Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cascos Azules


Sólo faltaban cinco kilómetros para su destino, los compañeros de armas se despidieron con un fuerte apretón de manos, era el momento de separarse y comenzar a caminar por separado, alejados unos de otros para no ser un blanco fácil, no había ninguna suerte que desearse, los tres sabían que el camino de seguro no tendría regreso y que se encontrarían con más de un obstáculo, pero eso no los intimidaba. Era la hora de cumplir con su desafío, lo único que esperaban es que el camaro conducido por su compañero estuviera cerca de la base. El frío del desierto y la claridad de la noche eran una buena postal para disfrutar. SI llegaba la hora de marcharse de la tierra, bajo esa luna por lo menos lo sentían casi como un privilegio.

Avanzaban solos en forma individual, enfrentando cada uno de sus miedos y pensando en cómo cumplir de mejor forma el rol que les había tocado cumplir. Altamirano por su parte se alejaba a paso raudo intentando volver a lograr convivir en armonía con el lugar que casi le llevaba la vida. Fuertemente armado pensaba en los Bastardos, en la chica y en los cuatro desgraciados que fueron parte de su comando en la ahora tan lejana y distante Haití. De a poco y a tres kilómetros de su destino disminuyo la velocidad de su marcha y puso a funcionar sus visores nocturnos, estaba seguro que algún tipo de vigilancia se le presentaría en su camino, a lo lejos sintió un pequeño ruido, al dar lentamente vuelta su cabeza, con su visor nocturno ve alejarse un zorro del desierto, similar al que bebió de su sangre mientras se encontraba moribundo, solo esperaba que esa presencia no fuera una señal de lo que ocurriría más adelante.

Sin embargo, mientras veía como el zorro se alejaba de su posición sentiría un ruido distinto, por lo cual inmediatamente y en forma sigilosa se agacho, al mirar hacia delante vio que a no más treinta metros una pequeña y tenue luz se reflejaba en su visor, ajusto la distancia de este y pudo percatarse que la luz era del cigarrillo de uno de los mercenarios que estaba de guardia en el lugar. Su contraparte no se dio cuenta de su presencia. Nicolás no debía hacer ningún ruido ya que estaban demasiado cerca, a sus alrededores no se veía nadie más. El policía, al observar al guardia dedujo que este estaba desconcentrado por su forma errática de moverse, podía observar como su rival bebía directo de una pequeña botella de vodka como atacando el frío, completamente aburrido de su ronda y con la confianza de que como todos los días nada ocurriría nada nuevo por ahí. Nicolás se tendió en el suelo y espero que el viento del desierto comenzara a hacer el ruido que necesitaba para poder avanzar lento, como una serpiente en la arena, arrastrándose lo más cerca posible hacia su víctima, la hermosa Luna era un enemigo en ese momento, ya que, si no se movía por los lugares precisos, el claro satélite natural podría dejarlo al descubierto. Por radio y muy despacio le aviso a sus compañeros que ya estaban en la línea de fuego.

Como si el desierto escuchara sus pensamientos, un fuerte viento comenzó a adueñarse del lugar, Nicolás comenzó a avanzar lentamente, arrastrándose suave llegando a estar tras una pequeña duna solo a cinco metros del vigía que resguardaba el lugar, solo le quedaba esperar que este reporte normalidad en el lugar a su base. Se quedo ahí, concentrado bajando el ritmo de los latidos de su corazón, disminuyendo la velocidad de su respiración mientras suavemente sacaba de su bota su cuchillo de combate, no podía hacer ruido, su actuar debía ser tan invisible como el viento. Él tenía paciencia en la espera, más si su vida dependía de ello. Pasados los minutos el distraído vigía reportaría que estaba todo normal. Para el agente fue confortante reconocer que la voz del tipo era la de uno de sus captores, uno de los ex miembros de las Fuerzas Especiales chilenas que se vendió al libre mercado de la muerte trabajando como mercenario. Él era uno de los cuatro que estuvo ahí, por lo que a la siguiente bocanada de viento se puso de pie y aprovechando la altura de la duna corrió, salto y cayó justo sobre el cuerpo de su enemigo, sin que este alcanzara a darse cuenta, con la fuerza de la caída y la precisión de un cirujano, Altamirano clavo en forma certera su cuchillo en la garganta del que ni siquiera alcanzo a ver ni escuchar a su oponente. El corte y el cuchillo enterrado por completo en su garganta impidieron que la víctima pudiera pedir ayuda. Nicolás se quedó junto a él, observando cómo se ahogaba al tragar su propia sangre. Suavemente y evitando cualquier ruido saco el cuchillo que el mercenario tenía en su cintura y lo enterró en su pecho en forma lenta, mientras este veía como su verdugo lo estaba acabando pausadamente, ambos, no dejaron de mirarse a los ojos hasta que el vendido mercenario perdió su vida.

El agente recuperaría su cuchillo desde la garganta de su víctima, tomaría la radio del caído para estar enterado de las rondas de verificación que hacían los otros vigilantes, siguió avanzando, esta vez agachado a través de la noche, ya no quedaba nada de distancia y había podido eliminar a uno de los Cascos Azules que nunca merecieron serlo. Era momento de limpiar un poquitito el mundo. Tomo su radio y envío un corto mensaje a sus compañeros, "paracaidista en tierra, cambio", fue así como después de tres minutos se escuchó la voz de Mayorga por la radio, "en posición, cambio" y la de Rodríguez "bastardo en tierra, cambio". Habían avanzado más rápido de lo esperado, Mayorga ya estaba sobre la duna con su rifle cargado y apuntando hacía la base enemiga y sus compañeros habían despachado a dos de sus rivales en forma rápida y sin dejar ningún rastro, ya no había vuelta atrás.

A kilómetros de distancia, manejando rápidamente por la carretera, después de haber conducido impecablemente por el desierto, Hernández se acercaba a la base, escuchando fuerte en los parlantes del vehículo el tema Riders on the Storm de The Doors, iba cansado por la exigencia del desierto y la conducción, pero ya estaba a sólo tres minutos de su objetivo, si él no llegaba a tiempo sus compañeros no sacaban absolutamente nada de tener éxito. Ellos sabían que estaban en el tramo horario en que el satélite no les seguía los pasos, así que de haber más infiltrados, estos no tenían como conocer los pasos que habían tomado los cuatro oficiales de la Policía de Investigaciones, el camaro por fin ingresaría al Hospital Militar y Hernández se bajaría del vehículo para ir al centro de comando, no sin antes sacar el ya frio cuerpo de Yuri Kozlov desde la cajuela del auto, había pasado rápidamente a buscar la prueba que convencería a su Jefe del porque habían tomado decisiones tan extremas esa noche.

El agente camino por los pasillos del Hospital Militar con el cuerpo del ruso en sus hombros, al avanzar todas las personas que se le cruzaban quedaban descolocadas al verlo, Hernández avanzaba sin decir palabra alguna, cansado y completamente traspirado. Cuando llego a la sala de comando, en ella se encontraba su jefe, el General de las Fuerzas Especiales del Ejército y el Embajador Ruso, los tres líderes que se encontraban en la habitación quedaron perplejos cuando cansado, vieron al agente tirar el cuerpo del ruso en el suelo. Su jefe no entendía lo que estaba ocurriendo, menos al ver a Hernández desenfundar en forma rápida su pistola y apuntar como un perro de presa directamente a la cabeza del Embajador Ruso sin titubear en ningún momento.

"Agente, ¿Qué está haciendo?, ¿Por qué esta aquí?", le dijo en tono marcial su superior, como queriendo hacerlo entrar en razón y evitar que de su pistola saliera una bala que produjera un conflicto difícil o imposible de explicar al Kremlin, su agente estaba llevando al límite de un basurero las relaciones bilaterales entre ambos países.

"Alexey Petrov, queda arrestado por traición, espionaje y actos terroristas. Ponga inmediatamente las manos sobre su cabeza y no intente realizar nada raro", mientras Hernández daba instrucciones al diplomático ya nadie entendía nada de lo que ahí estaba ocurriendo, el agente implacable no movía un musculo de su cuerpo mientras seguía apuntando a la cabeza de su oponente, el cual nervioso le decía al Policía, "no sé qué locuras están pasando por su cabeza, baje esa arma. Usted no tiene ninguna autoridad sobre mi persona, mi calidad de embajador me entrega absoluta inmunidad diplomática en este país. Por lo que usted en este momento al apuntar su arma y traer a Kozlov asesinado está cometiendo un acto de agresión no solamente a mí persona, está violentando la soberanía de toda Rusia". El diplomático tenía razón, pero eso no cambiaría la decisión del agente de policía, este no bajaría su arma he insistiría al ruso que ponga las manos sobre su cabeza y que se entregara tranquilamente.

"Mi Director General, le pido calma, le solicito acercarse al cuerpo de Kozlov y mirar su brazo derecho. No puedo entregarle más información hasta que lo haga, eso sí, le solicito premura, cada segundo que pasa es vital para nuestra misión", las palabras del agente fueron escuchadas por su superior, quien al acercarse al cuerpo del fallecido miraría en su brazo el tatuaje que delataba tontamente que formaba parte del enemigo. Sin decir palabras, el Director General miro con complicidad a su par del Ejercito quien entendiendo lo que ocurría saco su arma y al igual que el agente apunto su pistola hacia la cabeza del Embajador. En ese momento el Director General de la Policía de Investigaciones se acercó a Hernández y le dijo que ya podía bajar su arma, ya podía descansar, que ya se encontraba seguro.

Las instrucciones fueron rápidas, por lo que en minutos llevarían esposado al embajador ruso a una habitación acondicionada como celda, para que no esté presente en la declaración que tenía que realizar el agente recién llegado del desierto.

"Señores, estamos completamente intervenidos, la misión se filtró. No sabemos cuántos pueden estar implicados, recuerde que nuestro enemigo tiene en sus filas fuerzas chilenas que pueden tener enlaces en este lugar. He manejado horas sin detenerme para llegar donde ustedes, mientras mis compañeros avanzan en el desierto hacía el centro de operaciones del enemigo, solo tenemos esta madrugada para acabar con ellos, si no será demasiado tarde. Ellos saben que Altamirano esta con vida y deben estar esperando que algo ocurra. Si huyen los perdemos para siempre.

Le solicito responsablemente que haga lo necesario para tener lista una cuadrilla de la Fuerza Aérea para reventar ese lugar apenas recibamos instrucciones por parte de los muchachos. Si ellos no se reportan de aquí a tres horas, es que fueron abatidos y nuestra única opción es aprovechar que esas armas, de existir, están lejos de la población civil y acabar con el lugar no causaría tanto daño".

El General de las Fuerzas Especiales del Ejército, envió a descansar al agente y llamo en forma inmediata al ministro del Interior mientras en paralelo el director de la Policía de Investigaciones llamaba al Canciller y le explicaba lo ocurrido. Hernández había solicitado quedarse en la sala de comando, ya quedaba media hora para que tuvieran acceso al satélite y no estaría tranquilo descansando si sabía que sus compañeros estaban arriesgando sus vidas, lo que fue aceptado por sus superiores. El agente miraba sentado con nostalgia las llaves del camaro, como le hubiera gustado subirse a ese vehículo y regresar a apoyar a sus amigos.

Los tres agentes ya estaban posicionados en el frio del desierto, Mayorga había acabado con su silencioso rifle a uno de los Bastardos que se encontraba lejos de la base haciendo guardia. Con sus teleobjetivos no veían más mercenarios custodiando las dunas. Ya habían podido distinguir a los dos Ex Cascos Azules que quedaban con vida, uno de ellos era Cárdenas, su líder y ex subordinado de Altamirano. También habían podido observar al grupo de Ubiytsa, sin embargo, Irina no se hacía visible por ninguna parte. Había por lo menos quince hombres más custodiando el lugar, cuatro de ellos vigilando constantemente el ingreso a la mina de cobre, lo que sería un obstáculo para Nicolás. La suerte ya estaba echada, solo les quedaba proceder sin antes tomarse un pequeño respiro, les quedaban dos horas de oscuridad y las debían aprovechar al máximo, mientras el satélite ya se encontraba sobre ellos y podía mostrar al centro de operaciones sus ubicaciones. Hernández estaba tranquilo al ver que sus compañeros aún se encontraban con vida.

Nicolás observaba atentamente los movimientos de sus ex subordinados en Haití, solo pensaba en darles muerte y si de paso él también caía en el lugar, por fin se cerraría un maldito circulo que tiño de vergüenza la participación de su Unidad en las fuerzas de paz internacionales, sería el adiós a los inmerecidos Cascos Azules.

En una pequeña sala, acondicionada como celda y resguardada fuertemente por dos guardias armados, estaban sentados Jaime Arriagada, director de la Unidad de la Policía de Investigaciones y líder del equipo de campo junto al ahora esposado embajador ruso, mientras por teleconferencia se encontraban también presentes el ministro del Interior junto al Canciller Chileno.

"Camaradas, me imagino que tienen claro que lo que en este momento están haciendo conmigo atenta completamente contra las leyes internacionales, por lo que los insto a dar marcha atrás, es se deber liberarme y dejarme volver a Rusia por mis propios medios. Si lo hacen es probable que mi Gobierno pase por alto estos acontecimientos, mientras que si siguen con estas injustificadas acciones los resultados podrían ser otros", eran las palabras amenazantes de Alexey Petrov, quien esposado tomaba una taza de café siempre con una actitud desafiante ante las autoridades chilenas.

El ministro del Interior sin rodeos y sin tiempo que perder comenzó a interrogar a Petrov, "¿Para quién trabajas?", con una sonrisa y moviendo su cabeza como demostrando que estaba hablando con ignorantes el ruso contesto tranquilo "soy Embajador de la Federación Rusa". El ministro del interior volvió a insistir, "Alexey, no hagas las cosas más difíciles de las que ya son, ¿Dinos para quien trabajas y que es lo que están buscando?, ¿Por qué nos traicionaste?, ¿Qué relación tienes con Irina Vólkov?, contesta rápido he intenta ser preciso ya que nuestra Presidente de la Republica llamará al líder de tu país y le indicara que eres un traidor de los más despreciables y un traficante de armas de destrucción masiva, información que también entregaremos a las Naciones Unidas, no saldrás nunca de la cárcel". El ruso comenzó a reír con irónicas carcajadas sin parar de mover su cabeza, sentía que era interrogado por idiotas.

"Queridos camaradas, insisto que trabajo para el Kremlin, no suelo mentir y en esta oportunidad les prometo que digo la verdad, disculpen mi risa, pero de verdad ustedes siempre me han parecido peculiarmente divertidos, les pido por una vez que dejen de pensar como occidentales. El hecho de que Chile se encuentre tan alejado de todo el mundo no solo se presenta una serie de oportunidades, la lejanía ha hecho que ustedes estén en la mayor ignorancia de cómo se hacen las cosas realmente en este planeta. Han estado tantos años preocupados de terremotos, aluviones, volcanes y tsunamis que poseen un completo desconocimiento de la realidad y de cómo se maneja políticamente este mundo. Es entendible por lo pequeños y poco influyentes que son como país". Petrov volvía a dar carcajadas, "¿Cuánta importancia creen ustedes que dará Vladimir Putin a las palabras que le diga su presidenta?, ¿Creen que este pedazo de tierra tiene alguna trascendencia para él?, ¿Qué le quitara el sueño?, así que por favor sean razonables y suéltenme". Sus interlocutores se encontraban completamente impotentes ante la actitud del ruso, quien sin pedir permiso encendió un cigarrillo y les solicito otro café.

"Los Bastardos de Kiev son animales difíciles de cazar, tipos duros y llenos de odio con el mundo entero, no tienen real lealtad hacia nadie. Lo que fue un grupo de exagentes destacados, con los años se transformó en una simple pero peligrosa banda criminal en la cual no quedaba ningún ideal por el cual luchar más que el dinero. Su crueldad es impresionante y si bien los considero unos malditos estúpidos acepto que son hábiles y por lo mismo han logrado robar armamento altamente peligroso, ¿Pero para qué, que harían ellos con el?, ustedes tienen su visión periférica demasiado limitada". Les decía el ruso mientras daba una fuerte bocanada a su cigarrillo y el humo de este inundaba la habitación.

"¿A quién creen que le favorecería un ataque masivo en territorio ruso?, ¿Creen que Ucrania se favorecería en algo con eso? Para nada, ese país, seria devastado en segundos sin dejar a ninguna persona con vida, no sería la primera vez que actuamos duramente con ucrania.

El regreso de la Unión Soviética sólo favorecería a un grupo de poder y es lo que ha estado frente a sus narices todo el tiempo y no han sido capaces de darse cuenta. Déjenme aprovechar de darles una catedra de Geopolítica, la Federación rusa es muy poderosa pero el aumento del poder de los chinos y el estilo peligroso de Gobierno del presidente Trump ha cambiado completamente el equilibrio de poder en el mundo, ese equilibrio por el bien de toda la humanidad, a la cual incluyo a su pueblo, debe ser restaurado. No hay tiempos más pacíficos que una Guerra Fría. Créanme que ella lograría que hasta medio oriente se calme, sería una nueva forma de llegar a la paz mundial.

Chile se caracteriza por tener una política simple, en la cual sus líderes intentan mantenerse siempre lejos del alcance de todos los conflictos he intentan quedar bien con todo el mundo sin abanderarse por ningún bloque global. Eso los hace invisibles a la hora de hacer operaciones importantes, ya que, ¿Quién va a ver a Chile como una amenaza potencial?, la respuesta queridos camaradas es que nadie los ve como un peligro, por lo mismo Irina y su grupo eligió inteligentemente este país para esconderse mientras presumiblemente ocultaban armamento y preparaban un ataque".

"Un ataque en suelo ruso por parte de miembros de ex fuerzas militares de la caótica Ucrania activarían inmediatamente a las fuerzas armadas de mi país y la Unión Soviética volvería a levantarse como en sus tiempos de gloria. Así que, ahora les pregunto, ¿Creen que miento cuando les digo que trabajo para la Federación Rusa?". Otra bocanada de humo era lo único que interrumpía la intervención del diplomático ruso, mientras los líderes del estado chileno lo escuchaban completamente desencajados, entendiendo de una vez por todas lo que realmente estaba ocurriendo.

"No creo que se encuentren en una buena situación en este momento y pensaría muy bien en que su presidente levante ese teléfono, ya que amigos míos el líder de mi país es el más interesado en devolver la hegemonía a este cada vez más destruido mundo. Somos simples en nuestra forma de actuar, tal como lo hicimos cuando acabamos con los nazis en su propia capital, siempre hemos estado dispuestos a sacrificar lo que sea necesario por el bien común, nuestro pueblo lo sabe y ha vivido siempre bajo este esquema político. Si mueren rusos en el intento de mejorar las cosas para todos es un sacrificio que bien vale la pena hacer.

Por lo mismo insisto que trabajo para el Kremlin, y que es un error que me tengan aquí detenido. Contestando su segunda pregunta, la verdad es que yo nunca la traición, ya que siempre trabajé para los intereses de mi Gobierno y eso se los dije en todo momento, no creo haberles mentido, pero si los he utilizado, ya que ustedes me permitieron hacerlo.

La verdad no esperaba que su agente Altamirano, por casualidad y en una misión de narcotráfico llegara a ver en Irina algo más allá de una negociante de drogas, yo participe apoyando la planificación de esta operación sólo para mantenerlos orientados en otras cosas, como en los Bastardos de Kiev, quienes en el vacío que tienen sus almas por no creer en nada, han seguido a Irina como una líder que quiere castigar a Rusia, pero que como espero ya hayan deducido nunca ha dejado de trabajar como agente para nosotros. La diosa fue el mejor invento que el Kremlin pudiera parir".

A todos en esa reunión les quedo claro que el diplomático ya no mentía y que habían sido utilizados para asegurar una de las operaciones estratégicas más importantes de una potencia mundial, habían sido títeres en todo momento dilatando acciones y confiando en su par ruso quien solo estaba ganando tiempo para que Irina y su grupo de mercenarios huyeran hacia Europa del Este. En ese momento quizás lo más cómodo para el Gobierno Chileno sería dejar que Irina y los Bastardos huyeran del país con las armas, alejando el peligro para Chile. Además, liberando a Petrov podrían jugar nuevamente a hacer la vista gorda y mantener las relaciones diplomáticas calmas con una Federación Rusa demasiado poderosa. Sin duda eso era lo más sencillo y quizás lo más prudente por hacer, sin embargo, todos los que estaban ahí, sabían que esa decisión traía consigo llevar la culpa de millones de muertes que produciría la detonación de cualquiera de las armas cuando tocaran territorio ruso, está bien, no moriría ningún compatriota chileno, pero eso no dejaba de hacerlos parte de un genocidio de los peores que haya visto la humanidad.

Los líderes chilenos se retiraron del lugar a la espera de instrucciones por parte del ministro del Interior, la presidente volvería a juntar a todos los ex líderes de la nación para tomar la decisión de que era lo mejor para el país, dentro de los valores que el mismo decía profesar. No había tiempo ya que solo quedaba una hora de luz para los tres agentes, estos ya se estaban movilizando hacia sus objetivos. Todo segundo contaba, por lo mismo los aviones F-16 de la Fuerza Aérea de Chile apostados en Antofagasta ya estaban completamente equipados con armamento y con sus pilotos preparados para despegar a una insólita misión, completamente irracional para un país que no acostumbra a participar en guerras. Ocho aviones estaban preparados, mientras en los mares del norte dos destructores de la armada se encontraban listos para participar de la operación si llegaban a ser requeridos. En la Base del ejército de Chile de la ciudad del norte, tres helicópteros ya estaban en la pista con equipos de fuerzas especiales listos para despegar a barrer lo que las bombas de la Fuerza Aérea no hayan podido alcanzar. Estaban todos a la espera de instrucciones, mientras Mayorga, Rodríguez y Altamirano se encontraban a su suerte en el desierto movilizándose sin ningún soporte en las instalaciones enemigas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro