Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 12

-¿Qué le hiciste a Kam? -pregunté alejándome.



Tahil tenía un arma, por supuesto estaba en desventaja, pero no podía mostrarle mi miedo, ya no.



-¿De que estás hablando? -inquirió acercándose.



Yo estaba entrando en crisis, había un cosquilleo extraño recorriendo mis venas, se sentía como si estuviese a punto de explotar.



-¡Quédate donde estás! -chillé- ¡¿Dónde está Kam? ¿Qué le hiciste?!



-¿Qué...?



El rostro de Tahil se contrajo, pensé que había llegado a su límite y que tomaría su arma para matarme, pero no podía permitir eso.


Estaba dispuesta a correr, pero alguien tomó mi brazo.



-¿Qué pasa?



Al mirar hacia atrás confirme que la voz era de Kam, había una herida en su sien, pero parecía estar bien. Abrí mis brazos e intenté cubrirlo con mi cuerpo, debía protegerlo a como dé lugar.



-Quédate atrás, Kam -pedí.



-¿Por...?



-Tahil, suelta el arma -ordené intentando parecer dura, a pesar de que mis piernas temblaban.



Él me miró aún con la misma expresión, pero hizo lo que le pedí, e incluso se alejó varios pasos.


Corrí y tomé el arma, solo cuando la tuve en mis manos me sentí muchísimo mejor.



-¿Qué está pasando, Samantha? -inquirió Kam cuando me acerqué a él.



-¿Qué te hizo Tahil? -indagué sin apartar la mirada del mencionado.



-¿Qué me hizo? -preguntó- Nada, ¿Qué me haría?



Confundida lo miré sin entender del todo.



-Ella piensa que te he hecho daño -le habló Tahil.



-¿No te hizo? -Kam negó a mi pregunta- Ah... vale.



Bajé el arma sintiéndome ahora apenada, el mayor se acercó hasta poder quitármela de las manos y yo no apliqué ninguna resistencia.


Cuando me giré y miré por completo a Kam me di cuenta de que tenía un arma en su mano también, así que sí, efectivamente, la que había malinterpretado la situación había sido yo.


Al no tener que pensar en la seguridad de Kam, la imagen de la chica que había matado se hizo presente en mi mente, así que mi expresión facial cambió drásticamente a una sin nada en ella, porque no sabía qué sentir o qué expresar.



-Tenemos que buscar maneras de salir de aquí antes de que Samantha se vuelva loca -habló Tahil.



Me daba mucha rabia cuando él decía las cosas sin pensar en los demás.



-¿Qué sucedió?



-¿Qué tienes?



Preguntamos Kam y yo al unísono.



-Samantha apuñaló a la azafata, quedó traumatizada.



-No estoy traumatizada -respondí sin pensarlo.



-Quizás pronto lo estés.



-Tahil, no le hables así -lo regañó Kam, luego me miró- ¿La apuñalaste?



Cubrí mi rostro con las manos evitando responder, estaba sintiendo ganas de llorar, pero no era momento.



-Lo hizo, yo la vi -le respondió el mayor-. Samantha, el traidor no fue el chófer que nos dejó en el aeropuerto como pensábamos, fue el piloto al que ya habíamos avisado a dónde íbamos, le dio tiempo de preparar todo.



-¿Solo? -murmuré mientras estrujaba mi rostro.



-Por supuesto que no, alguien se lo ordenó. Esto era un plan desde el inicio, aterrizar en esta isla y que nos mataran aquí, nadie sabría nada y ellos se irían sin salir perjudicados.



Los miré.



-Alguien debe venir a buscarlos ¿Verdad? No tenían pensado quedarse en esta isla por siempre.



-Así es -me habló Kam-, debemos ir al avión para ver si hay alguna manera de comunicación.



-Cuando sepan que no eres el piloto no vendrán -aseguré.



-No creo que diferencien mucho entre la voz de las mujeres, además la voz de la azafata tenía un tono similar al tuyo -me sonrió.



-¿Estás pensando en ponerme a hablar?



Su sonrisa aún más amplia me confirmó que así era.



-Vamos -extendió su mano hacia mí, yo la tomé-. Tahil, asegúrate de que estén muertos.



Esa frase no me dio escalofríos, era incapaz de sentir algo más que incomodidad dentro de mí en este momento.



-Kam -llamé mientras caminábamos-, yo...



Él me interrumpió dando un leve apretón a mi mano.



-No eres peor persona por lo que pasó -me aseguró-, te estoy mirando justo ahora y sigo viendo a una Samantha demasiado perfecta para ser de este mundo.



-¿Perfecta? No soy...



-Sí, eres perfecta, creo que así lucen los ángeles...



-Tonterías -chisté, sintiéndome muy triste por el concepto tan bonito que tenía de mí cuando claramente no me acercaba a eso ni un poquito-, no soy nada perfecta.



-¿Has visto las imágenes que enseñan cómo se verían los ángeles? -indagó, yo asentí, había visto algunos en la sala de computación al que iba para actualizar mis documentos- ¿Se ven feos, verdad? ¿Por qué crees que, aún así, las personas los consideran perfectos?



-No lo sé...



-Porque cuando te los describen... parecen superiores, cuando los ves... parecen superiores. Tú definitivamente te ves superior, eres como un perfecto ángel -hizo una pequeña pausa y luego se rio-; no estoy diciendo que eres fea, eres hermosísima, pero dices que no eres perfecta porque has cometido errores, pero los ángeles son feos y eso no les quita la perfección.



-Entiendo lo que quieres decir -me detuve, estábamos frente al avión-, pero no sigas porque voy a llorar y realmente no quiero llorar.



Kam jaló mi mano y me llevó a él hasta rodear mi cuerpo con sus brazos.



-Estoy aquí -me recordó-, ¿Lo sabes, cierto? Te he traído hasta acá, voy a cuidarte y no sólo físicamente.



-No quiero... ser tan frágil -susurré.



Su cuerpo vibró debido a una carcajada.



-Hace menos de cinco minutos estabas colocándome detrás de ti porque me ibas a proteger de un hombre armado con quince centímetros de estatura más que tú -me abrazó más fuerte-, eso no es ser frágil.



-Es que había mucha adrenalina en mis venas.



-Primera vez que una chica me defiende, lo confieso.



-Y es... primera vez que tengo tanto contacto físico con un hombre... aparte de mi tío...



-Lo sé -su respuesta fue inmediata.



Me alejé lentamente.



-¿Lo sabes? -inquirí confundida- ¿Cómo lo sabes?



-¿El qué?



-¿Cómo sabes lo del contacto físico? No lo he mencionado hasta ahora...



Él me miró mientras pensaba, luego me di cuenta, en el cambio que tuvo su mirada, de que entendió lo que había dicho.



¿Había algo que Kam sabía de mí y no quería decirme?


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro