El timbre, pensó Yoongi, ese bendito timbre que indica el final de la jornada escolar, ese timbre indicaba libertad, pero para el, indicaba pasar una hora y media extra con SeokJin.
Yoongi ya ni siquiera sabía si aquello le molestaba o no, ya que a mediados de la semana pasada había empezado a tener la cabeza llena de SeokJin, la risa de SeokJin, la forma suave y paciente con la que le explicaba aquellas infernales fórmulas, su sonrisa cálida y orgullosa cada que el lograba desarrollar un problema, el brillo en sus ojos que denotaba la emoción que sentía el profesor al ver que Yoongi realmente avanzaba en sus clases.
Aquella tarde Yoongi se encontraba en el salón de música, el timbre sono indicando el fin de las clases y el menor se dedicó a guardar sus pertenencias y cuando se encontraba en el pasillo dos pares de fuertes manos lo sostuvieron con fuerza, evitando así su avance, Yoongi puso todo de si para soltarse de aquel agarre pero le fue imposible.
A pesar de saber que no podría soltarse de sus agresores Yoongi no se las puso fácil, se tiraba al piso y se revolvía en los brazos de aquellos chicos, complicando su avance, pudo ver como era conducido al patio trasero, de un momento a otro sus agresores lo lanzaron al suelo, haciendolo caer dolorosamente sobre el pasto.
Yoongi pudo apreciar el rostro de dos chicos que hace mucho no se encontraba.
Chan Bong y Kim Won se encontraba frente a él, Yoongi sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Hacia meses que aquellos chicos habían dejado de molestarlo, Bong se acercó a él de manera sigilosa y amenazante, Yoongi comenzó a retroceder, pero el chico apresuró el paso y lo tomo de la camisa, levantandolo del sucio suelo donde lo habían tirado antes.
—Cuanto tiempo sin vernos Yoongi —dijo el chico—. ¿Nos extrañaste?
Yoongi no dijo nada, ni mostró reacción alguna, haciendo a Bong enfurecer.
—Nunca quitas esa maldita expresión de tu rostro —dijo en tono molesto y soltó su agarre de la camisa del pelinegro.
—Tal vez necesita nuestra ayuda para poder expresar más en esa carita tan seria que tiene —dijo Won acercándose peligrosamente al pelinegro—. ¿Recuerdas aquellas tardes en que jugábamos contigo Yoongi?, Las extrañas tanto como nosotros, ¿cierto? —soltó una sonora carcajada haciendo que el pelinegro se tensara.
Yoongi recordaba claramente cuando meses atrás aquellos dos chicos habían encontrado en él su entretenimiento.
Yoongi nunca había estado en una pelea, siempre siendo un chico centrado en sus estudios y con excelente calificaciones, nunca se metía con nadie, y no entendía el porque aquellos chicos habían comenzado a molestarlo.
En una ocasión Won le dijo que encontraban divertido ver como Yoongi mostraba leves cambios en su expresión facial al recibir cada golpe.
El chico había mentido a su madre sobre los cardenales que marcaban su pálida piel, afirmando que se había caído o incluso llegó a decir que era por falta de vitaminas, pero realmente aquellos hematomas eran provocados por aquellos chicos que se encontraban frente a él.
Bong se acercó a Yoongi y lo tomo de los cabellos haciendo que el pelinegro hiciera una pequeña mueca de dolor.
—¿Viste eso Won? —dijo riendo.
Ambos chicos comenzaron a golpear a Yoongi, sin una razón en específico, sólo para su "diversión" como decían ellos.
Después de varias patadas al cuerpo del menor y algunos golpes en el rostro ambos chicos dejaron al pelinegro tirado en el cesped. Yoongi se encontraba tan lastimado que no podía levantarse, en esta ocasión Won y Bong se habían pasado con los golpes.
Jin se encontraba en el salón de clases esperando a que Yoongi llegará, pero los minutos siguieron transcurriendo y SeokJin comenzó a preocuparse, ya que por más que Yoongi odiara sus clases de apoyo el castaño nunca faltaba a ellas, y mucho menos llegaba tarde.
Jin guardo el material que había preparado para Yoongi y salió del salón, camino hasta el patio trasero, ya que necesitaba pasar por este para llegar al estacionamiento para profesores. Mientras avanzaba por el patio seguía pensando en Yoongi.
«¿Y si le pasó algo?, ¿Acaso enfermo?, ¿porqué no llegó a la clase?»
De pronto un quejido lo saco de sus pensamientos, SeokJin miro hacia todos lados buscando la fuente de aquel sonido, hasta que sus ojos divisaron un bulto en el cesped. SeokJin corrió rápidamente a auxiliar al estudiante que se encontraba ahí tirado y cuando giro a este para poder observar de quien se trataba, un jadeo escapo de sus labios.
Era Yoongi.
El joven mantenía los ojos cerrados debido al dolor en su abdomen, provocado por las patadas de Won y su rostro se encontraba contraído en una mueca de dolor, SeokJin pudo ver varios moretones en el rostro pálido de Yoongi y un corte en el labio de este.
La preocupación de SeokJin fue reemplazada por una furia incontenible, sus manos se volvieron puños pensando en que sería capaz de hacer si sabia quien había cometido aquella atrocidad, calmo un poco su molestia, y pasó sus manos por debajo del cuerpo de Yoongi levantandolo al estilo princesa y llevándolo hacia la enfermería de la escuela.
En cuanto llegaron a la enfermería Jin recostó lentamente a Yoongi en la camilla, tratando de no lastimarlo, estaba por ir por el botiquín para comenzar a tratar las heridas en el rostro del menor cuando una mano lo sostuvo.
—No te vallas —susurro Yoongi—. Por favor no me dejes.
Jin miro a Yoongi con extrema ternura y cubrió la mano del menor con la suya.
—No me iré Yoongi, sólo iré a traer el botiquín —dijo en un tono de voz extremadamente suave y acariciando los nudillos del menor.
Yoongi soltó lentamente la mano de SeokJin y observó como este buscaba entre los cajones el botiquín, Yoongi soltó una risita al ver este justo frente a Jin
—¿Qué es tan gracioso? —dijo Jin mientras posaba su mirada en la del menor.
—Tú —respondió el menor.
—¿Y puedo saber porque soy tan gracioso?
—Porque estas buscando desesperado el botiquín de primeros auxilios y esta justo frente a ti.
Jin giro para comprobar que lo que el menor decía era verdad, una pequeña risa escapó de sus labios ante su torpeza.
Camino hacia la camilla de nuevo y colocó el botiquín en la mesita que se encontraban a un lado de la cama, abrió el botiquín y de este saco un ungüento para aplicarle a Yoongi en las heridas de su rostro.
Cada que Jin colocaba el ungüento en las heridas de Yoongi reía un poco al ver las caras que hacia el menor al sentir el escozor del ungüento contra las heridas.
—No es gracioso profesor Kim —dijo en tono serio el menor—. Eso arde como el puto infierno.
El rostro de SeokJin mostró sorpresa al escuchar aquello de Yoongi.
—Vaya, vaya, esa linda boquita también dice malas palabras —coloco un poco de ungüento en su dedo índice y comenzó a colocarlo en la herida que se encontraban en el labio inferior del menor.
Yoongi observo atentamente como su profesor demoraba demasiado en aquella herida, levanto su vista y se sorprendió al ver que su profesor lo observaba atento.
Yoongi sintió un revoltijo en su estómago y culpo a los golpes de Won por ello, cuando en realidad este síntoma fue provocado por la intensa mirada que SeokJin le estaba dedicando, los ojos del menor viajaron hasta los labios de su profesor y poco a poco fueron acortando la distancia.
✿Kim☆Palomita✿
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