En la aldea de la hoja se habían criado a los ninjas más poderosos de la historia durante años, prodigios como Sakumo hatake, orochimaru, tsunade, jiraiya, minato namikaze, shisoui e Itachi Uchiha entre muchos otros sorprenderían al mundo ninja por sus habilidades pero todos estos genios tenían algo en común... Habían sido educados en la academia ninja fundada por el segundo hokage tobirama senju. Chunnin y jounin habían sido llamados al deber de transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones dando como resultado a titanes como los sannin y por eso era un privilegio... No! Un Orgullo y Un honor ser llamado maestro de la academia, aunque para la gran mayoría de las personas ser solo un simple "profesor" no tenía nada de glorioso para los maestros en la academia era un trabajo que sería recompensado con la satisfacción de e haber criado a las nuevas generaciones asegurando un futuro para konohagakure o por lo menos esa era la mentalidad de uno de ellos. Un hombre que se deleitaba con la enseñanza y fiel creyente de que la educación de las nuevas generaciones era incluso más importante que tener un arsenal de jutsus capaces de demoler montañas siempre y cuando la voluntad de fuego del primer hokage fuera arraigada en los corazones de estos pequeños niños estaría dándole a la aldea las herramientas necesarias para mantenerse firme ante las adversidades que el futuro incierto les trajera.

A pesar de su buena animosidad y gran corazón Umino iruka era un hombre con un pasado doloroso. Había perdido a sus padres durante el ataque del kyubi hace 12 años y su necesidad de atención lo llevó a volverse un payaso y un niño problemático pero después de Un tiempo se dió cuenta que su pasión era enseñar pues normalmente ser maestro de academia era una asignación que pocos apreciaban ya que lidiar con un montón de niños inexpertos y ruidosos no era lo más "shinobi" en una vida shinobi. Pero a iruka le gustó el hecho de forjar las mentes de los futuros de defensores de la hoja además estar rodeado de niños le devolvía un poco de la infancia que le fue arrebatada.

En éste momento iruka estaba frente al director de la academia ninja. Había sido llamado para dar su informe semanal y un reporte trimestral programado del progreso general de los estudiantes además de actualización de archivos e ingresar los datos al historial ninja. Con tan solo tres meses para que la clase de último año tomara sus exámenes para convertirse en genin.

Bien creo que con eso mi informe estaría completo dijo el hombre frente a yunjin kido el director de la academia con rango de tokubetsu jounin.

Correcto, al parecer todo está en orden, y el lote de genin de este año se ve prometedor dijo el director.

Entonces dejaré éstas carpetas con la secretaria dijo el hombre haciendo una reverencia.

Espera

Si!?

Acabo de recordar que he recibido una solicitud del hokage para aceptar un nuevo alumno.

Uno nuevo alumno? A estas alturas?

Si, básicamente es por protocolo, en su entrenamiento ninja ya alcanzó el grado de genin simplemente no ha tenido la oportunidad de trabajar en equipo con otros niños de su edad y el hokage quiere que se "integre"

Eso es extraño

Lo sé pero son órdenes del hokage.

Está bien entonces ¿Cuando se presentará?

Se presentará mañana... Y aquí está su archivo dijo el director sacando una carpeta de debajo de su escritorio.

Iruka tomó la carpeta y asintió con la cabeza para luego retirarse.

La noche fría se alzó sobre la aldea de la hoja e iruka ya había llegado a casa, un poco cansado por tanto papeleo y en este momento estaba sirviéndose una taza de té.

Bajo el brazo de el Chunnin la carpeta estaba siendo sostenida y después de tomar un trago de su bebida el hombre se sentó t abrió la carpeta.

Una fotografía fue lo primero que iruka vió en el archivo y la imagen del chico le dijo mucho de él. Al rededor de 12 años, piel pálida, Cabello negro y ojos negros apagados, fácilmente confundible con un Uchiha sin dudas, pero para el maestro de la academia eso realmente no importaba pues cada quien es especial a su manera Y a pesar del linaje un buen estudiante podría superar a aquellos que se les considera genios. Sin embargo, su deber como profesor era conocer a sus alumnos aunque en este caso en específico tendría que basarse en las observaciones de terceros.

En sus estadísticas el niño fue realmente sobresalientes llegando al punto de parecer que pertenecían a un genin en toda regla menos en el título.

El hombre realmente tenía que lidiar con alguien que no sabía cómo trabajar en equipo así que ese sería su objetivo, pues según el informe era bastante bueno en su desempeño individual pero no sé relacionaba bien con nadie, hablaba solo lo necesario y jamás Cuestionó alguna orden a menos que fuera en contra de alguna clase de protocolo ya preestablecido.

Un dolor de cabeza más.

El hombre volvió a ver la foto pero simplemente no había nada que la imagen le dijera aparte de lo que ya había leído en el informe.

Iruka suspiró y por fin notó algo distinto, una pequeña parte en el rostro del chico que definitivamente no debería estar ahí.

Tres marcas de bigotes

Continuará....