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Era una mañana normal, en un día normal, en una academia ninja no tan normal, o por lo menos era lo que iruka sentía este día, estaba revisando sus papeles para dar inicio a las clases en unos cuantos minutos, fuera de ser su trabajo era bastante relajante redescubrir tantos datos olvidados durante el tiempo, cosas que no notó antes o que definitivamente no tenía idea, actualizar el plan de estudios para los estudiantes de años inferiores era un pasatiempo muy poco apreciado, pero definitivamente satisfactorio para el hombre que en secreto era un ratón de biblioteca, quien fantaseaba con las grandes aventuras que se originaban en los libros que le hacían compañía todo el tiempo.
Hoy era diferente por alguna extraña razón había un pesadez muy profunda en el ambiente, su normalmente pacífica sesión de lectura estaba siendo demasiado extraña, había algo que no lo dejaba tranquilo, era como si algo o alguien lo estuviera observando y de alguna manera no había malicia o diversión simplemente frialdad. Iruka sentía una opresión en el pecho muy fuerte casi como cuando sabes que hay una serpiente venenosa en tu habitación, pero no puedes verla u oírla así que simplemente estás ahí, indefenso, sin saber de dónde puede aparecer.
De repente un kunai voló por los aires y se clavó en la viga superior del salón de clases, era un lugar bastante extraño para que algo o alguien estuviera observando pero de algún modo iruka sintió que había algo ahí. Nada pasó, la tensión en el aire había desaparecido pero el maestro ni siquiera se había dado cuenta porque estaba muy nervioso aunque después de volver al trabajo había olvidado el asunto por completo.
Los alumnos llegaron a la clase y como todos los días un pequeño disturbio se alojó en la entrada de la sala.
Ino y Sakura estaban peleando nuevamente por la posición junto a Sasuke Uchiha.
Esas dos nunca iban a cambiar.
Iruka esperó pacientemente a que todo se calmara pues no estaba de ánimo para calmarlos, además, el nuevo estudiante se presentaría en breve.
Pasado unos minutos Iruka suspiró molesto y cuando se preparaba para hacer su infame jutsu de cabeza grande se dió cuenta que aquella sensación de aprehensión había vuelto y seguía sin ser hostil pero definitivamente era incómoda.
Iruka miró a su alrededor y finalmente todos se callaron. Cuando iba a preguntar qué ocurría se dió cuenta que había alguien parado a menos de un metro de su posición.
Era un chico de alrededor de 150 de altura tenía su cuerpo escondido tras una chamarra ocre oscuro con capucha y pantalones a juego que tenían todos una línea dorada delineando los contornos del atuendo, con guantes negros con placas metálicas y botas negras hasta el tobillo de punta metálica escondiendo básicamente todo el cuerpo del joven.
Iruka definió al niño como varón al ver su espalda y sus hombros, eran anchos para ser de una chica y más para una preadolescente, si no fuera por su estructura iruka juraría que se trataba de un chico de mínimo 14 años de corta estatura pero muy bien ejercitado. Los años de experiencia Shinobi podían hacer que hasta un ninja mediocre tuviera la habilidad de detectar éstos pequeños trozos de información de un enemigo en un parpadeo.
Con incredulidad las palabras de iruka salieron de su boca.-Pero, cuando...-
-He estado parado aquí desde hace un rato- dijo el chico en un tono de voz totalmente desprovisto de emociones.
Supongo que eres el nuevo dijo el chuunin.
El chico asintió muy ligeramente.
-Bueno... ¿Puedes presentarte?-
Intenta usted conocer mis Habilidades de interacción social? ?O realizar alguna clase de análisis psicológico? Cuestionó.
No sólo te preguntaba si serías tan amable de hacerlo.
La amabilidad no tiene nada que ver con mi capacidad comunicativa. Respondió.
Iruka tenía una ceja temblando por la situación
Solo... Solo preséntate dijo derrotado
Mi nombre es clasificado pero mi seudónimo en clave para esta misión de adiestramiento social es...
-¿Misión? ¿estás en una misión?- preguntó un civil en el salón de clases.
Claro que no! es imposible que esté en una misión aún no es un genin dijo otro y los murmullos siguieron a esas declaraciones y pasaron de incredulidad a especulaciones bastante descabelladas y francamente fuera del lugar. En especial por parte de las chicas.
Iruka se molestó por esto y gritó fuertemente haciendo uso de su infame jutsu de cabeza grande haciendo callar a la clase.
El joven en el frente de la clase se quedó callado mientras las interacciones se llevaban a cabo, simplemente ahí, sin moverse, sin decir nada, iruka creyó que si no notara el leve movimiento en sus hombros parecería que ni siquiera estaba respirando.
Lo siento, continúa dijo el chuunin.
El chico lo vió como si le pareciera extraño lo que el profesor estaba solicitando y dijo -Lamentablemente no es apropiado repetir la información dada a desconocidos puede ser peligroso y comprometes tu tapadera y o cuartada en la misión-.
Iruka se molestó por esto pero vió la hora y sabía que tenía que hacer su trabajo así que simplemente dejó que el chico se relacionara con los demás a su ritmo ya que era un caso inusual.
Sin saberlo el chico caminó hacia "la zona roja", conocida así por la sangre que se derramaría si alguien osaba acercarse a Sasuke Uchiha o le impidiera el acceso a sus costados a alguna de sus fans. Él se sentó sin mostrar su rostro y eso solo hizo que la curiosidad picara más.
Para la clase era de conocimiento común, aunque para el chico nuevo habría un poco de indulgencia gracias a su ignorancia, pero no sería perdonado una segunda vez. Así que las chicas, involuntariamente, soltaron instinto asesino, pero casi de inmediato un aura fría llenó la habitación haciendo que las chicas se preguntaran de quién era esa sensación.
Iruka se sorprendió por esto ya que se percató de ese sentimiento, era el mismo que había sentido antes, pero ahora era más fuerte, sin embargo no era hostil, más bien era de alguien enojado sin odiar a alguien más o que simplemente deseaba suprimirlo, era extraño, sumamente extraño.
El sensei volvió a su "modo conferencia" y retomó el tema de la clase anterior, pero como era de esperarse la clase entera estaba hablando de cualquier cosa pero en especial del chico nuevo. Incluso el chico Nara estaba pensando en el nuevo aunque a nivel analítico y no por morbosidad, su personalidad era muy extraña, a ojos de Shikamaru algo parecía no estar bien, parecía demasiado "rígido" algo así como cuando alguien nota que te has hecho daño en los pies por tu forma de caminar, ligeramente alguien notaría esto simplemente tenía que poner un poco de atención, poco a poco el Nara se dió cuenta que era eso lo que le estaba inquietando. era como si estuviera fingiendo que era normal, pero no lo era. Sus expresiones o palabras eran demasiado uniformes y profundas y todos sus movimientos eran exagerados como sus hombros subiendo o su pecho moviéndose. Parecía como si no supiera como moverse con normalidad incluyendo su respiración, era totalmente extraño. Shikamaru no tenía ni la más remota idea de cómo alguien podía ser así, normalmente el problema de los ninjas era el contrario. Sin emociones, totalmente alertas y definitivamente respirando "únicamente lo necesario" era como si éste chico fuera alguien inexperto en ser normal. Era problemático.
De alguna manera iruka había llegado a una conjetura similar a la del Nara, pero a diferencia de Shikamaru, al que realmente todo este asunto le parecía problemático. a iruka le erizaba los pelos de la nuca. Era como estar en una misión y haber caído en las manos de los enemigos, esa sensación de estar en un peligro inminente y estar totalmente indefenso pero lo que estaba inquietando al chuunin era la falta de hostilidad, normalmente la hostilidad del enemigo te mantenía despierto y alerta, saber sus intenciones con solo el aire cerca de ellos era algo que un verdadero veterano podía saber solo con cerrar sus ojos y sentir.
Iruka volteó a ver al chico nuevo y notó algo que realmente le heló la sangre. El chico era extraño, algo que aparentemente todos habían definido ya, pero había algo antinatural en él, y era que parecía que estabas viendo a un objeto y no a una persona, hacia falta algo, esos pequeños e imperceptibles micromovimientos en los ojos, la sangre latiendo bajo la piel, incluso el ninja más experimentado tenía esos movimientos ya que sí o sí la gente se movía, incluso los que "actuaban como estatuas" tenían estos movimientos. Por muy Quieto que alguien se intentara mantener aún estaban esos factores pero este chico no hacia nada de eso, parecía como si estuviera hecho de un material sólido, como madera o piedra, o peor, que estuviera muerto. Su interacción anterior fue lo único que le dijo que estaba vivo aunque dudó un segundo que realmente eso hubiera ocurrido.
La clase permanentemente ruidosa se mantuvo en el más sepulcral silencio desde que ese chico entró en la clase. Los minutos pasaron y finalmente era hora de cambiar de clase ya que el resto de la tarde era adiestramiento físico, podría variar según el maestro pero hoy definitivamente necesitaría evaluar al chico nuevo y que mejor que una prueba sorpresa para tomar desprevenido a cualquiera, no era por ser malo pero también los resultados del examen anterior fueron poco satisfactorios.
Bien antes de que suene la campana quiero que hagamos una prueba de diagnóstico dijo el chuunin.
Obviamente todos se quejaron pero iruka no se dejaba amedrentar por sus estudiantes así que ofreció; -no se alteren, solo vamos a repetir la prueba de la semana pasada simplemente para reafirmar su conocimiento de los temas que ya estudiamos y además quiero saber si nuestro nuevo compañero está al día con el plan de estudio o si necesita capacitación adicional para regularizarse-
Rápidamente los formularios fueron entregados y en menos de 20 minutos ya estaban completados, iruka no despegó la vista del chico nuevo ya que después de escribir en su prueba por un par de minutos el chico había quedado nuevamente inmóvil sin aparentemente nada que hacer pues no se habló o hizo algún movimiento. Todos al tener en cuenta que iruka les permitiría salir del salón si terminaban la prueba comenzaron a levantarse dejar su examen y dirigirse a la puerta para salir al patio pero el chico nuevo no lo hizo.
Iruka se le acercó para ver qué ocurría pero el chico no dió indicios de hacerlo visto moverse pues sus ojos estaban clavados en la nada.
Estás bien? Tienes problemas para resolver el cuestionario? Necesitas ayuda? Ofreció el chuunin tratando de ver el avance del muchacho pero se sorprendió al ver que su prueba no estaba en su escritorio.
Donde esta tu examen preguntó.
En su escritorio dijo el chico como si fuera obvio.
Pero no te ví llevarla a mi escritorio dijo el hombre confundido.
Agradezco sus halagos pero son innecesarios
Halagos? De que estás hablando dijo el chuunin aún más confundido
No intenta halagar mis habilidades en sigilo? Creo que supuse erróneamente que mis habilidades estaban a la altura de un instructor Shinobi, al parecer el dicho popular era cierto "para un Shinobi ni siquiera la perfección absoluta es suficiente" me disculpo por mi patética demostración, invertiré más tiempo en mi entrenamiento de sigilo aparentemente no ha llegado a alcanzar sus espectativas chuunin-dono dijo el chico en una voz cada vez más perturbadora.
Iruka entendía cada vez menos al chico, su aparentemente falta de socialización ya era un problema en si pero esto se estaba volviendo ridículo, en términos generales era un Shinobi y uno muy bueno según los estándares más selectivos ya que este chico tenía una cara de póker tatuada en la cabeza a penas era perceptible para los ojos entrenados de un ninja y lo peor era que su sigilo era francamente aterrador, incluso viéndolo a la cara todo el tiempo no vio como mierdas puso su examen en su escritorio, nunca lo vió moverse y es más él personalmente había revisado el nombre de cada estudiante y él suyo nunca apareció.
Bien solo sal al patio y espera con tus demás compañeros ordenó el chuunin.
Hai, chuunin-dono dijo el chico poniéndose de pie.
Iruka parpadeó y el chico ya no estaba y eso lo asustó, definitivamente este niño no era normal. Regresó a su escritorio y con volvió a revisar los papeles entonces notó que había un nombre que estaba totalmente seguro, al punto de jurar sobre la tumba de sus padres, que no estaba ahí cuando revisó al último de los niños que dejó su hoja en el escritorio.
El hombre levantó el examen, lo revisó y era perfecto, incluso la letra del chico era totalmente perfecta al punto de parecer hecha a máquina.
Cada cosa que descubría de este niño le estaba asustado aún más.
Quien eres en realidad "Naruto".
Continuará.
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