12
Llegué antes de lo planeado a la universidad.
A pesar de eso, ya había bastante gente en el lugar.
Han no me había acompañado, pues había ido aún antes que yo a hablar con Félix. Yo le dije que no había nada que hablar, pero él se empeñó a hacerlo.
Dijo que no se podía creer que su mejor amigo le hubiera hecho semejante cosa a su mejor amiga, y que hablaría tranquilamente con él.
Acabé cediendo, ya que si Han quería algo lo conseguiría costara lo que costara, así que no iba a lograr nada impidiéndoselo.
Llegué a mi respectiva clase y me senté en un sitio al azar.
-¿Qué te pasa? - La voz de la persona a la que menos ganas tenia de ver se hizo presente en la sala vacia de gente.
Félix. Agh.
Traté de simplemente ignorarlo, pero se me hizo imposible, pues volvió a hablar:
-Agradecería una respuesta- Dijo, y me tomó por la muñeca, obligándome a mirarlo-.
Pero, ¿De qué iba este chaval? ¿Quería restregarme acaso lo bien que le fue? Era queque las ganas de pegarle un puñetazo me superaban pero... tuve que contenerme.
-Y yo agradeceria que te fueras.
-¿Pero se puede saber que te pasa?
Imbecil, QUE MAS QUIERES DE MI?? QUE MAS!!
Entonces, no pude más, simplemente estallé.
-Como que ¿Qué me pasa? - Hice una pausa y lo miré a los ojos- Me pasa que eres un gran imbécil, que confié en ti para que ahora me fallaras.
-¿Y qué más da ahora? Sólo perdóname.
Que mas da...
Quemasda
Q-U-E-M-A-S-D-A
Iba enserio?
Se lanzó a intentar besarme, pero con suerte lo esquivé.
-Déjame en paz.
Dicho esto, el me quiso volver a besar, pero otra voz se oyó en la sala.
-¿Eres idiota o te haces?- Separó bruscamente a Félix de mí- ¿Acaso no escuchaste lo que dijo?
-¿Y ahora qué? ¿El príncipe enamorado va a salvar a la princesa?
A pesar de que solo observaba...
Espera ¿Qué? ¿Príncipe enamorado?
-Cierra la maldita boca... - Dijo Kim Namjoon acercandose con largas zancadas a este para cogerlo de la camisa.
-¡Ah! Que ella no sabe que tú...
No pudo terminar la frase, ya que Namjoon le propino un empujón haciendo que se callara.
-Estás enamorado de ella- terminó Félix, a lo que yo casi me quedé en shock-.
Entonces vi a Namjoon dirigirse por tercera vez hacia él y cuando creí que lo peor estaba por pasar, los alumnos empezaron a entrar en clase.
Como un rayo, los dos se separaron.
Me dirigí a mi sitio y me sequé con el borde de mi blusa las lagrimas que antes brotaron de mis ojos.
Kim Namjoon se sentó a mi lado.
La clase empezó cuando el profesor pasó por la puerta.
No fueron ni cinco minutos los que pasaron, una bolita arrugada de papel pasó sobre mis apuntes.
Miré molesta a Kim Namjoon, puesto que ssabía que fue el. Este solo señalo la bola,inocentemente.
Arrugué el ceño y la desenvolví:c
"Sabía que ese idota te haría daño"
Le dirigí una de mis típicas miradas asesinas, si tanto sabía; que me hubiera advertido...
Está bien, sí que me advirtió.
Estúpido: 1 Yo: 0
"¿Te divierte restregármelo por la cara" -Le devolví el trozo de papel.
"No."- Me lo tiró.
"Ok, deja de mandar bolitas que nos llamarán la atención"
"¿Y?"
-¿Qué tanto escriben?- El profesor calvo se dirigió a nosotros- Hagánme el favor de salirse de clase.
-Cómo usted diga capitán- Dijo Namjoon poniéndose la mano en la frente como un militar.
Rápidamente recogí mis cosas, me estaba muriendo de vergüenza, ¿Es que acaso no conocía Kim Namjoon lo que el respeto implicaba? La respuesta era claramente que no.
-Eres un idiota-. Dije sin tapujos cuando estábamos en medio del pasillo.
-Un idiota que te ama - Escuché que murmuraba, demasiado bajo, aunque logré escucharle.
No le comenté nada al respecto por no avergonzarlo más de lo que ya estábamos.
-El otro día no fuistes a cuidar de mi hermano- Noté el tono serio de su voz, aunque no lo mirara sabía que estaba apoyado sobre la pared, y que seguramente me estaría lanzando una de sus miradas-.
Me di cuenta de que la había cagado. Tenía razón, ese era mi trabajo y no podía perder así como así mis días. No tenía excusa, aún así... ese día no estaba para trabajar, precisamente.
Me quedé callada, pues no sabía que debería de decir en situaciones como esa, sabía que no tenía razón, aún así ¿Qué podía hacer ya?
Pero él se tomó la molestia de romper el silencio:
-Se puse triste cuando no te vió por ahí, diciendo que dónde estaba su hermanita.- Se calló un momento, y al ver que yo no quería decirle nada, se puso en frente de mí, levantándome la barbilla con su dedo índice para que lo mirara a los ojos- Te dije que no te convenía, aún así pasaste de mi cara.
Su mirada era como la de tu madre cuando te regaña porque has llegado tarde a casa y está decepcionada contigo.
-¿Y quién me convenía?¿Tú?- Al decir eso su semblante de tensó- ¿El que me estuvo molestando nomás puse el pié en esta estúpida universidad?
Me giré para salir corriendo de allí. Podía parecer una covarde, pero era que aquella situación me sobrepasaba. Él no era mi madre, tampoco mi padre, para decirme con quién y con quién no debía de juntarme. Más si precisamente era el que más tenía que callar.
No di ni dos pasos cuando sentí que me jalaban fuertemente del brazo. No hacía falta que me girara para ver de quién se trataba.
-Déjame en paz.
Entonces se puso delante de mi y me tomó los hombros, acercándose más y más a mí, haciendo que poco a poco retrocediera y terminara pegando mi espalda a la pared.
Entonces se agachó un poco para verme a los ojos y me susurró.
-Te dije que lo sentía, si quieres te lo vuelvo a repetir- tomó aire por la boca y murmuró, bajando la vista al suelo-lo siento.
Lágrimas bajaban sin control por mis mejillas. Me daba impotencia. Me daba importencia todo. Me dejé caer hasta el suelo y me quedé allí, sentada. Él pasó sus manos sin ninguna delicadeza por mis mejillas, tratando de borrar mis lágrimas.
-Deja de llorar, vas a estar muy fea con todo el maquillaje emborronado-.Soltó una risita tratando de animar el momento.
-Soy fea de todas formas, además de que apenas uso maquilllaje-. Sorbí mi nariz y agaché la cabeza, abrazando mis piernas.
-Eres bonita-Sin darme cuenta, y sin decir nada más, sentí la calidez de sus labios encima de mi cabeza. Me había dado un beso en la cabeza.
Se sentó a mi lado, no dijo nada más.
Agradecía que no lo hiciera, no estaba ni para hablar ni mucho menos para escuchar.
El tiempo fue pasando y yo había dejado de llorar. Estiré mis piernas y fijé mi mirada en la nada.
-¿Sabes?- Su voz me llamó la atención, haciendo que lo volteara a ver- Yo no he tenido nunca una vida ejemplar- Bueno, yo TAMPOCO- Desde que mi abuelo murió mi madre sólo ha visto con buenos ojos a mi hermano- Su voz se tornó algo seria, bajo el volúmen- Mi abuelo era el único que me apoyaba en la vida, ¿Sabes? El único que se acercaba a mí y me decía "estoy orgulloso de ti"- Hizo una pausa. No dije nada, quería respetar su privacidad y su espacio. Giró su cabeza y fijo su vista en mis ojos- Y a partir de ahí, cambié.
Suspiré a modo de respuesta, a modo de apoyo. ¿Qué iba a aportar cuando mi padre era un jodido camello que me maltrataba?
-Cambié totalmente, dejé de ser el "chico bueno" por que ya nadie me veía así.
-Tu hermano sí- Dije sin pensar.
-Él es un niño pequeño, ¿Qué va a entender de la vida?
-Creéme, él no es un niño pequeño.
La campana que marcaba que se había terminado la clase sonó. Entramos a la clase y recuperamos nuestras cosas (mochila, estuche) y volvimos a salir.
-¡Hannie! ¡Espera!- Me giré para ver como Han me chillaba y corría por todo el pasillo.
Nos dimos un corto abrazo y seguimos caminando.
-Acompáñame hoy a cenar al McDonal's- Inquirió.
-Mmm no sé...
-Va Hannah, no tienes nada que hacer...
-Tú pagas.
-Agh está bien. Pero sólo hoy, no te aproveches de mi buena voluntad-. Reí por su comentario de "buena voluntad", pues siempre que salíamos a comer o cenar terminaba pagando yo ya que el muy hijo de su madre se escabullía.
Almorzamos con "tranquilidad" mientras dábamos vueltas tontas alrededor de la universidad. Cuando ya íbamos por la sexta (la universidad era enorme, recalco) tocó el timbre de vuelta a clases.
-De vuelta al circo- Dije carcada de ironía, dando paso a las estruendosas carcajadas de Jisung.
Entré en el salón diciendo:
-Aquí podemos observar distintos espécimenes- Señalé a diversos grupos de gente- Desde ratas calvas hasta orangutanes en peligro de extinción.
Han me seguía el juego con sus risas, aún así nos ganábamos las miradas cargadas de odio del resto de la gente.
Me senté con Han por primera vez desde mi estadía en allí y la clase empezó cuando el profesor entró en el salón.
Las clases eran monótomas, aburridas y sin nada nuevo. Entendía el tema (raro en mí) y me dedicaba a observar las caras de concentración (o todo lo contrario) que la gente hacía. Me tapé la boca con la mano para evitar que mi risa se notara, pues Namjoon estaba mirando absorto al profesor. Le lancé un trozo de goma, y cuando aterrizó en su cabellera este despertó de su lapso. Se giró hacia todas partes, hasta que me vió a mí, que estaba intentando por todos los medios tragarme la risa.
Me fusiló con la mirada y luego volvió a prestarle atención a la clase.
Me volví a aburrir pasados apenas dos segundos.
~~~
-Dos menús grandes con extra de papas, un helado de chocolate y otro de nata, nuggets con ketchup y dos Coca-cola-. Han miraba la pantalla de la comida como si fuera su Dios mientras le dictaba a la mujer de recepción la comida que deseaba.
-Veinte con treinta-. Dijo con voz acaramelada la chica.
Han sacó el dinero correspondiente y después de dejarlo sobre el mostrador cogió la comida. Noté un pequeño destello de felicidad en su rostro cuando la mujer le miró a los ojos sonriéndole.
Nos dirigimos a una mesa que estaba vacía y empezamos a comer.
-¿Por qué querías venir aquí? La pizzería quedaba más cerca de casa- Dije, sacando indirectamente el tema de la dependienta, pues conocía demasiado bien a mi amigo como para darme cuenta de cómo miraba a la chica- y cómo la miraba ella a él- y sabía que sin duda, ese era el motivo de su estadía aquí.
-La gente de aquí es agradable-. Dijo mientras sorbía de su bebida.
Odiaba que hiciera eso, siempre hacía ruido adrede para que me enojara con él y así perdiera el tema del que estaba hablando.
-En el Kahot también son agradables, ¿No?- Dije, recordando al camarero que nos atendió.
-Hannah no sé qué insinúas...
-¿Das por hecho que insinúo algo?-Mordí mi hamburguesa.
-Que me guste alguien-.Dijo algo retórico.
-¿Y es así?-Le dirigí la mirada, pillándole las manos en la masa-es decir, mirando sin tapujos a la chica de antes- ¿Cómo se llama ella?
-Perdona ¿Qué decías?
-Que no pienso hacer de sujetavelas cuando le pidas salir.
-No voy a ped- Se calló sonrojándose hasta las orejas, pero tarde, ya le había visto- ¿Namjoon y tú estáis saliendo?
Buena jugada.
-¿Cómo dices eso cuando sabes que acabo de cortar con Félix?- Rodé los ojos.
-Pegáis mucho, a pesar de que él tenga sus...
-Idioteces- Completé su frase.
-¿Ahora tengo que dar por hecho que tú vas a salir con él?
-Cierra esa bocaza-. Le corté.
El asintió sin mucha energía y se dedicó a devorar el resto de la comida. La mesa se iba vaciando a la vez que el tiempo pasaba, al igual que el mismo local.
La noche pasó sin muchos contratiempos- sin contar las miraditas de mi amigo hacia la chica- y regresamos a casa haciéndonos bromas como de costumbre.
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