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Capítulo 8: El escape.

Con todo su preciado metal en sus manos, Hefesto salía del monte olimpo en una caminata semi rápida. Cualquiera que lo viera se daría cuenta que el dios estaba apurado, aunque para muchos más bien parecía querer correr. Y no era falso. Si el dios se quedaba más en este lugar se vería amenazado por muchas estupideces de los dioses, como por ejemplo la Gigantomaquia.

Hablando de ella, él recuerda haber encerrado a Mimas en hierro fundido. Un gran desperdicio.

"(Un poco más y adiós a este maldito monte de lleno de dioses incestuosos, psicópatas y erotómanos)".

Hefesto no tenía presente cuando, pero le a tomado asco y un ligero despreció a los dioses Griegos... exceptuando sé el claro. Está avergonzado por las cosas vergonzosas del pasado, pero estaba realmente inestable porque...

"¡HEFESTO!".

...Esa mujer no paraba de engañarlo.

"(Joder)". La persona con la que menos quería interactuar se encontraba llamándolo. Hefesto respiró ondo, mentalmente preparado para tratar a la perra de su Ex.

"Afrodita". El volteó a verla. La mujer se veía molesta, pero ligeramente impresionada del aspecto normal y compleción de niño de Hefesto. (Osea, no esta fornido y lleno de pelo, tampoco está mamadisimo como un fisicoculturista griego o algo así).

"Te vez mejor". Ella no pudo evitar decirlo al verlo mejor de frente.

Hefesto sonrió y encendió un cigarrillo. "El divorcio me vino como anillo al dedo: Perfecto".

La cara de Afrodita se cambió a una de enojo. Aunque es cierto que nunca se quiso casar con Hefesto, aun le duele que el hombre haya luchado tanto para dejarla a ella, la diosa más hermosa de todas. Eso siempre fue un duro golpe en su orgullo.

Afrodita ligero algo de su enojo y habló. "No estoy aquí para discutir. Ya que volviste a trabajar, quiero que comiences a hacerme accesorios lujosos". Exigió.

Hefesto alzó una ceja. ¿No le había dicho la última vez que ya no es un herrero?.

"No". Respondió indiferente, casi aburrido. Dios, esa mujer vivió generaciones y no a madurado. Pensándolo bien, ningún dios además de él parece haberlo hecho.

"(Tener una perspectiva mortal tiene sus ventajas supongo)".

La expresión lujosa y refinada de Afrodita se se hundió. "¿Porque no?". Exigió.

"Llevo años sin tocar una fragua, tengo que... entrenar".

"¿Qué?". Afrodita miró tontamente a Hefesto. ¿Que dios olvida cómo manejar su dominio?.

Mientras Afrodita pensaba lo anterior, Hefesto se reprendió mentalmente por usar el término 'Entrenar' en vez de practicar.

"Solo... dame tiempo ¿Si? prepararé algunas cosas y bla bla, hasta luego". Hefesto no encontró una razón para esforzarse en buscar una excusa para su Ex esposa, por lo que interrumpió su excusa poniendo una cara en blanco para el mismo por su idiotez.

Hefesto se alejó, pero Afrodita lo seguía.

Con una cara inexpresiva y aburrida, Hefesto volteó. "¿Una razón en especial para seguirme?".

Afrodita se sobresaltó. "Ni-Ninguna en especial, solo vas por donde voy".

"(La excusa más vieja del libro)". Hefesto rodó los ojos. "Ya que tienes un lugar por donde ir". Hefesto se echó a un lado. "Porque no te adelantas".

Afrodita abrió la boca para decir algo, pero la cara de Hefesto no lo hacía ver como una decisión. "Bien". Afrodita se adelantó y tomó un camino lejos de donde él se dirigía, la salida.

"(Ahora a buscar un lugar con techo para usar la pulsera y evitar la vista del bastardo egocéntrico de Apolo)". Pensó. Sería estúpido pensar que Zeus o Atena no lo hayan mandado a vigilar. Conociendo las personalidades de esos dos no le sorprendería, es más, incluso esperaba que Afrodita lo hiciera.

"(Pensándolo bien, es posibles que pongan guardias para evitar mi escape)". Hefesto meditó unos segundos. Al verse sin opciones rápidas, decio usar la nueva modalidad de la pulsera: Invisibilidad.

"(Siento por usar el poder patentado de tu casco tío, pero la invisibilidad es demasiado buena para no usarla)". Hefesto se hace invisible y bloquea la vista de Apolo.

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En una habitación extravagante, está pintada de la mayor parte de Oro, 3 personas se encontraban hablando.

"¿Aun no sale de ahí?". Preguntó Zeus. Aunque podía ver lejos desde una fuente, podía ser descubierto por alguien lo suficientemente... mágico. Apolo siempre tuvo la singularidad de que siempre ve desde el sol, por lo que es casi imposible que sepan cuándo está o no mirando.

"No". Respondió Apolo con voz claramente aburrida.

"Que está haciendo". Murmuró Atena. Ella y su padre han hablaron con el Dios del sol, Apolo, para estudiar a Hefesto. Pero luego de que se metiera a un pequeño templo de descanso para dioses, no volvió a salir por horas.

Zeus frunció el ceño. Esta trama es demasiado extraña para el Dios del Rayo. "Manda a alguien a verificar que está haciendo hefesto". Le ordenó Zeus a Atena. La mujer asintió y no tardó mucho en acatar la orden.

Después de que la persona fuera mandada, el presentimiento de Zeus se hizo realidad, Hefesto se las había arreglado para irse sin que él lo supiera.

El Padre de todo y Dios del Rayo masajeó el puente de la nariz ligeramente irritado, pero Divertido. Su hijo había cambiado demasiado.

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"¡¡¡AAAAH JAJAJAJAJA!!!". Hefesto se reía como loco por lo fácil que fue escapar de la vista de su padre. Los pobres Ilusos nunca podrían encontrarlo con tan poca información de sus miles de ventajas guardadas, NUNCA.

Después de llegar a la zona donde se encontraba su Sub-dimensión, Hefesto entro y apareció en su casa. Solo cuando estuvo en ella el Ex Dios de la fragua y el fuego se relajo.

Hefesto miro el lugar donde guardo el metal recolectado y decidió tomarse un día libre. Estaba un poco hecho mierda desde que huyó del Monte Olimpo.

Fin del capítulo 8.