Capítulo único
Me encontraba sentado en aquél lugar esperando a mi novia. Yo vivía lejos de este lugar, para poder visitarla siempre tenía que salir con tiempo porqué eran 2 horas de viaje aproximadamente. Ambos nos conocimos por casualidad en este lugar. Llevamos un año de noviazgo, nada podía salir mal con mi querida Shoko.
Hasta hoy...
Estuve esperando por dos horas su llegada y nunca apareció. El cielo comenzaba a nublarse, de pronto unas ligeras gotas comenzaban a caer sobre mi... El sonido de mi teléfono interrumpió mis pensamientos; saqué el celular de mi bolsillo y veo que era un mensaje de Shoko, desbloqueo mi móvil y comencé a leer aquél texto...
Me dejó sin palabras:
-Lo siento Milo, terminamos.
No lo podía creer, estaba terminando conmigo, que cruel su forma de ser tan cobarde, esconderse detrás de un mensaje para terminar esta relación. Sentí por dentro una fuerte punzada en mi corazón, no tenía razón alguna para terminar, si di todo por ella. Traté de marcarle de nuevo para exigirle una respuesta... Pero nunca me contestó.
La lluvia comenzaba a tornarse más fuerte, no tenía donde atajarme de la lluvia, así que comencé a caminar su rumbo, valiéndome si me enfermaba, después de todo mi tiempo pasó tan repentino, en un minuto Shoko me destrozó el corazón.
Salí del parque, seguía lloviendo y yo estaba muy empapado, estaba por cruzar la calle cuando de repente un auto se frenó de golpe ante mis ojos, lo sabía era mi culpa. Miro de reojo al semáforo y estaba marcando el siga para los autos.
¿Mi mente estaba tan perdida? Hubiera preferido que ese auto me quitara la vida, después de todo siento que no valgo nada sin amor.
Extrañamente no me moví de la calle, estaba en shock, de pronto miro que de ese auto encendieron las luces intermitentes y bajaba un chico de cabellos escarlata. Sacó un paraguas y lo abrió para poder cubrirse de la lluvia, después caminó lentamente hasta donde estaba parado.
-¿Oye estás bien?- Cuestionó aquél chico, en realidad se veía preocupado por mí.
Las gotas de lluvia no me dejaban observarlo bien, después se acercó y me cubrió con su paraguas para poder preguntarme de nuevo si estaba bien.
Sin embargo cuando lo miré a los ojos, me perdí completamente en aquella mirada, unos hermosos rubíes que me estaban mirando solo a mí.
-Mira, no se quien eres pero no puedes quedarte en la calle así, alguien puede pasar a lastimarte- Contestó ese chico de cabellos rojizos con una mirada intimidante, su mirada era encantadora pero fría.
-Yo... Lo lamento, hoy no es mi dia- Contesté mientras agachaba la mirada.
De pronto tomó mi mano para que sosteniera el paraguas y comenzó a quitarse el abrigo que llevaba puesto, me sorprendió lo que hizo después. Me arropó con su abrigo y nuevamente tomó el paraguas y me preguntó:
-¿Vives por aquí?-
-En realidad vivo lejos de aquí, es una historia larga- Respondí.
-¿No tienes a donde ir?- Preguntó.
-No-
-Ven sube al auto, no puedes quedarte aquí-
Aquél chico me hizo una seña para que subiera del lado del copiloto y solo asentí. Abrí la puerta y entré rápido para no mojar el asiento del auto, pero fue en vano, estaba completamente empapado.
Después se subió, quitó sus intermitentes y encendió el auto. En el camino comenzamos a platicar.
-¿Cómo te llamas?- Me preguntó sin quitar la vista del parabrisas manejaba con tranquilidad, no sabía para donde iba pero en realidad no me interesa mucho saber donde terminaré, después de todo que más puede salirme mal. Tengo una jodida suerte que poco me importa.
-Milo... ¿Y tú?- Cuestioné con curiosidad, admito que es lindo.
-Camus... Ya que estamos comenzando a platicar ¿Puedo saber que rayos hacias en medio de la calle?- Me preguntó.
-Es una larga historia- Respiré profundo- No creo que sea algo importante, después de todo me hubiera gustado más que pasaras a atropellarme-
-¿Qué?- Frenó de golpe después de que dije eso.
-Porqué te detienes, es la verdad- Me alzé de hombros.
-Seguramente te pasó algo malo para que me digas eso. ¿Quieres platicar conmigo sobre esto? No tengo inconveniente en escucharte, quizá eso pueda ayudar a despejar tu mente de pensamientos negativos- Me sonrió.
Extrañamente esa sonrisa comenzaba a cautivarme... ¿Pero que estoy diciendo? Llevo pocos minutos de conocerlo.
Asentí y comencé a platicarle mi historia, mientras él comenzaba a manejar nuevamente. Parecía escucharme con gran detenimiento, porqué pocas veces me interrumpió. Es agradable cuando alguien te escucha con atención...
-Vaya ya veo ¿Sabes? Terminar una relación así, ya sea parte tuya o de tu pareja, no significa que eso sea un fracaso. No puedes vivir así toda la vida sufriendo por inseguridad o miedo, como lo quieras ver. Hay veces que debemos aprender a manejar los sentimientos, descuida... La vida sigue- Me respondió mientras me regalaba una sonrisa, al principio se veía serio, pero ahora me doy cuenta que tiene un lado cálido. Quizá a veces juzgamos a las personas sin siquiera tomarnos la molestia de conocerlas.
-Quizá esos ánimos que me das sean de mucha ayuda- Respondí.
-Me dijiste que vivías lejos de aquí, vamos a mi casa... Puedo prestarte algunas prendas, así solo conseguirás resfriarte-
Asentí y seguimos platicando de mi vida, él me contaba parte de la suya. Trabaja en una oficina y justo en esos momentos iba saliendo de trabajar.
Llegamos a unos edificios y estacionó su auto, la lluvia no cesaba, ahora me daba pena porque al final de cuentas quizá solo le causé molestias.
Ambos bajamos del auto y me hizo una seña que lo siguiera. Entramos al elevador y llegamos al cuarto piso, salimos de ahí y su departamento estaba a unos pasos.
Cuando abrió la puerta no podía creerlo, su departamento estaba en perfecto orden, nada que ver con el mío, siempre estaba tirado, quizá por mis prisas. Me invitó a pasar y me llevó directo a su recámara, era hermosa sin duda, abrió su closet, sacó unas prendas y me las dió junto con una toalla.
-Ten quizá esto te quede, entra a darte una ducha de lo contrario te enfermarás-
-No quiero causar molestias Camus- Respondí.
-No lo eres Milo, es grato tener visitas. Cuando termines puedes dejar tu ropa en la lavadora, te espero en la sala prepararé café caliente- Camus me respondió y salió del su habitación.
Por primera vez me sentía extraño, es agradable ese chico. Sin perder más el tiempo me di una ducha y me coloqué las prendas que Camus me dió, me veía raro porque sus prendas eran una talla más chica que las mías. Terminé de arreglarme y salí para buscarlo hasta en la sala como me lo pidió.
El olor del café me llevó hasta la cocina y ahí lo vi, sonará loco si miento que ante mis ojos él se veía hermoso, esa cabellera rojiza y ese tono de piel aperlado parecía un ángel, uno que quizá evitó que hoy fuera arrollado por los autos.
Sintió mi presencia y se acercó a mi- Veo que ya acabaste Milo, el café está listo será mejor que te lo tomes de una vez para que no te resfríes- Me entregó una taza de café, olía exquisito, le di un sorbo y dejé la taza en la mesa. Después me acerqué a él.
-¿Puedo preguntarte algo?- Cuestioné mientras el se giraba para verme de frente.
-¿Porqué me ayudaste?- Pregunté confundido al perderme en esa mirada que comenzaba a tentarme a querer acortar la distancia entre ambos.
-Bueno- Se llevó un mechón de cabello detrás de su oreja- No sé quien seas realmente, ni te conozco bien pero... Algo dentro de mí me conmovió al verte así, no mereces sufrir por amor-
No supe que decir, debería estar sufriendo por Shoko, pero desde que lo miré en todo este tiempo se me olvidó completamente. Después formulé una pregunta tonta.
-¿Tu pareja no se molestará que esté aquí?-
-Tengo mucho tiempo sin pareja, no te preocupes por eso. Si quieres puedes quedarte, esta lluvia no cede y comienza a anochecer. Solo que no tengo mucho para ofrecerte- Respondió.
-Creo que hoy hiciste lo suficiente por mí- Respondí mientras le quitaba la taza que sostenía en sus manos. Las ganas de acercarme a él crecían más, tomé su mentón y me atreví a probar esos labios que me invitan a probarlos. Cerré mis ojos y lo disfrutaba como si nunca hubiera besado tiernamente a alguien, eran cálidos y suaves. Coloqué mis manos en su cintura y lo atraje más a mí, pegando mi cuerpo con el suyo.
Poco a poco rompí ese momento por falta de aire, quizá fuí precipitado pero fué un impulso que llevó hacerlo. Lo miré esperando que me reprochara o me golpeara por ello, pero lo que hizo me dejó sin palabras, rodeó sus brazos en mi cuello y me besó pero esta ocasión se volvió más intenso, nuestros labios se abrieron más y comenzamos explorar más allá, con la respiración agitada, mi cuerpo comenzaba a pedir algo más. Nunca me había sentido así, parecía que ambos nos entendíamos, como si estuviéramos destinados el uno para el otro.
Sin pensarlo dos veces lo cargué y el rodeo con sus piernas mi cintura, su sonrisa era encantadora, me cautivo tan solo en unos minutos. Lo llevé hasta su habitación y lo acosté lentamente mientras él quedaba abajo de mi.
-No sé lo que me pasa, pero es la primera ocasión que estando contigo me siento dichoso, quisiera...-No terminé de hablar, Camus me colocó su dedo en mis labios.
-Shhh... Dejemos que nuestras acciones hablen por nosotros- Susurró mientras sonreía, me derrite su mirada.
No lo pensé dos veces y volví a besarlo pero esta vez con más pasión, sentía mi cuerpo diferentes sensaciones al estar con ese chico de cabellos rojizos como el fuego.
Metí mi mano bajo la camisa que traía puesta y comencé a tocarlo con dulzura, mis manos tocaban su vientre y su pecho. Poco a poco le quitaba la ropa y comencé a besar esa suave piel, sin duda era lo más hermoso que he visto en mi vida. Escuchó sus gemidos y comienzo a quitarle con dulzura el resto de sus prendas dejándolo sin nada, tal como llegó al mundo.
Me quité la ropa que traía puesta y nuevamente estaba bajo mi merced, nuestras pieles comenzaban hacer fricción, sentía como si una descarga eléctrica recorría mi cuerpo, nuevamente lo besé sin dejar de tocarlo, masajeaba su miembro con suavidad. Después bajé hasta su vientre y con besos húmedos recorrí hasta llegar a su intimidad para comenzar a felarlo, una sensación divina estar con él.
Escuchaba que gritaba mi nombre mientras tocaba con sus manos mi cabello alborotado, Camus tenía razón, nuestras acciones hablan por nosotros y ambos parecía que nos necesitábamos, jamás me había sentido así atraído por alguien más, nada me importaba, solo quería estar con él.
Llevé dos de mis dedos a su boca, era tan erótico ese momento, que maravillas hará con esos labios que comenzaban a hincharse más después de una buena ronda de besos.
Comencé a prepararlo, dioses era tan hermoso verlo de esa manera...
-Eres demasiado hermoso Camus- Dije mientras tocaba cada rincón de su cuerpo que me invitaba a seguir explorando todo aquello que era para mí.
-Mi... Milo, me encantas- Respondió sin dejar de gemir y apretar con su manos las sábanas de la cama, era tan lindo verlo, cuando mencionaba mi nombre, perdía la razón del tiempo, quiero que estos momentos no se a acaben con esta belleza de joya.
Cuando estuvo listo, poco a poco lo llevé hasta la cima del cielo, estar dentro de su cálido interior tan estrecho... Solo para mí...
-¿Porqué no te conocí antes? No importa, hoy tu eres mi razón de seguir adelante, seré tu fiel compañía hasta donde tu me lo permitas, no te dejaré ir de mi vida- Susurré cerca de su oído y mordí levemente su cuello hasta dejar suaves marcas en su piel de porcelana.
Nuestros cuerpos aperlados por el sudor del momento, gemidos y sonidos obscenos llenaban aquella habitación donde ambos somos testigos de este apasionado amor. Parecía una batalla de danza erótica entre ambos, el vaivén se volvía cada vez más demandante, tomé su intimidad y comencé a masajearlo, mientras le daba toda la libertad de moverse como quisiera sobre mí, adoro que rasguñé mi pecho. Sentí su interios contraerse...
-Milo... no aguanto- Respondió Camus con dificultad, estaba por alcanzar el máximo clímax, sentí su esencia sobre mi, que no pude más, liberé todo después de sentir el mejor orgasmo de mi vida.
Camus se liberaba poco a poco de mi y se recostó sobre mi pecho, yo trataba de regular mi respiración, fué lo más maravilloso que mi vida ha pasado. Descubrí su frente y le regalé un beso, Camus levantó su mirada algo apenado, quizá por el momento que acabamos de pasar y se esconde en mi cabello, verlo de esa manera fué tan tierno que me acerqué para robarle otro beso, me estaba volviendo adicto a él.
Sí lo sé, tengo poco tiempo de conocerlo y él a mi, pero de algo estoy seguro... El es mío y yo seré de él.
-Camus... Gracias-
El levantó su mirada con pena- ¿Porqué Milo?- Cuestionó.
-Porque fuiste tú quien me ha dado otra oportunidad de creer en el amor, nos conocimos por algo, tu eres aquel que llego para enseñarme a olvidar. No quiero que después de lo que pasó me alejes de tu vida por favor... Quiero estar contigo por siempre- Confesé.
-Milo... No seré tu primer amor pero si tratare de ser el mejor de tu vida, doy gracias porque te apareciste en mi camino, justo cuando no tenía a nadie... Ahora te tengo a ti, intentemos esto, sé que no me arrepentiré de nada, eres la casualidad más hermosa- Respondió Camus y me besó inesperadamente.
-No tengo nada más que decir Camus, al diablo el pasado... Tu eres mi verdadero amor- Lo abracé y el cayó rendido en mis brazos. Vaya forma de conocernos pero de algo estoy seguro... El es mi gran amor.
Tres de la mañana, el sonido de mi celular me levantó. Pensé que era algo importante pero no fue así, era un mensaje de Shoko pidiéndome disculpas por lo que pasó.
Abrí la lista de contactos y cuando tuve el número de Shoko, lo bloquee.
Camus se dio cuenta que estaba despierto abrió poco a poco sus ojos y me preguntó:
-¿Que haces Milo? Es tarde- Me miró con tristeza, quizá pensaba que aquí dejaríamos todo.
Le sonreí y lo abracé brindándole seguridad.
-Nada mi Camie, era mi ex pareja pero no te preocupes no molestará más porque la acabo de bloquear. A partir de hoy tu eres todo para mi- Le respondí y lo besé con ternura.
Camus me sonrió y nuevamente caímos en el mundo de los sueños.
Dicen que después de la tormenta viene la calma y Camus llegó en el momento más indicado para alegrar mis días.
Sin duda nos espera una vida juntos, no todo es sexo en la vida, disfruté de dormir a su lado toda la noche... Y ahora que vivamos juntos... Nada hará cambiar mi amor por Camus...
❤❄❤❄❤❄❤❄❤❄❤❄❤❄❤❄
No se esperaban que hiciera un One Shot ¿Verdad? Espero que les haya gustado mis querid@s lector@s, no podía dejar que esta idea se me fuera y aquí lo tienen...
Nos leemos en mis demás historias, los quiero mucho 🥰🥰🥰
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro