Narra Park.

Ha pasado un día desde que Jim me entrena para usar la espada espiritual. Estoy angustiado, Jenna puede estar en peligro y yo aquí sin hacer nada. Jim es muy exigente y me impide al menos revisar si Jenna está a salvo.

—¡¿Qué te pasa?! ¡No me digas que éso es lo mejor que tienes! —exclama Jim mientras me ataca con una espada. Tengo posesión de la espada espiritual pero sin creerlo me es difícil manipularla.

—¡Ni creas que te dejaré ganar, Jim! —exclamo molesto. Ataco con todas mis fuerzas a Jim pero éste predice mi movimiento y lo esquiva, haciendo que choque contra la pared que está detrás de él e inserte la espada en ella. Jim coloca su espada en mi cuello.

—Park, eres muy impulsivo. —dice negando con la cabeza. —Así nunca vas a vencer a tu oponente, debes ser táctico. Pero no demasiado, pues si piensas mucho te derrotarán debido a que tus nervios tardarán en reaccionar.

—¡No tienes que decirme todo eso! —exclamo. Jim suspira mientras aparta su espada de mi cuello.

—Y también muy ignorante. —dice mientras se da la vuelta dándome la espalda. —Si sigues actuando de ésa forma me veré obligado a que te quedes aquí haciendo las labores del resto mientras me encargo de Jenna.

—¿En serio quieres reemplazarme contigo para que vayas a cuidar a Jenna? Ése es mi trabajo. —digo cruzando los brazos.

—Pensé que no te agradaba en absoluto cuidar a Jenna.

—Eso cambió, Jenna es mi mejor amiga y la defenderé cueste lo que me cueste. —respondo. Jim se da la vuelta para quedar frente a mí mientras sonríe.

—Ve.

—¿Qué?

—Debes salvar a Jenna, creo que aunque no estás del todo listo tienes potencial para enfrentarte a los enemigos. —dice. Sonrío mientras me dirijo a la puerta. —Algo más.

—Dime.

—Ten cuidado, si llegas a encontrarte con Blade piensa sólo esto; huye. Huye lejos junto con Jenna antes de que sea demasiado tarde.

No respondo, me dirijo a la puerta para esfumarme del lugar y aparecer en la tierra. La espada espiritual está en mi posesión y siento que una enorme carga está sobre mí, literalmente. Desaparezco la espada, guardándola. Debo encontrar a Jenna en su hogar antes de que le suceda algo.

Empiezo a buscar a Jenna por todos lados, incluso en su hogar pero no está. Sin embargo, me encuentro con alguien que sé que sabe sobre ella.

—Vaya, —dice cruzándose de brazos. —Pero si es el ángel que decidió volver por su novia.

—Ella no es mi novia, demonio. —respondo con seriedad. Ambos estamos en el aire, frente a frente y nuestras miradas expresan molestia.

—Sea como sea, decidiste volver por ella. ¿Qué te dignó a regresar? ¿Jim? Ustedes son seres sin corazón que ni siquiera les importa los humanos, por eso deben ser aniquilados, ¡Todos! —exclama mientras hace aparecer una espada. Ella se acerca con velocidad hacia mí, pero yo la esquivo antes de que su espada me atraviese. —Buenos reflejos.

—¿Qué has venido hacer, demonio? Supongo que tienes algo que ver con que Jenna no esté. —digo. Ella da una carcajada mientras se acerca con lentitud hacia mí.

—Me ofende que dudes de mí, pero tienes razón, yo sé sobre ella.

—¿Dónde está?

—¡Por favor! ¿Porqué son tan tontos haciendo preguntas ridículas? Ni que vaya a decirte, little silly. —dice sarcástica. Su actitud me está haciendo enojar.

—Te lo diré una vez más, ¿Dónde está Jenna? —digo mientras coloco mi mano detrás de mi espalda.

—Es muy obvia la respuesta, ¿No lo crees? —pregunta sonriendo maliciosamente. Es entonces que un click en mi cabeza me hace pensar en lo peor.

—No es posible, ¡¿Cómo la has llevado al reino de Blade?! ¡Serás! —La espada aparece en mi mano que tengo detrás de mi espalda. Me abalanzo sobre ella empuñando la espada, ella contrarresta el ataque con su espada.

—Dime todo lo que quieras, pero no harás que cambie de parecer. Después de todo, los ángeles no están permitidos a ir dónde se encuentra Blade ¿Verdad? —pregunta con burla. —Jim se los prohibió, qué tontos son.

—¡Pagarás por esto! —exclamo alzando mi espada y haciendo un corte en su hombro, justo en el derecho. Ella retrocede asustada mientras presiona la herida evitando que sangre salga. —Esto es por lo que le hiciste a Jenna.

—¡Tú! —exclama furiosa. —¡Esto no se quedará así!

Y gritando furiosa, se esfuma frente a mis ojos. Ahora tengo que ir al reino de Blade, y Jim prohibió entrar ahí. Pero Jenna lo vale, y no puedo permitirme a perderla sólo por una regla tan tonta.

Me esfumo para aparecer en las afueras del reino de Blade, pero me sorprendo con lo que veo. Se supone que el reino debe estar rodeado por una barrera extraña que impide a los ángeles entrar pero deja a los demonios salir, fue puesta por Jim y Blade no discutió esto, al parecer odia demasiado a los ángeles que no le importa estar rodeado de una barrera. La barrera no está, está indefensa a cualquier ataque que se quiera realizar.

Sigilosamente me dirijo a el palacio de Blade, pasando por las poblaciones de demonios que están en mi camino. Elijo cruzar el lugar por los lugares solitarios, para pasar desapercibido. Afortunadamente, nadie nota mi presencia.

El palacio de Blade es muy amplio, casi como el de Jim. Sin embargo, su aura es muy siniestra y escalofriante. Decido adentrarme en el lugar y me encuentro con una silueta que esperaba no volver a ver.

Hola, aquí con un nuevo cap. Gracias por leer y nos vemos.

Bye bye ✨