capítulo 1
Dada la situación en la que se encontraba, Denji pensaba en regresar a su hogar puesto que ya no sentía necesidad de seguir ahí después de responder a todo lo que se le preguntó en las oficinas de la SP.
Fue la propia Quanxi quien lo interrogó, aunque ya sabía lo que había sucedido en realidad después de todo lo que descubrió.
Simplemente estaba siguiendo el protocolo asignado, así que preguntó exactamente lo mismo que le preguntó estando en el auto y en aquella estación de comida para poder anotarlo en su informe.
- entonces, eso sería todo? -
- así es... Dado a que no posees intenciones de asesinar a la gente entonces eres libre de hacer lo que quieras. -
- de verdad? Pensé que me encarcelarian o algo por el estilo. -
- aquí no hacemos eso. Nosotros matamos demonios y listo, no hay más, a menos de que seas una amenaza potencial, entonces si te mantenemos vigilado, pero dado a que tú no tienes intenciones hostiles entonces no hay nada que a hacer contigo, asi que ya te puedes marchar. -
- bien, en ese caso, muchas gracias por todo, creo que es el mejor día de mi vida.-
- si lo ves así entonces esta bien... Adiós chico, cuidate. -
- lo mismo digo, señorita Quanxi, nos vemos. - dijo denji mientras empezaba a dirigirse a la salida de la Oficina, siendo seguido por la Peli-blanca la cual, al estar en la puerta de su Oficina, solo observó como denji se marchaba por el pasillo. -
- crees que estuvo bien mentirle? -
- y que más da? No le podía decir que lo tendríamos vigilado 24/7. Es mejor darle una confianza falsa para que no sea un problema en el futuro. -
- en serio eres malvada Quanxi. -
- y tu eres una molestia Bean, puedes dejar de estar oculto en la pared? -
- como usted diga ansiana. - dijo el demonio tiburón mientras salía de la pared. -
- tú que nos has estado siguiendo, que crees que haga el? -
- pues es el mismísimo motosierra, seguramente haga algo súper genial, de eso no lo dudo. -
- en tan alta estima lo tienes? Ni lo conoces. -
- no hace falta conocerlo, puedo ver perfectamente que el será alguien importante en el futuro, en especial para la señorita Makima. -
- hmm...Makima sabe de el? -
- así es, ha sentido un olor algo peculiar desde que el señor Denji entró aquí, fue por eso que me pidió seguirlo ya que quería saber un poco más de el. -
- ya veo... Eso significa que ella se a interesado en ese chico si es que te mandó a ti por información. -
- en efecto mi queridisima ansiana. -
- en verdad me fastidias, vete de aquí antes de que me tomé en serio la idea de asesinarte.-
- jajaja, tan graciosa como siempre. - dijo Beam mientras se marchaba de ahí atravesando el piso utilizando su intangibilidad. -
- no era una broma. - dijo Quanxi mientras cerraba la puerta de su Oficina para poder marcharse de ahí. -
Había sido un día algo agotador y aburrido a palabras de ella.
O mejor dicho, así fue.
La única razón por la que no dejaba su trabajo es porque tenía que conseguir dinero parar poder mantener su harem.
Cuidar de sus chicas era prioritario para ella, y la paga era buena así que no se podía quejar de eso.
Pero cada vez le resultaba más tedioso convivir con los subordinados de Makima.
Todos eran tan extraños. Desde el propio Beam que siempre aparecía en el momento más inoportuno hasta ese extraño demonio Ángel que siempre está cansado, y que si en dado caso lo tocas, te quita años de vida.
Lo único bueno que se salvaba del estúpido grupo de Makima era esa demonio araña que tenía.
Entraba en los gustos de ella, pero ya tenía establecido una línea la cual era nunca tocar las pertenencias de Makima.
No le tenía miedo a la chica, pero si que temía que ella le hiciera algo a sus chicas.
Eso jamas lo permitiría.
Es por eso que, aunque le fastidiara, debía de mantenerse al margen y no follarse a esa demonio que le llamó tanto la atención.
Y mientras pensaba en esto, ella ya había salido del edificio, ahora le tocaba buscar un taxi para poder irse de ahí con rumbo a su casa.
Aunque para su falta de interés, ella logró visualizar a Denji, el cual estaba parado cerca de un poste sin a hacer nada.
Por lo que ella entendía, el trabajaba para los Yakuza, o trabajó para ellos mejor dicho puesto que si era verdad lo que el contó, entonces el había matado a uno de los líderes de este grupo.
Así que en pocas palabras, el estaba libre. Sin responsabilidades, sin preocupaciónes más que de buscar algo para comer, sin trabajo y sin absolutamente nada.
Ni siquiera poseía una camisa. El estaba ahí, parado con unad simples bermudas algo rotas, sus tenis viejos y con su torso al descubierto, con su visible cordón para transformarse en demonio.
Y con eso en mente, Quanxi se puso un poco más seria ante el asunto.
Ahora que lo pensaba, si Denji tenía tantas libertades, siendo un demonio entonces era comprensible la idea de que Makima lo quiera en su grupo.
No ha visto el alcance de su poder, pero bajo las órdenes de Makima, seguramente lo utilizaría para fines totalmente desconocidos para todos.
Un claro ejemplo era su antiguo compañero kishibe.
Un caza demonios con un potencial brutal, pero que, por culpa de sucesos inoportunos, se vio envuelto en una extraña relación con Makima, que lo llevó a ser su perro faldero y para su infortunio, uno de los agentes más fuertes que tenía.
Y ahora, no conocía el verdadero poder de Denji, pero si Makima se interesó en el, entonces eso significaba que en verdad tenía un gran potencial.
Uno que ella no estaba viendo.
Tampoco es que fuera relevante para ella, puesto que a su grupo fuerza no le hace falta, mucho menos a ella.
Era la primera cazadora de demonios, reconocida por el Gobierno japonés y por el Gobierno chino sin ni siquiera haber trabajado ahí.
Un gran logro de su parte.
Pero volviendo al tema, si lo miraba desde otro punto de vista más neutro. Denji podia ser alguien sumamente moldeable para un bien mayor.
Tal vez, si ella se encargaba de el, podia crear a un cazador de demonios sumamente hábil, que se ajuste perfectamente a los parámetros perfectos de un cazador.
Algo así como ella, pero en una versión masculina.
Y por si fuera poco, se lo podría ganar a Makima.
Odiaba a esa mujer por la forma tan rastreara en la que trataba a los demás.
En sus inicios en este trabajo, ella logró conocer la personalidad de Makima, y podia decir que le daba repulsión ver la forma en la que trabajaba.
Kishibe fue la viva imagen de lo que makima era capaz de hacer ante una mente tan débil, es por eso que no les agradaba ninguno de los dos.
Kishibe por ser tan débil mentalmente, y ella por ser una manipuladora.
Fue por eso que jamás aceptó absolutamente nada de ella.
Decidió forjar su propio camino en este mundo de caza y ahora contaba con un equipo único.
Un equipo que podia fortalecerse si elegía meticulosamente a las personas correctas.
Más allá de querer satisfacer sus deseos carnales, que fue la razón principal para formar su harem, también lo hizo con la idea de cumplir con un excelente trabajo como cazadoras de demonios.
Y tener a alguien con gran potencial entre sus filas solo le resultaba beneficioso.
Además de que podia unirlo a su harem también, solo necesitaba convencerlo.
Era un chico de 16 años después de todo más temprano que tarde caería ante ella.
Además, sería el prototipo perfecto para experimentar algo nuevo.
Jamás se interesó en un hombre en concreto puesto que sus gustos radicaban más en las mujeres.
Pero ahora, se le habría una puerta en donde podia moldear a su hombre ideal por decirlo de alguna manera.
Si le gustaba, entonces era bienvenido a su harem, sino le gustaba, entonces serviría para fortalecer a su equipo de una manera física en combate.
De una u otra forma, ella resultaba ganando.
Y eso es lo que haría precisamente.
Es por eso que se acercó al rubio y luego lo empezó a arrastrae con ella.
- Uhm, señorita Quanxi? Que sucede? -
- vendrás conmigo. -
- estoy en problemas? -
- lo estaras sino vienés... En especial si te quedas con... Ella. - dijo la Peli-blanca quien con su único ojo, pudo visualizar agudamente como Makima los observaba a los dos desde la ventana. -
"Parece que en esta ocasión no te saldrás con la tuya." pensó la Peli-blanca mientras mantenía su semblante estoico."
- entonces... Quiere que me una a su grupo en la SP? -
- número 5.-
- si...en el escuadrón numero 5.-
- asi es... Y también puedes unirte a mi harem si quieres, no tengo problema con eso. -
- pero... Solo por curiosidad, cuantos años tiene? -
- 45 años, y contando. -
- y quiere que yo.-
- no le importa la edad, lo único que me importa son los miembros de mi harem. Si te unes entonces ten por seguro que te protegere con mi vida... A cambio de eso, debes de prometer que nos prtegeras a todas nosotras, así como mis chicas prometen protegerte a ti. -
- y... Si en dado caso no aceptó? -
- entonces solo serás parte de de mi escuadrón especial, podrás vivir aquí, tendras alimento todo los días, y por último, serás mi aprendiz. -
- Su Aprendiz? -
- oye motosierra, es que acaso no lo has entendido? -
- motosierra... Es que acaso sabes quien soy yo? -
- claro, lo pude deducir fácilmente, y dejame decirte que no estoy impresionada. -
- y quien eres tú? -
- yo soy Pingtsi, y soy la amante y protectora de mi Leidy Quanxi. -
- ya veo... Pero sigo sin entender lo que me tratas de decir. -
- eso es fácil... Leidy Quanxi es la primera cazadora de demonios de la humanidad. Ella sabe muchas cosas, aunque su mayor fuerte es el área de combate, así que si te vuelves su aprendiz, estarías aprendiendo muchas cosas de parte de ella... Verdad que así es Leidy Quanxi? -
- así es Pingtsi. - dijo Quanxi la cual le dio unas palmaditas en la cabeza a su amante, cosa que la hizo ruborizarse fuertemente. -
- tú eres... Eso significa que eres demasiado fuerte. -
- te gustaría comprobar mi fuerza? -
- tal vez, pero me siento cansado justo ahora, ha sido un día bastante largo para mi. -
- podrás descansar, pero por ahora, necesito una respuesta de tu parte, así que dime, te unes a mi o no? -
- bueno... Si voy a recibir una cama y y comida gratis, entonces no veo porque no, así que le entró a esto que tu mencionas.-
Dicho eso, las amantes de Quanxi aplaudieron de felicidad.
Obviamente sentían celos de que su jefa se interese en alguién más que no sean ellas, pero si esto era idea suya y la hacia feliz, entonces ellas también eran felices.
Además, era la primera vez que un hombre entraba en contacto con ellas y con su reina de una forma más íntima, o entrara posteriormente, así que les daba mucha curiosidad.
Pero era obvio que no podían a hacer nada con el, a menos de que Quanxi se los ordene.
- muy bien chico, bienvenido a la familia.- dijo Quanxi la cual se levantó de su asiento y luego se acercó a denji para poder sentarse encima de su regazo, cosa que alteró al rubio. -
- pe-pero que... -
- ahora te diré como funcionan las cosas. Tú ahora eres mio, y dejame decirte que yo soy bien celosa con mis pertenecías. No tienes derecho de relacionarte con otra mujer u hombre de una manera romántica, incluso si es de manera amistosa, primero tienes que pedirme permiso a mi. Al ser parte de mi harem, es evidente que te protegere junto con mis niñas como ya te lo había mencionado, pero también espero tu protección, así que esfuérzate en complacerme, porque creeme que si estoy insatisfecha, no te dejaré ir hasta que satisfagas mis deseos. -
- yo... Yo. -
- no tienes derecho de celarme en lo absoluto. Yo puedo estar con cualquier de ustedes 5. Obviamente no los voy a descuidar a ninguno de ustedes, de ahora en adelante te voy a querer y te voy a dar el afecto que quieras, pero no abuses, respeta mis tiempos y necesidades. Actuaras conforme a como yo lo ordene, si en dado caso piensas actuar por tu cuenta propia, entonces argumenta de manera concisa y certera, porque de lo contrario, te casitagare en la cama, y yo puedo resultar ser alguien muy violenta. -
- violenta? -
- no te lo tomes todo con prisa, despues de todo, también es mi primera vez relacionandome con un hombre, así que te daré tiempo para que conozcas mis modos, y viceversa. Estará a tu cuidado, y Viceversa, trata de ser útil, y si en dado caso dudas, entonces hazte a un lado, no estorbes, tampoco lo lamentes, solo trata de mejorar... Si tienes dudas, pregunta, no hay preguntas tontas, solo tontos que no preguntan, se confiado, o mejor dicho, confía en mi y en todo lo que te diga. Después de todo, no busco lastimarte, sino que buscó que encuentres tu felicidad conmigo ahora que eres parte de mi harem, así que, con todo eso dicho, creo que ya podemos comenzar contigo. -
Dicho eso, Quanxi no esperó por más tiempo y se acercó al rostro de Denji para poder besarlo en los labios.
Estaba emocionada de cierta manera ya que era la primera vez que experimentaría el sexo con un hombre.
No le disgustaba la idea, al contrario, esto era algo nuevo y fuera de su monótona rutina.
Tampoco es como que sintiera un fuerte deseo de cariño por Denji.
A penas se estaban conociendo, aunque su forma de hacerlo era por medio de mucho contacto físico.
Solo así podía empezar a sentir algo por el rubio.
Llevaría algo de tiempo o no, todo depende de cómo se den las cosas.
Por ahora, trataría de desetrezarse con su nueva adquisición, y lo disfrutaría, teniendo en mente que le arrebató un juguete nuevo a Makima.
Es por eso que siguió besando al rubio en los labios, mientras lo trataba de estimular, tocando partes de su cuerpo para que fuera cediendo al deseo.
Como ella lo supuso, no fue difícil convencerlo de que se uniera a su harem.
Aunque también creia que el pondría un poco de resistencia, pero al parecer Denji no era alguien que tuviera grandes expectativas de la vida.
Con sólo escuchar su deseo de tener donde dormir y comer fue suficiente para que se diera cuenta que el caería fácilmente.
Y eso le facilitaba las cosas.
- bien... Ahora dejame quitarte esto. - dijo Quanxi mientras empezaba a quitarle sus bermudas al rubio con todo y sus bóxers. -
- s-señorita Quanxi, p-pero que... -
- ya te lo dije... Ahora eres mio, eso. Significa que yo puedo tener sexo contigo cuando yo quiera, y hoy me apetece probarte. -
- pero... Y e-ellas? -
- si siento que falta más diversión entonces ellas entraran, de no ser asi,entonces solo disfrutarán de como te follo. -
Dicho eso, Denji solo tragó saliva.
Ahora si que estaba jodido, y ya no podía a hacer nada para revertirlo.
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Hasta la próxima.
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