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12. Malabares obligatorios

Se dejó caer en la silla junto con un gemido de dolor e hizo su cabeza hacia atrás en la silla dejando que esta quedara colgando. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al sentir un trapo húmedo ser depositado en su frente y luego unos nudillos golpeando con poca fuerza su cráneo.

— ¿Tan mal te fue con Kizano-san? — inquirió el castaño con preocupación.

— ¿Acaso crees que se pondría asi porque quisiera? — respondió el pelirrojo con fastidio y alzando la voz.

Frunció el ceño. Ese tono hacia más fuerte la migraña.

—Se pasó toda la mañana mandándome de un lado a otro diciéndome que volviera a empezar porque nada servía— se tallo los ojos con la parte inferior de sus palmas fuertemente y ahogo un gruñido furico —. Lo peor viene ahora que las clases terminaron: tiene menos de tres días para ensayar y "perfeccionar perfecciones" como él le dice, y nos tendrá trabajando en el club para que nadie se entere de lo que trata. Esta desquiciado por empezar y solo me dio dos miserables minutos de descanso.

—Ahh— gruño Osano —, que imbécil.

— ¿Y-Y cuando tiempo te queda? — pregunto Amao en un malo intento por alejar la tensión.

—...acabo hace un minuto.

— ¡Ahí estas! — suspiro al reconocer la molesta y chillona voz de Musume. La rubia entro al club de cocina y se posiciono al lado de la azabache mientras colocaba ambas manos en su cintura —. Tu descanso termino hace más de treinta segundos y aún te lo tomas como si nada. ¡Entiende que no es para cualquiera para quien trabajas! ¡Tienes mucha suerte de que el próximo gran actor de Japón te permita ser su asistente! Es para ti.

Le extendió su celular y la yandere sin más remedio lo acepto para responder a la llamada.

— ¿Bueno?

— ¡No colmes la paciencia que no tengo Aoyance, y mucho menos contigo!

La ojiazul soltó una risilla maliciosa al ver la expresión aturdida de Ayano ante el grito de su mejor amigo. Ahora estaba más que convencida de que había sido una excelente idea colocar el altavoz antes de prestarle su teléfono.

Luego de que la más baja pasara la humillación de recibir un regaño frente a sus amigos y a la chica que detestaba, el pelimorado corto la llamada con un "¡Tienes mucho trabajo más cuando vuelvas!" y esta vez gruño sin poder evitarlo al igual que su cara empezó a ponerse roja por la ira. Dejo el teléfono de golpe en la mesa y llevo ambas manos a su cabeza enredando asi sus dedos en el cuero cabelludo, del cual tiraba en una clara señal de frustración.

— ¡Oye, cuidado con mi teléfono! Ya rompí tres este mes y papi no querrá comprarme otro, aunque...je, bueno si me lo compraría. Es lo bueno de tener a un papi que te demuestra con su dinero cuanto te quiere.

—Mejor me voy ya o sus berrinches de cria mimada se pondrán peor— miro como la morena retomaba su celular y lo mecía en sus brazos como si de un bebé se tratara, hasta que este término por caerse y soltó un chillido de horror —, por parte de ambos cabezas huecas.

—Cualquier cosa que necesites no dudes en venir, estaré aquí en todo momento— le recordó el ojimenta al mismo tiempo que la tomaba de ambas manos y le regalaba una sonrisa extra cariñosa para darle ánimos.

Aquello molesto al pelirrojo.

— ¡Como si fueras a ser el único aquí! ¡Yo también me voy a quedar para zafarte de los problemas en los que sé que te vas a meter por tonta! Pero...q-que conste n-no lo hago porque me...preocupes.

—Sí, gracias a ambos.

Los abrazo con fuerza y sintió como uno le correspondía con la misma fuerza mientras que el otro únicamente atino a gruñir -a sus oídos, casi ronronear- y palparle la cabeza con poca delicadeza.

—Date prisa, Aoyance. Kiza-kun te pondrá otro castigo si te tardas más, a mí no me molestaría en lo absoluto pero me tengo que ir ya y no me lo quiero perder— se quejó de nueva cuenta la popular mientras hacía mofletes y berrinches de infante —¡Quiero ver cómo te humilla!

—Musume-chan, no creo que sea necesario ser tan exigente—comento Amao en un intento de calmar la actitud de su otra amiga.

—Agh, aun no entiendo cómo puedes considerar como amiga a una chica tan...sin gracia ni chiste— comento viendo con asco y horror a Ayano —. Por eso existen los estatus de mariposa social, héroe y perfecto oki kata no y los de mascota de la maestra, cobarde y delincuente hen'na hito*: sirven para separarnos correctamente y que no nos mezclemos con la plebe. Eres un buen tipo y sé que pronto entenderás que no es sano confundir amistad con...hacer caridad.

El pelirrojo y la azabache fruncieron el ceño, molestos; un aura de mal humor se fue creando entorno a ellos. Ignorando eso, la morena tomo a la chica de la muñeca y la arrastro fuera del club ante la mirada de ambos chicos.

—Esa tonta— murmuro el tsundere cruzado de brazos y apartando la mirada de la salida —, siempre atrayendo a gente rara.











— ¿Esto es necesario?

Ayano se encontraba con una graciosa cara bizca en un intento por ver el post it color uva claro que se encontraba pegado en su frente.

—No, pero es para que no olvides que tienes trabajo que hacer— declaro Kizano con un rostro serio y con su mano izquierda sosteniendo su codo contrario. Dio media vuelta y camino con dirección a sus kouhais —. Y, tienes prohibido quitártelas hasta que yo lo permita— sentencio viéndola de reojo antes de seguir andando.

A unos diez metros de ella, Musume aplaudía frenéticamente como una niña viendo un show de magia. El actor llego junto a ella e intercambiaron una sonrisa antes de que el tomara su mano y le depositara un beso acompañado con un reverencia, se dijeron unas palabras antes de que la rubia le diera un beso en la mejilla y saliera con una sonrisa que lograba ocultar el sonrojo que estaba naciendo en sus pómulos.

Mientras tanto, la asesina junior apretaba los puños con la intención de ahogar las inminentes ganas de sacar un cuchillo y apuñalarlos a ambos hasta que Ronshaku dejara de ser tan bonita y que Sunobu quedara irreconocible. Pero sabía muy bien que no debía dejarse llevar por sus instintos hereditarios, si quería asesinar de la forma correcta y más satisfactoria a aquel niñito de papi y mami, presumido y descerebrado debía esperar a la mejor oportunidad que se le presentara. Tenía que ser paciente.

— ¡Veinte segundos para empezar! — grito el mayor. De un segundo a otro, se encontró cubierta de post is de diferentes colores y tonalidades al mismo tiempo que los demás integrantes del club hablaban exigiéndole mil y un cosas diferentes — ¡Aoyance, ven aquí ahora mismo y sirve para algo por primera vez en tu insignificante vida!

Ahora que lo recordaba, ella no tenía ni un gramo de paciencia.











Corte.

Se levantó tan rápido como pudo y antes de que pudiera escuchar la insoportable voz del pelimorado ya estaba dentro de su camerino ofreciéndole su silla giratoria para que tomara asiento, justo frente a la mesa de maquillaje. El antes mencionado extendió su mano y no tardo en recibir una botella de agua, la inspecciono detalladamente y confirmo que era agua purificada sin gas y a 21° C y ya destapada, tal y como le gustaba; vio con una sonrisa como la azabache coloco una pajilla flexible antes de seguir su trabajo. La menor tomo un pedazo de seda nuevo y limpio el sudor que resbalaba por la frente del contrario. Por si fuera poco, al acabar con eso camino hasta un perchero y tomo una sedosa y elegante capa roja con algunos adornos de rosas rojas, con movimientos precisos la coloco sobre los hombros del actor y procedió a acomodarla para que quedara perfecta.

Suspiro mentalmente, pero estaba agradecida al ver que había terminado.

Casi.

—Ya era hora de que al fin hagas bien tu trabajo. Si sigues asi de eficiente solo faltaran nueve obras más para que quedes perdonada, tal vez incluso sea un poco más amable y caritativo y te de clases de actuación.

La yandere tuvo que morderse la lengua para no soltarle ninguna de las palabrotas en las que llevaba rato pensando, en su lugar tomo una paleta de madera y un bote de crema; introdujo la pelitita en el bote y con lo que consiguió sacar procedió a esparcirlo en las raspaduras de la cara del actor.












Desde que había entrado a Akademi había escuchado que las obras de Kizano Sunobu eran tan bien ejecutadas y montadas que incluso lograban ser comparadas con las que se realizaban en los teatros más importantes y famosos de todo Japón. Ahora entendía que detrás de todas esas actuaciones perfectas bajo reflectores, estaba un creído con complejo de Dios que manipulaba hasta la más pequeña acotación para que todas SUS obras siempre fuera un éxito.

A Kizano no le importaba hacer sentir bien al público ni a sus estudiantes. Solo le importaba hacerse sentir bien a el mismo.

Una vez que termino de aplicarle la crema, inclino la silla de su "jefe". Coloco una almohada bajo su cabeza y con desagrado tomo dos rodajas de pepino con las que le tapo los ojos.

— ¿Algo más? — pregunto de mala gana y con sus manos atrás.

—Por ahora no. Descansa Aoyance o lo que sea. Solo diles a los demás que los quiero de regreso aquí en diez.

—Como ordene, Sunobu-sama— dijo entre dientes para luego retirarse e ir a donde estaban los demás. Cuando salio del camerino, se encontró con todos tirados en el suelo, completamente exhaustos. Cuando la escucharon acercarse alzaron sus cabezas y otros se levantaron, esperando a saber lo que ella diría. Aquello la incomodo un poco —. Dice que los quiere listos en diez, sin falta.

Se dejaron caer de nueva cuenta coreando al unísono de alivio. El pelimorado los había llevado mucho más lejos de sus límites.

—Hey, tonta— se sorprendió al escuchar aquella voz tan conocida. Se giró y vio a Osano de pie en la entrada del club cruzado de brazos -lo normal- y sosteniendo una bolsa de papel.

—Osano-kun, no esperaba que vinieras a verme.

— ¿Qué? ¿Esperabas al pastelero? — inquirió mientras hacia un nuevo puchero, uno que a Ayano le pareció lo que todos calificaban como kawaii.

—Me alegra verte a ti— dijo de manera sincera dedicándole una sonrisa. Pareciera que Amao le estaba contagiando el hacer eso. Le gustaba.

El tsundere retiro su semblante molesto y lo reemplazo por un enorme sonrojo que casi rodeaba sus ojos junto a una expresión aterrada, aquello último en señal de que no sabía cómo reaccionar a eso sabiendo bien como las palabras dulces de ella actuaba en él. Al darse cuenta como se estaba comportando prefirió tirarle la bolsa para que ya no le pusiera atención.

La yandere consiguió atraparla a tiempo y la abrió encontrándose con un pequeño bentō, una pera y una botella de agua. Miro a su amigo con sorpresa y luego otra vez a la comida que le había traído, solo para otra vez centrar su vista en él.

—T-Te t-traje esto antes de que ese idiota lo hiciera, el igual quería traerte algo p-pero está ocupado haciendo una especie de pastel en mal estado**. ¡N-No creas que me interese que estés bien aquí! Es solo que-yo...eh-soy...buena gente.

El más alto quedo estático en su lugar al sentir como su mejor amiga lo abrazaba y restregaba de manera leve su mejilla en su pecho. Ella ahora no podía evitar el sentirse feliz, eso debido a que hubiera alguien que se preocupaba asi por ella, fue un acto "automático" el lanzarse a abrazarlo, ni ella se dio cuenta de lo que hacía hasta que sintió su cabeza descansar en el cálido pecho contrario.

Fotos everywhere.

Se separo lentamente de el e ignorando el dilema sentimental con el que había dejado a Osano peleándose, metió una mano en la bolsa y saco la botella de agua.

Grave error.

En menos de dos segundos se escuchó una estampida dentro del lugar, luego muchos "zuip" tal y como si estuviesen despegando algo y de la nada sintió como todos se tiraban sobre ella pegando otra vez miles de notas en su espalda, hombros, abdomen, piernas, cintura y cabello. Para colmo antes de caer al suelo sintió algunos golpecitos en su trasero, prueba de que igual ahí había post is. Todos los actores y actrices estaban a su alrededor diciéndole a gritos que les trajera agua o cualquiera otra cosa que se les viniera a la mente.

Lo que ella no lograba entender era por qué hacían eso si ya lo tenía anotado en los papelitos que invadían todo su cuerpo. Que ilógicos podían ser a veces los demás.











Con dificultad cargaba con más de diez botellas de agua en los brazos, las cuales amenazaban con caerse a cada segundo; dentro de su mochila tenía como cinco latas de soda de uva y otras siete con jugo de manzana. A su lado, su confiable tsundere sostenía bolsas de frituras con queso, el igual había tenido que vaciar su mochila y ahi adentro ahora descansaba unos quince envases de yogurt bebible de distintos sabores.

—Gracias por ayudarme con esto— murmuro la más baja con algo de pena mientras hacia su mayor esfuerzo para cargar con todo eso.

—Eres una gran torpe, baka— respondió molesto.

—De tanto que me lo dices...creo que empezare a creérmelo— bromeo intentando aligerar el momento. Otra cosa que Amao le había pegado.

—No te hagas la idiota como el idiota, sabes de que hablo. Ese imbécil no va a dejarte en paz hasta que te vea acabada, solo déjalo y listo, a lo mucho solo lo soportaras el resto del año pero luego te olvidaras de el cuándo estemos en tercero y el en algún teatro gritando su apellido para que acepten producir sus bobas obras.

—Aún asi, este engreído con aires de ser divino tiene kouhais de segundo y primero a los que les dirá que me sigan haciendo la vida imposible aunque el ya no esté aquí, igual que se lo dirá a quien deje como nuevo líder y yo tendré que pasar mi último año como esclava— se detuvo un segundo y respiro hondo para no perder los estribos —. Solo me queda soportarlo hasta que se canse de mí y se encapriche con alguien o algo más.

—Jump, como quieras. Solo una cosa más.

— ¿Qué?

—No entiendo como los distribuidores dejaron todo esto fuera de las máquinas expendedoras, al menos hiciste algo útil y lo notaste antes de que alguien más lo hiciera.

La pelinegra desvió la mirada del camino sonrojada y frunció los labios. La verdad era que no lo había encontrado como le había dicho a su amigo. Más bien, tuvo que olvidarse por un rato de su dignidad.









Flashback

Necesito diecisiete botellas de agua con gas, quince yogurts bebibles de durazno, fresa, manzana con y sin trozos de frutas y que tres de esos que tengas nuez. Siete jugos en lata de manzana sin azúcar, cinco de uva bajos en grasa y diez bolsas de frituras de queso. Lo quiero a-ho-ra.

Si, por lo visto alguien ha olvidado que estos favores no son gratis.

¿Quieres panty shots? ¿Ahora? ¡No tengo tiempo para esconderme aquí y esperar a que alguna chica venga!escribió rápidamente antes de ver a su alrededor, apreciando el baño.

Bueno, entenderás que no puedo darte nada sin recibir algo a cambio, de igual forma para que tengas a Taro-Senpai tienes que hacer ciertos sacrificios. ¿Lo sabes, verdad?

Ve directo al grano.

Últimamente me han llegado cada vez más pedidos interesantes, los chicos ya no solo piden panty shots, ahora también quieren bra shootings e inner shots***; mis contactos ya se están encargando de completar los pedidos pero...

¿¡Ahora quieres que tome fotos de las chicas semi desnudas!? ¡Los hombres son unos asquerosos!

Hay un pedido que te incluye.

—... ¿qué?

Alguien me pidió las panty shots de Midori-chan, Pippi-chan y la tuya. Tengo las fotos de ambas, pero no tengo ninguna tuya.

¡Por supuesto que no lo hare! ¡No pienso dejar que un pervertido me vea en ropa interior! ¡Quien sabe que hare con esa foto, no quiero ni imaginármelo!

No seas tan dramática. Además, o lo haces, o te olvidas de nuestro acuerdo y de que guarde en secreto todas las cosas que has hecho, como asesinar a tus propios compañeros, invadir la privacidad de los estudiantes tomándoles esta clase de fotos y engañar a la gente para luego intentar matarla o incriminarla. Creo que sabes a que me refiero con lo último.

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Juro que cuando sepa quién eres te arrancare los ojosmurmuro furica mientras apretaba el agarre que ejercía en el borde de su falda. Y el hecho de que estuviera vendada de ojos no ayudaba a su mal humor. Aún asi, cerro sus ojos con fuerza y alzo la tela azul que cubría sus bragas de color negro. Tuvo que morderse la mejilla para no gritar miles de injurias cuando sus oídos captaron el sonido de la foto tomándose —. Te odio.

Y no sabes cuánto me alagas haciéndolo escucho de parte de una voz profunda y en cierto modo casi gruesa que pertenecía al sujeto que le había tomado la foto.

Info-kun.

Soltó su falda y sintió las manos de su aliado colocarse en sus hombros para luego empujarla, imagino que hacia la salida. Escucho la puerta abrirse y luego un empujón que la saco del club. Por ultimo escucho la risa del sujeto y se quitó la venda para poder encararlo, pero para su desgracia la puerta ya estaba cerrada.

—Maldito susurro temblando por la furia que recorría sus venas. Debido al calor de aquello mismo, no percibió el sonrojo que la adornaba bajo sus ojos.

Fin del flashback.

—S-Si, que suerte— respondió ocultando su vergüenza.












Una vez que hubieron repartido a cada uno lo que habían pedido se despidió de Osano y le hizo prometer que la esperaría para caminar juntos de regreso.

Dejo escapar un suspiro de agotamiento y decidió ir a ver a Kizano, el tiempo de descanso estaba por acabar y seguramente querría ya su masaje de hombros y sus cien cepilladas al cabello.

Sin embargo, conforme se fue acercando noto que el pelimorado de sus pesadillas estaba hablando con alguien más adentro de su camerino, pero no podía reconocer del todo la voz, solo que era una chica y que por lo visto no era Musume. Se asomó logrando ver unas medias de color rosa con un degradado oscuro y una guitarra negra, al acercarse más por fin pudo ver que se trataba de Miyuji Shan, la líder del club de música ligera. Kizano le gritaba furioso mientras que ella solo intentaba hablar con calma. Finalmente, entendiendo que no era el momento adecuado para poder platicar con él, tomo su guitarra, se despidió y se fue de ahí.

Ayano apenas pudo reaccionar pero no lo suficientemente a tiempo, cuando la otra azabache con mechas rosas salio del camerino se sorprendió al ver a la yandere tras la puerta, no era necesario ser tan listo como Kaga para saber que la menor estaba espiándolos. Cerro la puerta y le tomo del antebrazo, empezó a verla de arriba a abajo con desconfianza, puso extrema atención en sus ojos a los que se les quedo mirando fijamente por algunos segundos. De un momento a otro, relajo su semblante y la soltó.

—Ya te recuerdo. Eres la chica que empujo a Kizano-san el lunes frente a todos.

—Fue un accidente— se defendió.

—Lo sé, pero él no lo ve asi. La verdad tienes suerte de que solo te mantenga aquí, en secundaria un niño le puso el pie para que se cayera y lo acuso con sus padres, la familia del niño fue demandada y él tuvo que pasar el verano en un reformatorio. Es el poder de los Sunobu.

—Se nota que exagerar es de familia— comento desinteresadamente.

—Y dime, ¿Qué te puso a hacer aquí?

—Asistente personal y en lo que haga falta del club.

—Wow, eso sí que es raro. Él es muy...especial respecto a la gente que lo rodea, pero no es su culpa, solo que esa es su forma de ser. ¿Cómo te llamas?

—Ayano Aishi.

—Miyuji Shan, solo dime Yu. Nos vemos— se despidió con un además y paso a su lado para poder irse. Viendo aquello, también se giró dispuesta a entrar al camerino; una mano ya conocida la tomo del hombro y la giro para que viera la súplica en sus ojos —. Por favor cuida a Kiza-san, los demás líderes y yo es lo que siempre hemos hecho, no tienes que entenderlo...solo protegerlo.

Ahora de forma definitiva, se fue de ahí corriendo, solo había ido mientras le daba un corto descanso a su banda para que pudieran seguir tocando. Ayano parpadeo confundida, sacudió su cabeza y entro. Apenas lo hizo no pudo despegar sus ojos del líder dramático, quien estaba recostado en la pared mientras se cubría el rostro con ambas manos.

— ¿Quiere su masaje ya? ¿O prefiere que le cepille el cabello? — inquirió no muy convencida.

El mayor se destapo la cara y la miro con una seriedad que no le había visto nunca, era una expresión que simplemente no combinaba con él. Paso su vista violeta de la yandere al techo y lo miro unos momentos antes de cerrar sus ojos y soltar una exhalación tan honda como si ya hubiera dejado salir algo que lo agobiaba...o estuviera cansado de mantenerlo dentro. Se deslizo por el muro hasta quedar sentado en el suelo, se cubrió más con su capa y levanto su rodilla izquierda, dando un aspecto como el que debía haber tenido Isaac Newton cuando le cayó en la cabeza la manzana con la que descubrió la gravedad.

—No. Solo vuelve a ponerme crema y diles a los demás que se vayan. El ensayo termino— murmuro monótonamente mientras acariciaba la tela de su capa.


















*Aqui puse que populares y no-populares se definieran por su personalidad, pero aún asi y como diria Kizano: hay clases. En este capitulo, se muestra que los de personalidad mariposa social, heroe y perfecto (que es una personalidad que YandereDev quiere agregar) son los pupolares, por eso oki kata no: el mas grande. Y los de personalidad cobarde, mascota de la maestra y delincuente son hen'na hito: persona extraña o bicho raro.

**El pastel que Amao intentaba hacer, era el conocido pastel chueco. ¿Quien lo conoce?

***Inner shots no tiene una traducción clara, pero en resumen seria "fotos de zonas intimas". Que cochino el Info-kun.

Y hasta aqui el capitulo. Espero que les haya gustado y perdonenme por no poner el nombre del Amao x Ayano, es que no supe donde meterlo aqui en el capitulo...mentira si supe donde pero esta ya estaba demasiado largo, tal vez para el que sigue.

¿Por que los lideres "protegen" a Kizano? Eso se sabran MUCHO mas adelante, sorry. Por ahora vamos a deleitarnos unicamente con la rapida aparición de Miyuji en este capitulo; lei su ficha y me dio bastentes nuevas ideas. Como sea, espero que les alla gustado, los quiero. Nos leemos luego.

¡Votos y comentarios se agradecen!

¡Hasta el proximo capitulo!

¡MoriDark19, fuera!

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