CAPÍTULO 63
CAPÍTULO 63
Cassiano:
El sonido del carraspeo de una persona a mi espalda hace que Amelia de un salto y se aparte de mi como alma que lleva el diablo.
Volteo molesto por la interrupción e inmediatamente la cubro con mi cuerpo para evitar dejarla expuesta frente al idiota al que voy a cortarle el cuello en cuanto ella salga de aquí. Pero la expresión seria de su rostro me hace fruncir el ceño con confusión.
-Cassiano tenemos que hablar.-Dice Lorenzo. Y por el tono de su voz, intuyo que algo malo pasó.
-¿Y no podías esperar? -Gruño, volteándome para cubrir a Amelia pero ella ya lo hizo. Su cabello está desordenado y noto el sonrojo y como sus ojos revolotean con nerviosismo hacia Lorenzo quien para su bien, tiene los ojos puestos en mi.
-Yo... ya me iba. -dice ella y sale disparada de la habitación.
Giro enfrentando al idiota de mi hermano y este mete la mano en el bolsillo y saca su celular.
-¡Tienes que ver esto! -Dice y me lo entrega.
Mi mano aprieta el aparato y mis cejas se levantan con asombro cuando la imagen del sujeto colgado frente a la casa de Dante Lombardi aparece en la pantalla. Parece quemado, está cubierto de sangre, sus manos están atadas hacia adelante al igual que sus pies y cuelga del cuello desde la rama de un árbol.
-¿Es Maximiliano Lombardi?- Indagó y Lorenzo asiente.-Lo que queda de él.
Se hace un silencio y suelto un bufido.
-¿Donde Diablos esta? -Pregunto y mi hermano no necesita más explicaciones para saber de quien estoy hablando.
-¿Me buscabas primo?
La voz burlona de Adriano llega desde el umbral de la puerta haciéndo que me gire para verlo y no me pasa desapercibido la mirada que me da, cuando me recorre de pies a cabeza, con el ceño fruncido al notar mi estado.
Y estoy seguro que se imagina lo que estaba haciendo antes de que llegarán a joderme!
-¿Y se supone que hiciste esto porque...
Cuestiono enfocando mi atención en el y mostrándole la imagen en la pantalla del celular.
-Porque podia y... ah si, ¡porque se me dio la jodida gana!-Responde y doy un paso en su dirección para encararlo.
-¡A ti no se te da la gana de nada que yo no autorice antes!
-Gruño sobre su cara. -¿O se te olvida quien es el jefe aquí?
-¡Tu no eres mi puto jefe! Di la verdad, no seas hipócrita. No te molesta que lo haya matado, esa mierda te importaba un carajo, pero te arde que haya sido yo quien lo hizo y no tu. -Ladra encarándome y siento como me hierve la sangre y mis manos cosquillean por golpearlo.
Pero en algo tiene razón, no me importa que haya matado al imbécil de Maximiliano, me molesta el motivo por el cual lo hizo. Porque Adriano pocas veces se molesta en participar de estas cosas, al menos no desde que dejó de ser mi ejecutor.
-¡El objetivo no era el hijo!
-Gruño -¡Era el padre!
El me mira extrañado y sus ojos se abren de par en par.
-Tu lo sabes... -dice y asiento. Intentando disimular el maletas de saber que el también sabe algo.
-Puse a un hombre a cazar a Matteo en España, lo mataron pero no antes de que me revelará quien trajo al infeliz aquí.
-¡Dante Lombardi!
-¡Dante Lombardi!
Hablamos los dos al mismo tiempo.
-¡El infeliz lleva años tratando de encontrarla, pero el no sabía que ella estaba aquí!
-Te equivocas, si lo sabía. -Dice Adriano y no entiendo de que carajo habla, el parece notarlo ya que se cruza de brazos y suelta un gruñido antes de hablar.
-Mira, déjame ponerte las cosas claras primo. Si te digo esto es por ella. Y nada más que por ella. Tu me importas una mierda al igual que tu maldita organización. Pero necesito que este a salvo, y aquí corre peligro.-Hace una pausa.
-Dante Lombardi acorralo a Amelia aquí mismo. Lamento decirte que tus patéticos intentos de mantenerla alejada de el no dieron frutos, el día de la fiesta por tu regreso, el la encontró y si no fuera por mi, ella estaría muerta. O el se la habría llevado.
La sangre bombea por todo mi cuerpo al imaginar al bastardo cerca de ella h bajo mi puto techo, siento como la ira se apodera de mi cuando doy otro paso hacia el tomándolo de la camiseta empujándolo contra la pared.
-¿Y hasta ahora me lo dices, maldito idiota? -Gruño contra su cara pero el no responde, solo me fulmina con la mirada y es Lorenzo quien interviene apartándome de el.
-¡No fue mi decisión! -Murmura y entiendo a que se refiere.
«Ángel... ¿En que carajos pensabas?»
No puedo evitar sentirme dolido por la falta de confianza de Amelia, pero más me molesta, que con Adriano si se sienta segura para contarle cosas que a mi no, cuando debería ya saber a estas alturas que daría mi vida por la de ella.
-Dime Primo... ¿cuantos secretos más, tienes tu con mi mujer? -Hablo dando un paso en su dirección pero mi hermano se mete en medio, sujetándome para que no lo estrangule.
-Tu mujer... -murmura- no veo el anillo en tu dedo primo.- Me provoca mientras el muy maldito sonríe como el hijo de puta que es.
Doy otro paso amenazante, dispuesto a callarle la boca pero mi hermano vuelve a detenerme.
-Esperen... Esperen...- habla Lorenzo con el ceño fruncido y su mirada se enfoca en mi.
-¿Porque los Lombardi persiguen a Amelia?
Peino mi cabello hacia atrás con las manos en un gesto, tratando de calmarme y camino por la habitación alejándome del idiota que quiero asesinar.
-¿Alguien piensa responder a mi pregunta?- Se exaspera Lorenzo y soy yo quien rompe el silencio.
-Porque Amelia casi lo mata hace años. -Digo y Lorenzo abre los ojos como platos cuando la resolución llega.
-Entonces... ¿Amelia es...
-Si, su nombre completo es Amelia D'Angelo Johnson. Y es la hija de Salvatore D'Angelo.
Lorenzo se deja caer sentado en la cama y lleva las palmas de sus manos a la cabeza.
-¡No lo puedo creer! -Habla más para si mismo. -Entonces ¿Amelia era la prometida fugitiva de Maximiliano? -mi ceño se junta.
«¿como que prometida?»
-Si bueno... algo me dice que ya no habrá boda. -Dice Adriano encogiendose de hombros.
-¡Eres un lunático! Pero uno con muchos huevos. ¡Dame esos cinco! -Dice Lorenzo levantando la palma de su mano, pero lo ignoran, haciendo que baje la mano.
-Bien... bien. El bastardo la estuvo cazando durante años... pero... lo que no tengo claro es ¿como diablos supo de Amelia y Matteo Medina? -Cuestiona Lorenzo llevando una mano a su barbilla en un gesto pensativo.
-¡Yo si! -Habla Adriano otra vez y tanto Lorenzo como yo lo observamos.
-Dante estuvo obteniendo información desde dentro de tu organización.- Dice apuntándome con el dedo.
Mis cejas se juntan cuando lo observo con atención. No quiero creer nada que pueda decirme este idiota, pero... Tiene sentido, ademas lo sospechábamos desde hace tiempo. Hay alguien entregando información a los rusos y vendiendo nuestros cargamentos, y es la misma persona que nos entregó cuando aterrizamos aquí, la misma persona que sigue jodiendo mis negocios cada dos por tres y para ser alguien capas de joderme tanto se ha mantenido en la sombras oculto por los cual aún no he podido cazar al bastardo. O bastarda ya que por mucho que me niegue a creerlo, la posibilidad de que sea una mujer sigue latente luego de que el sujeto que torture plantará la duda en mi cabeza.
-¡Mario! Tu hombre de confianza. -Habla y tanto mi hermano como yo nos giramos inmediatamente en su dirección para mirarlo pero es Lorenzo quien habla.
-No puede ser. Mario ha estado a nuestro lado desde hace años, es uno de nuestros más leales hombres.
"Quizás el si pero... su esposa? Tu ex Amante. -Adriano me señala con un gesto.
-No... eso no es posible. ¿Fabiola? ¿Enserió crees que puede ser ella? -Cuestiono y el asiente.
-No creerás que mate al idiota de Maximiliano, sin obtener antes la información que necesitaba. ¿o si? -Dice con una sonrisa arrogante en sus labios.
-Sofi, dijo que tuvieron un cruce de palabras en la fiesta y nuevamente ocurrió antes de que Amelia se mudara al apartamento. -Habla Lorenzo.
-¿Y porque yo nunca me entero de estas mierdas? -Gruño y Lorenzo se encoje de hombros
-Por lo que dijo sofi Amelia de las apaño muy bien sola la última vez. -Lo ignoro y enfoco mi atención en Adriano.
-¿Que haremos? -Pregunta Lorenzo cuando nota que saco mi celular y comienzo a marcar.
-¡Enviar un mensaje!
-¡Eso fue lo que yo hice! -Dice mi primo cruzándose de brazos y alzando una ceja.
-Un mensaje real. Una advertencia. -Digo mostrando en la pantalla el nombre de la persona con quien intento comunicarme.
-No harás lo que creo que harás ¿no? -Pregunta mi hermano y sonrio al ver la expresión de asombro en el idiota de mi primo.
-¡Por supuesto que lo haré!
Luego de dos tonos responden.
-¡Román! Necesito hacer una entrega. -Hablo bajo la atenta mirada de los hombres que me acompañan.
Doy las instrucciones de a donde quiero que se envíe el encargo, la hora y otros detalles, el toma nota de todo y corta la llamada, asegurando que en cuanto esté listo se contactara para confirmar.
***
Sentado frente a la computadora, organizo la próxima entrega y reviso que los prototipos de los proximos encargos estén correctos. Paso mi mano por mis ojos, siento la vista algo cansada por la luz del computador, miro la hora en el reloj de mi muñeca, y noto que he pasado mas de tres horas trabajando frente a la pantalla. Son más de las siete de la tarde, y Amelia se supone que debería haber llegado hace rato.
Los nervios y la preocupación aparecen de inmediato haciendo que me gire en la silla y tome el celular que esta sobre la mesa, enciendo el GPS y observo el punto rojo. Mis ojos se abren de par en par cuando veo la ubicación. ¡Aquí! Pero, no es posible, ella aún no ha llegado.
Marco su número, y luego de varios tonos atienden.
-¿Hola? Habla algo agitada pero tranquila y suelto el aire con alivio al escucharla.
-Ángel, ¿donde estas? -indagó, volviendo a mirar el reloj en mi muñeca.
-¿Como que donde estoy? En mi apartamento cocinando. ¿Acaso ocurrio algo?
Mi mano aprieta el aparato y el enojo no tarda en aparecer. Su lugar es aquí. ¡conmigo! No en un apartamento, ni en ningún otro lado.
-Pasa...-hago una pausa-que tu lugar es aquí, no en ese jodido apartamento. -Enviare a alguien por ti. -Le aseguro y suelta una carcajada.
-¿Disculpa? ¿Desde cuando trabajo para ti? Creí haber dejado el collar de perro en tu casa. Y no te preocupes, estoy en mi apartamento, nada me pasará aquí, asi que tranquilo y si quieres verme será mañana. Porque ahora estoy algo cansada y a decir verdad, tu también deberías descansar.
-Amelia, será mejor que traigas tu trasero aquí o...
-Buenas noches Amore mio.- Me interrumpe.
Sus palabras salen en un tono sugerente seguido de una risita y no solo es eso, sino que la descarada me lanza un beso a través del aparato y eso es lo último que escucho antes de que cuelgue, dejándome con el teléfono en la mano.
«Nunca nadie me había cortado una llamada antes, debería estar furioso por su falta de respeto, pero en lugar de molestarme sonrió como un idiota embelesado mientras observo el aparato.»
-si que se ha vuelto rebelde-Murmuro para mi. -Ahora me tocara enseñarle, que retar al diablo tiene consecuencias.
Tomo las llaves del auto, y salgo del despacho con una sola cosa en mente... Enseñarle modales a cierta niña, que ha olvidado que no se debe jugar con fuego a menos que quieras quemarte.
✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️
✨️ Estos tres juntos, son de lo mas divertido! La personalidad de Lorenzo es similar a la de sofi, lo amo!
✨️Fabiola ya valió???
✨️De que se tratara el encargo que hizo Cassiano a Román?
✨️Amelia se nos puso rebelde! Estado: ingobernable 😅
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