Episodio 9 Paramount x Columbia
En un clima lluvioso de nubes grises en una mañana de martes, todas las empresas llegaron con mal genio debido al mal ambiente por el día y porque habían entrado empapados por el agua de la lluvia; algunos ingresaron con paraguas, otros con sus abrigos y varios con sus maletines en la cabeza. Todos se quejaban a excepción de Paramount. Siempre solía entrar al establecimiento con su mismo abrigo azul cielo de esponjosos bordes blancos que lucían como algodón, su cinturón blanco y lila ajustado y esos pantalones blancos que resaltaban con sus guantes y sus botas de invierno; era de sus mejores estilos lucir ese tipo de ropas cuando se trataba de épocas invernales o heladas, puesto que amaba el frío pero aún así utilizaba un abrigo como comodidad.
Mientras caminaba hacia el ascensor, volteó la mirada casualmente, y allí vio a Columbia: totalmente empapada con su conjunto color salmón, su cinturón negro de emblema amarillo y teniendo su paraguas en mano que parecía haberse roto por algún motivo. Se la notaba temblorosa a causa del frío y la lluvia, ya que se abrazaba a si misma como método de entrada en calor, pero no era suficiente.
Antes de que el ascensor llegará, él no le decía nada porque no soportaba su inquieta rivalidad, sin embargo optó en hacer una acción que ya había hecho antes, en donde hacerlo otra vez resultaba...un gesto penoso de admitir. Sintiendo compasión, comenzó a quitarse su abrigo de invierno, lo ubicó inesperadamente en la espalda de su enemiga y luego apartó la mirada para ocultar su vergüenza. Columbia estaba atónita, no sabía que decir, simplemente volteó a ver al mayor con indiferencia "¿Éste idiota...me acaba de ayudar...?", pensaba impactada.
En el momento que el ascensor llegó, todos los que debían abordarlo subieron, el problema...es que muchísimas empresas se subieron al mismo, quedando totalmente apretado entre si. En los que estaban estrechos en el sitio, se encontraban Paramount y Columbia; sumamente apretados entre ellos. La compañía femenina estaba de espaldas chocando con el pecho de su oponente mientras intentaba que el abrigo prestado no se le cayera "¡Dios! ¡hace mucho calor aquí! agh, ¡aún así no puedo quejarme! prefiero sufrir esto en vez del infernal frío de afuera!", decía soportando la temperatura del lugar, sin embargo, un extraño goteo de agua comenzaba a caer por toda su espalda "¡¿Qué carajos?! ¡¿alguien me está echando agua?!", al voltear la mirada, vio que se trataba de Paramount. El calor era tan denso que parecía estar a punto de desmayarse de tanto sudor
—¡Ah! ¡Oye! ¡¿qué te sucede?! ¡no me digas que te estás derritiendo!— comenzó a alarmarse desenfrenada
—¿Cuánto...falta...para llegar...a nuestro piso...?— hablaba adormecido, intentando no desmayarse a medida que se tocaba su frente del dolor en la zona
—¡F-faltan 3 pisos! ¡aguanta un poco más por favor!— "Es cierto...él siempre ha estado acostumbrado y adaptado al frío...¡probablemente pueda subirle mucha fiebre!", se preocupaba a merced que las demás empresas iban bajando en sus niveles correspondientes, lo que era una buena ventaja ya que el elevador se iba vaciando
—Tranquilo, Mount, con menos personal podrás adaptarte de nuevo—
—Está...bien...— continuaba balbuceando inconscientemente mientras se tambaleaba.
Cuando por fin habían llegado al sexto nivel, Columbia se tomó la molestia de llevarlo a su oficina cuidadosamente, intentando que no se cayera. Una vez que abrió la puerta del despacho de su rival, volvió a sentir ese frío insoportable; molesto para ella pero efectivo para él, pues era su clima tropical. Lentamente lo sentó en la silla detrás del escritorio y lo dejó reposar un poco hasta que su calentamiento corporal bajara.
Paramount yacía en su silla con los ojos cerrados, hasta que pudo sentir que el calor en su cuerpo iba disminuyendo conforme enfocaba la vista detalladamente. Al contemplar con normalidad su visión, lo primero que vio fue a su querida y odiosa enemiga tratando de verificar si tenía fiebre, usando un termómetro especial
—Bia...¿acaso...me estás ayudando...?— comenzó a hablar con lentitud pero con claridad, algo que alegró a la chica de inmediato a pesar de que se estaba congelando en la oficina de éste
—¡Por fin despertaste! tienes suerte de no tener fiebre, galán, felicidades, jaja— decía intentando no temblar y tartamudear del frío —Fuiste suertudo en tenerme cerca. De no ser por mí, te hubieras desmayado delante de todos. Esos idiotas ni siquiera mostraron una gota de preocupación en la situación, así que me ofrecí en traerte aquí porque sé que usas el aire acondicionado a una temperatura invernal— concluyó con una sonrisa simpática.
El estudio friolento no sólo se sintió agradecido por la hospitalidad, sino que también, notó que su rival aún llevaba puesto su abrigo prestado en la espalda, que parecía una especie de capa a simple vista. Verla así se le hacía adorable, y al percibir el frío que ella sentía en el lugar, optó por tomarla de su brazo y empujarla hacia él
—¡¿Ah?! ¡¿Paramount qué haces?!— exclamó ella sorprendida por el acto repentino que la hizo caer encima de su oponente; terminando en una posición un tanto vergonzosa para la menor.
Columbia yacía recostada en el pecho del mayor, mientras ahora estaban cubiertos con el gran abrigo azul cielo que era como una manta de nube esponjosa que los mantenía cálidos completamente. Quería intentar separarse de él pero el congelado clima en el ambiente la hacía permanecer quieta en el asiento junto a Paramount "¡¿Qué pretende?! ¡literalmente estoy sentada sobre sus piernas y apoyada contra su pecho! ¡¿qué hago?!"
—¡Oye! ¡¿qué haces?! ¡déjame ir!—
—Shh, calmate, sólo estoy abrazandóte por agradecimiento en salvarme de un posible desmayo, jaja. Sé que no toleras el frío, y si estás acurrucada a mí puede que dejes de sentirlo—
—¡Deja de decir tonterías! el calor parece que te afectó demasiado...—
—Ja, tan cascarrabias como siempre...— burlaba con pequeñas risas sin hacer carcajadas
—¡Cállate! si seguimos así, es probable que vuelvas a enfermertarte del calor de nuevo, ¿no te parece?— quejaba cubriendo su vergüenza a través de excusas —¡Ya sueltame antes de que te desmayes en serio!— se sacudía intentando liberarse pero seguía quieta en la misma posición
—¿Por qué lo dices? ahora mismo me siento increíble. No percibo ni frío ni calor, es como si...estuviera disfrutando de un clima templado—
—Agh, si como no...¡mejor déjame ir de una puta vez, idiota!— continuaba forcejeando como niña caprichosa, aún sin lograr obtener su libertad
—¿Sabes? si lo pienso bien...creo que ya entiendo porque nos llevamos mal...— mencionó inesperadamente, mientras observaba el techo de un modo pensativo
—¿Eh? ¿qué es esa pregunta estúpida?—
—Al parecer...—
Paramount bajó la mirada. Mirando fijamente a los ojos de su compañera que lucían espléndidos con su color avellana
—Ambos somos el frío y el calor. Y al estar juntos como en esta situación, nos combinamos hasta sentirnos augustos con nuestra tibia corporalidad...¿lo entiendes?—
Columbia quedó con sus labios sellados en duda. Las metáforicas palabras de su enemigo la hicieron cuestionar en lo que decía.
Sus ojos se tornaron llorosos con sólo verlo. Ante su nueva perspectiva, podía ver a Paramount como alguien generoso, gentil y paciente. Había veces que éste se comportaba como alguien cruel, vengativo, fastidioso y grosero, incapaz de ser soportado por alguien como Columbia que era totalmente impaciente. Si lo que decía Paramount era cierto, eso explicaría porque sus personalidades opuestas chocan como fuego y agua hasta evaporarse en vapor hecho de rencor y odio entre ambos.
La mujer que siempre era estricta y soberbia con los demás, en un momento como éste se sentía como una compañía sumisa ante el frío sujeto que nunca la soportaba ¡odiaba pensar en ese sentimiento!
Sonrojada hasta las orejas e incapaz de expresarse, no tuvo de otra que recostarse en el pecho del mayor que la miraba extrañado. Su realidad es que se había quedado sin argumentos o excusas que inventar; cerrando sus ojos para sentir el cálido cuerpo de éste, y de paso, tratar de desviar la plática
—Oye...¿no crees qué el responsable de vigilarnos por las cámaras está molesto por no estar trabajando...?—
—¿Y eso qué? su deber es vigilarnos, no regañarnos, así que no te preocupes—
—¡Agh, maldición!— expresó de repente levantándose nuevamente. Esta vez sosteniendo al contrario de su camisa blanca —¡¿Se puede saber por qué te estás comportando cómo un Santo conmigo?! ¡se supone que me odias!—
Él no respondió velozmente, sin embargo sonrió tranquilo y contestó naturalmente bien
—Quiero hacer una tregua contigo. Es todo—
Ella lo soltó en un instante. Quedándose pensativa en lo que decía tan confiado
—¿Hablas...en serio? no me digas que estás tramando algo...— dijo molesta, cruzandose de brazos y frunciendo el ceño de seriedad; queriendo intimidarlo
—Juro que no miento. Es que, ya estoy harto de siempre discutir y pelear contigo. Lo veo como una pérdida de tiempo. Tal vez...deberíamos ser sólo amigos...—
La petición enojó de primera mano a la de estándares altos. Levantándose bruscamente y acorralando al mayor contra su silla violentamente
—¡¿Me estás tomando el pelo?! por Dios, aparte de idiota: ingenuo— exclamó haciendo una mueca de fastidio —Tsk, ni sueñes que tendré una amistad contigo. Ya tengo demasiados problemas como para confiar en un presumido irrespetuoso como tú. Mejor sigue haciendo estupideces con tu afeminado amigo y déjame en paz— finalizó manteniendo un poco de distancia con su oponente
—Nunca comprendo la razón de tus quejas y enojos. Te molestas por todo como si fueras una niñita mimada y ocultas tus verdades a través del rencor y la vergüenza, ¿acaso me equivoco?—
Paramount había dado en el clavo. Al decir la pura realidad detrás de la dama gruñona, ésta no pudo evitar volverse a enojar por exactamente lo mismo; diciendo cada vez más mentiras y excusas sin cesar
—¡¿Y tú qué sabes de mí?! ¡técnicamente ni siquiera me conoces!— resongaba dando pisadas con sus altos tacones negros
—Ja, como lo pensaba. Quien diría que la compañía más mandona del edificio sería tan tímida con sus sentimientos, jaja— respondió de forma burlona. Un acto tan intolerable para Columbia que la hizo salirse de quicio hasta ser capaz de darle una fuerte cachetada en su mejilla.
Tal acto imprudente dejó impactado al estudio de montañas nevadas. No tenía palabras al respecto luego de recibir semejante cachetada que dejó su mejilla rojiza por el golpe.
Columbia se retiró de la oficina sin otra cosa que agregar a la discusión; mordiendo su labio inferior del enojo mientras apretaba los puños que crujían con fuerza y cerrando la puerta fuertemente.
En el camino por uno de los pasillos hacia su oficina, sus pensamientos le indicaban una gran cantidad de insultos al azar por la furia que llevaba conteniendo desde la reciente discusión. Aunque no todo eran palabrotas incoherentes, ya que por otro lado pensaba en todo lo demás que había ocurrido "¡¿Perdió la cabeza o qué?! primero me odia a muerte, luego me acurruca a él como si fuera una niña...¡¿y ahora quiere ser mi amigo?! Dios mío, es un idiota".
El reloj apuntó ambas agujas a las cuatro en punto aproximadamente; el horario favorito de Columbia: el del almuerzo. Recordando el hecho de que se había distanciado de sus amigas hace tiempo, la única opción que tenía ahora era estar sola en el buffet o en su despacho comiendo sus sándwiches antojables mientras veía cualquier cosa en su celular. De vez en cuando subía fotos a sus redes sociales, y aunque tenía una gran racha de seguidores y atención todos los días, le daba algo tristeza ver y recordar que ninguno de sus compañeros de trabajo la seguía y tampoco le daba like a sus publicaciones; sintiendo ese feo remordimiento de profunda decepción al no tener amigos.
Estando sola en su sede como siempre. Se la pasaba echada en su silla con los pies sobre el escritorio a medida que bebía una lata de Pepsi, comía un sándwich de lechuga con tómate y se reía contemplando las cosas que le aparecían en su celular. Casualmente miraba las redes de sus colegas; veía el Instagram o Twitter de Disney, Pixar, Dreamworks, Universal, Ilumination, etc, y de tan sólo verlos triunfar en todo le daba una envidia potente que le generaba cierto desagrado en su rostro "Ugh, sólo quieren llamar la atención...", pensaba mientras se arrancaba la piel de los labios con delicadeza.
Sintiéndose tediosa, cerró las ventanas de las aplicaciones que no usaba y se dirigió directamente a Tinder "Mmm, ahora que lo pienso...si decido no volver con Sony, debería buscarme una nueva pareja, ¿no?, ¡ja! entonces veamos que tiene de bueno Tinder para recomendarme, jeje...", comenzó a mirar la aplicación con una sonrisa pícara y yendo a buscar su gusto más formidable de hombre
—¡Jajaja! ¡no puede ser! ¿desde cuándo Warner se hizo un perfil? ¡jajaja, que solterón de porquería es, jaja!— reía con su mano sobre su estómago, intentando no orinarse de la risa
—Ay...en fin, supongo que esta basura no vale la pena, por algo Universal lo terminó. Veamos que otros candidatos hay...—
Del aburrimiento, buscó y buscó miles de perfiles pero ninguno era convincente. Lo que la enojaba aún más sabiendo que desperdició tiempo para nada "¡Maldita sea! ¡¿por qué siempre tengo que perder mi tiempo en estupideces?! ¡eres una perezosa, Bia!", se insultaba a si misma golpeando la mesa de trabajo, permaneciendo con la mirada baja; solamente viendo el suelo.
Para su sorpresa, su teléfono vibró y sonó a la vez. Rápidamente lo volvió a prender al levantar la mirada y no podía creer la notificación que le acababa de llegar: tenía un nuevo seguidor en Instagram "¡Si! ¡quizás finalmente podría ser uno de mis compañeros!". Con entusiasmo fue a su bandeja de seguidores y...la identidad del seguidor la había dejado atónita
—Es...es...¡ese bastardo hijo de perra! ¡¿pero qué mierda le pasa?! ¡¿es masoquista o qué?!— apretaba su celular con fuerza de la ira al enterarse que ese nuevo seguidor era Paramount "Maldito...ni con una cachetada es suficiente...¡¿qué más quiere?!", pensaba sin tener alguna idea ingeniosa para apartarlo. No obstante, la única ocurrencia que pudo tener al respecto, era ignorarlo por lo menos la mitad del día si era necesario.
Al decidirse con su plan de ignorancia, así lo hizo. No mantenía cercanía con él al pasar, no lo escuchaba cuando hablaba y tampoco tenía contacto visual en los momentos que permanecía lejos de éste. Para ella, su plan iba de maravilla, sin embargo cada vez que tomaba su celular por voluntad, una que otra notificación de "nuevo seguidor" le llegaba de diferentes aplicaciones, significando que Paramount la había comenzando a seguir en todas sus redes sociales repentinamente "Dios mío...parece un acosador, ugh", quejaba silenciando esos mensajes rápidamente desde la configuración en su móvil.
A pesar de haber ajustado las notificaciones, aún así no dejaban de llegar de diferentes partes inexplicablemente. No importaba que hora fuera en el establecimiento, Paramount seguía enviándole mensajes que indicaban insistencias súper molestas
—¡Ahhh! ¡me tiene harta!💢— comenzaba a tornarse roja de la furia —¡Es suficiente! ¡así no puedo trabajar!— dijo cerrando su computadora de trabajo y poniéndose de pie echando la silla para atrás.
Cegada del rencor, cerró la puerta de su propia oficina tan fuerte que rompió la manija. Con una postura de caminata luchadora, iba de puños cerrados esperando ha llegar al sitio laboral de Paramount y así golpearlo como se le dé la gana si era su única opción de callarlo inmediatamente, sin embargo...hubo un detalle importante que la hizo detenerse a mitad del camino "Un momento...no puedo causar una pelea así de repente porque...¡esas putas cámaras no me dejarán hacerlo! ¡ahh, carajo!", empezó a resongar en pleno pasillo golpeandóse la frente de la torpeza "Agh...ni modo...no tengo de otra que hablar civilizadamente para que podamos tener una buena convivencia delante el responsable de vigilarnos...".
Relajándose un poco, volvió a concentrarse en su objetivo e ir a confrontar a su rival de una buena vez. Por un lado, seguía sin comprender porqué razón Paramount decidió hacer una tregua...¿qué pretende con eso?. Tal vez hubiera sido una buena idea si no mencionaba ese requisito de "ser amigos"; lo veía como algo totalmente estúpido y sin sentido "Es inevitable...quiere que yo: su peor enemiga de hace años, se convierta ahora en su mejor amiga, ¿acaso planea usarme para algo y luego déjame cómo ridícula? tsk...sólo él es capaz de responderme estas dudas tan ilógicas y absurdas"
Como último paso en su caminata, al fin había llegado a la entrada de la sede de Paramount. Tenía hartas ganas de patear la puerta o entrar simplemente sin permiso, pero no podía hacerlo si las cámaras la mantenían fija. En un estado descontento, solamente tocó la puerta y esperó alguna respuesta, la que fue eficiente al instante
—¿Quién es?— preguntó el dueño de la oficina desde adentro
—¡Soy yo, idiota, Columbia Pictures! ¡la que te bajará los dientes de un puñetazo si no me dejas entrar!—
—Mmm...como quieras, sólo pasa—
La mujer seguía con el ceño fruncido en apenas abrir normalmente la puerta mientras soportaba ese frío de refrigerador y veía al propietario de espaldas sentado en si silla giratoria conforme tomaba una café caliente con malvaviscos y contemplaba la tranquilidad de su celular
—¿A qué se debe tu visita, Bia? me extraña que vengas aquí sabiendo que me odias— dijo bebiendo un sorbo de su café sin ni siquiera darse la vuelta
—¡No te hagas el bicho muerto, bastardo! ¡me estuviste acosando por todas mis redes aún teniendo a todas silenciadas de ti! ¡¿qué mierda te ocurre?! ¡¿intentas empeorar todavía más mi vida?!—
—¿Huh? ¿de qué hablas? ¿por qué querría arruinarte la vida si pedí una tregua?— mencionó intrigado, volteándose para verla con seriedad
—¡¿Y tú por qué quieres ser mi amigo?! ¡siempre me repites que me odias! ¡¿y de repente quieres una amistad conmigo?! ¡nada tiene ni el más puto sentido! ¡explicate!—
Paramount no dirigió palabra alguna en aquella duda. Luego de haberla escuchado, sólo se levantó y se posicionó con su café en mano delante del escritorio, quedándose apoyado en él y viéndola seriamente
—Cielos, si que eres terca como un burro. Ya te había dicho que estoy cansado de pelear contigo, ¿qué sentido tiene seguir así?— quejó tomando otro sorbo de su taza azul con ícono de un copo blanco en el centro —Piensálo bien, mujer: llevamos entre 90 y 100 años de desperdicio odiandónos por películas que quizás ni valieron la pena hacer o que no tuvieron éxito alguno pero no queremos admitirlo. Técnicamente hablando, somos muy parecidos a los castrosos de Disney y Dreamworks; todos los días estamos peleando por lo mismo y nunca nos dimos el tiempo adecuado para conocernos correctamente por culpa del trabajo y lo que éste provocó por audiencia humana, ¿comprendes?—
La compañía inferior se quedó callada antes de que pudiera decir algo al azar por la impulsividad. Lo que la dejó más bien pensativa por un largo momento, procesando y analizando todo lo que le acababa de decir el mayor del largo abrigo invernal "Con que conocernos correctamente eh...mmm...si mal lo recuerdo...éramos muy jóvenes en ese entonces cuando comenzamos a competir por entretenimiento y el mercado principalmente...sin embargo, tampoco logró acordarme...quien fue el que inició la disputa...¿él o yo?".
FLASH BACK
Hace 90 años
En una diminuta oficina, participaban las mejores empresas de la industria del cine, entre ellos se encontraban Disney, Universal, Warner, Paramount, Columbia y National Geographic. Todos compartían la misma y larga mesa amarilla que los dividía en poco espacio. En la oficina hablaban y discutían sobre diferentes tipos de ideologías para poder inspirarse y que cada uno consiga una mejor originalidad en su próxima película; sería un tipo de "competencia" creada por ellos al ser sólo unos niños traviesos que anhelaban llegar al éxito total de una forma ambiciosa
—¡Buhh! los extraterrestres me parecen aburridos, son mejores las caricaturas educativas. Ustedes no entienden nada— opinaba la joven compañía del ratón con sus 10 años de edad
—Ay si como no. Por lo menos yo obtendré el doble de audiencia por incluir al público adulto. Tú sólo haces contenidos para niños, lo que te resta la cantidad suficiente para fracasar en popularidad— mencionó Universal con su grave voz de 22 años, acomodándose la corbata para lucir refinado
—Todos aquí son puro bla bla bla— fanfarroneaba Warner inclinándose en la silla, haciendo puras burlas con su mano de charlatán
—Chicos, por favor, en vez de pelear por tonterías, mejor hay que darnos ánimos para que cada uno tenga éxito en lo suyo— dijo Paramount de brazos cruzados y con la mirada hacia abajo, aparentando seriedad y tranquilidad con opinar
—¡JAJA! me parece que olvidaste que esto es una competencia, "Reina de las Nieves". El optimismo es lo de menos y el orgullo es lo de más. No lo entenderías porque tu cerebro está más congelado que tu trasero, ja— burlaba Columbia cruzada de piernas y brazos, luciendóse ante su oponente que permanecía calmado, ignorando completamente las burlas de su compañera
—Oigan, si van a discutir como niñas, ¿para qué me invitaron a venir?— comentó National Geographic aburrida en su asiento en la punta de la mesa
—Porque eres mayor que todos nosotros y porque eres la más inteligente. Dinos, ¿qué género debería hacer cada uno su película?— dijo Warner entusiasta
—Ni idea. Por mí hagan lo que quieran, yo me largo— concluyó yéndose de la oficina.
El debate en el lugar duró bastante tiempo, hasta que cada uno se decidió en lo que harían y se retiraron con la mente competitiva. Todos estaban seguros en lo que trabajarían y también soñaban con derrocarse entre ellos, sin embargo el único que no estaba de acuerdo era Paramount (aparte de National Geographic). Él sólo pensaba en hacer sus labores sin importarle competir, presumir o discutir con sus colegas pretenciosos que buscaban atención inútil.
Mientras caminaba en los pasillos con una carpeta de hojas en brazos, una presencia refinada apareció por delante con una intención egoísta de percibir. Columbia se había hecho presente, interrumpiendo su camino a propósito, quedándose allí parada con sus manos en ambas caderas y manteniendo ambas piernas abiertas, dejando ver sus largas y delgadas piernas cubiertas con una tela transparente color púrpura combinado con sus tacones negros mientras traía puesto un vestido lila corto bien apretado al cuerpo que dejaba ver parte de su pierna derecha
—¿Vas a algún lado, galán? creo que olvidaste pedirnos disculpas, ¿no te parece?—
—¿Eh? ¿qué diablos dices?— se mantenía firme con el rostro serio
—No te hagas el idiota. Interrumpiste la reunión con tus sentimientos cursis de "ánimo", ¿no te parece una falta de respeto interrumpir así?—
—¿Hablas en serio? literalmente todos se estaban hablando por encima y ninguno se quejaba por interrupción😑—
—¡Cállate y disculpate!— obligó señalandólo con el dedo índice
—Ni muerto me disculparé por un capricho ilógico de una mocosa como tú. Adiós— intentó finalizar la disputa pasando de largo a la chica terca de elegancia exagerada, pero ésta lo detuvo tomándolo del brazo
—Ja, te irás cuando yo lo diga, "copo de nieve"—
—Si no me sueltas...te juro que te costará muy caro...—
—Aw si, que miedo das. No me haces ni temblar los dientes y crees que puedes extorsionarme, ja, te oyes como un comediante— inesperadamente, Columbia lo jaló del brazo hasta abalanzarlo al suelo, golpeando fuertemente su espalda y dejando caer su carpeta hacia cualquier dirección
—¡Agh! ¡maldita!—
—¿Qué sucede? ¿no dijiste qué me harías pagar? ¡jajaja!— carcajeaba mirándolo desde arriba aún estando parada y con las manos en sus caderas. Presumiendo su victoria —¿Sabes cuál es nuestra diferencia, galán? yo tengo una fuerza increíble y un 10/10 en combate cuerpo a cuerpo. En cambio tú...sólo usas palabras para defenderte, así como lo hace Warner...¡jaja! deberían ser amigos—
El estudio que había sido vencido podría verse como un debilucho comparandóse a ella, sin embargo siempre tiene un as bajo la manga que nunca falla en situaciones de "rendimiento" como éstas
—Ja ja...tienes razón, Columbia...pero, creo que te faltó una segunda diferencia...— hablaba sonriente. Poniéndose de pie lentamente por el fuerte dolor en su espalda
—¡JAJAJA! si como no. Otra de tus palabras manipuladoras para ganarme, pff— seguía conversando su victoria
—¿Estás segura? ¿entonces qué me dices de esto?—
En un abrir y cerrar de ojos, Paramount dio unos tres aplausos, en donde sus palmas se llenaron de muchísima nieve flotante que parecía un remolino mientras movía ambas manos a la par
—¡¿Qué carajo-...—
Sin terminar de hablar, la empresa helada echó toda esa nieve congelada acompañada de viento a la cara de su compañera irritable. Lo que ocasionó que ésta saliera volando hasta chocar con una puerta lejana, a medida que intentaba quitarse toda esa nieve de los ojos como si fuera arena
—En fin, mi trabajo aquí ha terminado✨— burló él sacudiendo sus manos para limpiarse la nieve restante de las manos. Cómodamente recogió su carpeta de papeles y se fue normalmente como si nada hubiera pasado.
La puerta con la que Columbia había chocado era de la oficina de Hasbro, en donde éste abrió rápidamente en apenas escuchar el golpe
—¡Ah! ¡¿Bia, te encuentras bien?!— preguntó Hasbro agachándose para ayudarla, aunque se sorprendió cuando vio nieve en su cabeza —¿Qué demo- ¿y ésta nieve de dónde salió? es como si una avalancha hubiera pasado por aquí. Sin ofender—
—Mejor cállate y ayudame a levantarme, tarado—
—¡Ah, sí! ¡lo siento! jeje, me deje llevar por la curiosidad😅—
Desde lo sucedido con la reunión y la pequeña pelea de Paramount y Columbia, las empresas que estuvieron presentes no continuaron comunicándose hasta que uno de ellos ganará un mejor éxito en cada parte de la industria cinematográfica. Aunque los únicos que si proseguían sus problemas internos eran el estudio congelado y la compañía ardiente de enojo.
Cuando esa extraña disputa transcurrió en el pasillo, la culpable de haber comenzado todo fue capaz de contarle lo sucedido a cualquiera de sus compañeros para parecer una víctima, sin embargo no todo el mundo le creyó, ya que varios de los estudios la conocían perfectamente y sabían como solía ser de problemática con cualquiera. La falta de creencias la hacía enojar peor, haciendo crecer una fuerte envidia en ella por el simple apoyo que recibía su oponente al ser una "buena empresa".
Lo que había sido un simple comentario de Paramount, terminó afectando muchísimo la personalidad de Columbia. Siendo solamente alguien envidiosa, egoísta, grosera y mentirosa con los demás. Una actitud que nadie en el edificio soportaría fácilmente.
Paramount era molestado todos los días por Columbia, pero él trataba de ignorarla, sin embargo no era tan sencillo de lograrlo. En ocasiones se peleaban lanzándose cosas o diciéndose groserías muy vulgares. Tantos días, semanas y meses soportandola eran un infierno; todas esas molestias a tal grado que el mayor se descontroló con la ira y llegando a salirse impulsivamente de control.
Con cada año que pasaba e iban creciendo, sus debates iban disminuyendo y ya no solían pelear a diario, no obstante, eso no modificaba el hecho que aún se odiaban a muerte con tan sólo mirarse a los ojos.
FIN DEL FLASH BACK
Columbia estaba con ganas de cavar su propia tumba por la vergüenza ajena de tan sólo recordar que ella fue la que inició su fuerte rivalidad. No tenía ni la más mínima idea excusa que decir en este momento de razonamiento con Paramount "Éste idiota...acaba de dejarme sin argumentos...". Aún permaneciendo callada, no le quedaba de otra que admitir su derrota ante la plática y darle la razón a su enemigo astuto
—Bien...si lo comprendo...y tienes toda la razón. Es culpa del trabajo y también...mía— decía apenada acariciando su brazo por la confesión, lo que confundió al mayor por un momento
—¿Tu culpa?—
—¡Sí, torpe! recordé que fui yo la pendeja que empezó a joderte la vida. Y voy a odiar decirme esto pero...te pido disculpas...¡¿contento?! ahora siéntete victorioso de vencerme en esta disputa—
—¡Jajaja!— comenzó a carcajear el más alto con su taza en mano. Una actitud que molestó rápidamente a la más baja
—¡¿De qué carajos te ríes?!— daba sus típicos pisotones en el suelo mientras le temblaban los puños
—Vaya, Columbia. No esperaba que fueras tan adorable cuando admites tus errores, mmh—
El comentario la dejó paralizada hasta que se sonrojó, sin embargo no tuvo tiempo de actuar o ocultarse, debido a que el contrario extendió su mano como si pareciera un acuerdo
—¿Amigos?— dijo con una sonrisa que reflejaba aquella tregua que solicitó. La compañía femenina seguía dudosa, sin saber si aceptarlo o no, aunque, si también se sentía harta de soportar siempre lo mismo, supongo que no tenía de otra que solucionar el problema que ella misma generó hace tiempo. Antes de contestar, dió un suspiro relajado
—Está bien...acepto ser tu amiga...— dijo con seriedad, aceptando con un apretón de manos que significó su tregua.
Disculpen la tardanza, de verdad. Fue el capítulo más difícil y largo que he hecho hasta el momento, perdonen si tarde 100 años en subirlo, espero que lo hayan disfrutado :')
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