Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03

Un pequeño paso para Hannah y un gran paso para... Espera ¿Qué?

Joder, tenía un poco de miedo de pisar la universidad ¿Para qué mentir?

Para empezar, me sentía desubicada. Voy a ser sincera, viniendo de una família humilde, con las que apenas ajustábamos a final de mes, esto me venía demasiado grande.

Era un sitio tremendamente enorme. Se entraba por el patio, el cual estaba dividido en pistas de básquet, fútbol...

Había banquitos para sentarse con flores y plantaciones alrededor. Había mucha gente esparcida por todos los sitios. Se diferenciaban grupos de fumadores, en los sitios retirados del edificio, luego estaban las que yo consideraba las barbies junto a los que consideraba los mujeriegos (playboys).

También había gente tirando a lo que yo llamaba "normal", otros caminando solos, o con sus amigos.

Era precioso.

Después se entraba por unas grandes puertas de cristal.

¡Incluso había uniforme!

Esto para mi gusto era demasiado. Yo me vestí con mis jeans negros rasgados que me compré en el centro comercial con una camiseta roja ajustada.

En un principio, lo del uniforme se suponía que no era una regla obligatoria, pero todo el mundo lo llevaba. Me sentí un poco estúpida, pero Han tampoco lo llevaba así que le resté imortancia.

Cierto era que había gente sin uniforme, pero seríamos como un cinco por ciento o menos, comparados con los demás.

Después de lo del uniforme, todos eran caras bonitas. Modelos. No era que yo fuera fea, pero... El maquillaje que algunas chicas llevaban hacía parecer que eran modelos.

O, como yo las llamo, barbies.

Realmente, eso no parecía una universidad, parecía la noche de gala en un museo o algo así.

Pero no fue lo único anormal allí.

Entré con Han, cogidos de los hombros como mejores amigos que éramos. Y relamente parecíamos pareja pero, nosotros nos entendíamos. Éramos mejores amigos y ¿Por qué no podíamos ir juntos? Es verdad que a muchas gente le da vergüenza, pero... Nosotros éramos así y ya.

íbamos cruzando el amplio y precioso patio para llegar a lo que era las puertas. Todo el mundo nos miraba como si no hubieran visto nunca a nadie caminar así, ni que fuera para tanto...

Me sentía un poco presionada, y después de soltarme de Han le dije con una pretención de mirada seria:
-Han, ¿Aquí todos son famosos? ¿Actrices o cantantes?

-Jajaj... No Hannie, solo son un poco... estirados- Dijo sin poder evitar pronunciar la última palabra con una mueca. No pude evitar reír ante su cara, y él tampoco.

Compartíamos casi todas las clases menos una. Menos mal. Él se las había apañado para que pudiéramos ir así, gesto que le agradecí mucho.

Ya se lo recompensaría con una de esas tartas de chocolate que tanto le gustaban...

Entramos por la gran puerta, y después me enseñó  dónde se situában mis clases. Parecía un laberinto, no sabía si lograría acordarme de todas esas clases, pero él me dijo que ya me acostumbraría, restándole importancia.

Se le veía calmado.

De repente, un chico le tocó la espalda. Se trataba de Félix, su mejor amigo del cual él me había hablado tan bien. Era un chico alto, vestido con una camisa a cuadros rojos y negros con unos pantalones muy parecidos a los mios.

Tenía el pelo pelirojo dejado caer sobre la frente, un poco despeinado. Lo que más me llamó la atención fue su sonrisa. Me gustaba verlo sonreír. Me gustaba verlos conversar, cada uno entusiasmado por lo que decía.

Me alegraba de que Han tuviera amigos como él, era educado y bastante simpático y amable.

Me saludó, y intercambiando un par de palabras, supe que aparte de que como se llamaba, conoció a mi mejor amigo cuando se acababa de mudar aquí, en Corea.

Resulta que después de todo, éramos vecinos.

Sonó un estridente timbre que indicaba que teníamos que asistir a nuestras clases.

¿Cómo un lugar de ese nivel tenía un sonido para entrar a clases que... Te rebentaba el timpano?
 Fuimos los tres juntos ya que Félix compartía esa clase con nosotros.

Pasando por la puerta junto ellos dos, un hombre bajito, me detuvo. Me llevó al medio de la gran sala, ahora sí repleta de gente y me explicó que él sería mi maestro en esa materia.

Después, me hizo presentarme. Y la verdad, ¿Qué podía decir delante de una multitud tan grande?

¿Y qué digo yo ahora? Pfff...

Miré a Han buscando ayuda, pero solo me sonrió, y levantó el pulgar. Enserio, Han, no ayudas en este momento. Me puse más nerviosa, pero al final pude decir:

-Hola, mi nombre es Hannah y tengo dieciocho años y... Vengo de Francia.- Esto útimo me costó más de pronunciar gracias a mi nivel de habla en coreano.

Escuché algunas risitas, pero simplemente las ignoré, vale, lo admito: no soy experta hablando coreano... ¿Pero y qué?

Me senté en uno de los sitios que quedaba libre, y no sé porque razón en el momento en el que me senté sentí muchos susurros alrededor de mí. Sentía que hablaban de mí, pero no comprendía porque.

¡Que sólo me había sentado!

Vi a Han moviendo las manos muy alto y de manera rápida. Me quería decir algo, ¿Pero cómo le iba  a entender?

Es que, para ser claros, verle moviendo los brazos como si estuviera en el equipo de animadoras animando a su bando... No me ayudaba nada. De repente, todos los susurros cesaron. Hubo un silencio, y yo seguía mirando a Han, que de golpe, había dejado de levantar las manos para ponérselas en la frente, en modo de frustración y de miedo.

Hubo un silencio neutral, ese en el que sientes que va a pasar algo malo. Además, parecía que a todos les hubiera dado algo, estaban blancos como una tiza.

¿Qué había pasado? Parecía que era la única que no se enteraba del chiste, hasta que oigo una grabe voz que venía de delante de mí. Me giré y pude comprender la causa del mal ambiente que se había creado.

-Quítate de ahí.- Dijo un chico algo moreno, muy alto y con una mirada enfurecida. Tenía los ojos rasgados y el pelo perfectamente peinado tintado de color marrón clarito. Vestía con ropa Gucci, muy cara para mi gusto.

Tenía algo, un aura... Desprendía furia. Entonces fue cuando mi mente hizo clic, y recordé que el sujeto que estaba en frente de mí era el mismo que había visto la tarde anterior, el mismo al que una mujer le pegó una bofetada en medio de la calle.

Y algo me decía que si no me quitaba de ahí habrían consecuencias, pero no pensaba hacerlo. De momento no había visto que las sillas tuvieran nombre.

-¿Qué? - Dije como si no comprenderiera la situación,  porque realmente no comprendía porque me tenía que levantar YO, para dejarle asiento a ÉL.

-¿Eres idiota o te haces?-Dijo, tirando mis cosas de la mesa, haciendo que cayeran al suelo.

Todos los bolis que se encontraban en mi estuche cayeron fuera de esta y se esparcieron en el suelo, al igual lo hiceron mis libros y el movil.

-No soy idiota, pero no me pienso quitar de aquí, y menos para que tú, un engreído, se siente.-Dije recogiendo las cosas que me había tirado, entre ellas, mi movil. ¿Pero con qué derecho?

Me giré y vi a Han pasmado, como si hubiera visto a un fantasma. Pero no era el único que contenía esa expresión. Todos los allí presentes parecían estar muy atentos a lo que este sujeto hiciera o dijera.

-Creo que no entiendes la situación, soy Kim Namjoon. Aquí se me respeta, y tú me vas a respetar.-Dijo arrebatándome el movil de las manos. Su cara cada vez me echaba más odio, cosa que a mí no me importaba, pero el echo de que tirara mis cosas y luego me cogiera el movil estaba empezando a ponerme MUY nerviosa. Quería propiarle una patada, o quizá un puñetazo, pero me contuve. Eso no era propio de mí.

No pude evitar reírme. Que dijera ese nombre tan ridículo como si así fuera a tener más autoridad, hizo que perdiera si todavía le quedaba alguna ante mí.

El panorama era de lo peor, ¿o lo mejor?:

Yo riéndome a carcajadas por su nombre, y él mirándome como un bicho raro y asqueroso.

Mientras, al resto de la gente solo le hubiera faltado un paquete de palomitas a cada uno, y una mano que les cerrara la boca, la cual mantenían abierta de par en par.

-¿Se puede saber qué te causa tanta gracia?- Dijo el soltando cada palabra con una ira inmensa. Si hubiera podido aplastarme en ese momento, juro que lo habría hecho.

-Tu... Tu nombre es... Ridículo jajajaj- Dije, ahora sin poder parar. Su cara era indescriptible, vale que se creyera el rey de la uni, pero a mi eso me daba igual. Como si era el rey de Corea, okno, aquí mostraría mucho más respeto.

Entre mis carcajadas, levantó el movil y con todas sus fuerzas lo estalló contra el suelo.

-Ahora creo que me puedo reír contigo ¿No?- Dijo cruzándose de brazos con una estúpida sonrisa en la cara.

Paré de reírme en seco, para ver cómo había destruído y reducido a trocitos una de las pocas cosas que me regaló mi padre. Vi como si no comprendiera lo que acababa de pasar. ¿De qué iba el maldito estúpido? ¿Quién se creía para hacerme algo así? En la vida, nadie, me había hecho nada parecido.

Una ira se extendía por mi cuerpo. Ahora sería yo la que lo reduciría a pedazos a él.

Y me diréis, que un movil no merece la pena para cometer actos así. Pero, teniendo en cuenta que me lo regaló mi padre y era mi único recuerdo que entonces me quedaba de él, sí que merecía la pena.

- ¿Qué? ¿La niñita va a llorar?- Y sonrió aún más, haciendo que unos hoyuelos se marcaran en sus mejillas.

-Ahora si la jodiste- Dije para intentar meterle un puñetazo y borrar esa sonrisa. Pero algo o alguien me detuvo.

-Hannie, detente.- Dijo Han, cogiéndome el brazo. Tenía una mirada perdida, era una mezcla de la mirada que te dedican para regañarte, pero a la vez tenía miedo.

Él le tenía miedo a Kim Namjoon.

-Oh, que son novios... Que linda parejita.- Dijo, y ahora el estúpido intentó pegarle a Han, pero yo me puse en medio y recibí el golpe.

-Joder...- Dije a duras penas. De verdad era fuerte, porque ese golpe me dolió mucho. Me toqué la nariz, y observé que chorros de sangre se deslizaban entre mis dedos.

-Ahora viste lo fuerte que soy.- Y ahora, conteniendo un rostro serio dijo- Quítate de ahí.

Han estaba a mi lado, casi llorando por lo que el estúpido me había hecho. Me cogía por los hombros, y estaba temblando.

Ya no sabía que hacer, pero no le pegué. Pensé que igual me expulsaban del centro, así que opté por una idea un poco más rebuscada.

Cogí mi mochila, haciendo indicio de irme, y cuando se estaba sentando en MI sitio, hice un movimiento rápido.

Saqué una lata de refresco de mi mochila y se la rocié entera por toda la cabeza. El líquido descendía desde su cabeza hasta su ropa de marca GUCCI,  llegando a sus zapatos.

-Ahora, puedes sentarte en MI sitio- Dije, haciendo énfasis en la palabra mi, y sin antes irme, le susurré en el oído- Pero, como le toques a Han, estás muerto.

El estúpido ni siquiera me miró, sentado y muy tenso, se limitó a quedarse de piedra.

Él si que no esperaba mi acción.

Y sin nada más que decir, salí de esa maldita clase con Han, escuchando ahora también el silencio del pasillo.

Os preguntaréis: ¿Y qué hizo el profesor?

El profesor, nomás ver entrar al sujeto, desapareció como un fantasma.

-Relájate...Ten- Me dijo Han, dándome unas toallitas- Vamos a la enfermería.

-Han, si ese te vuelve a hacer algo, me lo dices. No es nadie para ir haciéndose el importante, y menos para intentar golpearte. Que estúpido.

-Lo siento mucho Hannie...-Dijo y me abrazó.

Empezó a llorar tal niño pequeño con sus padres. Pequeñas lágrimas bajaban de sus mejillas para ir a mi camiseta, la cuál no se había manchado por suerte.

-Tranquilo...- Dije, como si fuera su madre intentando calmarlo.

Fuimos a la enfermería donde me atendieron rápidamente.

La endermera, al verme se espantó mucho.

-Nunca habíamos tenido un caso así- Dijo, mientras me sanaba la nariz.

Normal, pensé.

Las situaciones normales no existen en personas anormales.

Y, mientras esperaba con Han en la sala de enfermería, pensaba.

No sabía ni de dónde venía Kim Namjoon, pero no podía continuar así. Ahora entendía por qué Han pronunció su nombre con tanto hastio y miedo la anterior noche. Pero JAJAJ, a mí no. A mí no me iba a manipular. No iba a ser la niñita de sus juegos. Nunca. Y tampoco permitiría que Han lo fuera.

Mientras esa chica me curaba, se hizo la hora de ir a almorzar.

Cuando esta acabó, Han y yo salimos a tomar algo.

Se nos había olvidado traer algo de comer, así que cogimos un bocadillo cada uno de la cafetería que había allí.

Fuimos caminando como siempre íbamos, y cuando estábamos haciendo cola para recojer el bocadillo, nos topamos con el estúpido.

Se había cambiado completamente de ropa y respecto al pelo, lo tenía mojado y echado para atrás.

- Hannah me tengo que ir al baño urgente, ¿me disculpas?- Dijo Han, hacinedo  una carita muy cute. Me dieron ganas de amasarle los mofletes.

-Claro, ve tranquilo.-Y le dediqué una sonrisa mientras desparecía entre la multitud.

-Siguiente- Chilló una voz ronca y cansada.

Le pago mi dinero al chico y me dispongo a coger mi comida cuando, unas manos más rápidas se me adelantan y me la quita.

-¡Oye!- Dije dándome la vuelta. -Ahs, enserio que contigo no hay remedio.-Dije, al observar al Kim estúpido, con el bocadillo que iba a compartir con Han.

Sonreía ampliamente mientras levantaba la comida por encima de sí, y yo como tonta intenté alcanzarla. Pero era obvio que no llegaba, y a cada inútil intento que hacía por recuperar mi almuerzo, el echaba otra ruidosa carcajada.

-Tiene buena pinta... ¿Y si te robo un poco?- Dijo observando mi comida.

- ¡Eh, no! ¡Detente!

Pero mis intentos de que no se la comiera terminaron en vano, ya que este, descaradamente mordió MI COMIDA, y se la comió de una manera muy desagradable enfrente de mí.

Masticaba queriendome retregar la comida que yo no podía pobrar, y para cuando terminó de "robarme un trocito" se lamió los labios.

-Pues si que sabe bien...-Dijo ahora, tomando otro trozo más.

Y así hasta terminar completamente. Yo intentaba arrebatárselo, pero él, con agilidad esquivaba mis intentos y los convertía en humilación.

-Imbécil...-Dije a regañadientes, cosa que él escuchó.

-¿Perdona? ¿He oído bien?- Dijo llevándose una mano a a oreja y acercándose más a mí, haciendo como si de verdad quisiera escuchar algo.

En ese momento, Han salió del baño y se dirigió hacia mí:

-Hannie, ¿Me dejas prob- -No terminó la frase, ya que vió a Kim estúpido en frente de mí.

Este solo se hizo el aludido y desapareció entre la multitud de gente, dejándome en ascuas con mi mejor amigo. ¿Por qué tenía que ser tan... tan... estúpido? ¿Cuál era la necesidad de hacer esas cosas? Se que quería molestarme, pero tenía que caer muy bajo para quitarme mi comida.

Le expliqué la situación a Han, y él me comprendió. Dijo que no pasaba nada, que nos compraríamos otro bocadillo y ya no habría problema.

Pero oh sí, sí que había problema.

Kim Namjoon había iniciado una guerra, y no pensaba perderla.

Terminó el día escolar sin muchos más contratiempos. Sólo miradas de odio en los pasillos en los cuáles me cruzaba con Kim Namjoon.




Abrí la puerta de mi habitación, agotada. Lo único que quería hacer era darme un relajante baño, cenar y dormir.

Pero, aún era muy pronto, así que empecé a escribir otra vez el diario. Sin nada que me interrumpiera, conté todas las cosas que me habían pasado ese día. Incluyendo todo lo referido con el Kim estúpido.

Dejé de escribir, cojí mis cosas parra darme un baño.

Tardé como una hora en acabar, y después salí y estuve en mi habitación.

Han me llamó para cenar, y mientras hablábamos de lo ocurrido en ese día, comíamos otra de las deliciosas comidas que el chico sabía preparar.

Me dijo que era muy valiente por haberme enfrentado con ese tipo, y me dijo que a él le gustaría ser igual de valiente que yo.

Hice una mirada de esas que te dejan bien claro:

Me tienes aquí siempre para lo que necesites.

Y después de ordenar lo que usamos para cenar y otras cosas, me fui a dormir, totalmente agotada.


----

Si les gusta la historia no se olviden de dejar un voto ;).

Recuerdo que puede contener faltas ortográficas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro