Marcus.

Seguro estas pensando, ¿por qué yo?
Se que nunca hablé contigo, mucho menos fuimos amigos y tampoco enemigos. Sinceramente tú nunca me agradaste, pero a ella si.
Tú sabias lo mucho que le gustabas, le demostrarte tu interés y la invitaste a esa fiesta en casa de Lior.

No tienes la culpa de lo que pasó, lo sé, tu no fuiste el mismo ebrio que se dio a la fuga. Aún así te mereces esta carta, porque por lo menos debiste cuidar de ella. La noche de la fiesta, estabas igual o peor de ebrio que Lior, no le prestaste atención ni un segundo a ella. Te vio besarte con una rubia conocida, nuestra amiga. Lloró por ti esa noche.

No es para nada divertido jugar con los sentimientos de alguien, y yo más que nadie se lo mucho que duele.

¿Qué se siente romperle el corazón la misma noche de su muerte?
Te haré otra pregunta.
¿Por qué la invitaste a la fiesta? Esta claro que no te interesaba romanticamente. ¿Qué otro interés te llevo a hacerle tal invitación? Ya se lo que planeabas, Marcus.
Pero dime ¿por qué la cambiaste tan pronto obtuviste a otra con quien estar? ¿Por qué la ilusionaste de esa manera cuando ella no lo merecía?

Fingiste que ella te gustaba, fingiste que amabas lo que ella amaba, ¿para qué? ¿para que ella acepte ir contigo? ¿qué querías lograr? Sabías que los ligues de una noche no eran para ella, Anne soñaba con tener su propia historia de amor, un amor mutuo y tú solo destrozaste ese sueño. ¿Qué derecho tenías?

La dejaste esa noche irse sola, llorando, con el corazón en mil pedazos. Ya sabes lo que sucedió después. Yo no estaba esa noche, pero si lo preguntas, tengo mis propias fuentes.

Si ella no hubiera ido a esa fiesta, quizá, solo quizá, no hubiera muerto.

Por eso quiero saber, por eso te escribí. Marcus, ¿por qué fingir interés?