Capítulo 4
—¡¿Qué hicieron que?!
—No pasó nada.
—Será nada más... Eso fue un beso.
—Nos rozamos, nada más.
—Somos amigos de años —reprochó Noah con un tono serio en su habla—, hemos pasado muchas cosa juntos... ¿Enserio te gusta Ambar?
—Ella es...
—¿Es?
—No lo sé, verla con ese anillo me revolvió el estómago, que me confesara que no estaba segura aún más. La quiero y siento que la estoy perdiendo.
—Te entiendo, pero si quieres que este a tu lado esa no es la manera.
—Ella quiere a Andrew, lo sé.
—¿Y tú, también la quieres?
—No quiero dejarla ir.
—Sientes que él ocupa tu lugar, ¿verdad?
—La quiero como mujer.
—No sé qué más decirte, nunca pensé que ustedes...
—Tampoco yo quise que pasara, créeme que no. Me mantuve al margen tiempo atrás porque no quería lastimarla, enserio no quiero lastimarla, pero creo que con ello denigre mis emociones.
—Lo lamento.
—¿Cómo?
—Lamento el futuro que te espera, amigo. Solo no la hagas sufrir, ella no merece eso.
—No haré nada que no pueda remediar.
—Eso espero... Debo colgar, el recreo ya terminó.
—Es como si fueras estudiante.
—Algo parecido.
—Trabajo es trabajo.
Noah caminó entre los pasillos del Instituto Santo Domingo terminada su llamada con Lucas hasta llegar al salón 301. Él amaba lo que hacía, les transmitía en diálogos a sus estudiantes su fascinación por la historia universal con gran naturalidad. Su forma de hablar, su postura, su expresión corporal, era imposible no notar lo cómodo que estaba. Su clase no era la mejor del centro educativo, pero estaba entre las mejores. Las horas pasaron rápido, cuando el reloj marcó las cuatro de la tarde Noah ya estaba en su escritorio acomodando todos sus apuntes. Hoy no iría al restaurante, así que se tomó su tiempo.
—Noah...
—Sí, Margaret.
—¿Te gustaría salir a comer o ver una película?
El nerviosismo en las palabras de la mujer pelirroja era muy obvio. Noah con una pequeña risita, al parecer insonora para ella, la observó sonrojarse acomodando sus lentes color violeta.
—Hoy no puedo. Debo ir a Dream's Coffee.
Mentir no se le hizo complicado.
—Comprendo... ¿Podría ser otro día? —preguntó ella mientras Noah recogía todos los papales en su escritorio y los llevaba a su maletín.
—No lo sé, en cuanto tenga tiempo libre te avisaré.
—Bien, gracias.
—Nos vemos mañana.
Margaret sonreía de oreja a oreja escuchándolo, para ella Noah era su auténtico crush. Todo de él le parecía perfecto y encantador.
—Sí, nos vemos.
Noah le sonrió antes de salir del salón de profesores, Margaret lo vio partir risueñamente tonteando en su mente sobre su "futura cita". Desde que ella comenzó a impartir clases de literatura en el mencionado centro, "nació el amor", entre ellos desde el primer momento que cruzaron miradas un año atrás. No obstante, esa no era la primera vez que le pedía que salieran, tampoco la cuarta... Margaret era persistente o muy ilusa como para no darse cuenta de que Noah no tenía ojos para ella y que la evitaba a cada segundo. Él hacia todo lo posible para ser cortés en cada ocasión y no herir esos frágiles y sinceros sentimientos.
No eres ella.
Flashback
30 de agosto 8 años atrás...
Las pláticas y risas estuvieron presentes todo el trayecto hacia la playa. Los jóvenes amigos con Lucas y Ambar, de piloto y copiloto respectivamente, charlaron y rieron hasta más no poder. Los asientos de atrás con todo lo que llevaban no era el más cómodo, pero se las habían arreglado para poder cerrar las puertas: una pelota, bocadillos, sus celulares, la cámara de Sara, una pequeña neverita portátil con bebidas y protector solar; eran más que suficientes para pasar un agradable día en la playa.
—¿Ya casi llegamos?
—Falta un kilómetro.
—¡Ah! Ya quiero llegarrr... —Era inevitable contener las ganas de reír, Sara como siempre estaba haciendo de las suyas.
—Amor, casi llegamos —alegó Noah seguido de besar a Sara.
—Amor, casi llegamos —añadió Sebastián con tono de doncella a carcajadas—, ya hablando en serio, me alegro por ustedes, era hora.
—Gracias.
—Estamos juntos que es lo importante. —Noah rodeaba con su brazo derecho en la espalda de Sara.
—¡Hey! También estoy feliz por ustedes, pero en el vehículo no, al menos no mientras estemos todos —bromeó Lucas.
—Eres malo.
—Solo digo la verdad. —No miro por el espejo retrovisor a la pareja—. Aquí no, jovencitos.
—No haremos nada a menos que la señorita aquí presente quiera. —La tez pálida de las mejillas de Sara se tornó a rosa cálido.
1 hora de viaje para llegar a Puerto Plata no era tanto tomando en cuenta la atmósfera que llevaban, las conversaciones entre risas, relatos del pasado, chistes y sueños venideros acortaron el tiempo a solo unos pocos minutos.
Sosúa era hermosa, una playa con agua tan cristalina como el reflejo de almas inocentes, un edén rodeado de imágenes y detrás suyo un jardín pleno de formas y colorido en las que se cruzaban palmeras, plantas frutales, florales y un sin fin de helechos. A sus costados enormes rocas en donde el mar rompía con sus constantes olas, sobre las cuales habían restaurantes, hoteles; hospedaje para todos los visitantes. La arena caliente por el paso del sol sobre ella fue tema de descuido para Lucas, Ambar, Sebastián, Sara y Noah; como un inmenso patio decorado con restos de caracoles traídos por el oleaje. Allá los esperaban socios de Construct, amigos de Nicolás con los que mantenía estrecha relación de negocios, que les brindaron hospedaje por todo el día, los jóvenes tenían para ellos un lugar techado con vista y salida rápida al mar en el Grand Laguna Beach.
—Es bellísimo todo esto.
—Lo es... Gracias por esto, Lucas.
—No es nada, son socios de papá.
—Debemos salir así más seguido y aprovechar todo.
—Ya lo estamos haciendo, Sebastián.
—Quiero nadar. —Sara sujetó rápidamente el brazo izquierdo de Ambar halando de ella—. Vamos a cambiarnos.
—Dame un momento para terminar de acom...
—Adelántense, nosotros nos quedaremos para terminar de acomodar nuestras cosas.
—Gracias... Volvemos en un moment...
Sara no le permitió a su amiga terminar la oración cuando jalando de ella para ir a los vestidores. Un traje de baño completo negro con la espalda descubierta fue la elección de Ambar, por su parte Sara optó por un bikini con diseños asimétricos geométricos cintura alta en tonos rosado fucsia y violetas. El tiempo que tardaron en cambiarse fue insignificante en comparación con la impresión que dieron al salir de los vestidores. Muchos chicos las miraron de pies a cabeza, algo que hizo Ambar morirse de pena, en cambio a Sara parecía darle mucha importancia.
—Chi-chicas, están...
—Lindas, ¿verdad?
—Sí. —Sara se acercó a Noah sigilosamente.
—¿Qué tal?
—Te ves hermosa —respondió él luego de un corto beso. Sebastián se aproximó dónde Ambar estaba sentada.
—¿Todo bien?
—Sí. —Estaba más que claro que ella era pésima mintiendo. Lucas vio que conversan y se unió a ellos.
—No te acomplejes, igual estás muy linda.
—¡Estas chicas brillan con el sol! —Todos se rieron por el mal chiste de Sebastián.
—Buena forma de romper el hielo, amigo.
—Soy un genio.
—Eres un loquillo.
—Así me aman... Las olas nos están esperando.
Ambar y Sara se mantuvieron en la orilla mientras que los chicos nadaban y bromeaban. Ellas chapotearon de un lado al otro en medio de risas y juegos con una pelota de playa, aprovecharon que sus amigos estaban lejos para platicar sobre Gabriel.
—¿Qué le dijiste?
—No tuve tiempo de responder nada, él se marchó. A los pocos días volvió a casa como si nada hubiera pasado, me sigue tratando igual a pesar de que le hice ver que no sentía lo mismo.
—No piensa dejar de intentarlo...
—Lo aprecio mucho; él hizo cosas por mí que nadie nunca ha hecho aparte de ustedes y mi familia, pero quiero que se detenga.
—¿Él sabe que volviste con Noah?
—No, el día que fuimos al cine me quite el collar, así que dudo que sepa que volvimos.
—¿No se lo dirás?
—No sé bien que hacer, él se ha esforzado mucho, me quiere, y de eso no tengo duda, pero de verdad me gusta Noah y eso Gabriel no lo supera.
—Creo que deberían hablar y dejar en claro eso.
—Tienes razón, intentaré hablar con él; gracias, amiga.
—Quiero lo mejor para ti y para ellos, son lo más hermoso que la vida ha puesto en mi camino.
—Tú eres la mejor amiga del planeta.
—Siempre estaré aquí para ti.
—Yo igual para ti, tienes un gran futuro por delante.
—Igual tú tienes un gran futuro por delante... ¿Trajiste la cámara?
—Claro, está en mi bolso.
—Tenemos que tomarnos una foto grupal.
—¡Chicas! ¡Vengan aquí! —gritó Lucas, ella se acercaron hasta donde ellos estaban—. Necesitamos ayuda con una competencia a ver quién nada más rápido hasta esa roca.
—Entonces seré su árbitra —propuso Ambar.
—¿Y Noah?
—Él está nadando por ahí. —Sebastián y Lucas se posicionan para su pequeña competencia, pero un grito de parte de Sara los asustó.
—¡Ash! ¡Suéltame, tonto! Casi me matas de un susto. —Noah abajó del agua tocó las piernas de Sara y la sostuvo desde abajo. Ella al percatarse de su juego comenzó a darle pequeños golpes en el hombro. Él no aguantaba la risa por el espanto de Sara, esos golpes en vez de dolerle le dieron risa.
—Tranquila —dijo él sin soltarla.
—Déjame en paz, tonto... Suéltame.
—No, te seguiré abrazando. —Lucas, Ambar y Sebastián rieron por la escena de esposos.
—Déjala.
—Hazle caso a Lucas.
—No.
—Estúpido.
—Si te mantienes quieta disfrutaras mejor del abrazo.
Touché
—En sus marcas... ¿Listos? ¡Fuera!
Sebastián y Lucas salieron literalmente disparados hasta la roca, era un recorrido de 50 metros, pero se lo tomaron como si fueran Rápidos y Furiosos bajo el agua. Gritos y alientos de parte de Ambar, Noah y Sara los seguían, hasta que Sebastián colocó su mano sobre la roca indicando su llegada como invicto.
—¡Gane!
—Eres rápido.
—Tú igual —añadía Sebastián ayudando a Lucas a subir a la roca.
—Quiero una revancha.
—Cuando quieras.
—Está bien. —Sebastián empujó a su amigo haciéndolo caer al agua, después de unos segundos de risa él se zambulló—. ¿Listo? Ganaré otra vez.
—Eso lo veremos.
Entre tanto ellos competían Noah fue en busca del bolso de Sara para tomar la cámara e ir sacando fotos del buen momento que pasaban, ella iba unos cuantos metros detrás de él. Mientras Noah buscaba la cámara notó que al celular de ella llegaron notificaciones de mensajes de Gabriel, no quería, pero no pudo evitar ver que le escribía.
Dice Gabriel:
No entiendo cómo puedes seguir pensando en él después de todo lo que pasamos juntos.
Lamento si te espante con mi beso, pero enserio quería hacerlo y sé que aunque no lo consideres ahora también lo querías.
Sé que parezco un jovencito enamorado, pero no puedo evitarlo.
Acepta ser mi novia.
Prometo ser ese apoyo que él nunca pudo darte y me comprobaste cuando él se alejó por el accidente. Noah es un niñito que no sabe nada del amor, yo supero eso y lo sabes.
En serio quiero estar contigo.
Quiero que nos volvamos a ver, acepta esto que tengo para ofrecerte, con mi vida te haré plenamente feliz.
—¿Qué haces? —Noah no tuvo tiempo de analizar lo que pasaba cuando Sara lo descubrió.
—¿Te pidió que fueran novios?
—¿De qué hablas?
—Esto. —Noah le mostró a Sara el celular indignado—. ¿Se han estado viendo a escondidas?
—No.
—Entonces, ¿qué significa esto, Sara?
—Él...
—¿Él que? Se besaron, ¿no? Esos mensajes van como que sucedió algo más. ¿Te parezco ridículo como para juegues conmigo así? Te he demostrado lo que siento, no tengo más formas para hacerlo y mientras intento salvar lo que tenemos tú sigues viéndote con él.
—No es as...
—¡¿Cómo es entonces?" ¿Cuál es tu defensa para esos mensajes? Soy un idiota. —Noah miro hacia otro lado por unos segundos tratando de controlar su ira—. ¿Tanto te gusta ese riquillo?
—Sabes que no es así. Yo te quiero a ti.
—No estoy muy seguro de ello. Al parecer le has hablado de nosotros, sabe cómo estamos y se quiere aprovechar de eso, ¡¿cómo es que no lo ves?!
—Es mi amigo.
—Los amigos no se besan. ¿Piensas que soy un idiota o qué? Ni siquiera nosotros nos besábamos.
—Estás actuando como un idiota ahora —declaró Sara con sus ojos cristalizados—, en serio solo te quiero a ti. —Ella intentó acercarse, pero Noah la esquivo.
—No puedo creer más en ti.
—¿Por qué siempre tus celos están presentes?
—Porque él siempre está presente. Yo soy tu novio no él y no haces el mínimo intento de alejarlo... Esto nos mata.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste, creo que lo mejor es terminar.
—Por favor cree en lo que te digo, él es solo mi amigo.
—Se besaron.
—No significo...
—Lo admites. —Él rio de lado observando a Sara vacilante—. Soy un idiota, estoy saliendo con una amiga a la que le gusta otro tipo, creo que no puedo ser más idiota que esto. ¿Por qué? ¡Eh! Respóndeme, Sara, ¿qué es él para ti? Y si eso supera lo que soy yo, ¿por qué sigues conmigo?
—No estas midiendo tus palabras, llevo el collar.
—¿Lo llevabas cuando se besaron...? Tu silencio es suficiente, eres increíblemente falsa, no puedo creer que este enamorado de ti. Jamás pensé que fueras así, Sara. Te desconozco...
—Noah.
—No quiero hablar más contigo.
Esas simples 5 palabras atravesaron el corazón de Sara. La silueta de Noah alejándose le quitó toda la estabilidad que creí poseer en sus piernas. Su vista estaba borrosa por las lágrimas, se mantuvo tirada en el suelo haciendo muño su mano con el collar, pero intentó recobrar su postura cuando vio a Ambar acercándose, ella se arrodilló a un lado de su amiga abrazándola.
—¿Qué sucedió?
—Noah...Termino conmigo.
—¿Qué? ¿Por qué? —Sara le señaló su celular con la mirada a lo que Ambar vio los mensajes de Gabriel.
—¿Él los leyó?
—Cree engañe.
—Eso no es cierto.
—Intente decírselo, pero no me dejó. Gabriel me besó, pero yo no correspondí.
—No es momento para llorar.
—Es mi culpa, debí detenerlo a tiempo.
—Hiciste todo lo que podías.
—No fue suficiente.
—Habla con él.
—Ambar yo no quiero seguir así.
—¿Noah te hace feliz?
—Sí, pero yo no a él, solo le he vuelto la vida un enrollo.
—Él te quiere, ve con él.
—Pero no quiere escucharme.
—Debes hacer que te escuche.
Sara se armó de valor y caminó hacia Noah, pero sus miedos le impidieron seguir y fue hacia otro lado de la playa donde no había muchas personas. Ella se detuvo por unos segundos para recobrar el aliento y se sumergió en el agua. Ambar volvió hacia donde estaban Lucas y Sebastián con Noah, le sorprendió no ver a Sara allá porque no la veía por ningún otro lado.
—Noah, ¿dónde está Sara?
—No lo sé. —Ella agarró el brazo derecho de Noah para conversar un poco lejos de los chicos.
—¿Qué haces? ¿Dónde está?
—No lo sé.
—¿Cómo que no lo sabes? Ella iba a hablarte, ¿qué le hiciste?
—Será que me hizo ella a mí. Se ha estado viendo con Gabriel a mis espaldas, ¿cómo debería reaccionar a eso?
—Las cosas no son como piensas.
—No vengas tú con eso también, se besaron, le ocultó que volvimos mientras como un idiota estoy con ella.
—Ella no se lo ha dicho porque no sabe cómo empezar, sabes bien que él estuvo con ella y la apoyo cuando tú la dejaste. Lo siento, pero es la verdad.
—Entonces por eso deben ser amigos con derecho, ¡eh! Porque fui un cobarde debe tomar revancha.
—No es ninguna revancha. Ella te quiere a ti, ¿cuántas veces tiene que decírtelo para que le creas?
—¡Es enorme esa ola! —vociferó un chico cerca de ellos.
El rose del agua en su piel le dio a Sara una sensación de plena calma cómo no podía respirar de vez en cuando subía a la superficie y cuando no lo hizo abrió sus ojos para apreciar los pequeños arrecifes que allí se encontraban. Cuando el oxígeno le hizo falta nuevamente y subió a la superficie tocó su cuello y no sintió el collar colgando de él así que se sumergió para buscarlo, pero no vio nada, le preocupada en sobremanera perderlo, pero ni siquiera aparecía algún minúsculo brillo, ella nadó pocos metros hasta una gran roca, pero una inmensa ola la arropó. Sara quedó entre esos látigos de agua.
—¡¿Viste eso?! ¡Hay una chica allí! —Ambar y Noah voltearon en dirección al chico que vociferaba señalando una gran roca lejos de ellos.
—¡Se está ahogando! —gritó un tercero.
—¿Esa es...?
—¡Sara! —Noah con Ambar detrás corriendo hacia el área más cercana a la roca, después de unos segundos el gran oleaje pasó permitiéndole a Noah buscar a Sara.
El agua estranguló la garganta de Sara dejándola sin fuerzas para salir a la superficie, ella no sentía sus piernas, su cuerpo le pesaba y no veía claramente, pero escuchó los gritos que clamaban su nombre. La poca resistencia que le quedaba desapareció y cerró sus ojos de a poco, su cuerpo fue cediendo hasta desfallecer. Unos segundos hacen la diferencia y ella llevaba 10 minutos bajo el agua, otras personas y salvavidas la buscaban.
—Lucas...
—Todo va estas bien... La están buscando. —Lucas miro hacia el mar preocupado seguidamente de mirar al cielo—. Dios, por favor, mantenla viva.
En la persecución Noah encontró el collar de Sara, él continuó nadando hasta que visualizó a Sara sobre la tierra marina. Él nadó lo más rápido que su cuerpo le permitió hacia ella, la tomó de la cintura y salió a la superficie. Noah tosió al salir, pero Sara no daba respuesta. Él gritó "AYUDA", en innumerables veces desde donde estaban para que lo resguardaran a los pocos segundos llegó un bote de salvavidas. Ellos los ayudaron a subir, inmediatamente tocaron el cuerpo de Sara los salvavidas se dieron cuenta de que no había nada que hacer.
—Lo lamento... Ella no pudo resistir.
Fin del flashback
Noah sintió como corrían sus lágrimas descontroladamente, sin previo aviso se estaba desplomando en el interior de su vehículo.
—¿Por qué, maldición? ¿Por qué no pude rescatarte a tiempo? ¿Por qué él debió ser parte de esto? Maldito el día que llegaste a nuestras vidas... Fui muy débil.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro