Capítulo 1.- Maratón Bancaria
El camaro negro del año 1969 corría a gran velocidad por avenida la dehesa, eran las nueve de la mañana de un martes y Nicolás corría su auto por las calles esquivando a todos los vehículos que transitaban y se interponían en su camino. Él iba acompañado por Joaquín y Bruno, quienes eran parte del equipo para el cual trabajaba y que estaba liderado por Federico Capazzo.
Ellos debían llegar al banco antes que las policías, lo cual era una misión difícil que los obligaba a moverse en forma rápida, sin contar con balizas al estar actuando completamente fuera de las fuerzas de orden. Los tipos que estaban asaltando el Banco Santander ubicado en el lugar eran de actuar rápido y violentamente, pero a los tipos de ese auto no les interesaba el dinero ni frenar el actuar de los asaltantes, ellos querían seguirlos cuando huyeran con su botín, para identificarlos y poder saber para cuál de las organizaciones que buscaban estaban trabajando. Si alguna patrulla de policía interfería con ellos tendrían que inhabilitarla evitando causar daño a sus ocupantes. Ya lo habían hecho antes y eso los tenía, en la nómina de criminales buscados, ellos habían aceptado el trabajo sabiendo que eso los transformaría en delincuentes a los ojos de los demás.
Sus acompañantes en la persecución eran parte del equipo de diez personas que habían seleccionado junto a Federico para cumplir con la misión que les encomendó el ministro del interior, siendo personajes tan atípicos como Altamirano. Joaquín Molina fue reclutado directamente desde la cárcel, y fue una tarea dura convencer a las autoridades de que necesitaban a ese descontrolado tipo como parte de su equipo, él estaba detenido hace cinco años por ser uno de los más hábiles asaltantes de bancos del país, siendo conocido por los criminales más importantes de cuello y corbata del país, lo que lo transformaba en una de las piezas claves del equipo, ya que reafirmaba ante los demás de que ellos pertenecían a una organización delictiva distinta. Por su lado Bruno Vicente había sido reclutado en las filas de la fuerza aérea, ya que además de ser un excelente piloto, de los que pueden hacer despegar hasta una batidora tenía un entrenamiento en combate cuerpo a cuerpo al nivel de Nicolás, siendo una de sus únicas falencias su terrible puntería por lo que evitaban entregarle armamento.
Los tres llevaban trabajando más de tres meses juntos, y les había contado enterarse del robo que se produciría en el banco durante ese día, por lo mismo su oportunidad era única. Ya que Capazzo los patearía en el piso si volvían con las manos vacía o si eran detenidos, ya que todos desconocerían de que esos tres hombres estaban trabajando para el gobierno, así que se irían derecho a la cárcel.
Era un febrero caluroso, por lo que Altamirano conducía con una polera manga corta que dejaba a la luz un tatuaje que el odiaba y que tuvo que hacerse por obligación para enfrentar sus nuevos desafíos, sin embargo, a nadie le gusta tener tatuada una esvástica nazi en su cuerpo. Más si esos tipos no te producen respeto alguno.
Ya estaban a dos minutos del banco y por la radio del auto tenían comunicación con Federico, que estaba con dos miembros más del grupo detenidos en una potente Tahoe negra a las afueras del club del colegio médico, esperando que el equipo de Nicolás tuviera éxito y ellos pudieran cubrir su salida frenando a las fuerzas policiacas que quisieran intervenir en la persecución que el camaro haría a los asaltantes del banco.
Cuando llegaron al centro comercial, los asaltantes ya se subían a su auto para realizar la huida, era un vehículo pesado el de los asaltantes, un Kia Sorento mucho más lento que el vehículo de Nicolás, por lo que él y sus tres acompañantes reían de lo fácil que sería darles alcance, más si esos tipos se dirigían hacia pie andino para huir por la comuna de Colina. La complicación estaba en los dos Dodge Pólice de Carabineros que venían a alta velocidad a cazar a los asaltantes.
Ese fue el momento de Federico y sus hombres, quienes contra el transito conducirían hacia los vehículos policiales, la Tahoe poseía un techo electrónico abatible, que permitió que Cristian Neumann, reclutado en el ejército para ser uno de los miembros del equipo quien era lejos el mejor tirador de todos, sacará su cuerpo por el techo del vehículo con una ametralladora disparando a los Dodge Pólice en lugares precisos para inhabilitarlos sin impactar a sus ocupantes. Lo cual era importante pero peligroso, ya que esos carabineros responderían con fuego, pero buscando producir daño.
Esa acción logro eliminar la atención en la huida de los asaltantes, dejándolos en completa merced de Altamirano y su equipo, quienes tenían como objetivo enfrentar a quienes perseguían cuando llegaran a pie andino. Los planes de Federico Capazzo se estaban volviendo cada vez más exitosos, pero a su vez aumentaban en complejidad llegando a ser casi unas locuras. Lo que en lugar de complicar a sus hombres hacían que lo amaran cada vez más como líder.
Nicolás conducía su vehículo con la precisión que lo caracterizaba, ver su imagen era increíble ya que estaba irreconocible al utilizar barba y estar completamente rapado, utilizando ropas negras y cadenas como cinturón. Estilo que hacía que sus compañeros lo hueviaran al compararlo con el vocalista de Rancid. Lo que no incomodaba al expolicía que amaba la música de ese grupo, ya que ese pesado ritmo acompañaba de buena forma el rugir de su motor. Mientras comenzaban a ingresar al sector de los Bravos, cada vez más cerca de pie andino, ruta de una sólo vía, que sería ideal para que la explosión de nitro los dejara sobre los delincuentes.
Nicolás se mantenía a ochocientos metros de su objetivo y no bajaba el pedal del acelerador, por lo que su velocímetro marcaba ciento sesenta kilómetros, lo que es una locura en una ruta de curvas largas y cerradas, donde transitan autos a baja velocidad y se cruzan animales en forma más frecuente de lo que uno pudiera esperar. Pero para él después de manejar en el desierto sobre las dunas, esto era casi un juego de niños, por lo que espero el momento preciso para encender el nitro y recuperar los kilómetros de distancia que tenía su camaro con respecto al Sorento de los delincuentes, la explosión en el motor, lo dejo en segundos a menos de un metro del todoterreno que perseguía. Y al cual con un golpe de costado sacaría del camino volcándolo.
Volcarse a esa velocidad haría que los delincuentes dieran tres vueltas de campana en su vehículo sin haber visto en ningún momento quien los ataco. Por lo que Altamirano pondría fuerte su pie en el freno y dejando una huella de sus neumáticos quemados en el asfalto, se detendría en seco, bajándose con sus acompañantes rápidamente del camaro para correr hacía el vehículo que perseguían, donde encontrarían vivos pero muy golpeados a sus cuatro ocupantes.
Joaquín y Nicolás apuntaban sus armas directo hacía los tipos, dándoles la instrucción de entregar las suyas. Lo que los delincuentes hicieron a regañadientes sin dejar de propinar amenazas hacia sus atacantes. Mientras Bruno sacaba a uno de ellos arrastrando desde el volcado vehículo, pateándolo en el suelo, mientras sus compañeros seguían apuntando al resto.
"Me entregas el dinero ahora o te hare cosas mucho peores?", le indicaba un violento Vicente al delincuente que tenía en el suelo, quien estaba impotente al ver como otra banda de criminales les quitaba su millonario botín. Sin embargo, para proteger su vida se puso de pie y entrego los bolsos con dinero a su agresor, el cual lo esposo, le pondría una cinta adhesiva en su boca y a la fuerza lo llevaría hasta el maletero del camaro donde lo arrojaría para luego ir a buscar a otro de sus compañeros y hacer lo mismo, esposarlo, amordazarlo y meterlo al portamaletas. Lamentablemente los otros dos criminales que quedaban en el volcado vehículo no correrían con la misma suerte, ya que Bruno los esposo al volante del volcado todoterreno, mientras Joaquín abría el estanque de combustible del siniestrado vehículo colocando en él un pequeño artefacto con un detonador, luego de lo que se despediría de los atrapados tipos dándole un beso en la frente al que ocupaba el asiento del piloto diciéndole en forma burlesca "Boooooooom".
Después de eso los tres compañeros se subirían al camaro, en una operación que no había durado más de tres minutos desde que los chocaron. Nicolás encendería el poderoso motor y saldría huyendo del lugar mientras Bruno y Joaquín miraban por la ventana hacia el todoterreno sonde habían dejado a los mal afortunados criminales que perderían la vida cuando Molina con un control remoto activo el detonador e hizo que el Kia Sorento volara en pequeñas piezas por los aíres producto de una explosión que no dejaría con vida a los dos criminales que dejaban atrás, mientras manejaban al sitio de encuentro.
El primer vehículo ya se alejaba hacía el sitio de encuentro, pero Federico sacaba la mayor potencia que podía de la Tahoe, conduciendo por calles que no tuvieran cámaras para alertar a las patrullas de Carabineros, hasta que pudo llegar al acceso de pie andino, el cual no tomaría doblando hacia la izquierda por setecientos metros por la avenida camino real, ahí los estaba esperando Freddy, otro de los miembros del equipo en un mercedes Benz a 220, automóvil al cual ingresaron no antes de prender fuego al vehículo que dejaban tras ellos. En ese momento los dos equipos de asalto se comunicarían por radio para informar que el plan iba bien y que el éxito total dependería de que lograran llegar al punto de reunión. Mientras solicitaban a Claudia, una de las dos mujeres del equipo, que cumpliera con su misión para borrar las huellas. Claudia era civil, había sido reclutada antes de ser atrapada por la policía por la orden de captura que existía sobre ella al ser, una del hacker, que mejores ataques había realizado en el país. Claudia debía ingresar al sistema informático del centro de control de tránsito y borrar todas las grabaciones de las cámaras que hubieran podido captar la imagen de sus compañeros.
La joven rápidamente haría su trabajo eliminando toda huella que pudiera identificar a quienes participaron de esa operación, aprovechando de dejar un mensaje en los servidores que sería un desafío para las policías, el mensaje decía, "Tuvimos la posibilidad de hacerles daño, pero ustedes no son nuestro objetivo".
Ambos equipos conducían hacia sus instalaciones ubicadas en un centro empresaria, dónde trabajaban en una de una ficticia empresa de operaciones logísticas. La fachada del lugar había sido útil durante meses y al tener guardias privados en su acceso era visitada en forma periódica por los carabineros encargados de supervisar esas funciones, no existiendo ninguna sospecha por parte de ellos de que en ese lugar no se hacía lo que versaban los letreros de las instalaciones. Pasó una hora y ambos equipos ya se encontraban en el lugar con sus vehículos estacionados dentro de sus bodegas.
En las instalaciones había dos salas equipadas para interrogaciones, por lo cual Nicolás se encargaría de hacer hablar a uno de los asaltantes del banco y en la otra sala Federico haría lo suyo con el otro delincuente. Ambos confiaban en sus métodos para arrancar palabras a otras personas, y sus compañeros que quedaban afuera sabían que detrás de estas puertas cerradas de ambas habitaciones, pronto comenzarían a salir gritos de dolor y suplicas de clemencia. Era lo que frecuentemente tomaban rehenes y ambos ex oficiales de las fuerzas especiales del ejército eran los encargados de hacerlos hablar.
Nicolás ingreso a la habitación, donde se encontraba su prisionero amarrado y amordazado en una silla, no podía hablar, y observaba aterrado a quien iba a torturado, como queriendo decirle algo al observar en su brazo el tatuaje nacionalsocialista que este llevaba, pero Altamirano no le daba importancia al sujeto, mientras para terror del mismo afilaba un cuchillo con sus manos, frotando su arma en una piedra especial para esos fines, con una dedicación que hacía temblar a quien estaba ahí atado de pies y manos a la silla y con su boca tapada sin poder hablar.
Altamirano se acercó hasta él y como si su acción fuera completamente normal enterró en el cuchillo en una de las piernas del tipo dejando que se quejara sin molestarlo con el ruido que pudiera causar gracias a que tenía su boca tapada, esperando un buen rato que este se calmara sin sacar en ningún momento el cuchillo de su pierna.
Cuando se calmó, saco la venda de la boca del hombre, quien lo miraría indignado diciéndole, "¿sabes a quien mierda has capturado, maldito estúpido?". Las palabras molestaron al interrogador, quien sin hablar sacaría el cuchillo de un solo tiro de la pierna de quien lo estaba increpando, enterrándoselo en la otra pierna como pidiendo que mostrara un poco más de respeto. Mientras lo observaba a los ojos con cara de aburrimiento y desafío.
Su rehén se daría cuanta de que tendría que cambiar su actitud y más calmado le diría, "amigo, me entenderás que estoy molesto por esta situación, ese dinero que nos robaron pertenece a gente mucho más poderosa que tú y que yo. Las personas para las que trabajo saldrán a buscarlos cuando se den cuenta de que no cumplimos con nuestra misión ya que ustedes interfirieron.
Lo único que quiero es advertirte y evitarte problemas mayores, ya que ese dinero no era para nosotros y el robo al banco fue una operación planeada por meses, de la cual no tengo idea como te enteraste de ella con tus amigos, ni pienso preguntártelo. Pero si nos sueltas y nos entregas los bolsos con dinero prometo hacer las gestiones para que ustedes no sean perseguidos. Soy un hombre de palabra y prometo que no estoy mintiendo". Le decía el tipo mientras permanecía con el cuchillo en su otra pierna.
Nicolás miró al tipo y por primera vez le cruzaría palabras, "¿para quién es el dinero?, ¿de quién debería estar tan preocupado según tú?".
"Amigo, veo que tienes tatuado un símbolo nazi ahí en tu brazo, créeme que el dinero es para mí organización que esta del mismo bando que la tuya". Explicaba el rehén mientras comenzaba a sentir un fuerte dolor en sus piernas ya que las heridas comenzaban a enfriarse.
Altamirano saco un cigarrillo, lo encendió mientras se ponía a reía a carcajadas, "¿tú un nazi?, ¿te has visto al espejo?, de hecho, pareces una aceituna, demasiado chico, redondo y negro para ser como nosotros.
No me vengas con estupideces, sí tu fueras nazi yo sería Jordan, ya me estas pareciendo entre patético y divertido. Créeme que prefiero estar en un bar en este momento que desgastándome contigo, no ofendas a quienes realmente trabajamos por la causa y compórtate diciendo la verdad de una vez por todas".
El prisionero miro hacia el suelo y resignado intentaría de ser más claro con su captor, intentando de lograr su libertad de una vez por todas.
"Está bien, tienes razón, no soy del estereotipo ario, lamento si eso te ofende, pero hazme caso cuando te digo que realmente trabajo para ellos.
Es una organización muy grande y el dinero que ustedes nos quitaron es para financiar las operaciones que se realiza en distintas partes, no sólo en chile. En la ciudad somos muchísimos y nuestro jefe unió a todos los grupos que actuaban en forma separada, de hecho, no me explico, cómo no los contacto a ustedes. Si quieren hacer cosas realmente grandes por la causa créeme que están en la vereda equivocada, por más que odio lo que han hecho con nosotros y el daño que me estas provocando se distinguir cuando estoy frente a gente que vale la pena. La impecabilidad con que ustedes operan nos seria de mucha utilidad, por lo mismo déjame ir y puedo perdonar lo ocurrido.
Lo que no te puedo asegurar es si mis líderes se pondrán contentos al saber que ustedes existen y los contacten para unirse a nuestras filas, o los buscaran por acabarlos por lo que están haciendo en estos momentos. Si quieres algo importante es un riesgo que tú debes corres y conversarlo con tú gente".
Nicolás salió de la habitación y cuando observo la puerta abierta del otro cuarto de interrogatorios se encontró con que el otro prisionero estaba muerto con varios golpes en el cuerpo, Federico lo había acabado a golpes de puño, por lo que moviendo la cabeza se dio vueltas y camino hacia la sala de reuniones donde estada el resto del equipo. Cuando ingreso al lugar estaban todos reunidos esperándolo, mientras Nicolás miraba a Capazzo y sin entender le preguntaba, ¿qué te ocurrió a ti con tú tipo? Federico con cara de poca paciencia le diría que su prisionero no quiso hablar así de que aprovecho de entrenar sus golpes de puño con él, que lamentaba que se le hubiera pasado la mano.
En la sala estaban Joaquín, Bruno, Claudia, Neumann, Freddy, Federico, Nicolás acompañados de Paula una especialista bioquímica que tenía como función generar drogas y armamento para el equipo, Marcos reclutado de la policía de investigaciones quien era el mejor francotirador activo y Hans reclutado en la policía de Alemania quien tenía como función aparentar ser el líder del grupo formado desde la cuna de la Alemania nazi. Todos estaban a la espera de si Altamirano había tenido mayor suerte que su jefe, por lo que este reportaría sus avances, "a diferencia de mi jefe yo no me dedique a boxear a mi prisionero, solo use un cuchillo que creo es más efectivo, el sigue vivo ya que me confirmo la información que teníamos.
El robo era para una organización más grande, que según él es la que maneja todas las células nazis del país. Resulto ser bastante convincente y se ofrece a perdonar nuestros actos si le devolvemos el dinero y lo dejamos ir. El quedo bastante impresionado por como los acabamos a ellos y a la policía en tiempo récord, por lo que me indica que quiere hablarle de nosotros a los líderes de la organización, los que pueden decidir incorporarnos o matarnos. Que era lo que Federico buscaba conseguir al idear el plan".
Todos quedaron bastante satisfechos por el reporte, el objetivo del día se veía cumplido, por lo que Federico lo felicito y le dio la instrucción de volver donde su prisionero y de seguir con el plan, tal y cual estaba planificado.
Altamirano asintió con la cabeza y volvió a la habitación del prisionero con una pistola en la mano y un bolso. Su prisionero al verlo con una pistola alemana en su mano derecha pensó lo peor y ratifico en ese lugar, que estaba frente a tipo realmente duros. Mientras Nicolás mientas movía su pistola le preguntaría su nombre y la respuesta lo hizo reír, ese tipo estaba apodado como el chacal.
"Insisto que cada vez me pareces más divertido y hasta estas logrando caerme en gracia, converse con mi grupo y les intereso mucho el ofrecimiento que nos haces de pertenecer a una estructura más grande. Somos bastante buenos, pero estamos demasiado solos, lamento haberte atacado como lo hice, compréndeme que al verte jamás se me hubiera ocurrido que eres uno de los nuestros, con tus excompañeros nos pasó absolutamente los mismo y por eso eres el único que se mantiene con vida.
No somos de actuar a medias tintas, no nos tiembla la mano cuando queremos desaparecer o castigar a alguien, así que lo siento por si esos tres eran tus amigos. La propuesta de mi jefe es la siguiente, te dejamos ir con la mitad del dinero en señal de tregua, para que puedas hablar con tu gente y ver si podemos presentarnos ante ellos. Si ellos aceptan de buena forma, les entregaremos la otra mitad del dinero cuando sea el momento de la reunión.
De verdad esperamos cosas buenas de conocer a tus líderes, pero si vemos que algo raro pudiera ocurrir o que nos están tendiendo una trampa ya te imaginaras que somos capaces de hacer bastante daño". Le dije Nicolás mientras se acercaba al chacal para desatarlo. Una vez que el asaltante del banco estuvo libre de pies y manos en lugar de vengarse de su captor le dio la mano y le indicó que no se arrepentiría. Nicolás le entrego vendas para que hiciera un torniquete en sus heridas mientras el chacal sacaba el cuchillo de su pierna.
"Siento lo de tus piernas, pero se recuperarán rápido, uno de los nuestros te llevara hasta un lugar en que puedas robar un auto para ir donde tus jefes. Lamentablemente deberás ir vendado, por favor tranquilo con esa situación, pero es por motivos de seguridad. Una vez en tu destino se te entregara el maletín y un número de teléfono para que nos contactes después de tu conversación. ¿te parece un buen trato? El chacal menciono en forma inmediata que el trato le parecía justo dejando que le vendaran los ojos y lo subieran a un automóvil para trasladarlo a un lugar en que pudiera movilizarse solo. Freddy sería el encargado de transportarlo en conjunto con Cristian.
Luego en una habitación privada Federico y Nicolás llamarían por un teléfono encriptado al nuevo ministro del interior, el cual estaba esperando junto al ministro de defensa. El gobierno había cambiado de bando político en las nuevas elecciones presidenciales pero la operación que estaban llevando a cabo esos hombres siguió en curso al existir un acuerdo internacional y de cooperación por la misma.
La conversación era para poner al día a las autoridades del éxito momentáneo de la misión, ya que habían dado un gran paso, pero faltaría más tiempo para ver si podían infiltrarse en forma definitiva, las autoridades entendieron la situación y les desearon éxito.
En la noche de ese mismo día sonó el teléfono de Nicolás, al contestar sería el chacal es que hablaba por la otra línea, "estimado, llegue bien a donde mis jefes, estoy con uno de ellos que quiere hablar contigo. ¿puedes hablar?, pregunta a la que Nicolás contesto afirmativamente.
"Señor, hicieron bastante daño el día de hoy, perdiendo tres de nuestros hombres de campo por sus acciones, sin embargo, han tenido un gesto de buena fe al enviar al chacal con parte del dinero. No creo que sea buen desaprovechar la oportunidad de conocernos, por lo que los espero a usted y a sus líderes mañana a las nueve de la mañana en las coordenadas que le enviare a su teléfono.
Tengo la seguridad de que podre conocerlo mañana, eso sí, de no aparecer ninguno de ustedes nos veremos obligados a tomar otro tipo de medida, así que asumo que nos veremos. Me place haber tenido esta conversación". Fueron las palabras del jefe del chacal quien había cortado la llamada inmediatamente después de dejar de hablar.
Tanto Nicolás como Federico sentían que ya se encontraban dentro de la organización de los malditos, un paso que esperaban por meses mientras trabajó como hormigas para lograr lo que buscaban. Se día debían dormir temprano ya que tendrían una mañana un poco más tensa.
Sin embargo, el teléfono de Nicolás volvía a sonar esa noche, casi a las dos de la madrugada, era una nueva llamada del chacal, "Amigo, mañana la reunión será importante, sus acciones realmente causaron buena impresión entre mis jefes, por lo que espero no fallen en asistir y llevar el dinero.
Les recomiendo no llevar ningún tipo de armas y asistir de verdad completamente solos, a mis jefes no les gustan los juegos y tampoco quiero salir mal parado de esta situación, me lo deben después de lo que paso con mis hombres". La llamada fue corta y el chacal no espero respuestas por parte de Altamirano, sólo corto la llamada telefónica desapareció.
Las coordenadas de la reunión ya llagaban a su teléfono, sería un almuerzo a puerta cerrada en el mítico restaurant de providencia de nombre Lili Marleen, no podía ser un local mejor seleccionado para conocerse, sobre todo por la decoración prusiana que lo caracterizaba.
Nicolás envío las coordenadas a Federico y se puso a dormir, en la mañana se reunirían en su centro de operaciones para salir juntos hacía el lugar.
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