Luego de un largo día en el instituto llegó a casa, solo quiero dormir realmente estaba agotada, entro a casa y extraña encontrar todo en silencio, al parecer hoy es mi día de suerte.

Camino hacia la habitación de mi madre y noto que no está, tampoco está William, voy hacia la habitación de mi hermana y también está vacía, lo que significa que estoy sola, con razón tanto silencio, camino a mí habitación arrojó mi mochila hacia algún lugar y me dirijo al baño, necesito una larga y tranquila ducha.

Coloco el agua en la temperatura adecuada, entro a la ducha y dejó que el agua caiga por todo mi cuerpo, cierro los ojos por unos minutos y solo disfruto del agua que recorre mi cuerpo, luego de unos minutos abro mis ojos y empiezo a pasar el jabón y shampoo por mi cuerpo, termino mi baño y busco algo cómodo que ponerme, optó por un camisón y shorts de algodón, cepillo un poco mi cabello me recuesto unos segundos en mi cama, mis ojos pesan y sin darme cuenta me quedo dormida.

—Anneliese—siento que alguien sacude mi hombro, perezosamente abro mis ojos, el rostro de mi mamá aparece en mi campo de visión.

>>Anneliese despierta.

—¿Qué sucede mamá?—mi voz es ronca ya que acabo de despertar.

—Ven a comer, llevas horas durmiendo, ya es de noche, párate.

Sale de mi habitación, me estiró perezosamente en mi cama, me levanto lavo mis dientes y voy a hacia el comedor.

Están todos sentados en silencio, tomo mi lugar agradecemos por la comida y comemos en silencio, no puedo negar que la comida es deliciosa, el pollo en salsa con arroz puré y ensalada es delicioso, sobretodo el puré, soy una amante de las papas en todas sus presentaciones, me encanta las papas.

—¿Que tal te fue en el instituto Anneliese?

Alzó la vista de mi plato y los ojos cafés con un toque de miel en ellos me observan.

—Bien mamá, ¿Qué tal el trabajo?

—Bien—responde, mi madre era una mujer de 40 años, pero se veían joven para su edad, era de piel pálida tanto como la mía, su cabello largo y negro, no era ni muy alta ni muy baja, estaba en punto medio.

Teníamos mucho parecido, yo era baja, de piel pálida, mi cabello era negro azabache me gustaba mantenerlo largo, mis ojos verdes, mi madre solía decirme que era como ver el bosque más hermoso en mis ojos, eso siempre me hacía sonreír.

Al acabar de cenar y lavar los platos, entre a mi habitación, eran 09:30pm y debía terminar un trabajo que tenía para el día siguiente, lo sé, se que no debo dejar las cosas para última hora, pero es un mal hábito en mi, abrí mis libro y empecé a redactar el informe que tenía que entregar.

Me tomo una media hora tenerlo listo, deje sobre la mesita de noche mi trabajo, ordene todo para el día siguiente, tome mi celular eran las 10:15pm, ya debía dormir, de repente mi teléfono vibro en mi manos, sonreí al ver de quién se trataba.

Voy a morir, te juro que voy a morir.

¿Por qué vas a morir Sem?

La tarea me mata, no quiero terminar el informe.

Fruncí el seño, ¿Cual informe? El informe era en parejas y el estaba conmigo, solo tenía que hacer el ensayo de historia.

¿De que hablas? Estás en el informe conmigo.

¡Cieertooo! Lo olvidé.

Dime qué no olvidaste hacer el ensayo porfavor.

Nou, está listo junto a mi.

Más te vale, te veo mañana, te quiero.

También te quiero Anne.

Dejo el teléfono en su lugar y me meto entre las sábanas, mis ojos se cierran dejando en un sueño profundo.

Un fuerte ruido me hace brincar de la cama, tomo mi celular y observo la 02:45am, otro ruido suena y unas voces de oyen, me levanto rápidamente a ver qué está sucediendo al llegar la sala las voces son más claras.

—¡Ya me tienes harta!—Grita.

—¡¿Que haces aquí entonces?!

Suspiro, bajo las escaleras y noto los cristales rotos, todas las fotos de la familia en el suelo.

—¿Que sucede?—pregunto.

Todos voltean a observarme—Anneliese ¿Qué haces despierta?—pregunta mi madre.

—Los gritos me despertaron, ¿Que sucede?

—Esto no es tú maldito asunto—Gruñe Allison.

—Lo es mientras no me dejen dormir.

—Claro, porque a su majestad no se puede molestar ¿Cierto?

Pongo mis ojos en blanco.

—No sucede nada, un shows como siempre.

—¡A ti no te importa lo que pase conmigo! ¡Todo es Anneliese! ¡Todo el maldito tiempo!—Grita Allison con lágrimas en los ojos.

—En mi casa no vas a maldecir, yo me preocupo por ti, pero si no quieres hacer nada por tú vida, no te voy a obligar, ¡Ya estoy harta de lo mismo siempre!—Gruñe mi madre furiosa.

—No entiendo porque sigue viviendo aquí si lo único que causa es problemas—La voz de William se hace presente.

—Nadie pidió tu opinión, no eres nadie aquí.

—Si lo es, es mi pareja y por lo tanto lo respetas—dice mi mamá.

—¿Saben algo?—digo—Si quieren matarse entre ustedes está bien, pero por lo menos que sea en silencio, yo trato de dormir porque mañana tengo que estudiar, buenas noches.

Subo de vuelta a mí habitación, cierro la puerta coloco mi audífonos a todo volumen y vuelvo a dormir.

El sonido de alarma me sobresalta, ¿Desde cuándo suena tan fuerte? Noto que sigo con los audífonos puestos, cierto anoche me quedé dormida con ellos para no escuchar la fiesta de gritos, bostezo y me levanto, camino hacia mi baño, me ducho y empiezo a vestirme, tomo todo lo que necesito, lo aguardo en la mí mochila, salgo de mi habitación.

Camino hacia la sala, encuentro a mi mamá terminando el desayuno, Wiliam esta sentado en la isla, con una taza de café en su mano, Allison no está presente y prefiero comer rápido e irme antes de que empiece la batalla campal.

—Buenos días—digo.

—Buenos días hija.

—Buenos días Anneliese—dice William.

—Aca esta el desayuno, siéntate—Dice mi madre.

Empiezo a desayunar en silencio, mi madre preparo tostadas, están deliciosas a decir verdad, termino mi desayuno, estoy apunto de levantar cuando escucho unos pasos, Allison aparece en mi campo de visión, decido ignorarla no quiero llegar tarde al instituto, lavo mi plato y me dispongo a irme.

—Adiós mamá—Beso si mejilla.

—Adiós hija.

—Allison, William—me despido.

Eso a salido bien, aún no hay ningún gritó, ni insultó, sonrió a mis adentros cuando escucho un plato quebrarse y los gritos no tardan en aparecer.

—¡Sabes que odio las tostadas!—chilla mi hermana.

—Si no te gusta entonces no comas y ya—esta vez es la voz de mi madre—Y vas a pagar el plato que rompiste.

—Dile a él que lo pague, ¡ya que no te da ni una puta libra en todo el tiempo que lleva viviendo aquí!

Escucho los pasos hacia la sala volteo y están todos caminando hacia acá, una vez más que equivoqué cuando pensé que tendría un día normal.

—Tu vas a decirme que tengo o que no hacer, es mi casa y es mi vida y si no te gusta ahí está la puerta.

Allison se voltea y encara a mí madre—Claro por qué es todo lo que te importa ¿No mamá? Que él esté bien y que mi me lleve el diablo.

—Estoy agotada de tus idioteces.

—Yo no se porque no sé a ido si nos odia tanto, ella es solo un imán de conflictos, deberías alejarte de ella Elise—dice Wiliam encogiéndose de hombros—Igualmente para la falta que hará—el sarcasmo es notorio—ninguna de tus hijas te aprecia, pero eres muy buena para ver que trajiste al mundo a un hienas.

Mis ojos se abren con gran sorpresa, debería morderme la lengua y no decir nada para no tener problemas con mi madre, pero no puedo simplemente no puedo.

—Tú no deberías hablar tanto William—digo— por lo que se ninguno de tus tres hijos te valora porque no has sido un buen padre, ni siquiera te felicitan en tu cumpleaños, tu familia ni siquiera te saluda entonces creo que deberías pensar mejor antes de opinar—chasqueo la lengua— los problemas entre nosotras y mi madre lo arreglamos nosotras tres, deberías ahorrarte tus comentarios y hacer algo productivo por tu vida no estar metido en internet todo el santo día.

—Vaya así que estás sacando las garras para defender a tu hermana—se ríe—no dije ninguna mentira ustedes no valoran a su madre y yo no voy a permitir que le pase algo por su culpa. Y te recuerdo que tengo un empleo no soy tú, que a duras penas estudias y no haces más nada.

—Un empleo que no trae ni una libra a esta casa donde tú también vives, pero ese asunto es de mi madre si ella quiere mantener esa será su decisión, y respecto a que “a duras penas estudio" te recuerdo que soy la mejor en mi facultad  y me graduare con honores, así no tengo el promedio más alto del mundo, pero llegaré más lejos que cualquiera en esta casa.

>>Y ya tengo un empleo—Digo esta ves mirando a mí madre—como se que siempre dicen que no haga nada productivo ahora lo haré, después del instituto me iré a trabajar, vuelvo en la noche.

Es lo último que digo antes de salir y cerrar la puerta fuertemente, estoy cansada de esto, es lo mismo cada día, al menos el estar trabajando me dejara poco tiempo en casa, así podré tener mi propio dinero y hacerme cargo de mis cosas, eso es algo bueno.

Odiaba cada vez que William abría la boca para opinar, también me enojaba el hecho de las actitudes de mi hermana no la entendía en absoluto y se que debía ir a un psicólogo, porque si actitud no era normal, aunque la habían llevado a muchos todo seguía igual.

Calma Anneliese, el trabajo te dejara poco tiempo en casa, estarás ocupada con el instituto y el trabajo y no tendrás que pensar en los problemas de tu casa, eso esperaba.