"Manoseaba sus dos tetas mientras mi verga penetraba su prominente culo, sin embargo ella no parecía gozar aquel acto. Me gritaba que por favor me detuviese, empero, yo estaba completamente excitado. Mi verga seguía entrando y saliendo de su culo redondo y delicioso. Luego cogi mi puñal. Se lo acerque a su garganta y mientras lo fundía en su carne acabe por eyacular dentro de su ano. Sin embargo algo dentro de mi mente me exhortaba a seguir penetrándola. Continué así por lo que duro el llamado tiempo de refracción, en donde mi pene seguía erecto y duro como un pepino, de pronto me di cuenta de que ella yacía muerta. Su sangre se extendía desde su yugular hasta mas debajo de su vientre".

De pronto Demogorgon, abrió sus ojos, otra vez yacía sobre una gruesa rama de uno de los tantos arrayanes de la parcela de la señora Karenina. Estaba amaneciendo. El cielo yacía de un color rojizo. Demogorgon, el búho, se negaba a despertar. ¿Quería acaso hacer cuenta de que aquel sueño erótico era la realidad?, por un momento le costo percibir de que ya no estaba soñando. Luego miro hacia abajo. Patricio Patton, el pato, lo miraba con una sonrisa maliciosa y picara. Luego le guiño un ojo. Era muy temprano, sin embargo el búho no pudo seguir durmiendo, de esa forma bajo a donde pato, lo miro fijamente por espacio de cuatro eternos minutos, después le dijo con su voz grave y sepulcral.

-¡he tenido un extraño sueño, amigo Patton!,¡quizás te inspire para tus escritos!, ¿deseas que te cuente ese sueño?-.

-¡cuak-cuak!- asevero con su diminuta cabecita nuestro amigo pato.