Trama maestra de TRANSFORMACIÓN: "Julieta" y "La cumbre escarlata"
La parte positiva de haber escrito tanto en la trama de maduración es que podré ahorrármelo en esta, la de transformación. Que es a grandes rasgos la misma que la anterior con la diferencia de que en este caso la protagoniza una persona adulta.
Os recuerdo que no hablamos de la edad cronológica sino la mental. Tú puedes ser una persona muy madura pero estás continuamente expuesto a estímulos. Alguno de ellos te puede hacer cambiar, tanto para bien como para mal. El paso de la infancia a la adultez no es nuestro único punto de inflexión en la vida. Gracias a todos los dioses de la noche.
Lo que tenemos que cumplir con esta trama es que el personaje que nos encontremos al final sea totalmente distinto al principio a nivel psicológico y emocional NO físico, porque ahí ya nos encontraríamos ante otra trama diferente que vendrá a continuación.
Esto es todo lo que tengo que decir acerca de la Transformación. Parece poco pero cuando te dan pocas indicaciones es que tienes un montón de lugares que explorar y más posibilidades de perderte. No subestiméis ni la transformación, ni la maduración.
Como no puedo ponerme a hablar sobre cosas tan abstractas y haceros una lista de las convenciones a la par que sus alteraciones y excepciones, vamos a coger diferentes ejemplos de la trama para ver algunas de las dimensiones que podemos abarcar con esto.
A PARTIR DE AQUÍ HABRÁ SPOILERS DE LA CUMBRE ESCARLATA Y JULIETA
La cumbre escarlata es una novela si la memoria no me falla de terror gótico. Guillermo del Toro la llevó a la gran pantalla y es a la película a lo que yo voy a hacer referencia porque el libro no me lo he leído. A mí no me gusta leer, ya lo sabéis.
Creo que no es una historia muy conocida, así que para situarnos, la historia empieza cuando la protagonista, que tiene la habilidad de poder ver fantasmas, se enamora de un gentleman y se casa.
Fin.
De mujer emprendedora a esposa fiel y ama de casa.
Que nooooo. Que es broma.
A medias. Porque un poco de eso sí que tiene.
Bueno, a lo que vamos. El gentleman esconde muchos secretos pero como ya sabemos que aquí hay spoilers os puedo decir que se encama con su hermana y que viven en una mansión gótica perdida en la más absoluta nada, llena de nieve sobre lo que se llama "la cumbre escarlata". Porque hay un mineral en el subsuelo que al extraerlo hace que salga líquido rojo y parece que la casa y la montaña sangran. Todo súper macabro.
La protagonista que era un ser de luz, proactiva y con una vida de soltera muy feliz se piensa, criaturica mía, que casarse solo traerá más dicha a su existencia. Sería así de no ser porque en las sombras la hermana del gentleman no toma muy bien que su hermano y amante se case con otra y se la meta en casa, así que llega a la conclusión de que la tiene que asesinar.
Habría funcionado de no ser porque los fantasmas avisan y la protagonista empieza a investigar en una reformulación de Rebecca lo que está pasando ahí mientras se da cuenta de que a su marido le pasa algo. Porque quiere estar con ella pero su hermana no le deja ata cabos y para cuando llega el final de la película, con una dirección increíble, por cierto, nos encontramos a otra persona.
Me gusta poner este ejemplo porque si le echáis un ojo a la película, es muy fácil de ver a golpe de vista la transformación del personaje. El departamento de arte se lo tuvo que pasar pipa utilizando colores y tejidos. A la villana se la ve con un vestido rojo, igual que la sangre con la que están manchadas sus manos y el mineral de la montaña. Mientras que a la niña inocente, además de ser rubia, cuando por fin tiene esa transición de "o cambias o te mata" se la ve con un camisón de dormir blanco que se funde en la nieve. Y al final, acaba lleno de sangre, corrompido.
La película empieza por el final. Encuentras a Mía Wachikowska en medio de una tormenta de nieve llena de sangre y al borde del shock y con una voz over te explica que te va a contar cómo acabó ahí y porque. El mismo personaje te cuenta su transformación, su cambio.
Cabe destacar la importancia de que haya elementos visuales que apunten a la transformación interna. En las películas no hay manera de saber lo que piensan los personajes o lo que sienten si no es con diálogos o una voz over que no suele quedar muy bien si se abusa de ella. Por eso echan mano de movimientos de cámara, lenguaje audiovisual y colores. Pero eso no significa que sea una desventaja sino al contrario.
En libros así tendemos a abusar de lo que se llama el sumario en la composición de escenas. Sobrexplicarlo todo, hacerlo estático, aburrido, denso y pesado. Por eso es importante utilizar elemento visuales que hagan evidente la transición del arco argumental. Decir que acabó con el camisón lleno de sangre y mientra las cámara puede hacer un zoom in a las mangas manchadas, tú puedes hacer una metáfora o una comparación para añadirle estética. Solo hay que cambiar el lenguaje pero la técnica es la misma.
Podría analizaros más en profundidad esa película para hablaros de todas las cosas que empujan a la protagonista a cambiar y aunque suene a locura, si bien se corrompe, a avanzar, porque aunque era una buena persona, le faltaba un poco de autoestima. Prefiero que lo hagáis vosotros mismos. Cuando uno quiere aprender a contar historias, tiene que consumir muchas historias pero no como espectador, sino como creador. Tiene que ser analítico, hacerse preguntas y buscar las respuestas por sí mismo. Es lo que os estoy pidiendo yo ahora.
A cambio, veremos más ejemplo, menos convencionales e incluso menos comerciales para daros pistas sobre el tipo de historias que podéis analizar si queréis hablar sobre transformaciones.
Que os he dicho yo "menos comerciales" y os voy a poner dos ejemplos de Pedro Almodóvar, el único español que puede permitirse estrenar fuera de España con expectativas positivas. En fin.
Una de sus películas recientes es Julieta. Una maravilla donde se habla de la maternidad y la relación de una madre con su hija. Julieta es la protagonista y nos cuenta en retrospectiva cómo perdió la confianza de su hija, cómo esta se alejó de ella hasta literalmente desaparecer y cómo busca el reencuentro.
Julieta era una profesora de ¿latín? en un instituto muy excéntrica. En un viaje en tren conoce a no sé cómo se llamaba pero el actor es Daniel Grao así que vamos a llamarlo Daniel. Amor a primera vista. Un marinero gallego viudo que la lleva a Galicia a reconstruir la vida juntos. Por cuestiones de la vida, cuando se va a faenar, defenestra y la hija le echa la culpa a la madre porque creo recordar que se fue porque discutieron o algo así.
Bueno, la conclusión es que Julieta no levanta cabeza y la hija toma las riendas de la casa. Incluso convence a la madre para volver a Madrid, a alquilar el piso donde ella vivía antes y pasar página lejos de Galicia. La historia es triste. Avisados.
Vale. Os he puesto este ejemplo porque hay un momento de la historia donde se ve claramente la transformación del personaje. Por desgracia, hacer algo así en un libro es complicado pero buscaros las castañas.
Julieta está deprimidísima, parece un muerto en vida que se deja llevar por su hija adolescente (con lo que esto conlleva). Vamos es que ni se entera de que su hija es lesbiana y está liada con su mejor amiga, con eso os lo digo todo.
Hay una escena en la que está tan en la mierda que a su hija y su amiga solo se les ocurre bañarla. Un momento de atención al símbolo del agua, teniendo en cuenta que se marido murió en el mar.
Cuando la sacan, empiezan a secarle el pelo con una toalla. Como son unas crías todavía están jiji jaja, le cubren la cabeza al completo, frotan y cuando destapan, ¡boom! hay otra actriz. De Natalia de Molina a Emma Suárez para subrayar el deterioro mental de Julieta, de cómo ha envejecido. Ella que era activa, moderna, excéntrica y termina por convertirse en alguien gris.
Cabe destacar que la historia empieza con el final y ella tiene novio. Los cambios son tan drásticos que ni se necesitaría semejante plano pero es tan impactante que se te queda en la retina. De hecho, el cartel de la película son las dos Julietas. La joven sonteniéndole la toalla a la vieja.
En esta historia no hay tanta acción como en La cumbre escarlata, por eso tienen que detenerse en hacer hincapié en los cambios emocionales. Como os digo, lo remarcan de forma visual. Cuando tiramos por lo emocional hay que buscar los símbolos, los símiles. En Kafka en la orilla, aunque es una historia de maduración nos sirve ahora mismo, el protagonista se va a un bosque (símbolo de rito iniciático) a encontrarse a sí mismo. Pero es que además en las primeras páginas, Murakami ilustra su crisis emocional con la descripción de una tormenta de arena.
Esos son el tipo de recursos a los que me refiero.
Por otro lado, si habéis sido un poco observadores, os habréis dado cuenta de que ambos ejemplos hablan de dos mujeres. Dos mujeres que por cierto, pasan de ser proactivas e independientes a amas de casa entregadas a su marido tras enamorarse. No es una crítica al amor romántico ni mucho menos porque en ambos casos son dos relaciones sanas pero no quiero que pase desapercibido porque las mujeres, dada la sociedad en la que vivimos, son muy dadas a protagonizar este tipo de cambios.
De ahí pasaría al siguiente ejemplo para llevarlo al extremo pero eso ya implicaría tener que hablaros de otra trama maestra diferente que es la digievolución de esta, así que tendréis que esperar para que os hable de La piel que habito, también de Pedro Almodóvar. Conocida por "cómo llevar la Transformación a lo extremo".
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