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Se me fue la saliva de la boca cuando volví a caer ante los atributos de la castaña. Había estado embobada con sus piernas, abdomen y un poco de su pecho anteriomente, pero jamás me había detenido a observar su trasero.
"¡Oye!". Sí, Wheein me había atrapado viendo a su novia con todas las ganas del mundo que posiblemente mi rostro reflejaba.
Desvié mis ojos hacia otro lado y fingí no escuchar su llamado mientras le daba un sorbo a mi coca cola en lata.
Reconociendo lo tonta que me vi, volteé para mirarlas y me encontré con que Wheein, olvidando mi acto poco disimulado, ahora charlaba seriamente con una morena muy candente que había visto muchas veces en la escuela, y también con que la castaña estaba observándome.
Yo permanecí inerte, porque de por sí, saber que alguien así de perfecto existía en la misma tierra que yo me dejaba perpleja; y también porque ella de repente me sonrió de medio lado, a lo que yo bauticé como mi debilidad.
No quise seguir husmeando y aparté la mirada.
No, mentira. Me quedé viéndola un rato tratando de descifrar realmente si era a mi a quien veía. Pero no hizo mucha falta girarme y ver quién de mis compañeros estaba a mi lado y se estaba llevando la hermosa mirada de esos ojos, supe que tanto su grupo de amigos, como yo, nos habíamos quedado en el mismo sitio mientras la multitud seguía saltando por otro lado al ritmo de la música electrónica.
De tanta pena que me dio, no pude mirarla directamente a los ojos.
No entendía ese comportamiento mío.
Pero en cuanto Wheein se dio cuenta que yo me había plantado muy cerca de su ¿novia?, enseguida se me acercó con ojos entre cerrados.
"Ey, ¿todo bien?" Me había preguntado delante de otros que en mi vida había visto.
"Sí" quise sonar segura de mí misma, como si de verdad no necesitaba que ella estuviera justamente ahí para dejarme en ridículo; pero por la garganta seca que me puso la castaña, fue un milagro que saliera de mi boca un sonido.
El angelito castaño se rió, y si hubiera sido otra chica probablemente me había ido de ahí y olvidado de su existencia en minutos, pero si ya ella era hermosa, su sonrisa era alguna otra maravilla del universo que las personas olvidaron enlistar en los libros.
La castaña había tomado a Wheein del brazo y la alejó de mi. Seguido, la morena de antes con todo un rostro de indignación hizo que Wheein nos dejara sola.
Ahora solo éramos ella y yo, debajo de uno de los faroles de la playa, justo en el lugar donde habíamos chocado accidentalmente.
Se los juro. En cuanto ella me preguntó si estaba bien, intenté responderle con normalidad.
Solo le asentí, ni siquiera pude articular palabra alguna y me decepcionó aún más que yo haya evitado contacto visual con ella.
Ella estaba frente a mi, en su bikini, cabello suelto, sus pies cubiertos por una capa de arena, moviendo sus manos delante suyo nerviosamente, o eso me lo hizo parecer.
Divisé algo de duda en su rostro, seguramente arrepintiendose de haberse quedado con una desconocida que no sabía hablar, en medio de la playa, de noche.
Me desquité pellizcando mi mano para despertarme de esa locura de día que estaba llevando.
Al no saber ni que decirle, solo vi como miró detrás suyo para visualizar a sus amigos, claramente queriendo irse de mi lado. Así que empecé con algo simple, interrumpiendo su plan de escape.
"¿No te lastimé cuando chocamos?" Por suerte mi voz sonó confiada.
Ella rápidamente dirigió su vista hacia mí. "No, tranquila" me dijo sonriente. Pero no dejaba de mirar a los demás que se habían alejado poco a poco, entonces hice algo de lo que seguramente me iba a arrepentir el resto de mi vida.
"Te acompaño hasta donde tus amigos. Parece que te han abandonado" dije señalandole hacia donde ellos se habían ido. Ella me siguió, respondiéndome con una risita baja, luego dimos la vuelta para rodear una roca gigantesca que nos bloqueaba la vista del otro grupo escandalizado.
Apenas aparecimos las dos en el campo de visión de los demás, Wheein me mató con la mirada. "Lamento lo de antes" volví a decirle con la esperanza de que olvidara mi estupidez y mi rostro.
No quería que me recordara como alguien tonta que ni siquiera pudo meterle conversa y que le había llevado de vuelta a sus amigos porque se había puesto incómoda.
Que me salven, no podía creérmelo.
"No le hagas caso a Wheein, está así porque te atrapó observando mi trasero" me dijo riendo y tomándome por sorpresa.
Estaba segura de que cada una se iría por caminos diferentes y que a partir de ahora volvería a refugiarme en el clóset hasta que me casara solamente con Miley Cyrus, mi crush de toda la vida, solamente así podría salir nuevamente y afrontar el mundo luego del desastre de noche que le había causado a la hermosa chica.
Vi la oportunidad de redimirme y empecé a soltar por mi boca puras barbaridades con tal de retirarme a lo grande de su compañía.
"No me arrepiento" le había contestado. Al principio no respondió, su mirada permaneció en mis ojos un largo tiempo hasta que una sonrisa en sus labios aparecía poco a poco. Me pareció ver que le gustaba mis palabras. "Quiero decir, de no ser por ti, esta fiesta para mi habría sido un completo desastre". Me obligué a sonreír para que no tomara mal mi sentido y logré ver como parpadeaba rápidamente, supuse que le gustó mi sinceridad.
Todo. Todo lo hacía tan perfecto que no me sorprendía lo fácil que borraba mis objetivos anteriores.
Me quería quedar con ella, sí, pero también las miradas que me lanzaba Wheein me hacían caer de esa ensoñación.
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