[2] ~Naruto~
—¡Vine para expresar mis felicitaciones a los nuevos ninjas!— gritó con una sonrisa a todos los presentes —...y a decirles que mañana serán las entregadas las primeras misiones— exclamó para que los niños le contestaron con un "Sí, Hokage" generalizado
—¡¡Naruto!!¡¡Naruto!!— gritó la rubia moviendo su mano para que el Uzumaki la viera
—Hola Ino— saludo el Hokage quien llegó en un segundo
Shinachiku levantó su cabeza y miró a los ojos a Naruto quien le sonrió y acarició su cabeza
—Asi que tú hijo, se convirtió en un ninja— dijo esbozando una sonrisa
—Sí— contestó la líder de los Yamanaka y a la fuerza le quito la mochila a su hijo y sacó un documento —Fue el mejor de su generación—
—Ooohh...— bufó con asombro —Felicidades Shinachiku— felicitó el rubio mientras veía a Shina apenado
—Gracias— agradeció el oji-jade regalandole una sonrisa al moreno
A Naruto le encantaba ver sonreír a Shinachiku, su sonrisa le hacía recordar a su Sakura-chan y eso lo llenaba de felicidad
—¡Papá!— gritó el Yamanaka menor lo que el oji-azul del séptimo Hokage sintió como su corazón ya casi le salía del pecho pero cuando volvió a ver a Shina estaba corriendo a Sai —¡Papá!— gritó contentó mientras regresaba con su familia y el Hokage —El Hokage-sama me felicitó por mis calificaciones— se regocijo el oji-jade
—Seguro que lo hizo— calmado miró a Naruto el pálido
—Me alegra poder haberlos visto, me retiro— se despidió el Hokage mientras veía como una de las manos de Shinachiku se unían a Ino y la otra tomaba un regaló de las manos de Inojin
Sai lo miró triste pero al poco tiempo Shina le pidió su mano para caminar a su casa a festejar
~•~
Naruto se acomodó en su oficina y miró por la ventana
—Si pudieras verlo, Sakura-chan, es un gran chico y tan guapo como su padre— habló con un tono nostálgico
—La humildad no es lo tuyo ¿Verdad?— dijo un pelo grisáceo entrando a la oficina del séptimo
—Hola Kakashi-sensei— saludó el rubio
—Mañana cumple años Shinachiku— añadió el antiguo Hokage
—Sí, mañana es 7 de Noviembre y también...— dijo con tristeza
—el aniversario de la muerte de Sakura— agregó el antiguo sensei
—Mañana te acompañaré a visitar tanto a mí nieto como a mí alumna—
—Gracias— agradeció el Hokage y le sonrió
Al día siguiente, Shinachiku tuvo que levantarse a las 5 de mañana pues su mamá lo levantó a la misma hora en que nació
Ino se había alarmado, esa misma hora un rayo de luz muy extraño iluminó el cielo pero no tenía tiempo para eso, aparte de que era el cumpleaños de Shinachiku, también le asignarían su primera misión oficial ya que en los meses después de graduados los sometieron a pruebas que los llevaron a que en noviembre se les dirán las bandanas, y era el aniversario número 13 de la muerte de Sakura
La rubia había hecho algo para que sin saberlo Shinachiku honrara la muerte de la mujer que le dió y dió la vida por él, la Yamanaka hacía que el rubio plantará rosas y flores de todo tipo en el jardín así como cuidar el árbol de cerezo que Ino había plantado el día que el oji-jade nació, en la noche Ino llevaba las rosas, flores y ramas del cerezo que no había florecido a la tumba de Sakura en nombre de Shinachiku
—Mamá ¿Las rosas rosas florecieron tan hermosas como el año pasado?— le pregunto mientras cortaban las flores Ino y él
—Sí, cada año mejoras— felicitó la de ojos azul verdoso
—Mamá— llamó el oji-jade —¿Porque siempre que cortamos las flores tienes un cara triste?, Y así es todos los años— interrogó preocupado —Pense que era porque me quedaban horrible—
—No te preocupes por eso, bebé, estoy bien, es solo que me recuerda cuando naciste y me da tristeza verte crecer tan rápido— alegó la rubia con una sonrisa triste
—No te preocupes tú mamá, yo siempre seré tu bebé— exclamó muy entusiasmado —Nunca te dejaré sola, siempre te protegeré mamá—
Ino sintió como las lágrimas brotaban de sus ojos y la cara de Shinachiku preocupado, pero sonrió limpiando el agua de sus mejillas con su antebrazo
—Te quiero demasiado Shinachiku— alcanzó a decir y tomó la mano del oji-jade —Prometeme que tú, nunca me abandonaras— dijo y la abrazó a ella
—¿Alguien ya te abandonó? Mamá— interrogó el rubio
—No le tomes importancia, mi amor, solo es una tontería— calmó la Yamanaka
—Yo te prometo que nunca te abandonaré— exclamó decidido
—Bueno amor, creo que ya te debes ir— dijo levantandose y limpiando todas sus lágrimas
—Sí eso creo— afirmó mientras iba tras su madre
Ino le dió una caja donde estaba un chaqueta verde con negro, una camiseta negra, un pantalón y unas sandalias nuevas
—Gracias mamá— agradeció y se fue al baño a cambiarse
La rubia sacó de su mueble una foto de Sakura y ella y la acercó a una de Shinachiku
—Él se parece mucho a tí— murmuró pero el sonido de la puerta del baño hizo que se asustará y de nuevo escondió la foto
—¡Mamá!— llamó el rubio entrando a la habitación con la bandana en su mano —No puedo ponermela—
—Dejame a mí— dijo mientras levantaba las hebras de cabello rubio de una frente un poco amplia recordando a su frente de marquesina
La Yamanaka despidió a su hijo y rápidamente se fue a la torre del Hokage
~•~
Shinachiku miró a Kota y para su sorpresa vio a una arreglada Miu
—¿Qué te sucedió? Miu—
—Solo quería un cambio— dijo nerviosa colocando un mechón de su pelo detrás de su oreja
—No cambiaste casi nada— contestó torpemente haciendo que la oji-rosa se entristeciera
—Creo que ya nos toca— dijo el Nara caminando adentro de la torre
Para la suerte de Kota así era y entraron mirando adentro una mesa larga con el Hokage, su antiguo sensei, Iruka y una señora rara según ellos sentados
—Me siento en una corte— bufó el oji-miel
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