Él ángel que yo amé y seguiré amando

Una vez en toda tu vida te ha ocurrido algo inesperado; más cuando uno piensa que termina todo, es decir, que la vida se cae en picada con tus propios problemas: dolor, desesperanza, pobreza... Y de repente te llega ángel que, te hace ver más allá de lo negativo, te llena de esa actitud positiva. Además, llenándote de alegría siempre con una sonrisa sincera, su olor a durazno, los sentimentalismos. Sin embargo, esa fortaleza que llena tu alma que una vez se te escapaba ¿Quién era ese ángel? Ese ángel era quien yo amaba con todas mis fuerzas, pero fue tan rápido que no supe reaccionar ante esta situación.

Nunca me sentí tan bien a su lado. Todo el tiempo me apoyó en mis cosas, me daba consejos y todo. Hasta que la desgracia tocó nuestras puertas. Ella se tuvo que ir lejos de mí, por una vil estupidez que hice. Ahora, lo perdí todo: sus sentimientos y a mi ángel. Ella hacía que mi vida tuviera pinceladas de color, es decir, cambió lo gris de mi vida. Además, que no estuviera más en esa obscuridad en la que estuve durante años. Perdí la luz por mi culpa.

Ahora narraré todo lo que sucedió, no sé por dónde comenzar; pero todo tiene un comienzo:

Un día que la agregué al Facebook, nunca imaginé que me enamoraría de ella inmediatamente, bueno, para llegar a ese estado de enamorado pasó mucho tiempo como varios meses platicando con mi amor. A pesar que era mejor amiga de mi ex novia.

Yo me reía de cada ocurrencia que tenía, siempre me mostraba una sonrisa sincera a través de la cámara web. Una vez me preocupe mucho porque comenzó a llorar enfrente de mí. No la comprendía hasta que ella terminó la videollamada en segundos. Le marque a su teléfono móvil para preguntarle qué había pasado, pero me respondió que no me preocupará por ella. Le creí, no sé, pero realmente le creí.

Pasaron más días hasta que al fin nos encontramos cara a cara. Pensé que era de mi edad, pero su apariencia era de una niña inocente que me miraba de reojo desde la banca. Yo movía las manos con nervios estaba igual que ella, pero de una manera me sentía: bien. Noté que estaba igual que yo, así que comencé la plática tranquilamente con una sonrisa para darle seguridad.

Sus ojos obscuros me miraban con atención igual que sus oídos me oyeron; pero no me miraba. Ella siempre evitaba el contacto visual, la ponía nerviosa. Nos fuimos a caminar, ese era su pasatiempo, dar un paseo por el jardín. Aún no teníamos contacto visual porque no me miraba, ya que la ponía muy nerviosa, por lo tanto, estaba igual. Además, me provocaba nervios ¿Por qué me pongo nervioso? Soy de las personas que nunca se inmutaban con las personas, pero ella era algo especial, sin embargo, para mi es diferente. Tenía su no sé qué que me llamaba la atención, estoy loco lo sé.

Estuvimos caminando al fin nuestros ojos se cruzaron, y hubo una conexión inmediata entre los dos. Ella al mirarme se sonrojó, me di cuenta por su piel blanca como la luna, además, sus ojos del color mar se llenaron de alegría y timidez. No sé, me trasmitió esa alegría que nunca tuve en mi vida. Platicamos toda la tarde hasta que mi mente le llego una frase que siempre la tendría por el resto de mi vida:

"La luz ha llegado; te sacará del abismo y la obscuridad"

Supe tanto de ella. Le gustaba la comida Japonesa, la mexicana, le gusta leer novelas de todo tipo y la tranquilidad. Se nos hizo tarde, así que la acompañé a su casa, ya que la deje en su hogar. No la quería dejar ir, pero tenía que dejarla reposar porque caminamos mucho desde el lugar de donde nos encontrábamos hasta su hogar. Además, la invité al cine a ver una película pues a eso se va al cine, ¿no? Llegué a mi casa y me conecté y la vi ahí conectada con el punto verde, así que proseguimos a seguir platicando toda la noche hasta que nos venció el sueño. Soñaré bonito la verdad...

Salimos por segunda vez. Ahora nos fuimos al cine a ver una película de acción que era ambientada en Rio de Janeiro, se trataba de automóviles de carreras, robo de dinero... así se llamaba: "Rápidos y Furiosos cinco" antes de entrar a la sala todavía falta una media hora. Fuimos a comer primero, me moría de hambre porque no había comido nada, y soy de los hombres que se comían tres kilos de tortillas. Entramos a un establecimiento de gorditas, estaban realmente exquisitas. Cada quien pidió la suya con guisos mexicanos. Terminamos de comer, y nos fuimos a ver la película ya había avanzado una gran parte de la trama de la misma. De repente, salieron unas muchachas encueradas, es decir, en bikini con cuerpo que ufff...

Ella me volteo a ver sorprendida, y yo por disculparme le decía que no sabía el contenido que tenía la película; pero no se puso celosa, sí, si puso celosa por su expresión. Ya era ganancia, entonces me di cuenta que ella sentía lo mismo que yo: amor.

Otro día fue el partido de football de Ingeniería contra Administración de empresas, la había invitado, pero me empecé a desesperar porque ella no llegaba. Esa chica que consideraba mi dulcinea o mejor dicho mi greñuda, ya que todo el tiempo esta con su pelo alborotado. No la veía por ninguna parte hasta que oí que alguien me susurraba y volteé; para mi sorpresa era ella.

Al acercase su aroma a olor durazno que endulzaba mis sentidos; me hacía soñar despierto pensando en cada parte de su cuerpo y su verdadero ser. Cuando la miré a los ojos igual me devolvió la sonrisa tan sincera que siempre tenía, me volví a sonrojar y también mi greñuda. Además, siempre me decía que mis ojos eran lindos porque eran de color miel, a pesar que, soy moreno.

"Quiero decirte te quiero, pero aún no tengo las palabras para decírtelo"

Ya terminó mi partido de Football. La verdad, no pude participar a causa de que se me había olvidado la credencial de la Facultad. Estuve a su lado gritándole a mis compañeros ingenieros que metieran goles; pero siempre fallaban. Yo metía goles a veces y se los dedicaba a ella. Cada quien se retiró a su casa, y me dejaron solo con ella. La iba acompañar a su casa cuando nos agarró la lluvia de mayo. Por lo tanto, me divertí mucho con la niña de mi corazón. Pisó los charcos y me mojó. Cada momento lo hacía como una niña pequeña. Aunque al final terminé cediendo a sus juegos de niña pequeña, lo admito fue realmente divertido más porque temblaba de frío o con mí contacto.

"Solo quiero decirte, no me dejes caer de nuevo en los brazos de la soledad, pero lo arruiné..."

Pasaron días cuando llegó el gran día. Lo que ocurrió fue que finalmente me sentí libre de expresarle mis sentimientos a ella. ¿Cómo lo logré? No lo sé, pero eso sí, logré robarle un beso que me pagó con una cachetada. Se disculpó conmigo diciéndome que no era su intención y la volví a besar para callarla. Ahora no me golpeó sino me regreso el beso con la misma intensidad. Ya estábamos juntos, no obstante un guardia nos separó porque pensó que hacíamos cosas que no debíamos en el parque.

Ella quería formalidad, yo no quería porque aún me sentía inseguro de tener esa relación formal. Además, tenía problemas económicos ¿Qué le puedo ofrecer? Nada le puedo ofrecer. No tengo dinero ni nada que dar lo único que tengo es amor para dar...

Comenzamos a salir a todos lados hasta que empecé ausentarme todo el tiempo. Siempre me decía que porque la abandonaba así y yo siempre le respondía: «No es eso solamente la escuela me consume». Me dolía tanto mentirle es que no quería que se enterara de mi obscuro: tengo un trabajo peligroso. Además no la pondría en peligro jamás.

No. Era la palabra que provenía de su boca. La verdad, me hizo sentir mal. Los sentimientos que me nacieron al escuchar esa palabra provocaron que me deprimiera y mi corazón se rompiera en miles de pedazos. En ese instante, sentí: odio, coraje, tristeza y ganas de morirme. Me quería morir porque sin ella no podría vivir, y no podré salir seguir adelante. Además, tuve que la culpa aparte de ausentarme y por esas ansias que tenía de apostar. Gran error, perdí lo más importante: nuestro noviazgo.

Solamente a mí se tenía que ocurrir hacer eso con mis amigos que, por desgracia perdí. Nunca me había sentido el más tonto del mundo. Aposté mi noviazgo con ellos. La apuesta consistía de esta manera: Ponerme la relación con una de mis amigas del Facebook que, por cierto, mi novia odia, bueno ella odiaba a todos, bueno, algunas.

Ya que la había puesto la relación en el Facebook. Por lo tanto, cuando mi novia lo ve, se enojó conmigo hasta me eliminó de la red social para no volverme a ver. Además, le rompí, destrocé y machaqué el corazón en miles de pedazos. Por lo tanto, hice puré ese amor puro que había en ella.

Intenté hablar con ella, pero no me quería escuchar, me hablaba muy golpeado. Esa actitud me hizo sentir mal, además, entendí que está molesta conmigo. Por lo tanto, llegué a la conclusión: "NO me quiere volver a ver en toda su vida".

Le estuve insistiendo durante cinco meses hasta que al fin me respondió un mensaje, no obstante yo teniéndola en mi corazón me hizo fuerte. Hasta que ese día, ella me regresó un mensaje que me hirió, ese mismo rezaba:

«Hola, pues aquí con mi novio, ¿por?».

Yo temía eso desde hace meses. Me sorprendí mucho, pero con madurez tomé la respuesta; aun así me sentí mal. Yo me apresuré a responder:

«Oh, disculpa, no los volveré a interrumpir. ¡Lo siento mucho!»

Es cuando comprendí que ella ya andaba con alguien más. Aunque me lo merezco por idiota, por no respetar nuestra relación, sin embargo, lo que sé es que ahora ella es feliz con él.

Nunca dejo de pensar que algún día nos volveremos a ver...

"La esperanza es la única en morir"

Yo sé que ella todavía me quiere como yo a mi bella sonriente o a mi amada greñuda.

FIN.