Capitulo 2
El fin de semana fue algo aburrido para Ohm, quien dedicó a terminar de ordenar su apartamento, salió al supermercado a comprar comida y así surtir su cocina, se paseo por el parque donde había visto al extraño de la hermosa sonrisa en dos ocasiones tratando de ver si lo encontraba de nuevo.
Desde el momento que lo vio no había podido sacarlo de su cabeza, era la persona más hermosa que había visto en mucho tiempo y se moría por volverlo a ver, pero en sus dos incursiones al parque no había tenido ningún éxito, ya se estaba resignando a que ese hombre solo sería un bonito recuerdo de una tarde sentado en un café contemplando el paisaje.
La noche del domingo se encontraba en la casa de sus padres cenando junto a ellos a modo de celebración por su nuevo comienzo al día siguiente, sin embargo no podía disfrutarlo del todo, porque de su mente no salía aquella sonrisa que lo había cautivado, su madre se dio cuenta de que su hijo andaba algo distraído así que se atrevió a preguntar:
—Ohm, ¿que te pasa? andas perdido en tus pensamientos.
—No es nada mamá...
—Mujer déjalo tranquilo, seguro es que se encuentra nervioso por su primer día de trabajo—. Intervino el señor Thitiwat con una sonrisa.
—Si eso es, solo estoy preocupado por mí primer día como encargado de mi propio consultorio, no te preocupes.
—Esta bien, ya verás que no tienes nada de que preocuparte te irá muy bien, no por nada obtuviste muy buenos comentarios en tu internado en el hospital central—. Lo tranquilizo su madre aunque no estaba del todo segura de que fuera eso lo que le pasaba a su hijo.
La cena termino tranquilamente con Ohm más pendiente de lo que le decían sus padres, no quería que su madre lo siguiera viendo sospechosamente aparte de que tenía que comenzar hacerse la idea de una vez por todas de que quizás no lo iba volver a ver, solo tenía que dejar que el destino hiciera de las suyas y si estaba escrito que lo volviera a encontrar, ya se encargaría de juntarlos de nuevo.
Así llegó el día lunes, se levantó muy temprano y se preparó para salir al consultorio se encontraba algo nervioso por enfrentar la consulta por primera vez, pero con la confianza de que todo iba a salir bien, él sabía lo que había estudiado y sabía muy bien como hacer su trabajo.
Entro a la clínica y fue saludado por todos los empleados que se encontraba a su paso en especial de las recepcionistas y enfermeras que no dejaban de suspirar al verlo pasar, hasta que por fin estuvo en frente de Gaby quien lo recibió con una hermosa sonrisa.
—Buenos días, doctor Thitiwat...
—Gaby creo que me conoces lo suficiente como para llamarme por mi nombre, nada de formalismos—, respondió Ohm con una sonrisa a una de las mujeres que lo había visto crecer y con la que pasó varias tardes cuando su mamá tenía que hacer alguna cosa y no había con quién dejarlo.
—Lo se, pero en estos momentos eres mi jefe, y como tal tengo que tratarte formalmente.
—Pues eso no importa, hazlo delante de los demás si es necesario pero trata de llámeme por mi nombre lo más que pueda, sabes que te considero parte de la familia.
—Esta bien Ohm—, contesto la mujer acatando su petición —Para él día de hoy no están programadas muchas citas, solo hay tres, la señora Brown que viene por su chequeo anual, el señor Suphadach que llamo porque ha tenido algunas molestias en un brazo y la señora Teerapat que viene por un cambio de tratamiento, sus expedientes están sobre el escritorio y tienes una hora antes de que llegue el primero para que te pongas al día.
—Gracias Gaby, eres de mucha ayuda no se cómo voy hacer cuando me abandones.
—Te las arreglarás, hablando de eso ya coloque el anuncio solicitando recepcionista y ya he recibido varios curriculums, para la tarde cite a tres personas para que las entrevistes.
—Solo espero que encontremos a alguien tan bueno para el trabajo como lo has sido tu para mí padre.
—Tranquilo que yo te ayudare lo más que pueda, no me voy desligar de todo de la consulta hasta que crea que mi reemplazo está haciendo bien su trabajo.
—Me dan un gran alivio esas palabras.
Después de eso Gaby salio del consultorio y Ohm tomó las historias clínicas y comenzó a leerlas para poder tratar a sus pacientes del día, y es que tanto él como su padre se habían decidido ser médicos generales y ayudar a la mayor cantidad de personas que fueran posible, por lo momentos solo se dedicaría a a la clínica pero al igual que su papá quería encontrar la manera de ayudar de forma gratuita a quien más lo necesitará.
Él día transcurrió rápidamente, en la mañana ya había atendido a dos de su pacientes solo quedaba una que vendría a primera hora de la tarde y ya después se dedicaría a las entrevistas en busca de su nueva recepcionista, por ahora era tiempo de almorzar y se moría de hambre, así que siguiendo el ejemplo de Gaby salio del consultorio y se dirigió al cafetín de la clínica, no le apetecía salir para buscar algo de comida.
Ya en la cafetería se sentó en una mesa bajo la atenta mirada tanto de colegas y pacientes, quienes no podían apartar la vista del guapo doctor que había ingresado, tanto así que Ohm que siempre era ajeno a esas cosas se había dado cuenta del revuelo que había causado con su sola presencia, por lo que sin darle mucha importancia a lo que sucedía a su alrededor se acercó y pidió sus alimentos para luego sentarse en una mesa desocupada.
Su almuerzo era incómodo tanto así que hizo nota mental para no ir otra vez a comer al cafetín de la clínica solo, estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando un rubio cenizo se sentó en su mesa sino hasta que esté dijo:
—Hola soy Boun Noppanut, médico cardiólogo de la clínica y por lo que veo tu debes ser Ohm Thitiwat el nuevo doctor del que todos hablan.
—Así es, soy Ohm Thitiwat mucho gusto—. Le tendió la mano el pelinegro a modo de saludo, la cual el otro la estrecho con una sonrisa.
—Disculpa que me haya sentado aquí tan repentinamente y te haya sacado de tus pensamientos, pero es que te veías algo incómodo aquí solo.
—Gracias por eso, pero es que no estoy acostumbrado a tanta atención de las personas, por lo general no me doy cuenta hasta que alguien me lo dice, pero hoy yo solo he sentido todas sus miradas sobre mi—, dijo Ohm algo incómodo por la situación.
—No te preocupes, yo también pase por lo mismo cuando ingresé, solo tienes que saber que muchas de las mujeres de este lugar están algo locas y puede que te persigan para que salgas con ellas, yo me libre del acoso cuando les dije que estaba casado y era gay.
—Entonces tengo un problema, porque yo no soy casado ni tengo pareja—. Le dijo el pelinegro con una pequeña mueca de sus labios resignado a que iba ser acosado.
—Te compadezco, porque estás mujeres pueden ser algo intensas, eso sí no se corre la voz de que el nuevo doctor de la clínica es guapo, porque entonces también tendrás a pacientes que solo vienen para poder verte—. Se burló Boun de la desgracia del hombre que tenía al frente.
—Ya no me digas más, ya bastante tengo con que Gaby me vaya abandonar como para lidiar ahora con locas acosadoras.
—Y a todas estas, ¿Te gustan los hombres o las mujeres?—, pregunto ahora por curiosidad el rubio.
—La vedad es que yo no tengo preferencias, siempre que sea una persona que me atraiga no le pongo atención si es hombre o mujer.
—Ah, entonces eres bisexual.
—No creo que pueda definirme así, a mi simplemente no me importa el sexo de nadie siempre y cuando tenga algo... una característica que me atraiga, pero para serte sincero, hasta ahora no he tenido una relación de verdad.
—Ya veo, entonces las locas acosadoras si van a ser un problema debido a que se crearán muchas esperanzas.
Después de esas últimas palabras se dedicaron a comer su almuerzo para después irse cada quien a su consulta, Ohm cuando llegó a su área se encontró con Gaby que ya había regresado de su almuerzo y se encontraba revisando unos nuevos currículums que había recibido, la mujer estaba determinada a conseguir el mejor reemplazo posible para su puesto.
Al cabo de unos minutos llegó su paciente de la tarde la cual atendió muy profesionalmente y se presentó como el nuevo médico, la mujer ya estaba al tanto de que su antiguo doctor se retiraba y que su hijo se iba hacer cargo, pero jamás pensó que el joven en cuestión fuera a ser tan bien parecido, si tuviera unos años menos y no estuviera casada ya se le hubiese insinuado en la consulta.
Sin embargo, guardo el decoro y se limito a seguir las instrucciones del nuevo doctor haciendo planes en su cabeza para conseguirle una cita a su hija para un chequeo general, como ella no podía, quizás su niña podría usar todos sus atributos para atrapar al guapo doctor, él cual sería una buena adición a su familia
La mujer se fue contenta con sus planes y por la atención recibida, a pesar de que estaba maquinando para juntarlo con su hija se dio cuenta de lo profesional que era, lo cual lo había más atractivo para tenerlo como yerno, definitivamente tenía que hacer una cita para su hija y ponerla sobre aviso para que hiciera todo lo posible para conquistarlo.
Ajeno a los pensamientos de su paciente Ohm hizo todo los procedimientos que debía y la examinó, encontrando que la mujer se encontraba muy bien de salud con la presión un poco alta pero no era nada de lo que preocuparse, le recetó algunas vitaminas y con eso la despido de la consulta.
Para que unos instantes después entrara Gaby y le dijera que la primera candidata a recepcionista había llegado, se dedicó a atender a las cinco mujeres que habían llegado solicitando el puesto, sin llegar a convencerse por ninguna de ellas, ya que a pesar de que Gaby se encontraba con ellos en el consultorio, muchas no perdieron el tiempo de coquetearle
Y la verdad sea dicha, él no quería contratar a alguien que se fuera a convertir en su acosadora, por lo que todas las entrevistadas de ese día fueron descartadas en el acto, solo quedaba esperar y ver con que se encontrarían al día siguiente, rogando que llegara alguien serio pronto para que Gaby pudiera empezar el adiestramiento sobre las cosas que debía hacer antes de que ella se retirará definitivamente.
Mañana sería otro día, solo esperaba que la novedad de ese día bajará un poco y que las mujeres que trabajaban en la clínica, le bajarán dos a sus miradas acosadoras y se comportarán como las trabajadoras que eran. Y por supuesto que no llegarán nuevas candidatas que estuvieran más interesadas en conquistarlo, que en el trabajo para el cual se habían postulado.
Sin embargo, su deseo no se iba hacer realidad, porque unas enfermeras que estaban cerca de su mesa a la hora del almuerzo escucharon su conversación con Boun y se habían encargado de difundir el chisme, de que el nuevo doctor no tenía preferencia sexual definida dejándoles la puerta abierta para poder conquistarlo.
Ahora tenían esperanzas de conseguir al guapo doctor a como diera lugar.
Segundo capitulo de está historia espero que les haya gustado les aviso que va a ser de arranque lento, pero es necesario para el desarrollo que le quiero dar a la historia.
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