Sería un asco de persona si me dedicara solo a criticar lo que a mí me parece que no es del todo acertado y luego no compartiera lo que yo sé sobre el tema, ¿verdad? Mi veneno solo pica, no mata.

Me he dado cuenta de que la gente que escribe se lía mucho con sus historias porque falla en la primera piedra del proyecto. Si los pilares no son sólidos, ¿cómo se va a sostener la construcción?

Claro, si yo lo entiendo. A mí también me pasa y pocas veces me controlo, por no decir nunca. Os llega la inspiración y queréis poneros a vomitar palabras a saco. No veis el momento de rellenar esa hoja en blanco. 

Ya lo sé.

Pero no os vais a morir por pararos dos minutos para planear un poco. Ya sabéis, coger el mapa o un poco de agua antes de internaros en el bosque. ¿Por qué? Porque si os vais sin nada, cuando dejéis de tener fuerzas para caminar no sabréis salir de ahí y os comerán las alimañas. Si os vais con armas suficientes, sabréis por dónde seguir y cómo salir de ahí cuando os apetezca. 

Hay que armarse un mapa o coger una brújula antes de irse.

OJO: puede ser un mapa mejor que el de Google Maps, aunque eso no sea muy difícil (Siri, te odio. Te dije que quería ir a cenar a un vasco y me llevaste a un 100 Montaditos) o cuatro líneas garabateadas. Mientras tú lo entiendas y a ti y solo a ti te sirva, perfecto. Hay veces que es mejor descubrir las cosas a medida que uno se adentra.

La cuestión es que el mapa, es decir, la idea sea como sea cumpla con un único objetivo: delimitar. Es el armazón, el esqueleto. Nos tiene que aportar seguridad, nada más. La tensión dramática y el salseo que mueve al mundo se lo dejamos a las vísceras del bicho.

¿Y SABÉIS LO MÁS IMPORTANTE?

LA IDEA NO LO ES TODO.

DEBERES: Contadme aquí en qué se parece El Rey León a El Padrino. Si entendisteis mi entrada, al menos os vais a acercar. Si ya lo habéis leído en otro sitio, no seáis tramposos.

¿Qué implica que su único objetivo sea delimitar?

Pues que debe ser sencilla. NO ORIGINAL, campeones. De ahí que ya os haya dicho que una idea en términos de una contar historias no sea un flashazo de inspiración divina, bohemia, moderna, única, especial. 

Una idea es saber cómo vamos a empezar y cómo vamos a terminar (no de forma concreta pero sí más o menos un esbozo). Esto es porque la idea no es más importante que la acción del personaje. Las historias lineales molan a veces pero hay que tener ojo, es arriesgarse a darle más importancia de lo debido a la idea y conseguir personajes más planos que la tripa de una idol coreana hambrienta.

Hay que empezar teniendo más o menos preparado el punto de partida y de llegada, pero eso no quiere decir que se modifique, lo que importa es el viaje. La magia del arte de contar es que nosotros solo prestamos nuestra capacidad para crear palabras de una historia muda pero viva. No podemos ahogarla en una idea cerrada.

Para no caer en el error de no encorsetar demasiado nuestra historia en reglas que sí se pueden romper, existe lo que se llama story-line, escritura guiada por la acción de los personajes. Lo que importa es lo que ellos hagan y hay que obedecerles. Si nos piden cambiar el final o el principio, se cambia.

¿Podemos no usar las story-lines?

Claro que no es necesario. Pero será más fácil que te pierdas por el camino. Tendemos a ser animales tercos que nos fijamos en una sola cosa y cuando intentamos centrarnos en conseguir una idea correcta que nos permita seguir avanzando para crear la historia, no limitamos y no nos permitimos tomar licencias, igual que no solemos saber identificar cuándo sí y cuando no.

La story-line es como una guía para saber si el cambio que estamos haciendo es necesario. Si ha sido la acción de los personajes lo que ha cambiado mi idea anterior y la ha transformado en otra cosa distinta, vamos en dirección correcta.

Lo hemos adelantado con anterioridad, pero la idea, aunque es el primer recurso que debemos crear, depende del tema y las tramas, así que nos encontramos frente a un material especialmente cambiable. No tengáis miedo de deshacer y modificar mil veces lo mismo cuando sintáis que os lo pide la story-line.

¿Creéis que Woody Allen pensó que su historia iba a ser una mierda porque hablar de amor es un cliché y además, el genio de Shakespeare ya habló sobre ello tiempo atrás?

Menos comidas de tarro y crisis creativas y más story-lines.