¿CASUALIDAD O DESTINO?
¿CASUALIDAD O DESTINO?
Ambos jóvenes se levantaron del suelo y fueron a caminar por la calle hasta pasar por el parque estatal, ambos no conversaron por diferentes razones. Lincoln seguía en pensando en lo que le dijo Rachel hace unos instantes, mientras que la pelinegra pensaba en lo que había hecho.
"(No sé qué me paso, solamente se me salió cuando él estaba así. No me gustaba verlo llorar, y tampoco me gusto que dijera eso, y solo dije eso sin pensarlo. Y todavía cuando me abrazo... no sé cómo describir eso... supongo que Lincoln estaba agradecido por ello, pero paso muy rápido... sentí su gratitud hacia a mí... sentí su cariño... pero... sentí algo que jamás en mi vida había sentido... tengo algo raro...)" Pensaba la pelinegra.
No se dio cuenta, pero el peliblanco había visto un carrito de helados cerca, y decidió comprar un par de helados, y no fue hasta que le ofreció el helado para que la pelinegra volverá a prestar atención.
"Oh, gracias Lincoln." Agradeció la pelinegra. "Y elegiste mi favorito."
"No tienes que agradecer Rachel. Soy yo quien debe agradecerte por acompañarme, realmente necesitaba ese apoyo." Dijo el peliblanco.
"Solo lo hago por ti, después de todo no me gusta verte así, simplemente te ves mejor con una sonrisa." Dijo Rachel mirando hacia otro lado con un leve sonrojo.
Lincoln también se sonrojo ante las palabras de Rachel. El silencio se hizo presente en el lugar, hasta que el peliblanco decidió cambiar de tema.
"¿Y qué tal todo con tus padres?" Pregunto el peliblanco.
"Todo bien con ellos, ahora han tenido un poco más de tiempo para estar con Michelle y conmigo, incluso pasamos a hacer las compras en la mañana mientras conversábamos." Comento la pelinegra.
Ambos se iban caminando por el parque mientras el heladero los miraba con una sonrisa.
"Mis helados para el amor nunca me fallan." Dijo el heladero.
Ahora pasaremos con Liberty quien iba de camino a su hogar. En su mente predominaba en lo que había sucedido con el peliblanco. Estaba molesta porque también fue aceptado. Pese a que sus platos estaban igualados con respecto al sabor, sintió como si hubiera perdido ante alguien que consideraba inferior.
"(Esto no se quedará así Lincoln, haremos que pagues por intentar vencernos, y eso te lo prometo.)" Pensó la peliblanca.
Entro a la casa Loud, dirigiéndose rápidamente a su habitación.
"Me imagino que vienes molesta." Dijo su trilliza. "Se puede saber por qué."
"Te imaginaras porque Linka, ese tonto piensa que puede superarme en la cocina." Dijo Liberty con molestia. "Hoy fue al mismo salón de cocina y también él se quedó en la misma clase que yo. Está seguro de que nos superará, cree que por superar a papa en la cocina hará que nos vencerá."
"Se lo está tomando en serio, por eso es que el plan debe salir a la perfección, y en el instante que logremos dar con el corazón del enemigo, no podrá contraatacar." Dijo Linka.
Ellas seguían conversando, pero detrás de la puerta se encontraba alguien que estaba escuchando toda la conversación.
"Ya lo veremos." Dijo y se marchó de allí.
Volviendo con Lincoln y Rachel, se sentaron en una banca y seguir comiendo sus helados.
"Entonces así fue como paso todo. Tus padres, tus hermanas. Nunca me imaginé que te sintieras así por ellos, supongo que eres más fuerte de lo que yo..." Dijo Rachel.
"Rachel, tú eres fuerte más fuerte que yo, tu no le tienes miedo a nada, y siempre te enfrentas a todo. Yo por mi parte no he hecho más que huir de mis problemas en todo este tiempo. Y eso me llevo a donde estoy ahora, y puede que ahora esté tratando de salir del hoyo que mi cobardía y su soberbia hicieron. Como se los dije ayer, ellas me amenazaron con hacerles daño, y lo único que hice fue enfrentarlas." Dijo el peliblanco.
"Es un gran avance Lincoln, debo reconocer que no esperaba eso de ti, sabiendo que eres un chico que no busca problemas." Dijo Rachel.
"Si quiero que las cosas cambien, debo tener la voluntad de buscar ese cambio. No me gusta la idea de enfrentarlos, pero a fin de cuentas están pagando el precio de propia soberbia." Dijo Lincoln.
"Dime una cosa Lincoln, ¿Tú las odias por todo?" Pregunto la pelinegra.
Lincoln no sabía cómo responder ante esa pregunta. En todo este tiempo no se había planteado esa pregunta ante lo opinaba de sus hermanas. A primera instancia podía decir que si, ya que ellas se han encargado de que él sufriera en estos 2 años yendo para el tercero. Pero, no estaría siendo honesto con su corazón que al parecer aun guardaba un pequeño sentimiento por ellas y su familia, después de todo, seguía siendo un Loud.
"... No lo sé Rachel... Por un lado, quiero odiarlas por todo lo que me han hecho... incluso de lo que no me han hecho, tengo muchos malos momentos que me han hecho pasar... Aunque... una parte de mi dice que no podría odiarlas... y que... aún conserva esa esperanza." Decía el peliblanco con melancolía.
Rachel miraba al peliblanco con una expresión de compresión. Lincoln podía aparentar muchas cosas con una sonrisa, pero por dentro era un chico que estaba pasando por cosas muy difíciles, sabiendo que su vida no va a haber un rayo de sol para una persona que ayudaba a los demás sin esperar nada a cambio. Lo único que necesitaba era algo de ese apoyo que parece que no se cansara de dar, para así sentirse querido.
"Es comprensible Lincoln. El enojo no dura para siempre, y menos cuando se trata de los más cercanos si se le puede decir así... Puede que a veces pelee con mis padres y con mi hermana por diferentes asuntos, pero nunca podría sentir eso de mis padres, o de Michelle." Comento la chica.
"Pero... tu a diferencia de mí, tú tienes unos padres que se preocupan por ti. Para unas familia, vale mucho el dicho de que tu familia no te abandona, y lo mejor de todo es que no te falta nada, digo, tienes una gran familia, tienes recursos, eso sí Rachel, valóralo, uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido." Dijo Lincoln con una sonrisa.
Rachel volteo la mirada un tanto avergonzada cuando el peliblanco le mostro esa sonrisa. Un leve sonrojo estaba cubriendo sus mejillas, así que trataba de pensar en algo para cambiar de tema, no se le ocurría nada, sin embargo, escucharon un pequeño alboroto.
Ambos decidieron ir a ver qué pasaba, y presenciaron que una banda estaba tocando frente una multitud. Se fueron acercando y escuchando las melodías que entonaban.
La noche se esclarece ante las estrellas,
Mientras al cantar esta melodía, estoy rodeado por el calor de tus brazos,
El brillo de la noche y el danzar de la luna...,
Forja un camino en el que iremos rodando en nuestra vida,
Y nuestro amor. Crecerá.
Ante tu llegada, mi alma destrozada,
Por fin tenía una razón para seguir de pie, sin importar lo que el pasado
Quiera dañarme...
Nuevamente mi vida comienza a arder, gracias a la belleza de tu sonrisa,
Y el sentir de tu cariño, acompañándome en mi dolor,
Podrás aparentar ser otra persona, pero yo...
Te conozco perfectamente, y sé que solo lo haces...
Para llamar mi atención.
Podre ser muy despistado, pero estoy consciente
De lo que realmente sientes por mí.
No estaré a tu altura, pero me esforzó por ser el mejor chico para ti
Y que me concedas un baile al cantarte esta canción.
Estando juntos en la oscuridad sin más que la luz de la luna nos alumbre la pista,
Así marcando nuestra noche, y consolidamos nuestro amor,
En la vida y muerte.
La chica nuevamente apareció ese sonrojo mientras el peliblanco seguía el ritmo relajante de esa canción.
"Tiene una gran melodía, ideal para un baile calmado, ¿Qué opinas Rachel?" Pregunto el peliblanco.
"Si, si, supongo que sí." Decía la pelinegra mirando hacia otro lado.
Una de las cantantes tomo el micrófono. "Buenas noches Royal Woods, en esta ocasión, vinimos en una noche especial para las parejas, esperemos que lo disfruten.
"(¿En serio?)" Pensó la pelinegra.
Esta noche en podemos estar juntos,
Esta noche en que podemos gozar de nuestra unión,
Solo puedo decirte,
Te amo.
Nuestro encuentro pudo no haber sido convencional, pero es una experiencia,
Que jamás olvidare. No sabíamos que hacer, si decirnos un hola,
Chocar las manos, o abrazarte.
Aun con toda nuestra torpeza, los sentimientos que tengo se han disparado,
Es tierno ver como intentas acercarte a mí,
Contarme de tu vida, mientras que el dolor que llevo en las cadenas de mi alma,
Se quebrantan al ver como eres linda conmigo.
No seremos un romeo y julieta por el que demos la vida ante el amor,
Pero si estoy dispuesto a protegerte de todo mal,
después de todo, tú me salvaste la vida en el momento que llegaste a mi vida,
Sin importar cuán lejos estemos, o que tan sea difícil la guerra,
Nunca te abandonare.
Solo te pido,
Que te aferres a mi
Y no me sueltes,
Así estaré dispuesto, a dar la vida,
Solo por que te amo.
Sin darse la pantalla decidió enfocar a ambos chicos. Algo que provoco nervios en ambos, aunque para Rachel era más vergüenza de la que ya estaba pasando, y Lincoln pues aun tenia esa sorpresa e incomodidad por como los demás los miraban y gritaban beso.
Posteriormente luego de que el pequeño concierto se acabara, ambos jóvenes decidieron caminar, aunque estos dos se mantenían en silencio, no era para menos luego de lo que tuvieron que pasar, Rachel mantenía una expresión de confusión mientras el rubor en sus mejillas estaba ahí, por parte de Lincoln, se podía decir que era el mismo mundo, pero mantenía su mano a su nuca, mirando hacia otro lado y teniendo el mismo rubor que la chica. No sabían que decir para romper esa incomodidad que invadía el ambiente.
Finalmente, el peliblanco fue quien decidió romper el silencio. "Vaya espectáculo ¿No?"
"Si... todo un show allá." Fue lo único que la chica pudo responder.
"Me pregunto quién habrá sido el que nos puso en la pantalla, todavía cuando querían que... bueno... no es que no quisiera, digo... sino que no se si tu quisieras, ahg, no, digo..." Decía el peliblanco con los nervios creciendo.
"Si, si, lo entiendo... más porque nos tomaron por sorpresa..." Decía la pelinegra con la misma expresión.
"Oye... creo que se está haciendo tarde, es momento de regresar a casa." Dijo el peliblanco. "¿Quieres que te acompañe a tu casa?"
Rachel se lo pensó ya que aún seguía con esa vergüenza por lo que paso anteriormente. Aunque ya era tarde como para que fuera sola, además de que el peliblanco contaba con su bicicleta para hacer el trayecto más rápido, y también para evitarse un berrinche de su hermana por estar a fuera a estas horas.
"... Está bien." Respondió la chica, y se subió a la bici.
"Andando entonces." Dijo y emprendieron el viaje.
Rachel seguía pensando en lo ocurrido y más con las palabras del peliblanco. De hecho, ni siquiera sabía cómo es que comenzó todo. Lo único que había hecho era consolar al chico en un momento difícil, y después le dijo que le importaba, algo que se le salió de la boca y que claramente no pensó. Y para rematar, teníamos lo que paso en el pequeño concierto donde los enfocaron en la pantalla de los enamorados, ¿Casualidad? ¿O una jugada de mal gusto?
"(Técnicamente le dije eso, pero no era de la manera en que yo pensaba, no quería verlo llorar. Para acabarla nos tenía que pasar eso, es que... fue tan incomodo... no sé qué pensaría Lincoln en el momento... sus palabras dirían lo mismo... cuando estábamos ante la presión de la gente.
Aunque... una parte de mi me decía que... estaba bien... es que... Lincoln es mi amigo... y quiero que eso se mantenga así... y creo que el opina lo mismo... y eso está bien... No obstante... mi corazón siente como sí despertara cada vez que estoy con él)"
Lincoln no sabía que pensar, al igual que Rachel, tenía una combinación de varias cosas, ante las expresiones de la pelinegra.
"(Eso fue... raro... no supe que decirle... y tenía que decirle que si ella quisiera para incomodar las cosas... en ese momento sentí como mariposas estaban en mi estomago... y también mi mente estaba en blanco.
Me agrada Rachel... es de las pocas personas en las que realmente puedo confiar... sino es que solamente confió en ella y Sayaka... y valoro esa amistad... pero... una parte de mí... realmente la aprecia por todo, incluso sentir algo de... cariño.)"
Ambos chicos llegaron a la mansión de los River, Rachel se bajó de la bici.
"Gracias por traerme Lincoln." Agradeció la pelinegra al chico.
"Por nada Rachel. Y... Gracias por lo de..." Decía el chico albino, pero fue interrumpido.
"Sabes que lo hago por ti, somos amigos después de todo. Te veo mañana en la escuela, ve con cuidado." Dijo Rachel.
"Claro, te veo mañana, descansa." Respondió el albino y partió de regreso.
Rachel abrió la puerta de la mansión y se topó con Michelle con una expresión de seriedad.
"Me imagino que estarás molesta porque llegue tarde." Dijo Rachel con desinterés.
"En parte, pero no es por eso que quería hablar contigo Rachel. Sino que me expliques esto." Dijo Michelle mostrando su celular.
Se acerco y vio una foto de Lincoln y ella enfocados en la pantalla del concierto.
"(Oh no.) ¿Quién te envió eso?" Pregunto Rachel.
"Una de mis amigas estaba en el concierto. Ahora dime una cosa... ¿Lincoln y tú ya son novios?" Pregunto la mayor con una sonrisa petulante.
"Mira Michelle, Lincoln y yo íbamos caminando y nos topamos con el concierto, y la estúpida cámara nos enfocó a nosotros cuando escuchábamos la música." Explico la pelinegra con la cara roja.
"Ay vamos hermanita, no me dirás que no sentiste algo. Se puede notar que te gusto a juzgar por tu rostro." Dijo Michelle.
"Solo fue una casualidad. Y que nos haya pasado eso, no quiere decir que..." Decía Rachel
"En vez de negarme las cosas, porque no mejor me cuentas lo que paso. Como para empezar, que hicieron durante el día." Dijo Michelle.
"¿Y porque lo haría? Solamente para que malinterpretes las cosas, olvídalo." Dijo Rachel e iba directo a su habitación. "Al menos no sabe nada del parque."
"¡¿QUÉ DIJISTE?!" Exclamo la mayor al escuchar a la pequeña.
"¿Hable en voz alta?" Preguntaba con arrepentimiento.
"Ahora si lograste llamar mi atención. Y no te dejare de molestar si no me dices lo que paso entre Lincoln y tú." Dijo Michelle.
"Michelle..."
La mayor la levanto y comenzó a sacudirla mientras decía, "Anda, dime."
"Está bien, Esta bien." Dijo Rachel y la mayor la bajo.
Ambas fueron a la habitación de Rachel, y ambas se sentaron en la cama.
"Esto es lo que paso. Me encontré con Lincoln en el parque, pero en el momento que lo vi, estaba llorando, me acerque y trate de calmarlo." Dijo Rachel.
"¿Te dijo por qué? No es por nada, pero no es normal que lo hayas encontrado de esa manera, y menos si se trata de Lincoln." Pregunto la mayor.
"Michelle, tú pensaras que Lincoln a veces puede tener unos pocos problemas, pero que siempre se muestre alegre y positivo. Pero no es así." Decía la pelinegra.
"Entonces, ¿Qué problema tiene?" Pregunto.
"Lincoln no es el problema. El problema es su familia." Respondió Rachel.
"¿A qué te refieres?"
"Lincoln pasa por fuertes problemas familiares, conocí a un par de ellas, y las he visto en varios eventos actuando de manera petulante. Recuerdo que una vez estábamos en la sala de juegos junto con Sayaka y esto ocurrió." Contaba la pelinegra.
Regresando un poco al pasado, tenemos al trio pasando el tiempo en la sala de juegos y respectivamente fueron a comer. En el televisor estaban pasando las noticias, lo que les llamo su atención, fue que estaban enfocando el restaurante la mesa de Lynn.
"Soy Katherine Mulligan, estamos reportando desde el restaurante la mesa de Lynn, uno de los restaurantes más populares de la ciudad. En estos momentos acababa de salir un grupo de críticos culinarios, y nos contaron sus experiencias cuando probaron la comida.
El crítico J.B.M. nos comentó que los platos tienen un sabor potente que levanta la energía a cualquiera.
Janice Gold nos contó que el tratamiento de los ingredientes es espectacular, al igual que la preparación de los platillos.
Y por último tenemos al crítico Samuel Simons nos contó que la selección de postres posee gran elegancia en cuanto a presentación y sabor.
Ahora pasaremos con el chef Lynn Loud.
Díganos, ¿Cuál es el secreto de su éxito?"
"Veras Katherine, el éxito se debe al esfuerzo que ponemos en cocinar, cada platillo requiere tiempo de esfuerzo para que sea el mejor para nuestros clientes. Además, todo esto se lo debo a mi esposa, y a mis 12 hijas que me apoyaron en todo momento para estar aquí, y que también colaboran a que tengamos una gran variedad de platillos." Respondió el padre.
Rachel y Sayaka estaban mirando con molestia ante las declaraciones del señor Loud, como era posible que olvidara a su único hijo, voltearon a ver al peliblanco para ver cuál sería su reacción.
Les sorprendió saber que ni siquiera se inmuto ante las declaraciones de su propio padre quien lo había hecho aun lado.
El peliblanco les respondió que no era para tanto, estaba acostumbrado a que eso pasara.
Retornando al presente, Rachel termino de contar ese recuerdo a su hermana, quien ya se encontraba con una cara de sorpresa ante lo que acababa de escuchar.
"De eso ya te imaginaras como es que lo tratan, y si también notaste algunos moretones, es por la misma razón, solo que son sus hermanas quien lo lastiman." Explico Rachel.
"Pero como es que pueda permitir eso. Simplemente no lo entiendo. Lincoln es un buen chico, ¿Por qué lo tratarían así?" Se preguntaba la mayor con molestia.
"Son cosas que igual me pregunto. Cuando lo encontré así, supuse que eran ellas las causantes de todo. Aunque esta vez no de manera directa, sino que me conto cuando todavía lo querían según sus palabras, y cuando seguía recordando todo eso, ya no lo soporto y comenzó a llorar." Contaba la pelinegra.
"Me imagino lo duro que debe ser tener una vida así. ¿Qué hiciste?" Pregunto Michelle.
Rachel dudaba si responder eso ya que se podía esperar a su hermana con una reacción exagerada y cantando a los cuatro vientos que tenía novio. Aunque tampoco podía mentirle, más que nada porque ella sabía cómo detectar cuando ella lo hacía. No tenía otra opción, suponía que lo mejor sería contarle la verdad, por más vergonzosa que fuera.
"... La verdad no sabía qué hacer en el momento... no quería hacerlo sentir más mal de lo que estaba... pero no se me ocurrió nada para poder calmarlo... y... lo único que hice fue..." Decía Rachel con dificultad.
"Dime, ¿Qué hiciste Rachel?" Preguntaba la mayor con más curiosidad.
"Yo... yo... lo abrace." Respondió la pelinegra quien se puso roja como un tomate.
"¡¿LO ABRAZASTE?!" Exclamo Michelle con emoción.
"Guarda silencio, no quiero que nadie más nos escuche. Si, lo abrace. No quería verlo así... y eso lo único que pensé para poder consolarlo." Dijo Rachel aun estando roja.
Michelle estaba tratando de contener su emoción ante las palabras de su hermana, jamás pensó que fuera capaz de poder hacer tal acción solo por ayudar a alguien más. Parece que el conocer a Lincoln la había cambiado en muchas cosas, incluso que llegara a tal punto en que ella madurara y entender que no todos eran como las personas que la manipularon.
Por impulso abrazo a la pequeña. "Estoy tan orgullosa de ti hermanita, no pensé que realmente fueras hacer tal cosa para consolarlo, eso dice mucho de cuánto te importa." Dijo.
"Bueno... es mi amigo... y no me gusta verlo así..." Decía la menor, pero fue interrumpida.
"Ay mi hermanita está creciendo. Sígueme contando, ¿Qué más paso?" Dijo la mayor.
"Bueno... después de eso logro estar más tranquilo... claro que seguía triste por hacerse la pregunta de que si en verdad ellos lo quieran. En eso solté la pregunta de que si en verdad los odiaba... el solo me respondió que no lo hacía por más que quisiera, y que todavía conserva esa esperanza." Dijo Rachel.
"El rencor no es para siempre... Después de todo lo que me contaste, ahora veo que en realidad solo ha fingido una sonrisa tratando de ocultar su dolor." Dijo Michelle con algo de tristeza. "¿Y que más paso?"
"De ahí solo seguimos conversando hasta que fuimos al concierto y... bueno... ya te lo conté... además de que la foto lo prueba... luego de eso el me trajo acá, y aquí estamos." Dijo Rachel ocultando la parte que le había dicho al peliblanco.
"Ya veo. Rachel... me has dejado sin palabras... Lincoln a lo que nos ha mostrado, muestra que es un gran chico, solo que tuvo que estar con la familia equivocada..." Decía Michelle y fue interrumpida ante el dedo de su hermana.
"Te equivocaste en algo Michelle. Él no finge su sonrisa, al contrario, la pone para que las cosas sean un poco mejores. Algo que el me enseño, es que puede atravesar el inferno con una sonrisa. Y... a pesar de todo... lo hace porque los demás no nos preocupemos por él." Dijo Rachel.
Michelle escuchando eso, se sorprendió ante esas palabras, al parecer el peliblanco era alguien que importante para su hermana, incluso más de lo que creía cuando la molestaba con eso.
"De verdad te importa." Dijo Michelle.
"Ya te lo dije... Lincoln y yo somos amigos... y la verdad es mejor así... al ver las veces en que me ha ayudado... solo me hace pensar que debo hacer lo mismo." Respondió Rachel.
"Hermanita, la amistad no solo es que los amigos se apoyen como si se estuvieran devolviendo los favores. Sino que realmente te importe esa persona y que la protejas como si fuera lo más importante para ti, y estar bien, cuando esa persona este bien." Dijo Michelle y se levantó de la cama.
"¿No vas a bromear con lo de siempre?" Pregunto la pelinegra.
"Dejare que tú te des cuenta de todo Rachel, tarde o temprano lo sabrás." Dijo Michelle y salió de la habitación.
"Bueno. Al menos poder descansar ahora." Dijo Rachel.
Se recostó en su cama y trato de dormir. Varias cosas le llegaron a la cabeza como para poder mandarla al mundo de los sueños. Ahora se encontraba en el parque donde veía una puesta de sol gloriosa como si fuera la primera vez que lo veía vestida de un vestido amarillo.
La tranquilidad predominaba algo que le agradaba a la chica. En eso, varias frases comenzaron a sonar, "La persona a la que le importes, esta te protegerá, ante todo." "Te importa, es seguro que también lo pensara."
El recuerdo llego ante una ráfaga de viento, vio a Lincoln cuando la defendió ante las palabras de Karen y de la profesora, también vio cuando Lincoln le pateo el trasero a Chandler cuando este se atrevió a insultarla.
Cada momento que recordaba, le provocaba un cosquilleo en su pecho, nunca había sentido esto ante una persona que solo la defendiera así.
"Oye Rachel, ¿Vienes?" Dijo una persona que estaba debajo de donde estaba ella.
Miro abajo, y vio a Lincoln quien tenía puesta una camisa naranja y pantalón marrón. La pelinegra bajo del árbol y fue con el peliblanco. La noche llego y la luz de las estrellas y de la luna los iluminaron, mientras ellos bailaban despacio.
En un punto ellos dos se detuvieron y se miraron el uno al otro, sus expresiones reflejaban gran felicidad, pero más allá de eso, sentían como si el estar juntos, era todo lo que necesitaban para ser felices. Podría decirse, que el amor comenzaba a surgir. En eso, ambos cerraron los ojos y acercaron sus labios de poco a poco.
Hasta que la pelinegra despertó bruscamente ante el sonido de la puerta siendo golpeada.
"Rachel, la cena esta lista, ven a menos que no tengas hambre." Dijo Michelle.
"Voy en camino." Dijo Rachel.
La pelinegra estaba tan roja como un tomate al recordar nuevamente ese sueño. Porque de repente llego, no sabía porque estaba soñando tal cosa.
"¿Qué fue eso? Pero, sobre todo, ¿Por qué soñé que Lincoln? ¿Por qué...?" Se dejo de preguntar cuando encontró una respuesta obvia.
"Creo que... me estoy enamorando de Lincoln." Dijo la pelinegra.
CONTINUARA...
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