CAPÍTULO 76
CAPÍTULO 76.
Cassiano:
Un mes después:
Aliso con las manos la solapa de mi traje negro, y miro mi reflejo en el espejo, mientras sonrió sacando de mi bolsillo la caja de terciopelo color vino. La abro y observo satisfecho el anillo dentro. Dos golpes en la puerta me hacen voltear y dirigirme a ella.
Mi ceño se junta cuando Sofi entra, pasando por mi lado, y sin decir ni una palabra, se sienta en una de las butacas de la oficina dejándome de pie, con la mano en la puerta abierta.
Sonrió y niego con la cabeza.
«Es como una maldita plaga» pero que sea como una hermana para Amelia y también la prometida de mi hermano, la hace parte de la familia. —Y bueno... familia es familia, después de todo—.
Tomo aire y volteo cerrando la puerta tras mi espalda. Camino hacia mi escritorio rodeándolo y no me pasa desapercibido como sus ojos se desvían a la caja en mi mano lo cual desata una sonrisa suave en sus labios.
Tomo asiento del otro lado del escrito, jugando con la caja en mis manos y la observo divertido con una ceja levantada. «Algo me dice que Lorenzo no pudo cerrar la puta boca. »
—Y dime... a que debo el placer?
—Pregunto al ver que ella no dice nada.
—Así que es verdad.—Responde y asiento.
—¿Cuando lo harás? —Pregunta y hace un gesto, señalando la pequeña caja en mis manos.
—¡Hoy! —Afirmó.
—¡Bien! Sabes porque estoy aquí, supongo. —Dice y sonrió.
—¿Porque mi hermano no puede mantener la puta boca cerrada? —Pregunto divertido y suelta una carcajada.
–En realidad...
—Viniste a darme la... "Charla" de que si no hago feliz a Amelia me matarás y todo eso. —La interrumpo. «Siento que estoy a punto de tener un jodido deja vú. » Pero ella niega y me da una sonrisa. —Una real, no de burla—.
—Creo que ya pasamos por eso hace tiempo... Y soy completamente consiente de que jamás harás nada que pueda herir a mi amiga.
La observo con detenimiento cuando habla, esta inusualmente sería ahora, lo que me dice que no esta aquí para hacer chistes.
—Veras Cassiano, cuando conocí a Amelia ella, estaba... destrozada, triste y vacía. Intente llenar ese vacío tanto como me fue posible. Ella se hizo parte de mi familia en poco tiempo. Mi papá la adora tanto como yo, para mi ella es mi Hermana. Nada me hará más feliz en la vida que verla a ella ser feliz, porque ha pasado por mucha mierda, y pese a que la vida no deja de golpearla, ella siempre logra devolverle la bofetada, sacudirse el polvo y volver a la pelea. —Hace una pausa y continua —Cuando te dispararon, ella... se derrumbó, pero aún así siguió peleando por su bebé y por ti. Se negó a dejar que te desconectaran y se impuso para que la respetarán y así sacar adelante los negocios, con la esperanza de que cuando tu despertaras, todo estuviera en orden. ¡Ella jamás dudo de que despertarias!
Habla haciendo que se me hélice la piel, al pensar en lo que pudo haber sufrido mi ángel pensando que la dejaría sola.
—Amelia es una guerrera y se merece todo lo maravilloso del mundo. Se que tu puedes darle eso. Ella cambio por completo cuando te conoció. Se apago cuando te hirieron y volvió a brillar cuando despertaste. Tu lo eres todo para ella,eres su esperanza, la has cuidado y protegido siempre y confío en que seguirás haciéndolo con ella y con Aurora.
Se pone de pie y la imito, ambos quedamos frente a frente, separados por el escritorio.
—Solo quería agradecerte y reafirmarte que ahora somos familia. Y así como Amelia para mi es mi Hermana. A partir de ahora para mi, tu también lo serás. Solo prométeme que las cuidaras siempre. —Finaliza dejándome mudo.
Esperaba cualquier cosa menos escuchar a Sofi hablar asi, se que no siempre confió en mi y por mi parte siempre me parecío una mujer superficial. Pero pero con el tiempo hemos llegado a conocernos y aceptarnos incluso me ha llegado a caer bien, pese a que esta loca. Así que me limito a asentir y responder.
—No es necesario que prometa nada, pero si eso sirve de algo. ¡Si! Lo juro. Las protegeré con mi vida siempre.
—Lo se...pero gracias por decirlo. —Responde y sin más sale de la habitación.
*****
Horas después:
Amelia:
La calurosa brisa de la ciudad del cabo en Africa, me golpea tan pronto ponemos un pie fuera del avión privado de Cassiano.
Esto es algo que hemos estado posponiendo por un tiempo. La escoria de la que hay que ocuparse debía sufrir y para eso Cassiano debía estar preparado. Se que Dante Lombardi piensa que mato a Cassiano pero hoy se llevará una sorpresa y yo estaré aquí para verlo en persona.
Hoy al fin terminaremos con dos problemas de un solo golpe.
El sonido de nuestros pasos resuena en medio de las paredes subterráneas de la mina, la tierra y el polvo están por todos lados y hace un calor del infierno. «¿irónico verdad?»
Cassiano y yo nos detenemos frente a la puerta metálica y el toma mi mano dejando un beso en el dorso de mi muñeca, sonrió y tomo la pistola que me extiende. —solo por si acaso— Román esta a nuestro lado y se dirige hacia a la puerta cuando Cassiano le da la orden, apartándose a un lado esperando ansioso su momento. Doy un paso dentro de la habitación en compañía de Román que ha sido como mi sombra desde el día del tiroteo.
Observo al hombre amarrado en la silla, lleva una venda que cubre sus ojos, esta increíblemente delgado, y tiene una barba blanca que lo hace lucir como si hubiesen pasado diez años desde la última vez que lo vi.
También está vestido con lo que queda del traje que llevaba el día que le disparo a Cassiano. Y si bien el no fue el único que le disparo ya que Mario también lo hizo, para su suerte el sí, murió cuando le dispare, volándole la cabeza.
«me hubiese gustado que vea esto»
Doy pasos como un felino hambriento a su alrededor y noto como el sonido de mis tacones lo inquieta. Supongo que es común después de pasar en cautiverio tantos meses, donde nadie habla y solo escuchas el sonido de tus pensamientos.
Mi orden fue clara. Nadie podría dirigirle la palabra, lo levantarían todos los días a las cuatro de la mañana, lo bañarían con agua helada y lo torturarían, todos los días, sin excepción. Pero sin matarlo. Tampoco comería, —Al menos no comida, en si misma—
Solo podría ingerir pan, agua y sobras.
Observo con detenimiento lo que queda de Dante Lombardi y no se si es por el hecho de que se ha empeñado en arruinarme la vida o que casi matara a Cassiano, pero a diferencia de la vez que le dispare y lo creí muerto, esta vez... no siento nada.
Ni culpa, ni pena, ni siquiera el más mínimo remordimiento. Simplemente no siento nada.
Me acerco al hombre y tomo el foco sobre su cabeza apuntando la luz blanca sobre su rostro, cuando retiro la venda y Doy un paso atrás para verlo mejor.
El sacude la cabeza y trata de centrar la mirada mientras parpadea.
Román me observa atento de pie junto a la puerta metálica que permanece cerrada.
Dante clava la mirada en mi y sus cejas se levantan cuando observa mi abultado abdomen de ahora siete meses de embarazo.
Sus ojos me recorren y a diferencia del pasado no me intimida su escrutinio. Ni siquera cuando de pronto comienza a reír como un loco. La carcajada retumba en toda la habitación y levanto una ceja mientras arrastro una silla para sentarme frente a él. Román lo asesina con la mirada y se que al más mínimo movimiento que haga, lo asesinaría sin dudarlo.
«Pero eso no es lo que quiero, hice una promesa, y hoy estoy aquí para cumplirla»
—¡No puedo creer que te dejaras embarazar de ese maldito! —Se burla y no respondo tan rapido como le gustaría a su provocación.
—Si, como vez... La vida me sonríe. —Digo con una sonrisa. —¡Lastima que a ti ya no!
El endereza la espalda en la silla , poniéndose serio inmediatamente ante mi tono.
—¿Me matarás? —Pregunta con un brillo de anhelo en sus ojos , que me hace soltar un suspiro.
«Como si fuese a hacérselo tan sencillo»
—Efectivamente... morirás hoy y créeme no será bonito. —Respondo observando desinteresada el esmalte rojo carmesí de mis uñas, que va perfecto para la ocasión.
—Pequeña Amelia... El rencor no es bueno, menos en tu estado... debes soltar el pasado. ¿cambiaría algo si dijera que lamento dejar al bastardo de tu hijo sin su papá? —provoca y casi reirá por su débil intento de tomar el control —Aunque en realidad... no. Creo que no lo lamento. —Se burla pero soy yo quien ríe esta vez, haciendo que el me mire como si me hubiese vuelto loca.
—Ay... Dante, Dante... Dante...Hay cosas que no cambian supongo...—Rio mientras me inclino hacia adelante, y clavo la mirada en la suya saboreando el momento de lo que se viene.
«No quiero perderme su expresión. »
—¿Recuerdas lo que te prometí el día del tiroteo? —Pregunto y su ceño se junta en confusión.
—Veo que no... bueno te refrescare la memoria. —Dije, que morirías... y que cuando te llegara la hora... El diablo en persona vendría por ti. —Le recuerdo.
Su expresión se ensombrece al instante, su cara se pone pálida y su lengua humedece sus labios al tiempo que noto el miedo y la confusión en sus ojos.
—¿Y adivina que...?—Sonrio— Tu hora ya llego. —Susurro cerca de su rostro sosteniendole la mirada.
Román abre la puerta que le da paso al hombre de traje negro, que entra con el mentón en alto, con sus manos cubiertas por el cuero de sus guantes negros. Su mirada metálica atraviesa a Dante que tiembla en su sitio con la mera presencia del hombre que hasta hace segundos creía que estaba tres metros bajo tierra. Pero que en este momento cualquiera que lo viera lo podría confundir con la misma muerte en carne y hueso con su aspecto espelusnantemente oscuro. Denota poder y seguridad, por donde se lo mire y desde lo que paso parece incluso más salvaje y amenazante de lo que era.
Cassiano se para frente a el, mostrando una sádica sonrisa que solo significa que, lo que se viene no será nada agradable.
Y esa es mi señal para largarme, pero antes, me vuelvo hacia el padre de mi hijo, el gira su rostro y pone sus manos a cada lado de mi cintura , acaricia mi rostro y me besa, ignorando a Dante que tiembla y balbucea no se que, desde su sitio.
Cuando me aparto para irme Dante reacciona y comienza a gritar furioso.
—¡Que te jodan Amelia! ¡A ti y a todos los tuyos! Te maldigo maldita zorra, a ti y a tu bastardo.—Grita desde su silla, pero no llega a decir más, cuando ya está con la boca contra el piso y el pie de Cassiano apoyado sobre su cabeza, la silla a la que está amarrado sigue sujeta a su espalda y Cassiano lo levanta como si no pesará nada dejándolo nuevamente en el lugar.
Le da un golpe en el rostro y luego otro mas. Se acerca a su cara, que ahora está cubierta por la sangre que sale de su nariz rota y de su boca, cuando escupe los dientes que se le acaban de romper por los golpes.
—En los pocos, putos minutos de vida que te quedan. No volverás a dirigirte a mi mujer, ni a mi hija. ¿Me entiendes maldito hijo de puta? —Ladra Cassiano furioso como nunca lo había visto.
—y es que desde que supo del embarazo su instinto sobreprotector se ha... intensificado un poco.—
Dante tiembla en su silla, pero no responde, encendiendo nuevamente la furia del hombre que lo toma del cabello con violencia.
— No te escuché...¡¿Me entiendes o no?! —Repite y el hombre en la silla asiente y desvía la mirada llena de odio a mi sitio.
—¡No la mires! ¡Mírame a mi hijo de perra! —Gruñe.
—Ángel... espérame afuera. —Pide Cassiano y no me muevo por un instante, mirando la cara del hombre que fue mi tormento por tantos años. El hombre que fue el responsable de la muerte de mis padres y casi acaba con el padre de mi hija.
—¿Porque? —Pregunto a Dante lo que tanto quise saber. —¿Porque los mataste? Mi padre te consideraba su amigo, confiaba en ti. —Digo y el no responde pero chilla cuando Cassiano toma una de las dagas de su cinturón y se la clava en su pierna.
—¡Responde la maldita pregunta! —Gruñe.
—¡Porque quería la mina! Siempre fue por la mina. Tu padre sabía dónde estaba y nunca me lo dijo. Incluso cuando intenté persuadirlo de sacarle provecho, se negó. El idiota solo vivía para lo que su "Reina" quisiera. —se burla —Entonces mande secuestrar a tu madre y a ti para quitarlo del medio ya que sabía que por las malas nunca obtendría nada de tu madre, pero si me casaba con ella, si ella se enamoraba de mi, me diría en donde estaba, como hizo con tu padre. Y para eso debía matar primero a Salvatore, pero no soy idiota, nunca lo enfrentaría, debía hacerlo parecer un atentado, así yo sería el héroe de tu mami. —Finaliza con una arrogante sonrisa.
—Mi madre, jamás se hubiese enamorado de un maldito cobarde como tú. —Gruño.
—Tu querías la mina... bien. Es tuya entonces. Porque ahora...¡Te enterrare con ella! —Digo y sin más me volteo hacia la puerta, pero antes de salir me volteo hacia Cassiano.
— ¡Que sufra! —Pido y cassiano me mira con una sonrisa perversa. —Juraría que incluso excitado.
—Lo que mi Ángel desee. —Responde y salgo de la habitación, satisfecha al saber que al fin podré tener justicia para mi familia y la paz que tanto he anhelado.
✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️
Hola, hola!! 🥰
Bueno, tenia planeado inicialmente que este fuera el capitulo final, pero se me hizo muy largo, así que decidí dividirlo en dos.
Muy probablemente mañana suba la parte final y luego el epilogo ya que quiero subir Aurora!
Están listas para soltar a Cassiano y Amelia? Yo no 🥺
✨️Como saben Amelia no tiene más familia aparte de su amiga Sofi y el papá de ella, así que siento que sofi hizo bien en darle su "bendición" a cassiano ya que todos sabemos que Sofi siempre fue #teamcassiano. Hay anillo gente!!! Hay anillo!!! 🤩
✨️Ame que amelia le viera la cara a Dante, haciéndolo creer que Cassiano si había muerto y que se encargara de mantenerlo sufriendo hasta que, como dijo ella: " El diablo fuera por el".
✨️CASSIANO MODO PROTECTOR CON SU HIJA ME DA MIL AÑOS DE VIDA! COMO SE LO IMAGINAN COMO PAPÁ?
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