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17

KIM NAMJOON'S POV.

Estaba encerrado en mi habitación como siempre.

Todas mis hojas de la universidad estaban esparcidas por encima de la mesa, junto a mis libretas y mis lapiceros. No había orden alguno, todo era un caos.

Nunca me había sentido así de confundido por mis decisiones, por mis propósitos sobre mi futuro. Todo siempre me había quedado demasiado fuera de mi alcanza o demasiado lejos como para soñar con ello.

Entonces ella regresó a mi mente con sus converse rojas.

Traté de aullentarla de mi casa. Últimamente las cosas entre mamá y yo empeoraban notablemente. Estaba harto de que ella no dejara de ctiticar a mi abuelo. Esa actitud que ella mostraba hacia el padre de su ex marido me repupgnaba.

Siempre que podía lo insultaba y a mí también. No eran insultos como tal, pero era un trato distinto al que le daba a mi hermano. Por ejemplo, cuando ella traía comida, lo hacía exclusivamente para ella y mi hermano. Nunca me incluyeron en sus planes.

Si quería comida la tenía que conseguir de mi esfuerzo, al igual que mi ropa, todo. Nunca me pareció justo que ella actuara así.

Es cierto, tenía dieciocho años, pero seguía siendo parte de su família, ¿No? Quiero decir, era su hijo.

A pesar de ello nunca le conté a nadie sobre esto. Puede que fuera porque todavía le tenía amor hacia ella. Además, su maltrato hacía mí solo era psicológico, por lo que quejarme a otras personas no era mi opción.

¿Qué diría? ¿Que mi madre me excluye de sus planes? Era ridículo, aun así, cada vez que actuaba de esa forma el corazón hacía estragos en mí.

Si he de ser sincero, el corazón se me hundía en el pecho, se me estrujaba.

No sabía como continuar. Por eso pensé que alejar a Hannah de mi casa por un tiempo sería lo mejor. También me sentía mal por ello, pues ella no ganaba dinero por mi culpa.

Para ella yo siempre sería el malo, el que la jodió nomás llegar y no le echaba la culpa, tenía razón. Mi madre siempre era un perfil pulcro para los demás y también lo era para Hannah, pero ella no debía de saber nuestra historia.

Entonces la recordé de nuevo. Siempre trataba de alejarla del peligro. Hannah era diferente, no era una de esas chicas plastificadas más, no. Ella tenía carácter propio, ella no cambiaba sólo por complacer a los demás. Se la sudaba todo y eso me gustaba de ella.

Quizás ella se estaba convirtiendo en mi mayor problema.

~~~

Me sobé la cabeza. Eran las diez de la mañana y me había quedado dormido sobre la mesa. Mi duda existencial en aquel momento era ¿Cómo no me he roto el cuello?

Pensé en ir a visitar a Hannah. Sería una buena idea verle la horrible cara de sueño que tendría a estas horas, pues seguro que debía de estar durmiendo.

Me levanté con pereza y como ya iba vestido y la pereza me superó, me abrigué con una chaqueta y cogí algo de dinero para salir. Mi madre estaría trabajando y mi hermanito pequeño durmiendo, por lo que no le iba a despertar.

Las calles de Seoul estaban prácticamente desiertas. Pasé por una cafetería que quedaba cerca de su casa y compré un par de cafés, pensé que le gustarí el café amargo así que le compré ese. Yo me compré uno idéntico.

Me bebí el mío por le camino, pues hacía un frío que calaba los huesos y necesitaba calentarme un poco-a pesar de llevar varias capas de ropa.

Estaba pasando por un parque que quedaba cerca de su casa cuando visualicé a dos personas en él. Qué extraño, pensé, pues a esas horas no solía haber mucha gente en los lugares públicos.

Aclaré mi vista y ví a Hannah. ¿Espera qué? ¿Hannah?

Entré en el parque y poco a poco las cosas fueron tomando cordura. Ella estaba hablando con ni más ni menos que Lee Félix. ¿Era estúpida o se hacía?

La sangre me empezó a hervir. Lo único que quería en ese momento era ir y partirle la cara a ese imbécil. Seguro que la terminaria convenciendo de volver con él y luego la usaría como a todas las demás.

Algo que nadie sabía era que él usaba a todas las tías y después las dejaba sin importarle absolutamente nada. Y si yo lo sé fue porque en un pasado estuve horriblemente involucrado en su mierda, pero eso ya es otra historia.

Me acerqué con rápidos pasos hasta donde ellos dos estaban. Hice un grandísimo esfuerzo por no derramar el café encima del chico, por no pegarle un puñetazo o simplemente dejarlo en el hospital. Eso no estaba bien y lo sabía, sin embargo las ganas de hacerlo eran muchas.

-Hola-. Saludé a Hannah con una sonrisa de boca cerrada que más bien parecía una mueca.

Ella volteó a verme con cara extrañada, pero después me saludó:

-Hola Namjoon-. Dijo sonriendo.

Sabía que esta era una situación incómoda, pero Félix sólo buscaba pelea. Siempre lo hizo desde que dejé de ayudarle con... sus cosas.

-Hola Namjonnie-. Dijo con estúpido tono de voz, igual que él.

Estaba dispuesto a irme. Tiré con suavidad de la camisa de Hannah con esperanza de que ella se moviera, pero no fue así. Ella se quedó inmóbil en su sitio.

-Estoy hablando-. Dijo ella.

-Por fabor vámonos-.Dije mirándola haciendo aegyo.

-Ves tú-. Señaló a la entrada del parque.

Bufé de mala gana.

-Seguro que te quedas aquí por estar con él ¿Verdad?- Dije molesto- Ten.

Le dí su café y ella lo tomó y sin hacer ningún gesto no me quedó otra que irme de allí.

-Adiós Namjonnie-.Dijo Félix.

Imbécil- Repetí en mi mente.

Si no le había dejado un puñetazo sobre su cara era por el simple hecho de que Hannah estaba ahí viéndolo todo. Si no fuera por eso, estaba más que seguro de que hacía tiempo que estaría ingresado. Él sabía lo mucho que me jodía ese nombre ¿Había necesidad de decirlo delante de la chica que me gustaba?

Sabía que él quería que yo le pegara para así después hacerse la víctima, como siempre hacía.

-Namjooniee~, ¿No te vas a despedir de tu amigo del alma?

Me detuve. Me giré. Caminé hacia él, dejé caer mi mano sobre su cara.

-Kim Namjoon-. Dijo Hannah en tono firme.

Pero no me importó una mierda. Cogí por la camisa a Félix y me acerqué a su oído.

-Cómo le hagas algo te juro que te mato-. Dije susurrando para que sólo me oyera él.

-Tú ya sabes cómo soy-. Dijo para sonreír como un estúpido.

Le miré con destellos de odio y salí del parque. Hannah ya no estaba allí, chica lista. ¿Quién se iba a detener para ver una pelea de dos universitarios? Puede que probablemente mucha gente, pero como ella era levemente diferente no lo hizo.

Puede que no fuera lo más correcto pegarle a ese niñato descarado, pero no me quedaba de otra si quería protegerla.

Joder, te convertiste en mi peor debilidad.

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