21. Salta y resiste
Cuando lean ¡Hora del show! reproduzcan la canción y repitan hasta que se haga cambio de escena. Espero que les guste el nuevo rival ;)
Suspiro agotada y cerro su computadora a la par que se tallaba los ojos. Acababa de terminar su tarea y lo único que quería era dormir más de ocho horas; algo que no haría porque entraba a la escuela en menos de tres.
Había dedicado gran parte de su día a seguir a Taro. Quería auto convencerse de que pasar la mañana y el receso con Aso Rito no le había afectado en nada; quedo tremendamente decepcionada al ver que él se veía sumamente alegre e iba a comprar cosas como bloqueador solar, guías de ejercicios para calentar, entre otras cosas para entrenar y estar en forma.
No se alejó de él hasta casi la una de la mañana. Hora en que, al estar segura de que estaba completamente dormido, trepo por un árbol que quedaba frente a la ventana de su habitación y entro abriendo la ventana sigilosamente. Dudaba que él tuviera cámaras de seguridad ahí, pero por precaución se colocó un cubre boca para que no pudiera reconocerla.
Ya estando ahí, se hinco al lado de la cama y acaricio con cuidado el rostro y los oscuros cabellos de su amado senpai. Había faltado a su visita diaria en el hospital solo por él, ¿eso no era muestra suficiente de lo mucho que lo amaba? Ella pensaba que sí. Sin darse cuenta, acerco su rostro al del mayor y junto sus labios con los de él, dando un casto beso con aquella tela protectora como única muralla de tocar la piel de su adorado salvador. Un sonrojo nada visible por la oscuridad se posiciono en su rostro, al igual que una extensa sonrisa apenada.
Ahora, ya mientras se daba una rápida ducha antes de irse a dormir lo poco que pudiera, seguía poniéndose roja al recordar ese momento. Su primer beso. Y había sido con Taro. Acaricio sus labios con las puntas de sus dedos y sonrió un poco mientras el sonido del agua corriendo y el humo de esta misma inundaba el ambiente.
—Ya pronto, mi amor. Ya pronto estaremos juntos. Solo seremos tú y yo— a su mente, llego la imagen de sus dos amigos. Osano, cruzado de brazos, viéndola con el ceño fruncido y con un sonrojo tenue sobre sus mejillas mientras desviaba la mirada. Amao, sonriéndole con cariño como siempre lo hacía, sin molestarse en ocultar el tono rosado en sus pómulos y sosteniendo una cesta llena de postres. Sonrió con eso —. Solo tú, y yo...
...aunque eso me desgarre el alma.
Los alumnos de a poco iban ingresando a la escuela, entre ellos Ayano, quien buscaba con desesperación al azabache. No lo había visto de camino a la escuela y esperaba que no le hubiera ocurrido nada malo.
—Prefiero el poder de neón— escucho a Pippi, quien estaba a su izquierda hablando con Ryuto y Midori —. Puede ser el más débil, pero me gusta que me deje escapar rápido si llego a estado crítico.
—Esa es una buena ventaja, pero elijo el de hormigón. Es el más fuerte— comento el Ryuto sin dejar de ver a su amiga de mechones rosas.
— ¡Pues a mí me gusta el de video*! Puedo tener alas y hacer que peleen a mi favor ¡Invoco ángeles y demonios!— dijo la peliverde con un brillo entusiasta en sus ojos. En eso, la maniaca al teléfono se dio cuenta del frio semblante que mostraba la yandere — ¿Pasa algo?
—No dormí bien. Es todo— un gruñido se escuchó, llamando la atención de varios y haciendo que Ayano se abrazara cubriendo su estómago.
— ¿Tampoco pudiste desayunar? — inquirió con preocupación.
—No, pero comprare un bocadillo de la máquina y listo.
El grupo de amigos se separó brevemente para cambiarse los zapatos. Luego de volverse a ver, acordaron ir a dejar sus cosas en sus salones y luego reencontrarse en el laboratorio de computación. Y dicho y hecho, Ayano dejo su mochila en su escritorio y salio restregándose los ojos hasta donde la esperaban sus amigos.
No se fijó que por donde iba, el bebedero tenía una fuga que había causado un charco de agua, por lo que inminentemente al pisarlo resbalo yéndose de bruces. A pesar de eso, sintió un par de brazos aferrarse a su cintura que evitaron que llegara a lastimarse. Descubrió sus ojos y forzó su mirada borrosa para ver de quien se trataba.
Grande fue su decepción y fastidio al ver al rubio ojiazul.
—Wow, eso estuvo cerca ¿no? — hablo mientras la enderezaba y soltaba. Aparentemente quería aligerar el susto con un poco de carisma. Lástima que eso no funcionaría con ella.
—Creí que a esta hora estarían entrenando— menciono sin mostrar ninguna expresión. Estaba tan agotada que incluso creía que sus emociones se habían vuelto a "apagar".
— ¡Si! De hecho hoy empezamos un poco antes. Tu amigo tiene talento ¿sabes? Si se sigue esforzando podría tener un gran futuro en los deportes, sobre todo en las carreras.
Asintió con la misma neutralidad y le dio la espalda, reanudando su camino. Se encargaría de pensar más tarde en cómo hacer que Taro entrara en razón, pero en ese instante solo quería evitar una migraña.
—No te ves muy bien. ¡Hey! ¿Por qué no vienes con nosotros? Estaremos en la piscina hoy. Si no quieres nadar no hay problema, pero creo que algo de aire fresco y un cambio de ambiente te vendría bien— comentaba Aso con una enorme sonrisa. Parecía emocionarse solo —. Incluso puedes...
—Ya...quede de verme con mis amigos. Tal vez, luego.
No espero ninguna respuesta, solo empezó a andar y se perdió en los pasillos de la escuela hasta dar con el lugar que buscaba. Midori, Pippi y Ryuto estaban de frente a una gran pantalla viendo a Gema Taku jugar un videojuego la SaikoStation 4. No le presto mucha atención, pero logro escuchar "Conductores" y "Bioterroristas".
Paso de largo de ellos y se encamino hasta uno de los monitores. Allí, lo encendió y se colocó unos audífonos de casco. Busco una canción solo con una melodía calmada y la subió tanto como pudo; hizo a un lado el teclado y se recostó dejándose llevar por la melodía que retumbaba en sus tímpanos.
En esos momentos, tenía tanto sueño, que le importaba un bledo si despertaba hasta el final de clases.
(¡Hora del show!)
Un reflector se encendió, iluminándola en el suelo, en donde estaba recostada sobre sí misma. Llevaba un bello traje de bailarina negro con detalles morados y zapatillas añiles. Portaba un antifaz de cuervo y se mantenía quieta en su lugar.
Poco a poco, se fue levantando, sin dejar de estar hincada en el suelo e inclinándose tanto como pudiera hacia atrás. Antes de poder tocar el suelo con sus dedos, se levantó agraciadamente y giro levantando una de sus piernas, manteniendo el equilibrio y girando sobre si mientras de a poco traía sus brazos hacia su cuerpo y se abrazaba con fuerza.
Una vez volvió a tener ambos pies sobre la tierra, empezó a girar con delicadeza y a saltar en pequeñas trayectorias. Podía escuchar aplausos y susurros que la alababan, pero aun asi, en su rostro no había más que una mueca rara, una de un sentimiento que aún no comprendía. No se sentía bien estando ahí. No sola.
Un reflector más se hizo ver, ahora demostrando la presencia de alguien con un disfraz del fantasma de la ópera. A paso tranquilo, pero moviéndose al son de la música, se acercó hasta llegar a ella y se incorporó a su baile perfectamente sin antes preguntarle.
Los suspiros y murmullos se oían complacidos, viendo a ambos bailar cual muñequitos de cajita musical. El mayor la tomo de la cintura y de una mano, llevando esta última tan alto como pudo sobre la cabeza de la azabache. Tomándola firmemente, junto sus cinturas y bailo con calma y amor, hasta que la inclino hacia atrás, sosteniéndola de ambos puntos de agarre y depositando un casto beso en la frente de la yandere.
Al levantarse, la hizo girar varias veces, hasta que una sombra veloz paso y la arrebato de sus brazos.
La chica vio con curiosidad a su nuevo compañero de baile, lo cual era difícil pues se mantenía en la oscuridad que los reflectores se negaban a alumbrar. El, contrario a su otro compañero que la dirigía con amor y emoción, seguía los pasos que ella daba, bailando a su alrededor y sosteniéndola de cualquier desliz que pudiera llegar a tener.
Finalmente, ella se separó de él y giro una última vez tomando su pie en alto y acabando con una reverencia. Entonces, sus dos caballeros se posicionaron frente a ella y se reverenciaron con respeto.
Aquella sombra dejo un poco de su ser a la luz, dejando ver un cabello ondulado en color añil y una dulce mirada temerosa. Mientras que el fantasma de la opera se quitó el sombrero y el antifaz, dejando ver los bellos y finos atributos morados que poseía, tales como su largo cabello y sus relucientes ojos.
—Perdón— murmuraron antes de que los reflectores se apagaran de uno en uno, dejando solo el de ella, hasta que también se fue dejándola en la infinita penumbra.
Gimió con molestia y se levantó con desgano y algo de dolor en el rostro. Se sobo la mejilla y vio con desconcierto la sala de gaming, por poco y no recordaba en donde estaba. Se dio cuenta de que la música no paraba de sonar y se quitó los audífonos.
—Rayos, ¿Qué hora es?
Escucho voces acercarse y miro a la entrada. Por esta entro Midori, quien vio en todas direcciones hasta dar con ella y suspirar aliviada. En menos de un segundo ya la tenía junto a ella y arrastrándola a la salida.
—Te dormiste un buen rato, ya casi empiezan las clases— le informo la peliverde mientras la arrastraba a su salón. Ignorando su comentario, siguió sobándose la mejilla y quejándose en voz baja —. Si, se cómo se siente. Nunca te acostumbras al dolor de dormir con los cascos.
No intercambiaron ninguna palabra más hasta que Midori dejo a Ayano en el aula 2-1 y se despidió diciéndole que la vería por el club de jardinería, que debía hablar de unas cosas con Uekiya y luego irían a hacer una pequeña competencia con el club de fotografía.
Solo atino a asentir y camino tambaleante hasta su lugar. Ya no tenía tanto sueño, incluso podía tomar un café y se sentiría lista para aguantar el resto del día.
Empezó a tararear de manera distraída la música con la que se había quedado dormida y sintió una extraña sensación, no podía describirla pero sentía que tenía que ver con su sueño, el cual no recordaba en lo absoluto. Solo la sensación de haber bailado o algo parecido.
—Mmm, que horror— se quejó antes de sacar su ya querida libreta en donde siempre dibujaba. Ese fin de semana, de hecho, había dedicado un par de hojas a pintar a Musume con las tripas de fuera y colgada del techo mientras se ahogaba en un tanque lleno de su sangre.
Oh Dios. ¿En qué momento había convertido en todo lo que su padre temía?
Arqueo una ceja al toparse con un pequeño paquete en su mochila. Lo saco y vio el envoltorio negro, bastante simple. Lo rompió sin mucha prisa y se encontró con un libro de paste dura totalmente negro con espirales y extraños cráneos en blanco. Lo abrió para echar un vistazo, pero se encontró con todas las páginas en blanco
Casi por error, las hojas se movieron hasta llegar a la última, en donde había una nota pegada por dentro. La arranco y la leyó con una mirada neutral:
"Cuando tu reino se alce, yo estaré ahí, adorándote y aclamando ser digno de tu poder."
Frunció los labios con extrañeza y arrugo el papel antes de arrojarlo a su mochila. No sabía quién le había hecho eso, pero era una broma muy mala que ni siquiera el torpe de Kaga Kusha ni Shiromi podrían entender.
Todos seguían el camino que los guiaba al jardín o a la azotea para empezar su almuerzo. Pero ese no era precisamente el caso de la yandere.
Siguiendo las indicaciones que le había dado su amiga pelo de brócoli, salio y se encamino hasta el jardín. No tenía ni idea de que era lo que Midori tenía que ver con la líder del club de jardinería, ¿no debería hacer eso Gema Taku? Él era el líder después de todo.
Un mensaje llego y saco su teléfono rápidamente creyendo que se trataba de su padre, pues le había prometido contactarla entre semana para ver cómo se encontraba. No se extraño al ver un número desconocido, era casi seguro que su papá buscaría un teléfono diferente al que su mamá conocía.
Por desgracia, el mensaje no era de quien esperaba:
—Aunque me bloquees, conseguiré más números. Para tu tonto berrinche y sigue trabajando.
Maldito Info-kun. Simplemente lo bloqueo de nuevo y continúo su camino. Claro que conseguiría un nuevo número. Ojala asi no la siguiera fastidiando. Ojala tampoco descubriera su nuevo número.
Se detuvo al escuchar unas voces que conocía bien, demasiado bien a pesar de que cada dia esperaba no volver a toparse con ellos: Cooper Strike y Spiky Pompadour.
Guardo su celular y se apegó a la pared para ver que rayos estaban tramando esos dos tontos. Los encontró saqueando el almacén del club de jardinería. Estaban sacando la cierra circular y un par de gafas protectoras y guantes. No tenía ni la más remota idea de lo que esos dos querían hacer, pero claro que ella los seguiría para averiguarlo. Quien sabe, podría servirle de algo.
Haciendo ápice de su sigilo, los empezó a seguir hasta la piscina. Le extraño ver que Senpai aún no estuviera ahí, se supone que Aso Rito le había dicho que estarían ahí todo el día. Fue entonces que los encontró subiéndose hacia el trampolín junto con la sierra.
Eso no le daba buena espina.
—Se supone que haríamos esto luego de la escuela. ¿Me repites por qué hacemos esto? — Inquirió la chica mientras se cruzaba de brazos y veía con molestia a su amigo —Francamente no entiendo como esto hará que termines en el "negocio familiar".
—Es muy simple, Cooper-niisan— respondió el chico mientras se encargaba de envolver un cable en su pierna para que este no se cayera —. Cortare la tabla un poco y cuando vayan saltando de uno en uno esta se aflojara. Le dire al líder que si quiere que todo en su club siga siendo seguro, deberá darme un cuota para "seguridad y mantenimiento".
—El nunca aceptara, tonto.
—Ya lo sé. Asi que cuando el último vaya a saltar, se caerá de una forma nada linda— explico sonriendo con malicia. Justo en ese momento llego y se sentó al comienzo de la tabla —. Sera fácil que crea que hay más cosas estropeadas, asi que no tendrá más remedio que aceptar mí estafa.
—O, acusarte con la consejera; ya estoy harta de que esa mujer intente reformarnos— Cooper se sentó en una de las sillas para tomar el sol y empezó a revisar sus redes sociales sin mostrar interés en lo que Spiky quería conseguir —. Este es el plan más absurdo que a alguien se le pudo haber ocurrido. Además, a "tú ya sabes" no le gustara que te metas en líos.
—Pff. Él no se enterara si no le dices. Y sé que no me traicionaras.
La de mechón marrón rodo los ojos y se concentró de nuevo en su teléfono. Por su parte, Spiky se giró para quedar de rodillas en la tabla y poder acercarse a gatas a la orilla tanto como le fuera posible. Pero para su muy mala suerte, en cuanto encendió la sierra se sintió irse hacia adelante; en un intento desesperado para no caer, se abrazó al sitio bajo el y soltó la herramienta, la que, por cierto, termino por quedar suspendida debido a que se había enrollado con el cable que estaba en la pierna del menor.
Ayano rio por lo bajo, encantada por el espectáculo que el torpe delincuente estaba montando hacia su propia agonía.
— ¡Cooper-chan, sálvame! — grito el chico sintiendo el terror de la altura y de la sierra tambaleante.
Al escuchar el grito, la chica fijo su mirada en su amigo y se levantó de un salto al verlo en aquella situación. ¡No podía dejar que ese bobo se matara de la forma más estúpida posible! Si él se moría, ella estaba muerta.
— ¡Voy por los chicos! ¡Aguanta un poco! — y dicho esto, Cooper salio corriendo en busca de los demás delincuentes o de alguien que pudiera ayudarles.
Aun asi, no importaba que tan rápido corriera. Los nervios de Spiky lo hacían transpirar de manera horrible, por lo que no fue de extrañarse que sus manos se empezaron a resbalar y a llevarlo cada vez más a la orilla. El pobre chico murmuraba maldiciones y oraciones por igual, quejándose de su suerte y esperando que alguna fuerza misteriosa lo salvara.
Ayano, viendo que la Strike se había ido, se permitió acercarse más para poder ver el final del delincuente. En cuanto el cayera, la sierra le rebanaría la pierna hasta destrozarla, y luego, cuando estuviera en el agua moriría electrocutado. Sería algo hermoso de ver.
Camino hasta quedar al borde de la piscina y sonrió al finalmente presenciar como Spiky caía hacia el agua.
—Bye-Bye, idiota— susurro al mismo tiempo que lo miraba, casi como si fuera un momento cuadro por cuadro. Se acercó tanto que sin darse cuenta pateo una pequeña tabla salvavidas.
Entonces, la sierra cortó la cuerda y cayo junto al muchacho; cuando ambos llegaran al agua él tendría que tener un milagro para no ser alcanzado por la herramienta. Y justo cuando Spiky iba a tocar el agua, consiguió tomar el salvavidas y apoyarse con el pesado de trampolín que había caído para quedar fuera del alcance de la sierra. Con eso se había evitado toda la masacre y que la cristalina agua terminara de color rojo.
Spiky respiraba erráticamente y fijo sus ojos en la yandere. Grandioso, ahora que la había visto tenía que actuar normal. Que lastima, ella esperaba algo de diversión. Camino un poco más hasta la orilla y se inclinó para extender su mano y que el delincuente la tomara. El chico no perdió tiempo y nado hasta ella, en donde con su ayuda lo saco y se quitó el cable de su pierna.
Ayano se dio cuenta que ella había sido, accidentalmente claro está, sin proponérselo, ella le había salvado a vida a Spiky Pompadour.
Que mala suerte.
— ¡Cielos! ¡Gracias por salvarme, muñequita! — la azabache frunció el ceño y enarco sus ojos al oír ese molesto apodo. El menor pareció darse cuenta y rápidamente entro a la defensiva —Perdón. Es solo que Cooper-niisan siempre te llama asi, y bueno, se pega. Pero...oye, como agradecimiento por salvarme la vida, puedo hacer algo por ti. Lo que tú quieras, solo dilo.
El ceño fruncido de Ayano se desapareció tan pronto oyó eso. ¿Lo que fuera? Vaya, vaya. Tenía a un delincuente, principiante además, aceptando seguir una orden de ella. Je, sin duda podía sacarle mucha ventaja a eso. No había nadie más ahí y podía fácilmente fingir que cualquier cosa que Pompadour dijera en su contra era mentira. Nadie extrañaría a un pequeño bribón que se manchaba las manos. Y por si fuera poco, él también ya tenía en la mira a Aso Rito.
—Bueno, ¿Qué dirías si te pido...que te deshagas de alguien? — inquirió comportándose neutralmente. Lo mejor era no darle más motivos para sospechar o que actuara precipitadamente.
Spiky abrió los ojos sorprendido. Se rasco un momento la nuca y recorrió los mosaicos del piso unos segundos antes de volver a verla.
—Yo no soy un asesino, lo siento. Pero si conozco a la persona indicada; él te ayudara en cuanto le diga lo que hiciste por mí— rápidamente, el corrió a su mochila y saco su teléfono y se apresuró a escribir un mensaje. En cuanto termino, regreso con ella alzando su pulgar en alto —. ¡Listo! Solo tienes que ir a verlo a la ciudad saliendo de la escuela. Solo te pediré que todo se mantenga en secreto. Tú no dices nada de él ni de mí, y yo no comento nada de lo que me pediste.
—Me parece bien— acepto recibiendo un pedazo de papel en donde venía la dirección a la que tenía que ir. Le sorprendió que entre paréntesis, al final especificaba que entrara a un callejón —. Sécate. Te vas a refriar.
Spiky ahogo una carcajada y ella lo vio sin entender nada. ¿Había dicho un chiste?
—Pe-Perdón, es que, jajaja, sonaste igual al tipo que vas a ir a ver— dijo con una sonrisa.
De acuerdo. Ahora tenía expectativas y dudas respecto a aquel sujeto. ¿De quién diablos se trataría?
Por fin, junto a sus compañeros termino de limpiar y se encamino hasta su casillero para cambiarse los zapatos e irse rápido. Algo le decía que no era buena idea dejar esperando a ese hombre por mucho tiempo.
Estando a punto de salir, dos chicos se colocaron frente a ella cerrándole el paso. Uno era de cabello morado, sujeto en una coleta sobre el hombro; lo reconoció poco después como Tsuruzo Yamazaki, el segundo al mando del torpe actor vanidoso. Y el otro era de cabello añil corto y con una mirada de espanto; Shin Higaku. Cuando ambos se dieron cuenta de la presencia del otro, tuvieron reacciones variadas. El actor giro dramáticamente con una mueca de desagrado con su mano en el pecho, y el chico oculto se encogió en sí mismo y bajo más la mirada.
—Qué alegría verla nuevamente, bella doncella— hablo Tsuruzo con su típica forma de hablar como si de un monologo se tratara —. Mi glorioso líder requiere su estimada presencia en el club de drama. Oh, créame que todos estarán más que extasiados con su retorno.
—Pero...mi líder también...me dijo que viniera por ti...parece querer decirte algo importarte— comento Shin con timidez.
— ¿Y por qué una dama como ella se juntaría con unos monstruos como ustedes? Sorry not sorry, freak. Pero al momento de elegir entre drama y demonios, la decisión está más que clara.
—Ninguno de los dos— respondió ella con cansancio. Los rodeo y salio corriendo a la salida. Ni siquiera se platearía mil y un teorías de porque ambos idiotas la estaban buscando, ellos no le interesaban y tenía cosas mejores que hacer.
Vio el papel una vez más para asegurarse de que estaba en el sitio correcto. Era una zona llena de negocios, pero con muy pocas personas transitando. Camino un poco más y dio con el callejón correcto. Guardo la nota y avanzo hasta quedar dentro, sorprendentemente, aquel sitio era tan oscuro que no se podía ver nada de lo que había ahí hasta que se estaba dentro.
Mas adentro, casi hasta el fondo, logro distinguir a un hombre con celular y extraños tatuajes en los brazos. Extrañamente le pareció ya haberlo visto antes, pero no sabía en qué lugar.
Cuando él se dio cuenta de que estaba ahí, guardo su celular y saco un cigarrillo seguido de un encendedor. Sin saber que más hacer, siguió caminando hasta quedar a casi un metro de él.
— ¿Tu eres Ayano Aishi? — pregunto sin soltar el cigarro y sin dirigirle la mirada.
—Si. ¿Tú eres el conocido de Spiky Pompadour?
—Es mi hermano menor— la miro de arriba debajo de reojo y luego soltó el humo —. Gracias por salvarlo. Siempre se mete en problemas pero es un buen chico.
¿Buen chico y delincuente? Algo le hacía pensar que esas palabras no podían estar mezcladas. Ignoro eso y se concentró en lo que había hablado con él menor, horas antes.
—Él me dijo que podías eliminar a alguien por mí, ¿es cierto?
Aquel hombre soltó una exhalación con humo y le dio su completa atención a la yandere.
—Secuestro. Robo. Hurto. Tráfico de personas. Extorsión. Asesinato. Lavado de dinero. Prostitución. Agresión. Drogas. Tráfico de armas. Todo lo ilegal y bajo que puedas necesitar, yo lo tengo— conto con un semblante gélido y monótono. Se llevó las manos a los bolsillos y se giró un poco hacia ella —. El costo por mis servicios no es precisamente "barato". Pero como favor por salvar a mi hermano menor, este servicio correrá por mi cuenta.
Ayano sonrió con eso. No tenía idea de cuánto costaría todo eso, pero no tenía tanto dinero como para pagarle. Por otro lado, todo eso le recordaba a Info-kun, pero más...equipado. Tal vez pudiera seguir contactándolo después de que eliminara a Aso Rito.
En eso, el teléfono del mayor comenzó a sonar y el atendió alejándose un par de pasos. Lo vio contestar afirmativamente varias veces, incluso llego a notarlo algo enojado en un momento. Cuando el colgó y regreso con ella, se paró frente a frente y la vio aún con el celular en mano.
—Aparentemente un trabajo se adelantó y tengo que ir ahora. Pero aún tenemos una charla de negocios pendiente— elevo su teléfono y la vio con calma —. Intercambiemos números y cuando me desocupe mañana me dices quien es el objetivo y todo lo que me pueda servir.
Ella lo imito y saco su teléfono, intercambiaron sus números y él se empezó a retirar con un pequeño asentimiento de cabeza y con su traje sobre el hombro. Antes de que diera más de cinco pasos, ella lo detuvo con una pregunta:
— ¿Alguna sugerencia de como agregarte? — inquirió sin mucha emoción en su pregunta.
Él se giró un poco para verla y luego desvió sus ojos al frente, dándole la espalda y tirando su cigarrillo para después pisarlo.
—Simplemente: Yakuza.
*Todo esto es una referencia al videojuego Infamous: Second son. Cuyos poderes que puede usar el protagonista son de fuego, neon, video y hormigon. Esta genial y es de mi favoritos.
Y hasta aqui el capitulo. Espero no haberme tardado tanto esta vez. ¡Ay Dios ya salio el Yakuza! ¡Amo a ese hombre! No podia pensar en hacer mi fic sin tenerlo a el como un rival. Espero que les guste verlo por aqui, porque intentare que tenga una alta relevancia por estos lares, jeje.
¿Les gusto la música? Ultimamente eh estado escuchando mucha musica de este tipo, que son la pura melodia con un buen ritmo. Me encantan. Las uso para dibujar y escribir, y justo estaba escuchando esa cuando escribia la escena.
En otras noticias, ando super molesta ¿why? Because mi profe de redacción publicitaria me tiene que explicar como si fuera nueva en esto de escribir. ¡Yo odio que me traten de novata en la escritura! No me malentiendan, acepto mis errores y se que hay mejores formas de narrar que a como yo lo hago, pero ya de plane el men me hace sentir que no se ni hablar T.T Ya mejor dejo esto hasta aqui. Nos leemos luego.
PD: ¿Quien creen que es el compañero rival de Aso? Asi como el que completa el VS.
¡Votos y comentarios se agradecen!
¡Hasta el proximo capitulo!
¡MoriDark19, fuera!
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