Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XI~SI NOS QUEDARA POCO TIEMPO

Erika

En días como hoy soy completamente feliz. ¿Saben por qué? Se los diré, tengo a mi chico a mi lado y dentro de poco iremos a almorzar a casa de Flora para reunirnos con los amigos. Mi queridísima amiga nos ha dado un buen rapapolvo por habernos distanciado tanto últimamente, completamente irónico. Es cierto que no nos vemos todos los días, aun así, hablamos a diario y quedamos de vez en cuando. No todos juntos a la vez, pero si algunos, con eso debería bastarle. No lo hace, claro, hablamos de Flora. A ella le encanta reunir a la familia y amigos, mientras más mejor. Estamos a veinte de enero, mañana salgo al mar al igual que Gabriel (él va al crucero de un amigo para hablar de negocios y yo voy a hacer mi trabajo) ninguno de los dos sabe cuánto tiempo estará en el mar. Pueden ser dos días, una semana o más, es imposible descifrarlo y eso, como siempre, nos vuelve melancólicos. Solo podemos desear que los minutos corran rápidos para volver a los brazos del otro.

— Mi preciosa sirena de mar, ¿ya estás lista? — me pregunta Gabriel entrando a la habitación. Sonrío mirándolo a través del espejo. Está guapísimo con la camisa de mangas largas celeste, el pantalón de mezclilla y el pelo despeinado. Me encanta verlo así, normalmente se viste de traje para estar en la oficina y lleva el pelo impecable. Sin embargo, cuando sale del trabajo se viste de forma informal y eso solamente... me pone y mucho.

— Tranquilo ya casi termino, unos segundos más y nos vamos. Te prometo no llegar tarde esta vez— resopla ante mi comentario sacándome una pequeña carcajada. Casi siempre llegamos tarde a las reuniones con mis amigos, por norma general, la culpable soy yo. Me demoro más de lo necesario arreglándome y, además, no veo indispensable llegar tan temprano.

— Siempre dices lo mismo para al final acabar llegando tardísimo. No deberíamos hacerlos esperar tanto, no importa que sean tus amigos— ahora la que resopla soy yo.

Lo sé, no debería hacerlo, pero hoy en especial no quiero ir a ningún lado. Solo tenemos este día y mañana temprano para estar juntos, después cogeremos distintos barcos y no volveremos a vernos hasta dios sabe cuándo. No quiero desperdiciar esto minutos sin él. Ya sé, muy dramático todo contando con que a lo máximo estaremos distanciados una semana, creerás tú que el saberlo hace las cosas más fáciles. Puestos a elegir, dime que plan te parece mejor: salir para estar con amigos o quedarte en casa para hacer cosas malas, muy malas, con tu hombre. Yo me pido lo segundo, allá los que prefieren la primera opción. Esos deberían hacerse mirar eh, pueden tener algún problemilla por ahí. Vuelta a lo que de verdad importa, saldré con los amigos para que no se quejen, regresaré a casa, bailaré con mi chico nuestra canción, como solemos hacer las noches antes de separarnos un largo período y luego tendremos sexo a lo grande.

— Venga, ya estoy. ¿Qué te parece? — le digo dando una vuelta sobre mi misma. Me decanté por un pantalón ajustado, una blusa de mangas largas color crema y el pelo suelto (para los curiosos las chicas y yo seguimos llevando el pelo de la misma forma, no tenemos pensado cambiar).

— Estás impresionante, aunque te vez igual de espléndida sin maquillaje y desnuda— dice acercándose a mí mientras me rio. Gabriel me vería impresionante hasta vestida de calabaza.

— Mmmmm, ¿lo dices en serio?, ¿es esa una proposición? — digo en tono meloso y bajo, rodeando su cintura para acercarlo a mi cuerpo cuando lo tuve a mi alcance.

— Lo digo completamente en serio y sí, es una proposición en toda regla. Te quiero desnuda en la cama solo para mí— dice besando mis labios. Gimo ante sus palabras y la sensación de plenitud que me invade al estar entre sus brazos regresa. Le mordisqueo el labio inferior antes de meter mi lengua en su boca y encontrar la suya. Gabriel gime en respuesta arrimándome todavía más a su cuerpo. Seguimos así un buen rato hasta que decido ponerle fin a la cosa o de verdad no llegaremos a la reunión.

— Si seguimos así no llegamos nunca— digo depositando un último beso en sus comisuras antes de separarme con una sonrisa.

— Tienes razón- dice suspirando y separándose de mí con pesar— ¿No podemos replantearnos el asistir? Llamar diciendo que nos sentimos mal y eso.

— Ojalá, sin embargo, dudo mucho que nos crean. Por desgracia no estamos en el cole y se darían cuenta rápidamente que pasamos de ellos para tener un día de sexo sin control.

— Bien, pues vayamos ya para después poder tenerte solo para mí- asiento, termino y nos marchamos a casa de Flora.

Al final llegamos retrasados, cosa normal , vamos. Llegamos a la puerta, tocamos el timbre y unos minutos después nos abre Eric. Está feo esto que diré, créanme lo sé, aun así, en mi defensa diré que los ojos se hicieron para admirar las bellezas de la naturaleza ¿o no? Eric está guapísimo para solo tener dieciséis. Si bien sus músculos todavía no están completamente definidos, algunos si se le marcan. Tiene un rostro hermoso, ojos azules, pelo rubio y una sonrisa sincera de esas que no hay y son capaces de derretirte en el lugar y si eso lo pienso yo que soy como una tía, qué pensarán las demás mujeres de este mundo.

— Al fin llegan, me estoy muriendo de hambre y por vuestra culpa no he podido comer nada— dice a forma de saludo. Sí, es tan guapo como dramático.

Nos reímos porque si a los demás jóvenes la adolescencia le revuelve las hormonas a este ni siquiera le afecta. Tiene sus momentos no te creas, pero por lo regular es tranquilo y centrado. Estudia, no le da muchos dolores de cabeza a sus padres y no le importa demostrar su cariño por los demás. Bueno eso depende del lugar, el momento y la ocasión.

— Esa es tu forma de saludar ¿Qué tal si le das un abrazo a tu tía en vez de quejarte? — le digo sonriendo. Él se lanza a mis brazos y besa mi mejilla para luego abrazar a Gabriel.

Todos nos hemos ganado los títulos de tíos, como ya he dicho en otra ocasión. No seremos hermanos de sangre, pero si lo somos de corazón. Todos nacemos con una familia, buena o mala. Esa en particular no la podemos elegir, pero la otra, la de amigos y sobrinos políticos sí. Podemos formar nuestras propias familias. Eso hicimos nosotros, no porque las nuestras fueran malas, aunque tuviéramos algunos problemillas (en especial Noa y yo) sino porque al crecer nos vamos distanciado para crear un vínculo especial con otras personas, que pasan a formar parte de nuestro día a día. Esa es ley de vida, no se puede luchar contra ello.

— Venga, entremos antes de congelarnos, aquí afuera hace un frío que pela— dice Gabriel animándonos a entrar. Estamos en enero y el frío es insoportable. Una vez lo hacemos empezamos a caminar para unirnos a lo demás.

— Si se hubieran tardado más habrían tenido que correr conmigo para el hospital por la deshidratación— dice Eric teatralmente haciéndonos reír.

— Mira que eres exagerado. Ganarías buena pasta como actor ¿sabías? — le digo, él sonríe en mi dirección.

— Tienes razón, sería el próximo William Levy, ya sabes por lo guapo y eso. A las chicas le mola mucho como actúa y si contamos que ambos somos rubios— dice encogiéndose de hombros— Lástima que quiera ser médico, sino habría arrasado — nos reímos dándole la razón. En eso llegamos a la cocina donde están todos o casi todos.

— ¡Ya era hora!, estaba empezando a preocuparme— nos dice Flora nada más vernos. Pongo los ojos en blanco sacándole una risita a Gabriel porque esta mujer es exagerada a más no poder.

— Solo nos retrasamos un poquito de nada mujer, no te pongas así— le digo antes de abrazarla, me lo devuelve.

— Le dices un poquito de nada a una hora— vuelve a atacar poniendo los brazos en jara. Pongo mi mejor cara inocente al dirigirme a ella.

— Quería ponerme guapa. Hace rato no estamos todos juntos y por eso decidí arreglarme más de lo normal.

— Ya claro, lo tuyo para ser francos, es que no te gusta ayudar— esta fue Noa, quien en este momento está dándole el pecho a Marcos.

— No es verdad. Yo siempre ayudo, no pueden montar un drama por haber demorado solo una hora— digo haciendo pucheros, lo cual los hace reír, incluido Gabriel que besa mis labios.

— Me encanta que hagas ese gesto, te comería la boca entera— dice antes de devorar mis labios.

— Eh, eh, un control que hay niños presentes— nos dice Vane— Id a un hotel o a vuestra casa— volvemos a reírnos.

— ¿Quién tiene que ir a un hotel? — pregunta Juan entrando con Coral y las demás pequeñas.

— Erika y Gabriel— dice Eric— Nos están dando un espectáculo digno de telenovela y luego el dramático soy yo— nos carcajeamos ante sus palabras.

— Ellos solo están demostrando su amor, en cambio tú— dice su padre dándole un collage cariñoso— eres un dramático estresante.

— No soy estresante— dice ofendido.

— Venga, venga, haya paz señores— nos dice Oliver.

— Por qué mejor no pasamos a comer — vuelve a decir Eric. Me da gracia su insistencia, no comprendo donde mete tanta comida, no engorda ni un mísero gramo. Yo no puedo opinar porque como un montón y tampoco engordo ni echándome aire. Besuqueo a los pequeños y luego todos juntos pasamos a almorzar.

Hablamos de nuestros trabajos, los niños, recordamos viejos tiempos y sonreímos felices por los logros alcanzados. La tarde se nos va en pláticas, jugar con los más pequeños, oir las historias de Eric. Al volver a casa estaba atardeciendo. Pedimos comida china y la devoramos rápidamente. Habíamos gastado energía y la noche sería larga. Pasamos al dormitorio, salí al balcón para mirar al jardín y el horizonte donde el sol empezaba a desaparecer.

— Ha sido un día fantástico— me dice Gabriel abrazándome por detrás.

— Así es, me encanta compartir momentos con ellos y contigo— digo girándome para abrazarlo. Él apoya la barbilla en mi cabeza mirando al infinito.

— Antes de bailar nuestra canción, me gustaría poner otra— lo miro interrogante, sin entender. Normalmente bailamos la melodía y luego nos pasamos la noche entera en la cama.

— ¿Qué canción?

— Ya verás— dice besando mis labios antes de desaparecer en el cuarto. Unos minutos después empezaron a sonar unos acordes, seguidos de la voz de Chayanne. Gabriel regresa a mi lado, me rodea la cintura y empezamos a movernos siguiendo el ritmo.

— ¿Si nos quedara poco tiempo? ¿Por qué? — le pregunto intrigada.

— Porque me recuerda que no controlamos el tiempo. En cualquier momento algo puede separarnos...

— Eso no pasará Gabriel, nadie ni nada nos separará— le digo segura interrumpiéndolo. Él me sonríe.

— No podemos saber eso Erika. Quiero que sepas que te amo más que a mi vida. Cuando estamos separados solo puedo contar los minutos que faltan para volverte a ver. Cómo dice Chayanne, muchas veces me encuentro pensando en si nos queda poco tiempo, si mañana acaba nuestros días juntos, si no puedo volver a hacerte el amor. Me gustaría que tuvieras la certeza de que te amo más que a mí mismo, de que jamás podría amar a alguien como te amo a ti. Tú me das la fuerza para levantarme cada mañana, animas mis sueños, me das esperanza. No puedo imaginar mi vida sin mi sirena de mar a mi lado. Promete Erika que si algo pasa y nos separamos no me olvidarás, pero seguirás adelante por los dos. Prométemelo— lo miro a los ojos entendiendo sus palabras. Muchas veces me hago las mismas preguntas.

— Te lo prometeré si tú me lo prometes también. No puedo saber cuándo vamos a morir o el tiempo que nos queda juntos, pero si prometes seguir viviendo con mi recuerdo, sin torturarte o caer en la tristeza, yo también lo haré. Te amo Gabriel más que a mí misma; me completas como jamás nadie lo hizo o hará. El día que te conocí fue el mejor de mi vida, marcó un antes y un después en nuestro destino. Aun así, te diré que a ti y a mí todavía nos falta mucho camino por recorrer. Eso te lo aseguro.

— Te lo prometo mi sirena de mar— dice con sus labios a unos centímetros de los míos.

— Te lo prometo mi galán medieval— y así con el sol desapareciendo en el horizonte, la melodía de Chayanne a nuestro alrededor y sus labios en los míos, sellamos una promesa que jamás olvidaremos y que sin imaginar nos tocaría cumplir demasiado pronto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro