mirando por todas partes.
-Alex: Vuelve a llamarla...
Volví a llamar a Kara y su móvil sonó. Sin duda estaba allí. Alex se agachó y lo encontró debajo del lavabo, con la pantalla rota.
-Alex: Algo le ha ocurrido a Kara... - dijo, seria.
Me apoyé de nuevo en la pared, sintiendo que me faltaba el aire. No podía ocurrirle nada a Kara. A ella no. No lo merecía.
Vi que Alex llamaba pidiendo varias unidades de policía en la clínica y luego la vi acercarse a mí.
-Alex: Lena, tranquila, respira... - dijo sujetándome por los hombros. Ella no estaba mucho mejor que yo, estaba llorando, pero al menos intentaba tomar el control de la situación.
-Lena: Alex, yo...
-Alex: Vamos a encontrarla... ¿Sabes qué puede haber pasado, dónde puede estar...?
-Lena: Dijo que estaría en el restaurante. Dijo que...Alex, lo siento.... Confiaste en mí para cuidar de ella y...
-Alex: No es culpa tuya. Vamos, cálmate. Kara nos necesita y necesita que tengamos las ideas claras. Eso es... despacio... Muy bien. Perdona... - dijo, justo cuando la llamaban al teléfono – Danvers... Sí... ¿Qué...? ¿Estás seguro...? ¿Lo habéis comprobado bien? Vale, gracias...
-Lena: ¿Qué pasa...? – pregunté, mirándola. La vi apretar el puño y reventar uno de los espejos de un puñetazo - ¡ALEX! Pero qué... Oh dios, estás sangrando, ven te curaré eso... ¿Qué ha pasado...?
-Alex: Me han llamado de los laboratorios del F.B.I. Han encontrado una huella de Mike en los restos de un mechero que encontraron en el apartamento de Kara tras el incendio.
-Lena: ¿Qué...? ¿Él incendió su apartamento?
-Alex: Eso parece. Y si fue capaz de eso....
-Lena: Puede que tenga a Kara... Oh, Dios, Alex...
-Alex: Hay que ir a buscarle.
-Lena: Hay que curarte eso primero...
-Alex: Me importa una mierda si tienes que cortarme la mano después, Lena, pero yo voy a buscar a mi hermana. AHORA.
-Lena: Deja que te la vende al menos....
-Alex: De acuerdo...
Tras ir a mi consulta y vendar la mano de Alex rápidamente, volvimos a mi coche y pusimos rumbo s casa de Mike. Alex tuvo que indicarme el camino. Yo estaba muy nerviosa, pero debía centrarme en llegar. Quién sabe lo que ese desgraciado podría hacerle a Kara.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro