Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Tus ojos se me pierden


Ya era de día en San Pedro de Atacama y Nicolás cansado veía el caos que había en el pueblo, más de cien policías ingresaban a domicilios y locales del pueblo deteniendo a todos los miembros del narcotráfico local. Había gritos por todos lados y veía como arrastraban a amigos con los que había estado de juerga hace solo unos meses atrás. El operativo sorprendió a todo el pueblo y sobre todo a los turistas que estaban en el lugar, ya que muchos de ellos eran detenidos por consumo o microtráfico. El paraíso nocturno de la pequeña localidad norteña había llegado a su fin, por lo menos por unos meses, cosa que a esas alturas ya no molestaba al policía, de hecho, le daba risa. Esa misión le importaba demasiado poco en esos momentos.

La misión principal a la cual había sido enviado estaba siendo tan fácil de resolver que casi parecía un chiste cruel en lo que esta se había transformado después. El policía estaba lleno de cicatrices, heridas, con una barba de hace varios días y con la chaqueta azul de La Policía de Investigaciones arrugadísima por su poco uso. Verlo era un espectáculo bastante lamentable, daba la sensación de que no había dormido mi se había bañado durante un año.

No dejaba de estar feliz, ya que en esa mañana por fin se cerrará el círculo, sin embargo, tampoco quería celebrar ya que seguía viviendo un pequeño duelo por Irina imposible de comentárselo a alguien, ya que sus tres únicos amigos que tenía en la fuerza, habían caídos abatidos en la misión. Él los extrañaría, al igual que extrañaría a Irina.

Mientras miraba el operativo bebiendo un asqueroso café de máquina que no tenía sabor a nada, sintió que alguien tocaba su hombro para saludarlo, al darse vuelta vería a su Director de Unidad, el cual con poca experiencia le día un afectuoso, pero incomodo abrazo y le comento lo feliz que estaba de que estuviera con vida.

"Siento lo de los muchachos, si no hubiera sido por ustedes, los tipos se hubieran salido con la suya y hubieran fallecido demasiadas personas. Como siempre seguiste adelante y arriesgaste todo. En esta oportunidad tus colegas fallecidos hicieron lo mismo y corrieron iguales riesgos, no te imaginas a Hernández apuntando la cabeza de Petrov con su pistola, el ruso estaba que se orinaba de miedo.

Extraoficialmente, las autoridades de este país te envían sus felicitaciones, intentaron de hacerme recapacitar en que no se te haga juicio en devolución a tus acciones, pero les comenté que tú no querrías eso. Por lo mismo mañana a primera hora iras al funeral de los muchachos, para luego entregarte a la fiscalía militar para ser llevado al estrado.

¿Qué quieres hacer hoy?, quien sabe cuánto tiempo estarás tras las rejas, le pregunto con cordialidad su jefe. Nicolás sonrío y le pidió prestado su auto, y sin dudarlo manejo directo hasta el valle de la luna, al bajarse del vehículo, camino hacia la roca del coyote y paso el resto del día mirando el hermoso paisaje que sabía iba a extrañar, mientras pensaba mucho en Irina, a más pensaba en ella, más se iba borrando de su mente la imagen y la mirada de quien lo hizo sentir tan distinto. Para él eso significaba que ella había logrado su objetivo y que era probable que ya estuviera camina a casa.

El solo esperaba que ella estuviera bien y que sus amigos estuvieran juntos en una mejor vida, disfrutando de su lealtad y de las estupideces que cada uno decía, él por fin encontraría el descanso en una celda pagando por los actos de su vida que le producían arrepentimiento y lo llenaban de vergüenza. En lugar de entristecerse por la situación, sentía que era la oportunidad de limpiar su espíritu y de auto perdonarse, más que validarse ante el resto él sentía que los errores de la vida habían causado mucho pesar en él y que tenía que entrar en un proceso que le permitiera volver a mirarse al espejo sin ver como reflejo solo sus errores en la vida, sería bueno por una oportunidad ver sus aciertos.

Estuvo horas en el lugar, y cuando se paraba en la roca comenzaba a sentir una sensación de paz tremenda, ese lugar que tanto dolor le había traído también le había regalado una nueva forma de ver las cosas, por lo que había que ser agradecido y darle los respetos que se merecía. De los grandes pesares se obtienen grandes aprendizajes, por lo que sentía que por fin podría dejar de lado su vida culposa y por fin se había dado la oportunidad de abrir su corazón, dos logros que eran nuevos en su vida.

Mientras manejaba de regreso muy lentamente hacia San Pedro, Nicolás quiso hacer una parada pequeña y sólo por un momento en el hotel donde se hospedo, mientras cumplía con su misión, cuando llego a él, solicito permiso para ir a la habitación donde se había alojado, solo quería recordar cuando abrió la puerta y ella estaba ahí desnuda esperándolo. Solo quería estar un momento en el lugar donde había tenido quizás el mejor momento de su vida.

Cuando salió de la habitación y antes de salir a la calle, la recepcionista lo llamo, le pidió que esperara y le dijo, señor Altamirano, es raro, pero hoy llego un sobre para usted. Nicolás sorprendido espero que la joven recepcionista trajera el encargo que le habían dejado. Pensaba que lo más seguro es que uno de los narcotraficantes le había dejado un mensaje como "cuando salga te matare", lo que, de hecho, era lo que debían estar pensando la mitad de las personas con quienes había salido de fiesta en ese lugar y que ahora se encontraban detenidas. Pensar que bebió un trago con cada uno de ellos no dejaba de causarle gracia.

La joven se demoró unos minutos hasta que apareció con el sobre, al tocarlo con sus manos, como para no encontrarse con ninguna sorpresa desagradable se dio cuenta que dentro de él había una caja. Por lo que se despediría de la joven recepcionista para salir del lugar y abrir el inesperado paquete dentro del vehículo de su jefe.

Dentro del sobre sacaría una pequeña caja que tenía por mensaje "Gracias por mi gran regalo", al sacar con cuidado el contenido dentro de la caja el policía se daría cuenta que su contenido era una pequeña prueba de embarazo que marcaba positivo. Nicolás sonrío al darse cuenta de que dentro de tanto caos había un poco de esperanzas y con júbilo manejo hasta la base del Ejercito ubicada en Antofagasta, ahí lo esperaba su jefe al cual le entregó las llaves de su auto, su placa policiaca y su pistola de servicio. Caminando juntos entraron silenciosamente al recinto militar, donde estaba esperándolos su ex General de Unidad en el Ejercito, ambos líderes querían acompañar a quien consideraban el mejor de sus hombres a un momento que sabían era especial para él y le traería la paz que tanto buscaba.

Lo condujeron hasta la zona donde se encuentra el centro de detención del Regimiento de Antofagasta, Nicolás se sacaría la chaqueta de la Policía de Investigaciones y en un acto de sumisión pondría ambas manos hacia delante para ser esposado. Había un fiscal militar esperándolo, quien no podía creer que tenía que leerle los derechos a quien ya era considerado una leyenda viviente. Altamirano le sonrió al joven fiscal para que este se tranquilizara y respetuosamente escucho en silencio todos los cargos que había en su contra, los derechos y deberes que él tenía como prisionero preguntándole si entendía la razón por la cual estaba en ese lugar. El ahora ex agente de la policía afirmaría tener absoluta consciencia de sus actos, indicando que se entregaba en forma voluntaria para ser sometido a un juicio que consideraba justo. Mientras Altamirano hablaba con respeto al Fiscal Militar sus jefes se mantenían en silencio observando el valor que mostraba su pupilo.

Con mucho cuidado aparecieron los encargados de la cárcel militar y pidiendo disculpas al hombre que sería juzgado el día siguiente lo llevaron a su celda caminando lento, Nicolás al ingresar a su lugar de reclusión y ver como se cerraban los barrotes de este por fin sintió paz y con orgullo se tendió sobre la cama que se encontraba preparada para él, después de muchas noches, el ex militar y exagente pudo dormir tranquilo, casi como un niño. Sentía la felicidad de no tener nada que ocultar y a esas alturas nada que perder. Por lo que pasaría una nueva noche feliz.

Al otro día al despertar, su General de Unidad de las Fuerzas Especiales lo estaba esperando para llevarlo al funeral de sus compañeros, después lo llevaría al juicio. Fue una ceremonia emotiva donde él miraba los féretros de Mayorga, Rodríguez y Hernández.

Los únicos tres amigos que poseía en la fuerza se habían ido juntos a un lugar mejor, él en silencio y a través de sus pensamientos les agradecía toda la paciencia y protección que le habían dado durante esos años de servicio. Fue una ceremonia digna de tres héroes y era justo que fueran reconocidos en forma solemne, pero como suele ocurrir en la profesión de agente encubierto, no se podían dar las razones reales de su caída ni dar detalles de lo mucho que habían hecho por su país.

Terminada la ceremonia subiría a un auto de la policía militar que lo llevaría a la corte marcial que tanto había estado esperando.   

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro