Prólogo
Prólogo
El llanto del bebé se escuchaba en el baño, sentada en el suelo junto a la bañera estaba la joven castaña con las manos en la cabeza y los codos apoyados en sus piernas. Sus ojos estaban hinchados por haber estado llorando como venía haciendo desde hace mucho, se sentía sofocada, agobiada, cansada, frustrada y otras emociones negativas que simplemente la perturbaban. ¿En qué estaba fallando?, esas emociones se hicieron más constantes poco después de haber tenido a DaeYang.
No sabía explicarlo, ya no se sentía ella misma. Era como si una parte de su ser se hubiera deteriorado al tener al bebé.
El llanto cesó en la habitación, escuchó pasos ir a su dirección seguido de unos toques en la puerta. DaeSoo ya no parecía ella misma, tenía unas grandes ojeras debajo de sus ojos, su cabello caía en ondas por su espalda sin brillo, opaco y despeinado.
—¿Dae?—era JiSoo. Se levantó del suelo abriendo la puerta del baño, su amiga al verla en ese estado se preocupó—Dios mío, ¿Qué pasó?
Y allí rompió a llorar.
—No sé que me pasa, no puedo hacer que DaeYang deje de llorar, no puedo dormir, no puedo atenderlo como se debe, no puedo sentirme cómoda con nada—sollozó abrazándola. Hubiera creído que DaeSoo sería la misma luego del embarazo, verla en ese estado era algo nuevo y triste—No me entiendo, unnie.
—Shh, tranquila—acarició su espalda—¿Desde hace cuánto estás encerrada aquí?
—No lo sé. Desde que mi propio hijo me odia.
—No digas eso, DaeYang te ama por ser su madre.
—No, sólo llora conmigo, no puedo concentrarme en nada, me siento perdida y vacía—su llanto volvió a crecer—No sé que me pasa.
JiSoo la abrazó más fuerte un poco preocupada.
—Mírame—secó sus mejillas observando sus ojos marrones hinchados además de rojos—Buscaremos ayuda, ¿Sí?, te ayudarán con tus emociones, el otro día leí que las madres primerizas normalmente se sienten así, es un cambio grande para tu vida—acarició sus brazos— ¿Comiste algo?
—No he tenido apetito.
—Estás dando pecho a un bebé, tienes que alimentarte más que nunca, preparé el almuerzo para ambas, no vuelvas encerrarte en el baño. No puedes dejar a DaeYang llorando en el cuarto.
—Lo siento—hizo un puchero conteniendo las lágrimas—Lo siento, unnie.
—Shh—la abrazó de nuevo.
Recomiendo leer la primera temporada, si no lo haces podrías no entender algunas cosas.
Empezamos :)
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