Narra Aimep3

Hola, talvez ustedes ya me conozcan, soy la gorda de color negro en la piel, la que es bien odiada en cualquier parte del mundo. Algunos ya conocen mi historia, el cual muchos no entienden y piensan que es fácil luchar por tu propia cuenta por autoestima, pero muchos no saben lo duro que es. Como muchos saben, sufro porque un marido me engaña, y me dejo porque también lo engañé.

¿Adivinen qué? No me lo podrán creer, les parecerá mentira, pero me he conseguido otro hombre. Y no es cualquier hombre, o al menos no es humano, sino es un ser antropomorfico que había conocido una vez en la playa. Su nombre es Sebastián (sebasgamer1). Ah~, es muy guapísimo (dijo haciendo como doña Florinda), es un tiburonsote con unas buenas pelotas; no saben lo tan goloso que pueda ser. Pero no se preocupen, les contaré cómo es que lo conocí...

Estaba caminando por las calles de la ciudad en un miércoles de miseria, sigo tan apestosa como siempre, desayuno y ve voy a dar un paseo por ciudad. Estaba muy bien hasta que de repente, al caminar hasta llegar a un callejón accidentalmente, me había tomado por las tetas de gorda un secuestrador, quién me llevó en su camioneta color negro al igual que yo y la iba manejando otro señor igual de sexy, cuyo chaqueta de motociclista hacían resaltar sus músculos.

- Nooo, saquenme de aquí, quiero estar con mi infiel esposo - gritaba aterrada como los niños rata gritando con el micrófono, temblando hasta entumecimiento en las patas y me dió un dolor inimaginable, para después llorar como niña de cinco años.

No supe cuándo, pero llegué a dar a la Península de Barú, sitio que se encuentra ubicado en Colombia, un país sudamericano. Había llegado en avión departe de aquellos tipos. Había estado en la madre por no se cuánto, encerrada, a oscuras, sudando y apestando como cerda, era insoportable.

Hasta que después los muy perros me sacaron, y me llevaron hasta un crucero especial para asaltantes, en donde había más violadores y desgraciados como ellos. Ya dentro, los perros se comenzaron desprenderse sus ropas, Uff.... Unos papuchos. ¿Qué más puedo platicar de esto? Me hicieron el delicioso, cada uno, hasta me metí con un gordo; y me gustó.

Estuve ahí por más de tres meses, hasta los cabrones decidieron dejarme....

Ala, kbrona, te nos lavas por ahí - contesta el gordo prieto al estilo Cipro.

Estos me dejaron por una isla, ahí duré días bajo el sol, quería irme pero no podía. O si intentaba irme me ahogaba. Lloré y lloré como puerca...

Quería llegar a casa, deseaba que alguien me rescatara, y poder calmar mis lloriqueos de niño de primaria. No sabía qué hacer, lo único que podía hacer era llorar como puerca, mientras que sentía la maldita arena en dentro de mis pies, en mis manos y algunas partes de mis brazos. Toda sucia como la Sucia, toda quemada iría a estar (más negra estaría). Cae la noche y nadie me pudo ayudar, y pasé de un maldito calor bajo los malditos rayos del sol a un frío tremendo gracias a la noche. Mientras sentía un maldito ardor por las quemaduras.

Hasta que, en ese momento, viene un tiburón, el cual vino hasta la isla en la que yo estaba. Lo sorprendente de esto, era que salió del agua y se paró como si fuera un humano, me mira y se me acerca. Y yo toda cagada del miedo; no podía huir porque, obvio, no podría salir de la isla porque sino me ahogo. Se me acerca determinadamente y me habla.

Tiburón: Mmmm... ¿Qué se supone que haces aquí?

Perrap3: ¿Eh? Ah, pues... Resulta que unos asaltantes me secuestraron desde México hasta aquí, me metieron pija chida y me dejaron aquí ;<;

Tiburón: Ahhh, bueno, si quieres yo te llevo :)

Putap3: ¿Enserio?

Tiburón: Claro, amiga gordis.

Pollap3: Gracias, eres muy amable.

Entonces aquel tiburón me monta en él, del cual le fue un poco difícil por mi peso, pero aún así me lleva. No obstante, al llevarme resultó que nos hundimos sin haber estado en a mitad del océano.

Yo no sabía nadar, trataba de escapar, pero mis esfuerzos eran como plumas blancas de animal. El tiburón, como era un ser marítimo, fue quien me tomó de la camisa y me lleva rápido hasta por fin llegar a la playa. Eso fue un alivio para mí, y me sentía agradecida con ese tiburón a olor a pescado.

Zorrap3: Muchas gracias - dije para después abrazar al tiburón con todo y músculos, quién luego corresponde.

Tiburón: De nada - percibe mi olor medio raro de negra - (Esta canija huele feo, qué asco)

Ratap3: Gracias Emm... ¿Cómo te llamas?

Sebas: Mi nombre es Sebastián, pero todos me dicen Sebas - sonríe este.

Lloronap3: Oh... Es un gusto conocerte, Sebas. - respondí un poco a alegre - Bueno, yo no tengo donde quedarme aquí, todo por esos papuchos me dejaron allá.

Sebas: Oh, no te preocupes, si quieres puedes vivir conmigo y con mis amigos.

Demoniop3: ¿Enserio?

Sebas: Sí, enserio...

Ceguap3: Siiiii, gracias - abrazo otra vez al tiburón.

Sebas: Jejeje... Aunque está en otra isla y no sé si quieras ir...

Siguanabap3: Amm... - ante esa respuesta, me quedé pensando, pues ya tenía suficiente con esa isla en la que estaba antes, pero luego de dos minutos - Sí, claro, acabo que habrá mucha gente y una casa...

Sebas: Bien, vamos...

En eso, Sebas me lleva hacia su isla con un poco de dificultad, y así es como llegué a una isla grande. Más grande que la anterior, así como esa película de piratas en donde a un chico unos piratas lo dejan en una isla y conoce a animales y construye una gran casa (adivinen).

Era una cabaña y no cualquiera, sino una muy grande, el cual se hayaba en medio de la selva de aquella isla, cuya vegetación estaba un poco cerca de la casa hasta casi llegar a tocarla. Era un desmadre de hojas.

Pude llegar a la cabaña, la cual se sentía o veía acogedora, aunque no estuviera dentro y desde las ventanas se veían las luces prendidas. Llegamos a la puerta, Sebas abre la puerta y ahí los ví a todos...

Bueno, hasta aquí el capítulo. Bye, mis cielas. <3