6
Solar antes de girarse me sonrió en cuanto se percató de mi ausente mirada en su torso y yo le devolví la sonrisa sin importarme ya que Wheein estuviera ahí.
Cuando se giró, todavía me quedé observando su espalda, el cabello castaño largo caía perfectamente con mi suéter y las bragas de su bikini.
No me daba pena mostrar atención a sus partes.
— Eres una pervertida enferma, deja de verla — me acusó Wheein sin esperarmelo.
Me había asombrado tanto que me llamara de esa forma, que retomé el pequeño enojo de antes por su culpa. Aún así, yo no le di el gusto de verme afligida por el insulto.
— Ya vámonos — volvió a intentar tomarle la mano a Solar y ella la esquivó.
— ¿Por qué sigues insistiendo Wheein?
Yo sinceramente no podía creer lo que estaba pasando.
Solar era la mayor aquí, y Wheein pasaba de largo a ello. A Wheein ni siquiera le importaba que Solar le dijera mil veces que no; no se iba e insistía en llevársela.
— Prometiste algo — le respondió a Solar.
— No empieces con eso — Solar se cruzó de brazos.
No podía verla porque estaba dándome la espalda, pero apostaba que estando de ese humor se veía preciosa. Estaba pensando ponerme a un lado de Wheein para verla, no podía perderme algo así.
Pero lo siguiente que dijo Wheein, para mí fue el colmo.
— Solo intento de que no cometas un error, vas a quedar arrepentida. Me dijiste, no dejes que meta la pata y eso es justamente lo que trato de hacer.
— Pues ya no quiero que lo hagas.
— Créeme Solar, Moon Byul no es la chica con la que quisieras estar ¿Te vas a rebajar tanto?
Mi cara de repente ardió, y no precisamente por las hermosas palabras que Wheein me había dedicado.
Intenté permanecer tranquila, pero no ayudaba que Wheein continuara diciéndole a Solar que yo era un error.
Solar me estaba defendiendo, y eso me hizo reaccionar. Tampoco quería que ella buscara problemas con su amiga, después de todo ella era más importante que yo en estos momentos.
— Me largo — dije alejandome de las puertas de la camioneta para cerrar ambas con fuerza — Grandiosa noche Wheein.
Escuché un suave y dolorido "No" por parte de Solar cuando les di la espalda y caminé hacia la puerta del piloto.
Me dolía en el alma dejarla así luego de que todo este tiempo ella intentara retenerme.
— Espera, no te vayas — volví a escucharla más fuerte pero ya yo había abierto la puerta y estaba entrando — ¿Ves lo que hiciste?
Lo último que dijo fue en dirección a Wheein. Cerré la puerta con fuerza y bajé el vidrio con la manigueta.
Tuve mejor visión por el retrovisor de lo que ella hacía. Solar estaba discutiendo con Wheein. Sin duda mi partida le afectó el doble porque podía escucharla claramente desde el auto y también por el juego de manos que tenía desesperadamente.
No me fui, dios mío, que idiota sería. Yo tenía puesto el imán que ella me colocó en el corazón muy pegado al cuerpo y si me iba estaría contradiciendo todos mis pensamientos anteriores.
Me relajé en el asiento, luego me volteé para buscar en la maleta que había traído un suéter negro de repuesto. Me la coloqué todavía escuchando lo que Solar le decía a Wheein.
— De verdad, me gusta mucho — sonreí automáticamente viéndola por el retrovisor apenas dijo aquello.
Me pareció ver a una niña haciendo un berrinches por quedarse en los juegos inflables. Bueno, casi era así.
No pude escucharlas muy bien después porque fueron bajando el tono de la voz. Me enfoqué más en apreciar los gestos de Solar, su cuerpo y también mis sandalias perfectamente calzadas en sus pies. Ni siquiera me había dado cuenta que se las había adueñado nuevamente.
Me encantó aún más, el pensamiento de ella usando mi ropa en su universidad, o en alguna cita, quizás también, después de habernos acostado.
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