—¿Qué haces aquí? —preguntó Ámbar al ver a Luna.

—Mi tía Sharon me contó lo sucedido con Simón y quería saber como estas tú—contestó Luna con preocupación.

—¿Ahora te importa? —cuestionó Ámbar—. Desde que llegaste ni has venido a vernos ¿Por qué ahora te importaría saber como estoy? —

—Ámbar, Luna solo quiere ayudar—interviene Sharon.

—Creo que mejor nos vamos—Delfina le hizo una señal a Jazmín—. Luego hablamos—ambas chicas se despiden de la rubia.

—Ámbar, Simón es mi mejor amigo es obvio que me preocupo por él y me preocupas tú—habló Luna acercándose a la rubia.

—Claro, por eso le dijiste que no querías verlo ni hablar con él—la rubia hablaba con ironía—. Luna, no te hagas la preocupada ahora—Ámbar se fue a su habitación.

Sharon le ofreció a Luna quedarse un poco más quizás la rubia cambiaría de opinión, pero en el fondo la castaña sabía que su prima tenía razón estuvo tanto tiempo pensando en cómo recuperar a Matteo que se olvidó de lo más importante su familia y sus amigos, sobre todo se alejó de Simón quien había estado en sus momentos más difíciles.

—Luego volveré para hablar con Ámbar—dijo Luna—. Tía lamento tanto no haber venido antes—se acercó para darle un abrazo.

—Ya tendremos tiempo para hablar de nosotras—dijo Sharon—. Solo espero que Ámbar este bien.

—Lo estará, es una chica super fuerte—aseguró Luna—. Debo irme—la castaña se despide esta vez pensando en hacer las cosas bien.

*****

Gastón había estado preparando su departamento para la llegada de Delfina su novia. En cinco minutos la peli negra ya estaba ahí, nervioso se levantó a abrir la puerta y la encontró llorando.

—¡Gastón! —Delfi se lanzó a sus brazos y comenzó a llorar.

—¿Pasó algo? —preguntó preocupado.

—Nada—contestó Delfi—. Sólo que me emociona este momento—confesó.

—Amor, me asustaste—Gastón dio un suspiro—. Creí que habías tenido problemas con tus padres—secó las lágrimas de su novia.

—No, ellos siempre me han apoyado en todo—se apresuró a decir.

—Por suerte—Gastón tomó la maleta de Delfi y ambos entraron a la sala de estar.

Delfi se quitó su cartera y antes de acomodarse sacó una foto y la puso en una pequeña mesa.

—Que lindos nos vemos—dijo Gastón abrazandola por la cintura—. Espero no sea la única foto en esta casa, me gustaría tener una pared llena de nuestros recuerdos aquí, en la playa, en china, y en cualquier lugar donde tu y yo estemos juntos.

—Así será—dijo Delfi—. Debemos tener un integrante más—agregó.

Gastón la miró casi con miedo, obvio que él quería formar una familia con Delfina pero sentía que aún no era el momento primero debían disfrutar juntos y consolidarse como pareja.

—¿Estás embarazada? —preguntó asustado.

—No—rió Delfi—. Me refería a que debemos tener una mascota.

—Claro, un perro de nombre Jack—Gastón cambio su semblante.

—Mejor una gata de nombre Zoé—Delfi se cruzó de brazos.

—¿Qué tal ambos? —Gastón tomó a Delfi en sus brazos—. Mañana iremos al refugio y adoptaremos a Jack y a Zoé.

—Eres el mejor novio de la vida—Delfina besó a Gastón.

Esas pequeñas cosas era todo lo que ambos habían añorado toda la vida y por fin se les estaba cumpliendo.

*****

—¿Cómo te fue con Pedro? —preguntó Jim.

—Simón sigue en la cárcel, y el Roller cerró—respondió Nico quitandose sus zapatos para ponerse algo más cómodo.

—Todo saldrá bien—dijo Jim.

—¿Y tú madre? —preguntó Nico al no ver a la mujer mayor.

—Fue a cenar con Lilian no quería ir, pero le asegure que estaría bien—contestó la pelirroja.

—¿Quieres ir a cenar? —preguntó Nico.

—Estoy preparando algo—respondió Jim—. Según Gastón soy buena cocinando, espero opines lo mismo.

—De seguro que si—Nico se acercó para darle un beso en la frente—. Iré a ducharme y te ayudo con la mesa.

Cenaron carne con papas, Nico no paraba de halagar la buena comida que Jim le había preparado, antes de levantarse la chica le tomó la mano, puso algo de música lenta y comenzaron a bailar.

—Te amo, Jim—dijo el ojiverde en su oído.

—Te amo—susurró Jim.

Siguieron bailando hasta que llegaron al beso que comenzó siendo tierno y rápidamente subió de intensidad, Nico acariciaba el estómago descubierto de la chica sus manos subieron por su blusa para quitársela, pero de pronto Jim comenzó a llorar alejandolo de su cuerpo.

—Perdóname Nico, por favor—Jim trataba de calmarse.

—No pasa nada—Nico la abrazó.

—Pero yo quería estar contigo—Jim se acomodó en su hombro—. Había preparado todo...

—No te preocupes de verdad que para mi lo más importante es que tu te sientas bien—seguí abrazandola.

—No te enojes conmigo, por favor—pidió Jim.

—Eso no pasará Jim, te amo y no estoy enojado contigo—besó su mejilla—. Solo quiero saber si te sientes bien ¿Quieres que llame al doctor?

Jim negó—. Cuando estaba de novia con Pablo él era muy agresivo conmigo siempre me celaba o me golpeaba por cualquier cosa, sobre todo cuando no quería tener relaciones con él me tiraba contra la pared y comenzaba a quitarme la ropa... Luego me lanzaba a la cama... Yo solo me quedaba quieta sin hacer nada esperando que terminara lo más pronto posible—confesó.

—Es un desgraciado debería estar en la cárcel—dijo Nico.

—Desde Pablo que no había estado con ningún otro chico por miedo a que volviera a pasar lo mismo—habló Jim—. Creí que como a ti te conocía desde antes y se que jamás harías algo así se me haría fácil, pero los recuerdos se hicieron presentes y no pude seguir lo siento tanto.

—Jim no es tu culpa ese desgraciado es el único culpable—Nico la atrajo hacia él.

—Veré a un psicólogo—dijo Jim—. Es un tema que debo solucionar para ser feliz y hacerte feliz.

—Cuentas conmigo y ya soy muy feliz con el solo hecho de estar contigo—besó sus labios—¿Vemos una película?

Y así se quedaron abrazados viendo una película, Jim agradecida de estar con alguien que la amaba a pesar de todo y que jamás haría algo para hacerle daño, y Nico deseando que su novia ya no sufriera más por culpa de Pablo y para eso él estaría a su lado siempre.

*****

—¿Cómo te fue? —preguntó Benicio.

—Mal—respondió Ramiro totalmente rendido—. Yam no quiere nada conmigo.

—¿Te lo dijo? —cuestionó el italiano.

—Me lo dio a entender que es casi lo mismo—contestó el de rulos—. Adelantaré mi viaje a Chile y luego me iré a Alemania no volveré—aseguró.

—Pero tu amas a esa chica—dijo Benicio.

—Pero ella a mi no—dio un suspiro—. ¿Cómo te fue con Emma? —preguntó para cambiar de tema.

—Aún no le he confesado nada—contestó Benicio.

—¿Cuándo lo harás? —la voz de la chica se hizo presente.

—Yo los dejaré solos—Ramiro se levantó dejando a los dos chicos.

Benicio maldecia para sus adentro a Ramiro, era obvio que Emma ya se había dado cuenta de lo que el sentía por ella, sin embargo, no podía evitar sentir vergüenza.

—¿Y? Te escucho—dijo Emma.

—Emma... Estoy algo nervioso—dijo Benicio.

Emma se acercó a él tomó sus manos—Quizás las palabras sobren—dijo y lo besó eso era lo que necesitaban para confesar sus sentimientos.

*****

Sábado

Como la fiesta que Pedro había estado preparando para Nina no se podía realizar porque el Roller se mantenía cerrado, y su amigo seguía en la cárcel por lo que los ánimos no eran los mejores. Sin embargo, había decidido de todas formas sorprender a la peli negra y para eso le llevaba un desayuno para compartir.

—¿Eso es para mi? —preguntó Nina sorprendida al verlo entrar con aquella bandeja llena de cosas que le gustaban a ella.

—Claro, Feliz cumpleaños—sonrió Pedro.

—Gracias—Nina recibió el regalo comenzó a sacar las cosas y las acomodaron.

—Me encanta la mermelada de fresa—Nina sacó una galleta rellena.

—Estuve averiguando—dijo Pedro—.Cuando vas al Roller siempre pides de estas galletitas.

Nina le sonrió— Y a ti te gustan las de naranja.

—Son las mejores—Pedro le dio un sorbo a su café.

—Eso está por verse—desafío Nina.

Y así estuvieron juntos toda una mañana hablando sobre sus sueños, sus sentimientos y cosas que tenían en común.

—Muchas gracias Pedro—agradeció Nina.

—De nada—dijo el chico—. Aunque había organizado una fiesta de disfraces en el Roller—confesó.

—¿En serio? —preguntó Nina.

—Si, pero con todo lo que pasó no se pudo hacer nada—contestó Pedro.

—Entiendo, solo espero que Simón este bien mi madre dice que esta complicado su caso, pero que hará todo lo que esté a su alcance—. Muchas gracias de nuevo por este desayuno tan especial—volvió a sonreír Nina.

—Te mereces esto y más—Pedro la abrazó—. Debo irme nos vemos pronto—volvió a abrazarla para despedirse.

Nina ya no veía a Pedro como un amigo sino que como algo más.

*****

Matteo iba camino a visitar a Simón quería saber como se encontraba su amigo, cuando entró se dio cuenta que Luna también estaba allí por un momento pensó en irse pero la castaña ya se había dado cuenta de su presencia.

—Matteo—exclamó.

—Yo volveré más tarde—dijo Matteo.

—No es necesario—dijo Luna—. Se que mi presencia te incomoda, pero vienes a ver a Simón igual que yo y no es justo que tengas que irte.

—Tienes razón—Matteo se sentó al lado de Luna.

El policía hizo pasar a Luna, pero ella decidió que entraran los dos pue sel tiempo de visita era limitado y seguramente Ámbar o algunos de los chicos también querrían visitarlo.

—Hermanito—Matteo le dio un abrazo a Simón—¿Cómo estás? —preguntó.

—Me tratan bien—contestó Simón—. Y tu enana ¿No me vas a abrazar? —se dirigió a Luna.

—Simón yo lamento haberte tratado tan mal desde que llegué incluso cuando quisiste hablar conmigo—dijo Luna.

—Siempre serás mi mejor amiga—Simón se acercó para darle un abrazo.

—Gracias, y te prometo que te apoyaré siempre—dijo Luna más tranquila al saber que su amigo no le guardaba rencor.

Estuvieron conversando recordando cosas muy lindas que vivieron, hasta que el policía avisó que ya era el fin de la visita se despidieron de Simón y salieron Matteo se apresuró pero Luna lo alcanzó.

—Matteo—lo llamó.El se dio la vuelta.

—Luna, ahora no—dijo.

—No te voy a pedir que vuelvas conmigo—aclaró Luna—. Solo quiero pedirte disculpas por querer meterme en tu vida y tratar de hacerte daño.

—¿Es en serio? —Matteo estaba algo incrédulo.

—Claro que si—contestó Luna—. Me equivoqué demasiado debí comprender que ya no sentías lo mismo que yo, pero me obsesioné en recuperarte que te dañé a ti, a Emilia al no dejarlos tranquilos, dañé a Simón y a todos mis amigos por no escucharlos—confesó.

—Luna te diste cuenta tarde—dijo Matteo.

—Lo sé, pero después de enterarme lo de Simón me di cuenta lo tonta que había sido—dijo Luna—¿Podrás perdonarme? —preguntó.

—Si—Matteo le sonrió—. Eres una gran chica y vivimos cosas muy hermosas—ambos se abrazaron.

Sonrieron al darse cuenta que ya todo estaba solucionado entre ellos.

*****

Emilia se encontraba en su casa analizando los videos de patinaje para enseñarle a sus alumnos nuevos pasos cuando una visita inesperada de presentó.

—Hola, Emilia—saludó.

—¿Yam? —preguntó sorprendida desde que conocía a la rubia de cabello corto nunca habían cruzado palabra alguna.

—No sabía cómo hablarte—Yam estaba nerviosa—. Tal vez debí llamarte o enviarte algún mensaje.

—¿Sucede algo? —Emilia se estaba preocupando.

—Yo te debo una disculpas—dijo Yam—. Te traté mal tanto tiempo ignorandote, hablando de ti... Y todo por celos.

—¿De qué hablas Yam? —Emilia no entendía nada.

—Me llegaron los rumos que habías estado con Ramiro y los celos se apoderaron de mi—explicó Yam.

Emilia rió—¿Tú creíste que entre nosotros había pasado algo?

—Si, y te traté pésimo te guardaba muchísimo rencor, pero siempre en silencio... Ramiro me contó que nunca había sucedió nada entre ustedes y creo que te debía una disculpa—confesó la rubia.

—Las acepto nunca he sido partidaria de que las mujeres nos odiemos por un chico—sonrió Emilia—. ¿Ya volviste con ese Ramiro? —preguntó.

—No—contestó Yam—. Debo irme quede de ver a Jim—dijo y salió de la casa.

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Este capítulo tuvo mucho amor y reconciliación
Solo quedan 3
❤️