7- ❄♑Dispuesto a amarte♑❄
https://youtu.be/ulr5rZNgf-U
Toda su vida giraba en torno a él desde que lo conocía.
Su belleza era irreal y conocida por todos pero su pureza... eso sólo la podían percibir unos pocos, entre los que se contaba...
Y es que Camus de Acuario era perfecto a sus ojos, con su cuerpo delgado y bien definido, un rostro angelical tallado por los mismos dioses y una elegancia innata que lo hacía sobresalir del resto... una inteligencia y madurez superior para sus cortos veinte años...
Sus hermosos ojos azul violaceos eran los culpables de sus desvelos...
Sí, Shura de Capricornio estaba perdidamente enamorado de Camus.
Pero Acuario sólo tenía ojos para Milo de Escorpio y él era sólo su confidente, su mejor amigo, quien escuchaba hasta el último detalle de sus citas con el griego...
Jamás le había siquiera insinuado sus sentimientos, sabiendo que no sería correspondido y que podría llegar a perder su amistad, algo que atesoraba profundamente en su corazón.
Ese chiquillo le robaba el sueño.
Tras la batalla de las doce casas, cuando ambos perdieron la vida y fueron despertados por Hades para traicionar a su diosa, se volvieron a encontrar...
Camus se veía perdido, no entendiendo completamente la situación y a sabiendas de lo que sucedería al enfrentar a sus camaradas, a sus amigos... a Milo...
Shura en todo momento estuvo a su lado, dándole confort a su asustado corazón que sabía, presentía, que Milo nunca le perdonaría esa traición.
La cruenta batalla en el santuario, el suicidio de Athena para poder recuperar a Nike y el odio de los que alguna vez fueron su familia...
Camus trataba que Milo viera a través de sus ojos, que entendiera sus intenciones, pero no lo hizo y lo ahorcaba sin piedad, gritándole cuánto lo odiaba...
Su corazón se rompió en miles de fragmentos que Shura trató de juntar y componer, pero era imposible...
Camus se convirtió en un alma en pena al ser revivido, vagando por donde fuese que estuviese, sin querer ver a nadie...
Shura le visitaba a diario, le preparaba comidas de su tierra natal para aliviar su dolor, también Saga, Afrodita y Deathmask entendían por lo que pasaba y trataban de ayudar...
Pero nada era suficiente y poco a poco se fueron dando por vencidos...
Sólo el Capricornio no bajó los brazos y continuó en su lucha por sacar adelante a su ángel caído...
Te propongo, mi amor, cuidar tus sueños
Ser custodio cada noche de tu cuerpo
Y en tu descanso cortar del cielo
Flores de estrellas para dejarlas sobre tu pelo
Estoy dispuesto a amarte, a entregarte mi vida
A ser tuyo por siempre y aliviar tu dolor
Camus se dejaba ayudar pero no mostraba signos de mejorar sus ánimos y Shura, en un momento de desesperación porque veía como el amor de su vida zozobraba en los vaivenes de la depresión, suplicó al patriarca que le diera permiso para viajar a España y llevar consigo al francés...
Con el pedido concedido, bajó al undécimo templo y le comentó de la nueva misión, una que ambos deberían hacer y que sería como personas comunes, sin sus armaduras.
En el estado de debilidad mental del acuariano, no sospechó la mentira y eso alegró a Shura, que lo ayudó a hacer su equipaje...
Camus había adelgazado bastante y al llegar a destino, descubrió que mucha de su ropa no le quedaba, cosa que el español disfrutó cuando fueron por varias tiendas, llevándolo a recorrer lugares preciosos, parando en carritos de comidas tradicionales, que le hizo degustar...
Camus veía todo con asombro porque había vivido en el santuario desde los cuatro años y no tenía recuerdos del exterior, a pesar de saberse francés...
Su rostro se teñía de carmín cuando las muchachas le dedicaban sonrisas coquetas y más de un muchacho se le acercó atrevido, provocando los celos de Shura, que los espantaba con la mirada...
Habían caminado mucho, el calor se hacía sentir en esa época en las costas del Mediterráneo y Camus, acostumbrado al frío, se sintió débil...
Shura le trajo agua fresca y con un paño mojado refrescó sus sienes...
-No soy un niño, Shura, pero gracias por cuidarme...
-Haría todo por tí...
Lo había dicho sin pensar, su corazón habló por él.
-Shura, eres un gran amigo, mucho más, como un hermano pero yo...
-No digas nada, no es necesario porque yo no te pido nada... sólo deseo verte bien de nuevo, pensando en ti y en lo que puedes hacer con esta nueva vida que tenemos...
-Gracias...
Camus observó de reojo a su amigo, lo vio cambiado, su expresión era otra y su sonrisa que tanto le alegraba los días había desaparecido...
Quiso alejarse, necesitaba hacerlo porque su presencia lastimaba al español, sabía que había rechazado sus sentimientos y se sentía de lo peor...
Quiso pararse pero un fuerte mareo lo golpeó y antes de tocar el suelo, los fuertes brazos del pelinegro lo atraparon en el aire.
Ni siquiera pudo protestar, Shura lo llevaba estilo princesa rumbo al hotel donde se hospedaban, todas sus compras olvidadas...
Sólo cerró sus ojos y se dedicó a escuchar el latido acompasado del órgano vital del español, ese que latía por él, por una sola de sus sonrisas...
Sin saber porqué, se sintió bien de pronto, su amigo lo hacía sentir seguro y emanaba un aura tranquila que le dio paz y lo envolvió en un dulce sueño...
Despertó en su cama, buscó a Shura con la mirada pero no estaba; lo sucedido el día anterior golpeó su memoria y un miedo repentino lo atacó...
Se vistió rápido con la ropa que halló y se disponía a abandonar la habitación cuando vio al español, apoyado en el barandal del balcón, su mirada perdida en el ancho mar que se expandía ante sus ojos...
Pudo observarlo con detalle, Shura era varios centímetros más alto que él, tenía un cuerpo delgado pero bien trabajado y fuerte, su perfil afilado y esos cabellos cortos y rebeldes, que le sentaban tan bien...
El Capricornio era muy apuesto, más que atractivo, pero había algo más que llamaba su atención y era su galanura, su forma caballerosa de tratarlo, su estilo serio tan parecido al suyo, pero que en Shura se mezclaba con sonrisas genuinas y actitudes protectoras que hasta ahora no había sabido que le gustaban tanto...
Lo escuchó suspirar y no se atrevió a acercarse porque su corazón latía muy fuerte en ese instante...
Se sentó en la cama y tosió para hacerle ver que ya había despertado...
Shura se asomó en un momento y le dedicó una hermosa sonrisa que lo hizo sonrojar sin darse cuenta.
-Has despertado, cómo te sientes?
-Mucho mejor... gracias por no dejarme caer y cargarme hasta aquí...
-Te lo dije, amigo, haría todo por tí...
Camus bajó la mirada y el español se le acercó para luego arrodillarse a su lado.
-Vamos a salir por ropa de nuevo y luego iremos a un lugar especial que quiero que veas...
-No es necesario que gastes tanto dinero en mí, tú también debes comprarte algo, si no me sentiré mal.
-Está bien, amigo, salgamos y disfrutemos de este bello día...
Lo tomó de la mano y con sus chamarras encima, salieron riendo...
Con Shura todo era sencillo, no necesitaba fingir lo que no era o sentía...
Compraron ropa, se divirtieron probándose de todo y Camus de pronto quedó sin aire al ver al español con una remera negra al cuerpo que resaltaba su físico perfecto. Un sonrojo fuerte lo delató y debió esconder su rostro avergonzado.
-¿Adónde iremos?
-Tomaremos el autobús y ya verás.
Viajaron en cómodo silencio por horas, se dedicaban simples comentarios y sonrisas...
De pronto las orbes azul violaceos de Camus se abrieron a más no poder al reconocer el museo de Louvre frente a ellos...
-Esto es... ¿cómo lo recordaste? ¿En qué momento salimos de España?
-No estábamos tan lejos y no perdería la oportunidad de que lo conocieras como querías...
Camus se abalanzó sobre el español y lo abrazó emocionado, haciendo reir feliz a su amigo...
-Vamos, está abierto al público hoy, lo vi en el periódico...
-Vamos entonces, no perdamos tiempo...
Casi lo arrastró a la entrada y ya dentro, Shura se preguntaba si no le habían cambiado a su Camus, porque hablaba todo el tiempo, le contaba detalles históricos de cada obra de arte que veía, lo tomaba del brazo y lo llevaba de un lado a otro, haciendo las delicias del español al ver a su adoración como un niño pequeño en una juguetería...
Ya era de noche cuando volvieron al hotel y, tras ducharse, Shura lo llevó a un restaurante muy sencillo pero con mucha privacidad, donde disfrutaron tranquilos...
Volvieron sonriendo, Camus había estado más feliz de lo normal y había bebido demasiado...
-M-me esh-toy e-nam-moran-ndo de ti...
Shura lo miró asombrado pero no pudo articular palabra porque un torpe beso calló lo que iba a decir...
Con esfuerzo porque era lo último que deseaba hacer, se separó del menor...
-No Camus, no te hagas esto...
Lo apartó y pudo ver la mirada perdida del menor, que pronto cayó inconsciente en sus brazos...
Tras acostarlo, se quedó a su lado, tocando sus labios donde el suave roce había dejado su sabor...
-Daría todo, absolutamente todo porque me amases... estoy dispuesto a amarte en silencio, a dar todo de mí para que seas feliz aunque no sea a mi lado...
Con ese pensamiento fue a su cama a descansar aunque no pudo pegar un ojo, recordando ese dulce beso.
Volvieron al santuario y el silencio reinaba entre ellos, esta vez era incómodo y aunque Shura subió con Camus hasta el undécimo templo para ayudarle con su equipaje, no se dirigieron demasiadas palabras...
El español se despidió y volvió a su templo, dejando a un francés muy confundido porque no recordaba lo sucedido entre ellos...
Los días pasaban, Shura siempre lo visitaba pero algo había cambiado y no era para bien...
El español suspiró con fuerza antes de encender su cosmos y avisar su llegada al octavo templo...
-Buenos días Shura, a qué debo tu visita?
-Yo necesitaba hablar contigo de-
Sus palabras murieron al ver salir de la habitación de Milo a la amazona de la Cobra, Shaina, quién se acercó a ellos abrazando posesiva al escorpión.
-¿Decías?
-Nada, lo siento, debo irme...
Y salió rápido de allí. No podía hacer nada por Camus si Milo ya tenía pareja...
Volvió cabizbajo a su templo pero se encontró a Deathmask en el camino y siguieron juntos...
-¿Qué hacías en Escorpio?
-Quería ayudar a Camus con Milo pero el escorpión ya está con Shaina...
-Amigo, por qué harías eso? Has estado enamorado de Camus por tantos años y quieres entregarlo a otro?
-Yo sólo quiero verlo feliz... pero ahora no sé qué hacer...
El pelinegro se tironeaba sus cabellos frustrado, sentía ganas de llorar...
-No tienes nada que hacer, ya lo has hecho...
La voz de Camus detrás suyo sonó tan suave que ambos voltearon a verlo
-¿Nos dejas solos, Angelo? Prometo que está seguro a mi lado
Le sonrió y el italiano respondió con otra sonrisa, mientras le guiñaba el ojo al francés y le decía
-Cuídalo, Camus... vale mucho...
-Lo sé...
Ya solos, se sentó a su lado en las escalinatas
-¿Me puedes decir qué pretendías yendo a Escorpio? No creas que no sé lo que querías hacer...
-Quiero que seas feliz pero él, Milo, ya está en pareja...
-No necesito a Milo para ser feliz... tengo todo lo que necesito a mi lado...
Shura escuchó lo dicho por su amor eterno pero no quiso hacerse ilusiones, él mejor que nadie sabía lo arraigado que estaba Milo en su corazón.
-No digas tonterías, Camus, no trates de engañarte... es a él a quién quieres y necesitas...
-Eso tal vez fue hasta hace un tiempo, pero la venda se ha caído de mis ojos y pude ver lo que estaba perdiendo por no soltar el pasado...
Shura se agitaba de a poco, sentía que su capacidad de respirar era nula, pero aún persistía la inseguridad en su alma...
-Dime que no es un juego, que hablas con tu corazón... por favor...
Camus se acercó aún más y tomó su rostro con ambas manos...
-Perdóname por haber tardado tanto en verte, por ser tan ciego y tonto para no sentir el amor que me has dispensado todos estos años...
Te he visto velar por mí noches enteras, cuidarme, protegerme, poner mi vida antes que la tuya...
No hay otra persona en el mundo que merezca ser amado como tú, Shura, y quiero, te pido, que me permitas hacerlo... quiero amarte como te mereces, retribuir cada gesto de cariño que me has dado...
Te propongo, mi amor, tomar tu mano
Y salir a caminar enamorados
Por cada esquina y en cada paso
Robarte un beso, probar tus labios
Te propongo, mi amor, cuidar tus sueños
Ser custodio cada noche de tu cuerpo
Y en tu descanso cortar del cielo
Flores de estrellas para dejarlas sobre tu pelo
Estoy dispuesto a amarte, a entregarte mi vida
A ser tuyo por siempre y aliviar tu dolor
Estoy dispuesto a amarte hasta el fin de mis días
A que vistas de blanco y a jurarte ante Dios, mi amor.
Shura lo miraba embelesado y sólo salió de su ensoñación cuando esos labios de seda se posaron sobre los suyos, supo entonces que no era una ilusión...
Camus rodeó su cuello con sus brazos y se acomodó en su regazo para dar mayor profundidad al contacto, uno que se hizo apasionado cuando sus labios se entre abrieron y sus lenguas danzaron al son de la melodía que interpretaban sus corazones, con cada latido de felicidad...
Porque el verdadero amor no siempre es el primero, ni el más tormentoso... a veces se da de a poco, a cada paso, se construye con esfuerzo, pero es el más fuerte porque tiene buenos cimientos y es el que más se disfruta...
Así fue el paraíso de amor que Shura construyó para que Camus algún día habitara...
En ese momento, sabía que haberlo amado de esa manera, tenía ahora su gran recompensa, con los besos y caricias llenas de amor que su adoración le entregaba, mientras él lo embestía lento y profundo, llevándolo a los elíseos y adorándolo hasta con la mirada...
FIN
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Bueno, otra entrega con una de mis parejas favoritas y la canción de un gran artista argentino, Luciano Pereyra 😊😊
Espero les guste y nos seguimos leyendo 😊😊
Se les quiere mucho!
Saludos!
Sailor Fighter 💙
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