CAPÍTULO 66
CAPÍTULO 66
Amelia:
—¡Ahora! Atácame!—Grita Adriano mientras me incita con las manos para que avance.
Paso la palma de mi mano por mi frente apartando las gotas de sudor y lo fulmino con la mirada, cuando me da una de sus tan clasicas sonrisas arrogantes.
Avanzo para enfrentarlo y le lanzó un golpe que esquiva fácilmente, vuelvo a intentarlo y esta vez casi le atino, pero es demasiado rápido y logra esquivarme justo a tiempo.
—Te has vuelto lenta gatita. —Murmura con su sonrisa de idiota aún dibujada en su rostro y no puedo evitar sentirme algo molesta.
No le he dado ni un solo golpe desde que empezó el entrenamiento hace tres horas y eso me frustra, aún más cuando su cuerpo desprende arrogancia por todos lados.
Se balancea mientras da pequeños brincos en su sitio, alternando de un pie a otro. Su playera está sudada y se pega a los músculos de sus brazos, el cabello negro cae húmedo sobre su frente y la estúpida sonrisa no se le borra mientras me provoca alzando las manos animandome a que me acerque.
«idiota»
A pasado una semana desde que retomamos el entrenamiento y me costó demasiado convencer a Cassiano de que no interviniera en esto, pero pese a que no le gustó la idea y trato de persuadirme para que fuese el quien me entrenara, no pudo objetar nada cuando le dije que solo seria una distracción.
Es que... ¡vamos! ¿Como podría luchar con el? Si cada vez que nos vemos nos arrojamos el uno sobre el otro.— Y no precisamente para luchar.— Además Adriano y yo llevamos entrenando juntos por mucho tiempo, e incluso así me costo acostumbrarme a que me toque. El contacto físico con los hombres aún se me hace difícil en ocasiones, aunque he mejorado mucho y ahora pasa a ser algo incomodo más que un temor. Las habilidades que he adquirido me hacen sentir más segura y como dije, es gracias a Adriano por tener fe en mi.
Necesito estar preparada para cualquier cosa y no estába en discusión dejar de entrenar. Además después de el "obsequio" que me hizo Cassiano. —si es que me atrevo a usarlo— probablemente estaré en la mira de mis enemigos más que nunca. «A menos que ya no queden enemigos» Murmura la voz en mi cabeza.
—¿Nunca bajes la guardia! —Dice
el jonbre frente a mi y me lanza un golpe tomandome por sorpresa, pero salto hacia atrás, evadiéndolo casi en el último segundo.
—¡Mirada arriba Amelia! ¡No te distraigas! —Gruñe. —Además de lenta, ¿te has vuelto sorda o es que crees que ya no necesitas entrenar? —Me Ladra y lo miro con evidente molestia, pero ni se inmuta y me sostiene la mirada como el maldito arrogante que es.
Avanzo molesta para devolverle el golpe y le lanzó una patada a las costillas, pero se agacha y barre con su pie los míos haciendo que mi cuerpo golpee de lleno el piso engomado del ring, amortiguando un poco el golpe. Pero aun así logra dejárme inmóvil y sin aire con la espalda doble el suelo.
—¡Mierda! —Suelta una maldición mientras se apresura hacia mi sitio y sonrió para mis adentros. «Los hombres... y su exagerado instinto de proteccion.»
Aprovecho la distracción , y cuando esta lo suficientemente cerca de mi, envuelvo mis piernas como tijeras sobre sus tobillos y lo derribo. Me pongo de pie rapidamente y lo miro con suficiencia mientras elevo el mentón y alzó una ceja llevando mis manos a mi cintura.
—¡Y tu te has vuelto muy confiado! —Adriano. —¿Que paso con eso de que no eras un príncipe, que me recataria como una princesa en apuros?—Respondo con el mismo aire soberbio que el utiliza conmigo.
—¡Carajo! ¡No enseñes al maestro! —Se queja poniéndose de pie y vuelve a sonreír, apartándose hacia atrás.
—Y eso fue un golpe bajo.—
Dice y me señala de forma acusadora con su dedo índice.
—¡Demándame! —Digo encogiendo uno de mis hombros y niega con la cabeza.
Sonrió satisfecha y alzo mis puños en posición de pelea, el me mira sonriente y se prepara para mi ataque, doy un paso en su dirección pero... me detengo y sacudo la cabeza, cuando mi visión se vuelve borrosa. Pero eso no es todo, de un segundo a otro comienzo a ver a dos Adrianos que sonríen mientras mueven sus manos.
—Vamos... ¡me estoy poniendo viejo aquí! —Bromea pero su voz se oye lejana.
Avanzo pero otro mareo me toma por sorpresa y la habitación comienza a dar vueltas. Adrianp baja las manos lento y su ceño se junta mientras me observa. Inmediatamente nota que algo no anda bien y se apresura a mi sitio.
Sus labios se mueven y se que algo dice pero no logro entenderlo. Todo se comienza a oscurecer y mi cuerpo pierde fuerza mientras comienzo a sentir que mis sentidos se apagan como si alguien hubiese presionado un interruptor. Llevo ambas manos a mis ojos, los froto en un intento por aclarar la vista y es en ese momento en que me pierdo. Mis piernas fallan y lo ultimo que veo es la expresión de angustia en el rostro de Adriano que a penas logra tomarme entre sus brazos, cuando me desvanezco perdiendo la conciencia poco a poco entre los gritos preocupados del hombre que me llama.
—¡Amelia! ¡Amelia maldicion abre los ojos! ¡Carajo! ¡Amelia!
✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️
¡Cha cha cha!
¿Nuestra nena esta enferma? 🥺
✨️"Hombres y su exagerado instinto de proteccion."
❤️🔥AME!!!!❤️🔥
¡ESTOY TAN ORGULLOSA DE MI NENA! 🌸💪
✨️¿CUAL SERÁ ESE REGALO QUE LE HIZO CASSIANO A AMELIA Y QUE ATRAERIA LA ATENCION DE SUS ENEMIGOS? 🤔
🌸🖤Preparadas para el próximo capitulo? 🌸🖤
⚠️Se vienen cositas... ⚠️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro