18
— ¡Te he dejado miles de mensajes preocupada por ti! ¡Quedamos en vernos hace una hora y estás aquí besuqueandote con esta!
— Wheein, ya basta — dijo Solar con el tono enfadado que muchas veces dedicó a Wheein.
Yo aparté mis manos enseguida y miré a Solar levantarse de la banca para mirar a Wheein enfurecida.
— Qué pasa con tu teléfono, por qué no contestas Solar.
— Lo he silenciado por obvias razones — le contestó formando un tono de obviedad ante la majadería de Wheein.
Wheein estaba detrás de mí, junto a ella estaba la morena candente de aquella vez; no sabía en qué dirección fijar mi mirada, no quería estar en medio de una pelea entre ellas y mucho menos escuchar a Wheein culpandome de ello. No quería muchas cosas, una de ellas era ocasionar que Wheein me odiara más, pero no podía hacer nada.
Era seguro que no estábamos haciendo nada malo, sin embargo, la rudeza en la voz de Wheein me hizo saber que así ella lo pensaba. La escuché suspirar, parecía querer calmarse. Fugazmente fijé mi mirada en Solar y vi en su rostro demasiado enojo o de seguro así lo quería parecer para no dejar que Wheein volviera a salirse con las suyas.
La idea de que Solar estaba dispuesta a enfrentar a Wheein por lo que había entre nosotras me ponía la piel de gallina.
— Estás pasando los límites, vamos, te llevo a casa — le dijo a Solar, extendiendo su mano hacia ella.
Me puse muy incómoda con ese gesto, que no pude hacer más que levantarme y ponerme a un lado de Solar para despedirme pacíficamente. Desde ahí pude ver a Wheein y a la chica con mayor visión.
— Podemos vernos mañana — por más que hubiera querido sonar segura de mi misma o al menos tener una voz atractiva en ese preciso momento, soné muy tímida.
Solar dejó de taladrar a Wheein con la mirada y me puso atención haciéndome gracia el repentino cambio en sus ojos.
— No, espera un momento — me respondió en voz baja.
Por supuesto que no quería irme de su lado, si por mi fuera me quedaría toda la noche en esa banca pero la presencia de Wheein era algo que no me caía bien. No por esa rivalidad que tenía conmigo, más bien era porque ya desde el día de la fiesta en la playa, ambas mejores amigas se estaban alejando.
Hice una mueca con mis labios y me posicioné casi detrás de Solar dispuesta a esperarla.
— Regresaré con Byul a casa, no te preocupes por mí.
Pude haber escupido algo que estuviera bebiendo, si así lo fuera, pero en vez de eso me quedé paralizada viendo la expresión de Wheein. Ni siquiera había parpadeado.
— Ni lo sueñes, debemos irnos Solar y ella no puede llevarte.
— ¿Por qué?
— Pues ni siquiera tiene auto — se burló Wheein.
— No me importa.
— No seas terca Solar.
— Wheein esto es en serio. Deja de estar diciéndome lo que tengo que hacer, si quiero irme con Byul, lo haré, creo que ya soy muy grande para estas cosas.
— No la conoces, ¿cómo puedes confiar en ella? Solo quiere llevarte a la cama.
A medida que discutían, tanto la compostura y voz de Wheein se estaban desarreglando y se veía más tensa.
Yo me quedé sin palabras. Incluso mis ojos se toparon con los de la novia de Wheein y ella hizo rodar sus ojos como si estuviera cansada de lo que estaba pasando.
— Pues que bien — dijo Solar sonriendo y moviendo su cabeza con superioridad.
Dentro de mí pasaron muchas cosas, pero la más loca fue el escalofrío que sentí más allá de lo que era mi abdomen hasta provocar un calor exquisito en todo mi cuerpo.
Fingiendo que esa insinuación no me había provocado lo más mínimo en mí, me dediqué a observar nuestro alrededor ya oscurecido y alumbrado por los faroles más alejados.
— No puedo creerlo, ella ha hecho que actúes de esa forma.
— Ella no tiene nada que ver en que te estés comportando como tonta y yo quiera detenerte. Vámonos Byul — Solar agarró de mala gana el bolso que había traído hoy y que estaba todavía a una esquina de la banca, se giró hacia mí y dándole una última mirada a Wheein, tomó mi mano y me arrastró por la vereda para caminar en busca de un taxi.
El llamado de Wheein a Solar se escuchó mientras caminábamos con prisa como si fueran a perseguirnos.
— Ya me tiene cansada. ¿Ella puede hacer lo que quiera y yo no? Es injusto, ya no somos unas niñas — decía balbuceando. — Yo no le exijo absolutamente nada, ella puede hacer lo que quiera con su novia.
— No te enojes con ella, solo quiere cuidarte. — dije.
— No la defiendas, no hay excusas para ese comportamiento suyo. Además, ¿cuidarme?
— Es tu mejor amiga, siempre va a intentar cuidarte.
Negó sin apaciguar nuestros pasos.
— Pero justo cuando encuentro a alguien que me gusta realmente, ¿quiere cuidarme? No es para nada lindo que quiera elegir cuándo y con quién debo estar — había dicho eso con mucha certeza, tanta que sus voz sonó quebrada. Como me había quedado sin palabras, ella continuó — Ya verás que se le bajarán los humos de la cabeza.
— No importa ya lo que haga ella, me conformo con tenerte — aclaré sujetándola con más fuerza de la mano.
Después de aquello no me dijo más nada. Llegamos hasta donde varios taxis estaban estacionados y estábamos dispuestas a preguntar por el precio, aunque ya sabíamos lo costoso que sería. Pero no era problema eso, sino la confiabilidad que podía tener yo para subir a Solar en uno.
De todas maneras no importó esa inseguridad, porque detrás del último taxi de la fila, se estacionó Wheein ganándose unas palabras para nada amables por parte de los taxistas que se asomaban por sus ventanas.
Solar se cruzó de brazos cuando vio que la novia de Wheein le hacía señas para que se acercara. Fui detrás de ella en cuanto avanzó.
— Vamos a llevarlas, ya es muy tarde — habló la chica sentada en el asiento del copiloto, con voz y ojos preocupantes.
Miré a Wheein, quien solo tenía ojos hacia el frente mientras movía sus dedos sobre el volante al compás de la música que sonaba.
Solar parecía dudarlo, pero unas palabras más por parte de la novia de Wheein y la convenció. Me sujetó la mano e hizo que yo entrara primero al auto para evitar cualquier broma de parte de Wheein.
Ya en el camino, me sorprendió la plática que nos hizo aquella morena guapa, como si nada hubiera pasado buscaba la atención y opinión de Wheein en ciertos temas.
Solar tenía su cuerpo muy pegado al mío, resultado de que ella, en el momento que llevábamos ya unos minutos en la carretera, buscó de mi para aferrarse a mi brazo y viajar en comodidad. Mientras yo observaba la oscuridad por la ventana, sentí su mano buscar la mía y sujetarla con fuerza.
Como instinto, miré a Wheein conduciendo, con el temor de que se enojara y me hiciera bajara del auto. Por más que estuviera con Solar, tenía esa sensación inquebrantable de que Wheein se desquitaría conmigo después, que me amenazara con su feroz mirada y que al final de cuentas, el pequeño gesto de llevarnos a casa solo fuese un disfraz para no pelearse con Solar, y he de admitir que yo intentaría hacerlo si se tratara de un bandolero peligroso ligandose a mi mejor amiga.
Alejé mis pensamientos cuando nos quedamos todas en silencio, y me hizo recapacitar; las palabras de Solar fueron importantes para mí. Ella confiaba en esto que teníamos, en que estaríamos mucho tiempo juntas. Yo debía confiar en eso y estar afortunada de que ella no me dejara a la deriva.
No podía permitir que acciones y palabras por parte de otros, y que también mi propio pensar negativo influenciaran en mi corazón, en mi mente y en mi vida, aunque fuese difícil persistir con Wheein cerca.
Fui sintiendo el peso de Solar sobre mi costado, se había quedado dormida, con su cabeza reposada en mi hombro y enseguida quise posicionarla de otra forma para que estuviera cómoda. Lo primero en hacer fue sujetar su cabeza en mi hombro, cuando quise moverla para que terminara con sus piernas estiradas en lo que restaba del asiento, ella me dijo que no inmediatamente.
Sonreí enternecida porque me pareció ver a una niña y obedecí a su orden. Con mi mano que no estaba siendo prisionera de las suyas volví a colocarla en su cabeza, pero esta vez con la intención de acariciar su cuero cabelludo.
La escuché murmurar algo, que supuse era algo indicio de placer ante la atención que le ponía ahora mismo. Sonreí aún más y solté la mano que ella me tenía sujetada para pasarla por encima de sus hombros.
Se acurrucó más a mí, soltando un respiro relajado.
Yo no podría estar pendiente de otra cosa que no fuera ella, pero hasta me tomó por sorpresa el hecho de que antes de que yo bajara mis labios y le diera un beso a Solar para que continuara durmiendo, miré a Wheein esperando que ni siquiera se hubiera enterado de nuestro leve acercamiento, pero la cosa fue, que justo la vi quitar la mirada del retrovisor.
No sabía si era concretamente que nos miraba a nosotras, pero con cautela, le di el beso a Solar con todo el cariño que tenía en esos momentos. Bajé la mano con la que le daba caricias en su cabeza, para sujetar ahora una mano desolada, ahí le hice cariños mientras viajábamos con lentitud.
Hasta yo podría quedarme dormida en un instante con solo tener ese cuerpecito cerca del mío, lo que me hizo recordar, la situación que nos esperaba luego en su departamento.
Quien sabe, y hasta pasaría algo, aunque ni yo me lo creyera.
Justo cuando mis pensamientos empezaban a volar al otro mundo, la intensa mirada de alguien me hizo buscar rápidamente en el retrovisor, y nuevamente Wheein quitó la mirada.
Seguro esperaba que Solar terminara inconsciente para luego pedirme que me bajara. Pero no fue el caso, por suerte. Sus ojos estaban más relajados mientras miraban la carretera, era totalmente diferente y parecía ajena a la conversación que su novia mantenía con ella desde que Solar se había quedado dormida.
Aunque yo viera un pequeño destello de paz en sus ojos, no podía bajar la guardia. Era imposible no pensar en Wheein y las posibilidades de que hiciera algo a pesar de que yo estuviera más que bien con solo tener a Solar.
Si tanto me había sorprendido la forma pacifica en la que Wheein se lo tomó en el auto, quedé aún más estupefacta cuando abrió la puerta para nosotras y me advertía sin gritar, que no hiciera nada indebido mientras dormíamos, que mañana debíamos levantarnos temprano porque ella buscaría de nosotras a primeras horas del sol.
Por supuesto que no pasó más nada que un preciso beso en los labios antes de irnos a dormir. Increíblemente Solar estaba cansada y quería hacer caso a las palabras de Wheein aunque ella no podía tener idea de si habíamos hecho algo, o no.
Todo estaba confuso ahora, Wheein había cambiado en unos minutos, pareciendo haber recapacitado.
Trataría al día siguiente formar una estrategia para que confiara en mí, tal vez volvería a acercarme a ella en un tiempo y encontrar sus razones; por ahora solo quería disfrutar de la sensación grata de tener a esa chica junto a mí, ver las paredes de su habitación, los pósteres, el primer buenos días que nos dimos, y luego la llamada de mi madre regañandome por no haber llegado a dormir.
Como mencionó mi querida amada, tal vez no ahora se arreglaran esa rivalidad innecesaria, pero sí después.
Ese día Wheein volvió a fruncir sus cejas enojada cuando me vio hablando con Irene en los casilleros, como si todo volvió a normalidad, y por un momento sonreí. Se había portado extraño anoche, que cuando hizo eso me causó gracia.
Iba a resultar interesante después de todo.
Que lío.
Pero yo estaba dispuesta a demostrarle lo loca que me traía el angelito del bikini que me cegó aquella tarde.
Fin.
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