CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 23.
Amelia:
El sonido de la música hace eco en todo el lugar, las personas bailan y saltan al ritmo de David Guetta mientras es acompañada por el parpadeo de las luces que sumergen el lugar en penumbras por algunos instantes, antes de vuelva a iluminarse todo por instantes en medio de las luces de colores .
El sitio está repleto, sofí y yo caminamos tomadas de la mano mientras somos escoltadas por Lorenzo que nos guía y tras nosotras Lucían. Aprieto con fuerza la mano de sofí agradecida de que no me suelte. Conteniendo un poco la ansiedad que me invade al encontrarme en un lugar con tantas personas aglomeradas.
Hace años que no pisaba un club y no puedo evitar mirar alrededor temiendo que alguien me reconozca. Me siento como una paranoica pero, desde que hui de casa, los he evitado al igual que muchos otros sitios donde la mayoría de la gente con dinero se relaciona. Y aunque me encuentro a muchos kilómetros de mi antiguo hogar no subestimo el poder de las personas que me persiguen y por eso prefiero mantenerme así... en las sombras. Si hoy estoy aquí es solo por Lucían.
Nos adentramos por un largo pasillo tras la tarima y la música se escucha lejana cuando entramos a una oficina al final del pasillo. La puerta se cierra a mi espalda con los dos hombres de aspecto espeluznante que se quedan afuera haciendo guardia.
Un sujeto de unos cuarenta años, permanece sentado en una sofá rojo de cuero junto al lujoso escritorio de roble negro. Rápidamente se pone de pie en cuanto nos ve entrar y sale disparado en dirección a Lucían con los brazos extendidos.
-¡Diavolo..! -Su sonrisa se estira de oreja a oreja mientras se acerca a pasos seguros en dirección a el.
En cambio Lucían mantiene su expresión sería y su postura rígida. Se ve tenso y por como junta sus cejas es mas que claro que aún no reconoce del todo a la persona que lo saluda.
Camino un paso a su lado soltándome de la mano de Sofí y coloco mi mano sobre su brazo dándole a entender que estoy aquí con el. Me mira y extiende su mano en dirección al hombre que aún le sonríe y lo mira con admiración esperando que le devuelva el saludo.
-Il diavolo é sorto dall'inferno. «del infierno resurgió el diablo»- habla en italiano.
Y aunque no entiendo lo que dice, la sonrisa maliciosa que se apodera del rostro de Lorenzo cuando escucha esas palabras me pone la piel de gallina, haciendo que tome con más fuerza la manga del abrigo de Lucían.
El hombre que suelta la mano de Lucían, desvía la mirada en mi dirección y me mira por un momento. Asiente hacia Lorenzo y estira su mano hacia mi.
-Mucho gusto ragazza. Mi nombre es Mario y soy el más leal de los hombres del señor Cassiano. Tenía muchas ganas de conocer a la mujer que tanto protege el Diavolo. -Habla y me quedo muda por un momento analizando las palabras.
«¿Señor Cassiano? ¿Diavolo?¿Quien es esta gente?»
Mil preguntas invaden mi mente pero aún así con nerviosismo estiro mi temblorosa mano para estrechar la suya. -No quiero ser descortés pero me tiemblan las manos por los nervios-.
Sofí es quien nota mis nervios, y se pone enfrente con su característica sonrisa, estirando su mano para tomar la del hombre.
-Mi presento, mi chiamo Sofía ed' é un piacere per me é Amelia conoscerti. -Habla ella en un perfecto italiano que le saca una sonrisa al tal Mario que encantado estira su mano para tomar la de ella y estrecharla. Bajo la atenta mirada de Lorenzo que luce más que encantado mientras mira a mi amiga con una sonrisa que no sabría descifrar.
-Ohhh... parli molto bene la nostra lingua. «hablas muy bien nuestra lengua» -dice Mario fascinado y sofi asiente.
-Tome clases de Italiano, Alemán, inglés y se algo de ruso. -Dice encogiendo los hombros.
-Bella e colta, mía principessa. «bella y culta mi princesa» -habla Lorenzo sin apartar los ojos de ella.
-No soy la princesa de nadie. ¡y mucho menos la tuya! -Responde tajante, dejando a Lorenzo completamente confundido y sin expresión.
Pero después de unos segundos de incómodo silencio, todos sueltan una risa que hace eco en la habitación.
-Bene... A lo que vinimos. -Dice Lorenzo aclarando su garganta y señalando las sillas para que nos sentemos.
-No quiero faltarle el respeto Jefe. pero, ¿ podemos hablar delante de estas bellezas? -pregunta Mario mientras sus ojos viajan entre sofi y yo.
-¡Son de confianza! Tranquilo.
Además saben que si alguien aquí habla de más, deberá atenerse a las consecuencias. -dice sonriendo Lorenzo ganándose una mirada molesta por parte de Lucían quien no pierde tiempo y toma mi mano acariciando mis dedos con los suyos.
-Me encantaría verte intentarlo... -lo reta sofi. -¿Verdad grandote? -Dice mientras pone su mano sobre el hombro de Lucían. Logrando que Lorenzo se ría negando con la cabeza.
-¡No vine aquí a escucharte lanzar amenazas que todos sabemos, no podrás cumplir! -Le gruñe Lucían.
Y eso es lo primero que dice desde que llegamos, por lo cual asumo que le molestaron las palabras de su hermano .
-Si estamos aquí es porque tienes respuestas a las preguntas que rondan en mi mente, lo que no sé es que tienen que ver ellas en todo esto. -Gruñe algo molesto y mis ojos viajan en dirección al hombre que lo mira serio mientras acaricia su barbilla como si pensara en como responder.
-Bene... Cassiano tu dices que no recuerdas nada, y eso es un grave problema para nosotros, necesitamos que vuelvas a ser... -Hace una pausa recorriendo con la mirada al hombre frente a el antes de proseguir -tu y para eso deberás acompañarnos nuevamente a Italia. Nuestro médicos son expertos y podrán tratar tu pérdida de memoria como se debió hacer antes de que te largaras. -Dice sin mas rodeos.
Mi cuerpo se pone tenso al escucharlo decir aquellas palabras, y paso saliva observando por el rabillo del ojo al hombre que presiona mi mano.
«¿quiere llevarse a Lucían? »
No volveré a verlo... el se irá con su familia y no volveremos a vernos...
Salgo de mis pensamientos parpadeando cuando Lucían empuja la silla y se pone de pie haciendo que también me levante con el. Sofí a mi espalda hace lo mismo pero no habla y a decir verdad nadie lo hace. Menos cuando Lucían no quita la mirada asesina de su rostro.
-¡Vamos hermano no te pongas así déjame terminar! -Pide Lorenzo al ver la expresión de furia de su hermano, quien voltea en dirección a la puerta.
-¿Querías saber porque ellas están aquí? Pues te lo diré... ¡Porque también están en peligro!
Los ojos de Lucían se posan sobre los míos que ya están algo llorosos de solo pensar en que posiblemente se marchara y no volveré a verlo.
Me siento horrible, esto sería por su bien y aún así no puedo alegrarme. Me aterra la idea de no volver a verlo aunque se que esto sería lo más sensato para su recuperación.
Además de que su familia lo espera. Quizás incluso... -¿y si tiene a alguien mas? -La idea me enferma pero es una posibilidad.
-¡No iré a ningún lado! -Gruñe en dirección a Lorenzo sacándome de mis pensamientos. -El hombre suspira y se toma el puente de la nariz con dos dedos.
-Sabía que dirías eso, y esa es otra de las razones del porque están ellas aquí. -Habla y mi ceño se frunce.
La molestia se asentía en cada rincón de mi cuerpo y las palabras salen de mi boca como vomito verbal.
-¿Entonces que? ¿Pretendes amenazarlo con lastimarnos para obligarlo a ir contigo? -Pregunto sin poder ocultar la rabia en mi voz.
Mario suelta una risa cargada y mira a Lorenzo esperando que me responda o me asesine. -Quien sabe -Pero incluso frente al riesgo solo me limito a alzar mi mentón porque no me retracto de lo que dije y nunca serviré como cebo para que obliguen a Lucían a hacer algo que no quiere.
-Amelia... tu personalmente fuiste testigo de como acabo el último hombre que intento ponerte una mano encima. -Habla y paso saliva recordando el rostro desfigurado del hombre que nos ataco. -Y... ¿Adivina quien tubo que limpiar el desastre...? ¡Exacto! ¡Yo! Asi que creo y asumo que nadie aquí tendría los cojones para intentar tocarte, menos frente a mí hermano.
Mi mente viaja al momento en el callejón y al hombre al que Lucían le rompió la mandíbula y ahora que lo pienso tampoco se que paso con el otro hombre que nos atacó. Miro al hombre que tengo a mi lado y su mano hace una leve presión sobre la mía pero no deja de mirar a Lorenzo.
-¿Entonces que hacemos aquí? -Pregunto.
-Verás... mi hermano se ha vuelto muy protector contigo y por lo que se, tu has cuidado de el por un largo tiempo. Lo cual de verdad agradezco...
-¿Como sabes eso? Pregunto interrumpiéndolo.
-Yo lo se todo bambina, y como notaras el estado de salud de mi hermano no es el mejor y no hablo de los golpes... sus recuerdos comenzarán a aparecer poco a poco y será muy difícil para el. Sobre todo porque podría sufrir una crisis de estrés y perder el control como lo hizo hace un año cuando huyo de casa. -Mira en dirección a Cassiano y vuelve la mirada hacia mi.
-Además el aquí corre peligro, al igual que ustedes. Su "pasado" es... -lleva su mano a la barbilla en un gesto pensativo -difícil de dejar atrás. Nadie puede escapar de quien es, al menos no para siempre. -Dice y alza una ceja.
-Es mas... apuesto a que las visiones ya te atormentan... ¿no es así? -Habla a Lucian esta vez. -Seguro los dolores de cabeza no te dejan dormir y eso ni hablar de la ira desenfrenada que se dispara de la nada. La sed de sangre que es casi incontrolable, la cual solo logras aplacar cuando te adentras en las peleas callejeras. ¿o no es así?
Lorenzo habla y habla sin parar sobre cosas que según el, Lucían hace o hizo en este tiempo estando conmigo y es... no puede ser. EL no sería capas, el solo actuó así por defenderme. No es un asesino.
-Las voces y la sed de sangre solo se aplaca cuando entras a esa sucia jaula y matas a cada uno de tus contrincantes. ¿No es así Cassiano? Cuando liberas a la bestia que eres... -sisea- acercándose a Lucían que se ve disgustado y con el rostro contraído.
Sus ojos viajan hacia mi y su mirada me atraviesa. No puedo pensar bien, solo lo miro y se que algo en mi rostro le dice que estoy aterrada por las palabras de Lorenzo aún cuando se que Lucían sería incapaz de hacerme daño.
Pero es imposible no sentirme abrumada... la forma en la que este hombre lo describe es como... no describe a mi Lucían no habla del chico que conozco, el describe a un extraño.
«Lucían no mataría a nadie, no por puro placer. ¿O si?»
Mi mente viaja al día del callejón, recuerdo sus ojos rojos, su mirada desencajada y me repito una y otra vez que esa fue su reacción al verme herida pero...
¿Será ese el único motivo? No puedo negar que su mirada ese día era... salvaje y aterradora.
Lorenzo no se calla y llevo mis manos a mis oídos... cuando siento que no puedo escucharlo más.
-Cállate! Por favor. ¡Cállate! -Le pido con un hilo de voz a Lorenzo que no para de hablar.
-¡No! Amelia... tu tienes que saber. Tienes que saber quien es mi hermano porque no sabes nada de nuestro mundo. ¡Y ahora ya no hay vuelta atrás, té lo dije, de esto nadie se sale Amelia y tu desde el día en que lo conociste a el, te condenaste! -Dictamina y vuelvo a pasar saliva, pero desvió rápidamente la mirada a Lucían que luce desorientado a mi lado.
-Lo mejor será que el vengan a Italia con nosotros. -Habla Mario.
-No... no pueden llevárselo. El.. no es como ustedes dicen, el es...
dile... diles que es mentira. -Pido mirando a Lucían esta vez. -Diles que están equivocados, que mi Lucían no mata gente solo por placer. ¡Diles!- Suplico y mis ojos viajan a el.
Por un instante me mira, pero baja la mirada al piso te sansón la mandíbula, confirmando asi, cada una de las palabras de Lorenzo.
Me suelto de su mano y pese a que siento el helado frío cuando el contacto se rompe me aparto unos pasos hacia atrás.
-No... -susurro limpiando una lágrima que se escapa y corre por mi mejilla.
-Amelia... -Me llama sofi y levantó mi mano temblorosa en señal para que se calle.
-No... ¡tu no eres así! -
Lo miro buscando sus ojos pero no levanta la mirada.
-Lucían... mírame. -le hablo- Tu eres mi Lucían... el chico amable y dulce que cuida de mi, el que se preocupa, al que conocí en un callejón y se ganó mi cariño de inmediato... tu eres...
-¡Cassiano Rinaldi! El rey de la Mafia mas poderosa de Europa. Su nombre no es Lucían. Es Cassiano Rinaldi. O como lo conocen en nuestro mundo...
"EL DIABLO". -Dice Lorenzo alzando el mentón, mientras mira el dirección a su hermano, que ahora luce confundido y como si un camión acabará de chocarlo.
-¿Mafia...? -Murmuró con la mirada desencajada y los ojos fijos en el piso.
Mis manos comienzan a sudar y mi labio inferior tiembla. Me siento mareada por un momento y levanto la cabeza, clavando mis ojos, en el chico que no ha tenido más que atenciones conmigo y me ha protegido incluso de mi misma.
-Lucían... -susurro mirando la nada.
«¿Lucían es en realidad el jefe de una mafia?»
"De este mundo no se sale Amelia... ya deberías saberlo... puedes correr todo lo que quieras pero siempre te alcanzará."
Las palabras se repiten en mi mente y niego sacudiendo la cabeza.
-No... no puede ser.
Hola hola, bellas personitas que siguen mi historia. Que cuentan como están?
Bueno aquí dejo el cap 23 de El Ángel del Diablo. Espero sea de su agrado el capotulo, ahora creo que estamos entendiendo algunas cositas más.
✨️ Y como les parece que fue la reacción de Amelia al enterarse de quien es en realidad Lucían? Ella aun no procesa lo que pasa ustedes que creen? Yo creo que es un poco normal que este algo asustada o no?
✨️ Sofi poniendo en su lugar al coqueto de Lorenzo.? Esoo se gana por meterse con su amiga.
✨️ Y... será que nos vamos a Italia? O no?
✨️será Amelia capaz de aceptar a Cassiano? O este vivira en la sombra de Lucían?
Este capítulo lo escribí escuchando la canción 🎶
"In the name of love" de
Martin Garrix y Bebe Rexha. Y creo que el cap amerita esta letra.
https://youtu.be/RnBT9uUYb1w
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