Trama maestra de TENTACIÓN: "El retrato de Dorian Gray"
Si las cuentas no me fallan, porque retroceder en el tiempo al último momento en el que me encontré escribiendo una entrada para esto ahora mismo me viene fatal, con esta trama maestra entramos de lleno en las historias que tienen que ver con el personaje más que con la acción. Donde el contexto moral es imprescindible. Ni que hablar de trabajar a los personajes.
En esta trama maestra, el personaje se ve obligado o inducido a hacer algo equivocado, inmoral o estúpido. Como por ejemplo, intentar darle una lección moral al buenorro de la prepa porque te crees la feminista primigenia, la primera que no encontró raro que se hicieran listas de novias planificadas durante un curso. ¿Algo más estúpido que eso? ¿Alguien que no se haya dado cuenta de que es una mala idea?
Lo indispensable de la trama es dejar clara la falta que los protagonistas cometerán y sobre todo, que se rompa un código moral. Nosotros decidimos cuál. Puede crearse en un ambiente fantástico y diseñar una sociedad donde la trama de tentación sea solo una excusa para erigirnos como los master and commander del worldbuilding o explorar la personalidad de un personaje muy carismático y con mucho tirón.
Es raro que este tipo de historias sean corales, al contrario que las primeras que hemos ido viendo. Eso tiene cosas buenas y malas a la hora de ponerte a escribir. En general, lo que más ayuda para formar la estructura es responder a las siguientes preguntas:
¿Qué se gana a cambio de haber quebrantado la moral?
Es importante que merezca la pena, porque si no... Pues... Aludo al ejemplo de más arriba. Esta parte es relevante en especial si vuestros personajes son el tipo de personajes que tienen en estima sus principios o son la justicia encarnada en ser.
¿Qué se pierde?
Obvio, ¿no?
¿Qué precio para el personaje por caer en la tentación?
La vida no es gratis.
Como ya sabemos, lo que importa en el arte de contar historias es el cómo y no el qué. Por un lado está la historia que como autores debemos conocer al dedillo para sacarle el máximo provecho y por otro la narración, qué parte de todo lo que sabemos compartiremos con nuestro público y de qué manera lo haremos.
De este modo, el orden de factores no altera el producto. Estas tres preguntas son el eje que nos sirve para empezar a orientarnos pero las respuestas las podemos dar en el momento que queramos y de la manera que mejor nos encaje para crear un relato diferente que huya de lo genérico. Este tipo de trama es bastante atractiva pero hay que ser muy buen contador para que quede algo que nos interese. Como Oscar Wilde, por ejemplo.
A PARTIR DE AQUÍ HABRÁ SPOILERS DE EL RETRATO DE DORIAN GRAY
No sé qué opináis vosotros pero a mí Oscar Wilde siempre se me ha hecho un escritor que le daba muchas vueltas al tema de la moralidad. Vivía en un país... Bueno. Ya sabéis. ¿Se le atribuye a él la frase de que Inglaterra siempre presume de dos cosas: el whiskey y mis obras pero uno es escocés y el otro irlandés?
Algo así. Creo que le interesaba el tema de la exploración individual de un personaje y sobre todo, hablar de temas morales como las hipocresías, las contradicciones y demás. Le gustaba retorcer los códigos morales para crear criaturas ajenas, como Dorian Gray.
Ya solo con el título sabemos lo que le hace caer en la tentación y a la vez, lo que le hará pagar. Además, el hecho de que sea un reflejo de sí mismo da para una entrada hablando solo sobre los elementos que podemos usar a modo de símbolos que aludan a identidades y moralidades.
No es hasta el final cuando nos damos cuenta del precio que paga Gray por ser inmortal y justo responder a esa pregunta es un gran giro, porque... ¿no era demasiado sospechoso?
Gracias a esta trama maestra se construye una crítica a la sociedad victoriana de los excesos y demás temas que a Wilde le gustaba poner sobre la mesa sin ser demasiado obvio ni abandonar la ficción. Él lo mecanizó de forma muy sencilla con un cuadro. Algo físico y plausible que sirve de puente entre lo que se pierde y lo que se gana.
Quizás por aquel entonces era una idea menos vista pero nos sirve de un primer escalón del que partir para que entendamos la mecánica de la trama. A partir de ahí, lo podemos ir mejorando o creando analogías. ¿Por qué un objeto y no cualquier otra cosa? Un animal, incluso una persona.
En Lolita, Humber Humbert cae en la tentación de corromperse totalmente a pesar de que en los primeros capítulos es una buena persona y poco a poco se va volviendo loco, hasta el punto de llegar a ser perjudicial (de un modo plausible, se entiende) para Dolores. Gana satisfacer sus pulsiones más oscuras, sus deseos más truculentos. Pero pierde la cordura, la entereza moral en una sociedad donde un hombre como él debe ser ejemplo de rectitud.
¿Se intuyen todos los juegos sociales, morales, personales que se pueden sacar con esta trama?
Como en todas, hay infinidad de posibilidades y esta es perfecta para quien quiera establecer debates acerca de zonas grises en nuestra socialización o poner el foco en personajes grises, incluso en personajes que no son buen ejemplo a seguir.
Al encontrar una evolución tan bestia y un arco de personaje tan evidente, si somos escritores buenos en ambientar, la trama puede lucir esa habilidad. En Sweeney Todd, el barbero paga con la vida de su mujer haber caído en la tentación de asesinar al antagonista. Cada vez que se incluyen recuerdos donde vivía con su familia, las imágenes son cálidas, hay flores, colores, composiciones armónicas y bellas. Cuando vuelve al presente, Londres está sucia gris y por norma general, todo sucede de noche.
Cuando hablamos de moral, es muy frecuente tirar por un solo personaje y centrarnos en una trama sencilla y lineal que abarca un pedacito interesante de la vida de dicha criatura. Para empezar a escribir sin meter grandes dificultades pero hacer algo resultón, no es mala opción si se tienen buenas ideas.
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