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Capitulo 3

La mañana siguiente fue algo agitada para el pelinegro desde que llegó a la clínica fue asediado por varias enfermeras que se le acercaban con pequeños regalos, presuntamente para darle la bienvenida a la clínica y les hubiese creído si estás no se le hubiesen insinuado, así que de manera cortes acepto sus presentes ya después vería que hacer con ellos.

Porque ni loco comería ninguno de los dulces que le entregaron sin saber que pudieran contener, al llegar a la recepción de su consultorio Gaby lo vio con algo de lástima, pues allí lo esperaban más regalos de bienvenida y por si fuera poco ya habían pacientes esperándolo y todas eran mujeres,  se había corrido la voz de que había un nuevo médico en la clínica y este era atractivo.

Ese día al parecer iba ser algo largo para él, y como se lo temía así fue, de las pacientes que atendió ninguna tenía alguna dolencia o enfermedad que ameritara que estuvieran en consulta, todo era la curiosidad de conocerlo, así que muy diplomáticamente mantuvo su distancia y colocó un semblante serio y se dedicó hacer su trabajo.

Para la hora del almuerzo ya se había deshecho de todas sus pacientes que no tenían nada, pero no tenía ánimos de salir del consultorio para almorzar, por lo que llamo a Gaby y le pidió que le consiguiera algo y si quería que se uniera a él para comer, no pensaba exponerse saliendo de su consulta, las mujeres en ese lugar estaban algo locas.

—Ohm aquí te traigo tu almuerzo—, hablo Gaby mientras ingresaba al consultorio y le dejaba una bolsa delante de él.

—Gracias, no se que haría sin ti, no quieres reconsiderar tu decisión.

—Ohm, ya hablé con tu padre de esto... Es tiempo de que yo también me dedique a mi familia, debes saber que yo me he dedicado a este trabajo la mayor parte de mi vida,  lo he hecho felizmente, pero no me estoy haciendo joven.

—Lo se, y sabes que no voy impedir que te vayas pero es que este día ha estado de lo más escalofriante, esas mujeres no dejaban de insinuarse y sabes que la mayoría de las pacientes que vinieron hoy no tenían nada, ni siquiera la necesidad de venir al médico.

—Solo es la novedad, ya se las pasará, lo que si me preocupa es que no encontremos una recepcionista competente en estas dos semanas—, dijo Gaby preocupada mientras veía como el pelinegro abría la bolsa que le había traído y comenzaba a comer.

—Ese es otro problema espero que las candidatas que vienen hoy sean más profesionales, y tengamos una entrevistas más tranquila en donde podamos evaluar sus capacidades.

Sus deseos no se cumplieron y fue otra tarde perdida ninguna de las candidatas que aparecieron lo hicieron por el trabajo tal como había sucedido el día anterior por lo que derrotados, dieron por terminado ese día de locos.

Ohm tomó todos los dulces que le habían regalado y los metió en una bolsa, ya tenía una idea de que hacer con ellos, salio de la clínica lo más rápido posible sin llamar mucho la atención y se dirigió al estacionamiento, iba rumbo a un comedor popular que se encargaba de alimentar a los más necesitados todas las tardes.

Cuando llegó el lugar, fue recibido con los brazos abiertos, no era la primera vez que iba a ese lugar, pues en varias ocasiones había ido junto a sus padres no solo a llevar algún aporte sino también a ayudar en lo que fuera necesario, los dulces fueron recibidos con mucha gratitud,  con ellos podían acompañar la comida de ese día.

Se quedó un rato más, ayudando a servir algunos platos y cuando se quiso dar cuenta ya era algo tarde y el mismo no había cenado, se despidió del personal y se fue al restaurante que estaba cerca de su apartamento, ese día no le apetecía cocinar, cuando llegó al lugar se sentó en la misma mesa de la primera vez, y al igual que aquel día contempló el parque que se encontraba en el frente.

Recibido sus alimentos y se dedico a comer, hasta que cuando estaba terminado lo vio, allí estaba otra vez aquel extraño que lo había cautivado, ahora iba cargando algunas bolsas  con una sonrisa en su rostro, la misma que lo había cautivado la primera vez,  se apresuro a dejar el dinero en la mesa y salir del restaurante a toda prisa para darle alcance.

No podía desperdiciar esa nueva oportunidad que le estaba dando el destino, tenía que acercarcerle y averiguar aunque sea su nombre, pero cuando llegó a la calle este ya había desaparecido arrebatandole así una nueva oportunidad.

Ya en su apartamento comenzó a pensar en lo sucedido, y se convenció que había sido lo mejor, porque con que excusa se le iba acercar, ni que le pudiera decir: "Hola mi nombre es Ohm Thitiwat, y te vi hace unos días y quedé prendado de tu sonrisa, ¿me dirías tu nombre?, ¿me darías tu número telefónico? y así comenzamos a conocernos..." Por supuesto que no, lo tomaría como un loco y huiría lo más rápido posible.

Tenía que ingeniar una mejor forma para volver a verlo y poder descubrir quién era, estaba determinado a saber todo de él, haberlo visto ese día era una señal de que estaban destinados a encontrarse, y jamás se había interesado en alguien como lo estaba de ese desconocido.

Los días siguiente siguieron las misma rutina se levantaba temprano e iba a la clínica y atendía a sus pacientes, para su desgracias el acoso de las enfermeras y recepcionistas no había disminuido y estás aún seguían persiguiéndolo; en otro frente que no había avanzado era en la búsqueda del reemplazo de Gaby, por lo que le indico que ampliará la búsqueda y que también aceptara candidatos hombres, para ver si así tenían mejor suerte pero aún no habían recibido ninguna solicitud.

Otra cosa que lo estaba molestando era el hecho que no había vuelto a ver a su desconocido, y eso que se había sentado en una banca del pequeño parque, justo en el lugar por el que lo había visto caminar la dos últimas veces, pero no había tenido suerte en ese frente tampoco.

Derrotado, el sábado después de terminar el turno de medio día en la clínica se encamino a la casa de sus padres para tener un almuerzo junto a ellos, durante esa semana había tenido varias conversaciones con su padre por teléfono para contarle como iban las cosas, y este se había reído se sus desgracias, por lo que no se sorprendió al escuchar a su padre decir:

—¿Cómo está el nuevo rompe corazones de la clínica?

—¡Papá!, no empieces que no es divertido esas mujeres están locas.

—Ya hijo, no te molestes solo es la novedad ya se les pasará, no es la primer vez que lo hacen yo he visto como se ponen cada vez que entra un médico nuevo pero al enterarse que tienen pareja se quedan tranquilas.

—¡Ese es el problema papá! yo estoy soltero y eso las alienta más, aunque las rechace—, contesto un compungido Ohm.

—Querido ya deja de meterte con nuestro hijo, no vez que está algo incómodo con toda esa atención, esas mujeres deberían comportarse decentemente y no andar acosando hombres por allí como unas desesperadas,  o acaso ¿yo te perseguí a ti?—. Intervino su madre mientras iba a darle un abrazo de bienvenida.

—¡Por supuesto que no!, lo nuestro fue diferente... Gaby nos presento en aquella cena, tú eras muy tímida y me costó mucho acercarme a ti, yo fui el que te perseguí—, hablo de nuevo el señor Thitiwat recordando la forma en que conoció a su mujer.

—Ahí lo tienes, yo no me mostré desesperada ante ti aunque me gustabas mucho—, dijo nuevamente la mujer mientras se acercaba a su esposo y depositaba un beso en su mejilla.

Ante la atenta mirada de Ohm que no podía más que sonreír por ver cuánto se querían sus padres, él quería tener algo como eso y sabía que  no lo iba a conseguir con ninguna de sus acosadoras, quería encontrar a alguien que lo quisiera igual que su mamá quería a su padre, estaba casi convencido que esa persona era su hermoso desconocido de linda sonrisa, solo esperaba que cuando se volvieran a encontrar pudiera saber quién es, y lo más importante que no le desagraden las relaciones entre hombres, porque entonces no sabría lo que haría.

Él almuerzo transcurrió de lo más tranquilo, eso era lo que necesitaba, pasar tiempo con sus padres para despejarse de lo que estaba sucediendo en la clínica, fue una tarde para recargar energías rodeado del amor de sus progenitores;  esa tarde cuando regreso a su departamento estaba más feliz de lo que había estado en esa semana.

Decidió estacionarse un rato en el parque, está vez solo por el gusto de estar un momento tranquilo observando el paisaje y no porque esperara ver a su famoso desconocido.

Pero cuando uno menos espera las cosas suceden, porque nada más sentarse en la banca, hubo algo que llamo su atención unos niños jugaban a pocos  metros delante de él, bajo la atenta mirada de sus padres cuando uno de ellos pateo el balón con el que jugaba de manera fuerte, haciendo que saliera disparado hacia la vereda por dónde transitaban los peatones al frente del parque.

Pegándole justamente a la persona que tanto estaba deseando ver, por inercia se levantó de su lugar y corrió hacia donde había ocurrido el incidente, al llegar el chico se estaba levantando del suelo y por lo que podía notar estaba algo mareado por el golpe en la cabeza, estaba siendo ayudado por los padres del niño.

—Buenas, si me permiten yo puedo revisarlo soy médico—, hablo Ohm con calma apenas se acerco, aunque su corazón palpitaba rápidamente un poco loco de preocupación.

Los presentes se apartaron y le dieron acceso al herido que efectivamente se encontraba algo mareado, le reviso el golpe y dio gracias que no era nada grave, solo estaba un poco en shock por lo repentino del impacto, con la ayuda del padre del niño lo ayudo a levantarse y lo llevo a una banca cercana, le consiguieron una botella de agua y un analgésico y poco a poco el castaño fue ubicándose en lo que le había pasado.

—¡Muchas gracias por ayudarme!—. Le agradeció el muchacho con una sonrisa solo para él, haciendo que el pelinegro volviera a sentir calidez en su interior.

—No tienes que agradecer, solo estaba en el lugar y momento indicado, Mi nombre es Ohm Thitiwat y soy médico general en la clínica que está aquí cerca—, hablo con calma aunque por dentro estaba saltando de felicidad,  por fin estar hablando con el objeto de su afecto.

—Un gusto conocerlo, mi nombre es Fluke Natouch quiero volver agradecerle por su ayuda, ya me siento mejor, sera mejor que me vaya a mi casa ya se está haciendo tarde—, dijo el castaño levantándose de su asiento y mareándose un poco por hacerlo de manera rápida.

—Oye, tómalo con calma si quieres yo puedo llevarte, mi auto está por allá—. Se ofreció Ohm inmediatamente a llevarlo.

—No es necesario, mi casa está aquí cerca puedo llegar rápidamente caminando—. Declinó la oferta Fluke porque de verdad vivía cerca y no quería importunar al guapo doctor llevándolo a su casa.

—Esta bien, pero para estar más tranquilo quiero que el lunes te pases por mi consulta para examinarte un poco mejor, aquí está mi tarjeta con toda mi información por si te sientes mal en la noche, puedes llamarme y dependiendo de lo que tengas decidiremos que hacer—. Le extendió el pequeño rectángulo con todos sus datos, estaba preocupado de que el golpe pudiera causarle alguna reacción tardía.

—Me encantaría ir a su consulta, pero en este momento no tengo dinero para pagarle...

—No te preocupes por eso, solo ve para dejarme tranquilo de que estás bien, si quieres puedes ir como a eso de las tres que ya he terminado de atender a mis pacientes—. Interrumpió Ohm que no aceptaría un no por respuesta, no iba a perder la oportunidad de volver a ver a ese hombre.

—Esta bien, allí estaré solo para que te quedes tranquilo de que estoy bien—, dijo Fluke resignado a hacer lo que el pelinegro le estaba pidiendo.

Con esa respuesta Ohm sonrió ampliamente y lo ayudo a ponerse de pie, para luego mirar como se iba por el camino que algunas veces lo había visto transitar, solo esperaba que cumpliera su palabra y apareciera  en su consulta, porque después de verlo partir se lamento por no haberle pedido su número telefónico, solo le quedaba confiar que de verdad cumpliera su palabra.

Hola a todos nuevo capítulo ya tuvieron su primer contacto, ¿Será que Fluke si va a la consulta? 🤔🤔 Ya lo sabremos en próximos capítulos.


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