Semana 2: Amao Odayaka
—Lo que quiero decirte es...y-yo...t-tu m-me gu-gust...¡Ay, diablos!—Ayano pateo la puerta y salió completamente furica hacia la cocina.
Era lunes por la mañana y como hacía desde el viernes pasado iba al baño y practicaba como le diría a Taro que lo amaba. Por desgracia, al imaginarse frente a él bajo el cerezo su corazón se aceleraba demasiado impidiéndole hablar.
—Al menos tengo el resto del día más otros tres para practicar— dijo en un intento de calmarse. Saco un yogurt bebible y se encaminó a la sala, miro la hora y noto que le quedaban 15 minutos para entrar a la escuela —. Tengo que irme ya.
Tomó su mochila y él manga de victoriana fantástica antes de salir y cerrar su casa. Había empezado a leer los mangas que había conseguido para Ryusei, resultó que aquellos géneros habían captado un poco de su atención, ya había terminado de leer el de jidaimono y nekketsu, estaba de más decir pensaba comprar uno de shonen-ai también.
—¿Y?
Levanto la mirada del manga y se encontró con el pelirrojo, quien la miraba seriamente como si estuviera esperando una respuesta.
—¿Qué?
—¿Leíste los mangas? ¿Cuál de todos es ese?
—Directo al grano— mencionó rodando los ojos —. Ya leí los otros dos, este es el de victoriana, ya sabes el de Kuroshitsuji.
—¿Te está gustando?
—Es interesante. Y ya que hablamos de esto ¿traes mi bentō?— inquirió sonriente.
—Grr, si aquí lo tengo...yo mismo lo hice— murmuró levemente sonrojado y esperando que no hubiera escuchado lo último.
—No sabía que cocinabas.
—¡Ya no pienses en eso! No es algo que elegí saber, mi madre insistía en enseñarme a cocinar desde que era joven.
—¿En serio?— dijo un poco decaída.
—¡Si y no empieces!
Osano guardó silencio al verla algo triste y que prefería seguir leyendo en vez de seguir hablando de eso, supuso que había tocado algún nervio en ella.
—¿Por qué hoy no caminas con Taro-Senpai?— hablo intentando disipar el momento incomodo.
—Neh, cuando tú supuesto mejor amigo de hace años no te salva de una psicopata que te quiere matar, te das cuenta que tal vez no era realmente lo que pensabas.
—Oh, ya veo. Entonces ¿ahora vendrás solo a la escuela?
—Quizás— respondió bajando la mirada.
Ayano formó una sonrisa y le dio un ligero golpe en el hombro.
—No tienes que hacerte todo un drama por eso, si quieres puedo acompañarte a la escuela desde hoy e irnos juntos también.
—¡N-No necesito que estés conmigo todo el tiempo ¿sabes!? ¡Ya tengo suficiente con verte todos los días y todo el tiempo en la escuela!
—Espera ¿acabas de admitir que me ves todo el tiempo?
—¿¡E-Eh!? Y-Yo ¡C-Claro que no! ¡No seas tonta! ¡En vez de estar creando locas ideas mejor apresúrate o llegaremos tarde a la escuela por tu culpa!
Osano apresuró el paso para que la azabache no viera el leve sonrojo que se había formado en sus mejillas, la más baja de río por lo bajo y empezó a correr para alcanzarlo.
Después de que ambos dejarán sus mochilas se dirigieron al jardín, aunque hubo un momento en el que el pelirrojo se vio nervioso con respecto a entrar, lo cual Ayano noto rápidamente.
—¿Qué te pasa ahora?
—Nada que te incumba, solo que...Taro me estuvo llamando y mandando mensajes todo el fin de semana, además de que hoy no lo espere para venir a la escuela.
—¿En serio ya no quieres ser su amigo?— por lo triste que el sonaba tenía que asegurarse de que Osano no intentara nada que la perjudicará.
—No, creo que a veces hay personas que no merecen tener amigos— dicho esto entro al jardín dejándola ahí sola.
—Vaya, qué rencoroso salió el tsundere, eso me gusta. Claro, no más que Senpai.
Estaba por entrar cuando su teléfono sonó, supuso que era la única persona que le mandaba mensajes, así que lo saco para que era lo que quiero ahora Info-kun.
—¿Se te ofrece algo? Que no sean panty shoots.
—Eso tendrás que reconsiderarlo ya que aún necesitas de mi ayuda.
—Ja, para ser quien siempre obtiene la información creo que ahora estás un poco retrasado.
—La atrasada en noticias eres tú y por eso es que sigues necesitándome. Iré al grano, ¿sabes quién es Amao Odayaka?
—Creo que eh escuchado su nombre un par de veces, es algo así como un chico popular. ¿Por qué?
—Te presento a...
Antes de que pudiera seguir leyendo escucho un grito proveniente del jardín. Entro corriendo y se encontró con Osano quien acompañado por Ryusei le gritaba a Senpai que ya lo dejara en paz y que ya nunca volverían a ser amigos. Ella solo reaccionó para alejar al pelirrojo del azabache.
—¡Osano-kun ya deja a Taro-Senpai tranquilo!— grito ignorando su teléfono que no paraba de sonar. Corrió hasta quedar entre ambos chicos y los empujo para que mantuvieran su distancia.
—¡Es el que no entiende que ya no somos amigos!
—¡Tú y yo hemos sido amigos desde hace más de 10 años, no puedes simplemente alejarte!
—¡Ya lo hice!
—¡Basta!— grito consiguiendo que ambos ahora solo intercambiarán miradas: Osano con enojo y Taro con tristeza.
—Vámonos de aquí— hablo Osano dirigiéndose a Ryusei y a Ayano.
Ambos chicos se retiraron hacia la salida, aunque el más alto se detuvo al notar que la azabache no iba con ellos. Por el lado de la yandere estaba experimentando un momento muy malo, tenía que decidir si ir con su amigo tsundere o quedarse a consolar a Senpai. Era una decisión algo difícil.
¿Taro u Osano?
...
...
...
...
...
...
Osano podía esperar, él no era con quien pasaría el resto de su vida y si por elegir a Senpai el se alejaba, bueno...podía conseguir otros amigos.
—Senpai...
—¿Yan-chan? Piensas venir ¿no?
Ayano volteo a ver al pelirrojo quien aunque estaba con el ceño fruncido podía ver que su respiración estaba muy acelerada. Osano estaba preocupado, casi sintiendo miedo. Luego miro a Senpai que también tenía su mirada sobre ella. El estaba deprimido.
—...voy a intentar que Osano-kun te perdone— comentó con una sonrisa antes de salir corriendo hacia su amigo tsundere.
Al ver que la pelinegra iba hacia ellos Osano soltó un suspiro y relajo la mirada, no lo admitiría pero le preocupaba que ella se quedara a consolar a Taro en vez de ir a apoyarlo. Es decir, había perdido a su amigo de la infancia y no quería también perder a su extraña -en el buen sentido- primera amiga.
—¿Por qué tardaste tanto, idiota?
—¿Te preocupaste por qué no viniera?
—¡Solo cállate y no hagas eso otra vez! Tú...preocupaste mucho a Ryusei-kun, eso es todo.
Ambos se rieron por lo bajo mientras seguían al más alto hasta él aula 2-1.
Ayano no sabia que estuvo a punto de cometer una grave equivocación, aunque ahora alguien estaba llenando su bandeja de mensajes.
La hora del almuerzo llego y el trío se fue con dirección a la azotea. Se sentaron en una banca y Osano sacó dos recipientes sujetos con telas con el mismo patrón y color: naranja con lunares blancos. Le entregó uno a la más baja y se quedó de pie esperando a que lo probara para saber que era lo que opinaba.
—¿Y bien? Pruébalo y dime que te parece.
Tal y como dijo lo desenvolvió dejando el traste en sus piernas, tomo un bocado y lo llevó a su boca. Sus ojos se abrieron de par en par y tomó otro más; nunca antes había podido saborear las cosas, y ninguna otra comida que hubiera probado ya se comparaba con ese bentō.
—Esta delicioso, Osano-kun.
—Claro que si, soy casi un chef.
Se sentó entre ambos y los tres empezaron a comer en silencio, el que se acababa con algunos comentarios ocurrentes. Ayano sintió su teléfono volver a sonar y lo saco encontrándose con cientos de mensajes de su no tan querido aliado.
—Tengo que hacer algo, no tardó— ambos asintieron y se levanto para ir al barandal.
—¡DEJA DE IGNORAR MIS MENSAJES!
—Ya llegue ¿que es lo que te pasa?
—¿Dónde diablos estás?
—En la azotea.
—Asómate a ver a tu Senpai.
Dio un bufido y se asomó, su vista no tardó en toparse con Taro quien seguía leyendo, pero de un momento a otro cerró su libro y lo dejó a un lado al ver como un castaño muy sonriente se acercaba. Ambos empezaron a platicar y de la nada este le invitaba a Senpai unos púlpitos de salchicha, los cuales acepto gustoso.
—¿P-Pero qué mier...coles pasa aquí?
—Sorprendida ¿verdad?
—¿Quién es ese imbecil que está con lo que es MÍO?
—Se nota que no has leído los mensajes anteriores.
—¡Solo dime!
—Amao Odayaka, líder del club de cocina y a partir de hoy también tu segundo rival.
—¿Pero en qué momento el y Senpai empezaron a llevarse bien?
—Tal parece que al notar el alboroto que causó tu amiguito salió a ver qué pasaba y se encontró a Taro-kun triste y desolado -nótese mi sarcasmo-. Empezaron a hablar ya terminaron como posibles amigos.
—Ay no. Pero, no hay problema porque él no va a intentar nada el viernes.
—Otro error. Amao-kun necesita a alguien que opine sinceramente sobre lo que los miembros de su club cocinen, así que el viernes va a invitarlo a la azotea y le preguntara si quiere unirse al club de cocina.
—¿Y por qué justo ahora que ya me deshice de la imbecil de Kokona-chan y que me hice amiga de Osano-kun?
—Falto la semana pasada porque fue a un concurso de cocina a nivel nacional, para que sepas el gano.
—¿¡Y a mí que me importa lo que ese idiota logre o no!?
Volteo a ver a ambos chicos que casi terminaban de comer y luego se asomó a ver a Amao, quien se reía junto a Senpai y otros chicos. Su mirada paso de amigable y preocupada a ser de odio fulminante.
—Quiero matarlo.
—Me alegro porque con él no tienen la opción de buscarle otro amigo, prácticamente se lleva bien con casi toda la escuela.
—¿Alguna sugerencia?
—Puedes envenenar su comida y cuando la pruebe, sucede lo divertido. O también puedes inculparlo de un crimen.
—¿Cómo se hace eso último?
—Tomas un cuchillo del club, uno que el último que lo use sea el. Luego te cubres la manía y asesinas a cuanta gente quieras. Cuando revisen la huellas dactilares las que encontraran serán las de él.
—Creo que me gusta esta opción.
—Perfecto, el resto depende de ti.
—Adiós.
—Solo algo más.
—¿Qué?
—¡No vuelvas a ignorar mis mensajes!
Cerró el chat y antes de irse volvió a mirar hacia el jardín y tomo una foto sin que nadie se diera cuenta. Entro a su galería, recortó la foto dejando solo la parte que mostraba al castaño y la envió a Info-kun consiguiendo dos segundos después su ficha.
—¡Yan-chan! ¿Todo bien? Es que tardaste mucho— comentó Ryusei quien se acercaba junto a Osano.
—Si tranquilos, era mi papá que quería saber cómo estaba, está de vacaciones con mi mamá. ¿A dónde van?
—A la cafetería por una soda, ven.
Guardo su teléfono y fue junto con ellos. Ya tenía un plan para acercarse a su nuevo rival.
La campana resonó en toda la escuela indicando que ya podían irse a casa. Todos guardaban sus útiles y uno a uno salían hacia los casilleros. Ayano salió junto a Osano y se fijó en cuando Amao salió rumbo a las escaleras; resultaba que no había notado que él estaba en su clase.
—Osano-kun ¿me esperas unos minutos, por favor? Tengo que ver algo antes de irnos.
—Como quieras, solo apúrate.
La azabache salió corriendo directo al club de cocina, no estaba segura de donde era así que dio algunas vueltas. Cuando por fin llego, se asomó para ver quienes había ahí, aún no llegaba nadie, ni siquiera veía al líder.
—Hola ¿puedo ayudarte en algo?
Se giró encontrándose con Amao que la miraba con una sonrisa amable. Tenía que retener las ganas de matarlo ahí mismo, si lo hacía sería una sospechosa clave. Fingio estar nerviosa y empezó a jugar con sus manos, las cuales llevó a atrás a su espalda.
—Ah, es solo que eh estado pensando en unirme a algún club pero, no sé a cuál ¿crees que pueda...venir unos días para saber si encajo bien aquí?
Amao pareció pensarlo un poco al llevar un dedo a su mejilla y empezar a golpearse la sien con la yema de este, su expresión volvió a tornarse sonriente y le respondió con un tono aún más feliz.
—¡Claro, no tengo ningún problema! Puedes venir a partir de mañana para que le diga a los demás miembros.
—¡Muchas gracias, Odayaka-kun!
—Solo algo más ¿cómo te llamas?
—Ayano Aishi.
—Oh claro, vamos en la misma clase, ya te reconozco. Entonces, nos vemos mañana en clases.
—Si, otra vez gracias y adiós.
Salió con una sonrisa entusiasmada que poco a poco se tornó sadica y siniestras, miro en todas direcciones buscando a alguien que pasara por ahí y al no ver a nadie dejó a su ira y a su locura fluir juntas y se carcajeó tanto como cuando vio morir a ambas chicas.
Amao Odayaka pagaría y sufriría el haberse acercado a los que era, S-U-Y-O.
Y hasta aqui el capitulo. Perdonen el tardarme mucho, ya lo tenia listo pero el probelma fue publicarlo ya que mamá me prohibe escribir hasta las vacaciones porque reprobe ecologia (no digan que es facil porque no lo es, y menos con esa maestra). Asi que el unico lugar para escribir es la escuela o cuando ella sale. ¡Ya llego Amao! Siento como un logro personal el haber llegado hasta aqui, pero un verdadero logro sera llegar hasta Megamo. Nos leemos luego.
¡Votos y comentarios se agradecen!
¡Hasta el proximo capitulo!
¡MoriDark19, fuera!
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