♡ 4 ♡
Yeonjun gimió al sentir las gotas frías del lubricante caer en su agujero. Soobin las esparció por el rosado botón admirando la hermosa vista, con su otra mano, desenrollaba el látex sobre su pene. suspirando miró a Yeonjun como esperando que le interrumpiera y que parara allí mismo pero Yeonjun solo se retorcía debajo.
Inhalando deslizó un dedo dentro de Yeonjun, un calor envolvió su dedo y él gimió, lo movió unos escasos segundos cuando otro dedo lo acompaño, quería entrar y ya.
Bajando la cabeza mordió un glúteo y Yeonjun casi grito por la impresión, riendo apretó la baja espalda del pelirosa. Él presionó su mejilla contra la cama y respiró hondo un par de veces, tratando de aniquilar ese maldito temblor en todo su cuerpo. Ya tenía tres dedos en su interior, quería más. Eso no era suficiente.
Más.
—Soobin...— le llamó y Soobin entendió el mensaje en su estrangulada voz. El sacó los dedos sobre su sedosa entrada. Yeonjun jadeó al sentir un vacío, pero este sentimiento murió cuando Soobin alineó su polla en su entrada, Soobin lubricó su pene envuelta en el preservativo sin dejar de ver al hermoso chico extendido sobre su cama. Guiando su polla, hasta la apretada entrada.
Jadeó con frenesí al sentir como sus nalgas de Yeonjun le absorbían y su estrecha entrada.
Yeonjun gimió cuando Soobin comenzó a moverse, a la primera embestida sintió todo su cuerpo vibrar. Su interior se sentía como millones de mariposas revoloteando violentamente, sus dedos rosaban el cielo cuando Soobin dio contra su punto dulce.
Soobin sonrió, sus camisuras ampliándose con cada empuje de sus caderas. Soobin jadeó, el ambiente estaba completamente sensible y caliente. Yeonjun apretaba y empuñaba las sábanas bajo suyo, sus gritos acallados por la cama, tomándolo de los cabellos al pelirosa tiró de su cabeza hacia atrás para un duro beso, frio y cruel.
Yeonjun sintió el pecho de Soobin pegarse a su espalda, él quería ver la expresiones de Soobin estando dentro suyo. Incorporándose, apartó a Soobin con un empujón.
Soobin lo miró sin entender. Él cayó sobre la cama, Yeonjun subió sobre Soobin entre sus manos. A horcajadas, alineó el pene de Soobin y se deslizó por el con lentitud sin apartar los ojos de Soobin que abría su boca con gemidos mudos.
Soobin apretó sus dedos en las caderas de Yeonjun, dedujo que dejaria marcas pero no le importaba en lo más mínimo, aún menos quién las viera.
Yeonjun llegó hasta él por otro beso. Su lengua comenzó a lamer el cuello de Yeonjun, mordisqueandolo y chupó la hermosa piel, Yeonjun gemía sin dejar de montarlo, bajando y subiendo sobre su pene con los ojos cerrados disfrutando de las sensaciones que él estaba haciéndole sentir.
Observó como su pene se perdía dentro de Yeonjun, era el jodido cielo. Con un ángel encima de él, los gemidos de Yeonjun no se escuchaban por la fuerte música que seguia repitiéndose y repitiéndose. La canción, de alguna forma relatando sus atormentados sentimientos hacia el chico montándolo.
¿Hace cuánto tiempo siente esto por Yeonjun?
—¡Más~! —grito Yeonjun. Una perezosa sonrisa satisfecha en su rostro. Soobin vio las marcas violáceas sobre la hermosa piel de Yeonjun. Soobin siente ese inevitable sentimiento de posesión hacia Yeonjun, y amaba poseerlo y ser posesivo con el.— ¡Más, Soobin!~ —gritó otra vez.
Tomando a Yeonjun, rodaron por la cama, posicionó a Yeonjun sobre su espalda, envolvió los tobillos y los extendió hasta el límite teniendo una hermosa vista de su rosa entrada donde enterró su polla.
Mordiendo la pantorilla de Yeonjun, salió solo dejando el glande dentro del cuerpo del pelirosa para volver a empujarse dentro.
— Jódeme~ —demandó con fuerza y voz rota.
Tiró de su cuerpo acercándolo y entró en él, una y otra vez. El sudor corriendo por su rostro y el de Yeonjun, la hermosa cara contraida y excitada, le endurecía más.
Yeonjun estaba tan malditamente apretado. Su mandíbula se cerró con fuerza, con una mano tomó la polla de Yeonjun y comenzó a masturbarla, estrellaba su pene contra la entrada del pelirosa, gritos, sudor, gemidos, jadeos, llenaban la habitación.
Yeonjun estaba totalmente perdido, la estimulación dentro suyo y la mano de Soobin masturbándolo le enloquecía, su punto dulce siendo golpeado duramente con cada estocada.
— Soobin —sollozó. Restaba importancia si el resto de su casa les escuchaban, quería más y tendría más. Soobin disminuyó la fuerza de sus embestidas molestando a Yeonjun.
—Dime cuánto quieres mi pene. —Rió al ver la molesta expresión en el rostro de Yeonjun.
— Por favor~ —pidió. Soobin no se movió. —¡Muévete, joder! —lanzó necesitado, Soobin sólo serpenteaba dentro suyo, muy lento, muy agonizante, muy despacio.
—¿Cuánto quieres mi pene? Dilo—repitió dejando suaves besos en su cuello.
—¿En serio? ¿Harás esto ahora?—Asintió. Yeonjun resopló, impaciente. —Amo tu... pene —susurró bajito y algo avergonzado.
Soobin se hizo el tonto. —¿Qué? No te oigo muy bien.
Yeonjun se ruborizó en varios tonos rojos haciéndole ver aún más follable. —Dije que amo tu pene.
Soobin sonrió victorioso.
Soobin tomó los labios de Yeonjun y ascendió las embestidas con fuerza. Yeonjun podía decir que sentía como estaba partiéndose en dos, sus uñas recorriendo la espalda de Soobin dejando marcas rojas y profundas. sus dientes atraparon el labio inferior de Soobin tirando de el.
Los empujes estaban haciéndole gritar placenteramente, la neblina lo cegó y su orgasmo se hacia presente.
—Joder, joder, joder —exclamaba mientras empujaba contra Soobin y profundizaba las estocadas. Su corazón latiendo a mil por segundo, su respiración errática y su aliento atrapado en sus pulmones.
Su pene convulsionó y su carga explotó dentro de la mano de Soobin y sobre parte de su pecho. Sus ojos rodaron al sentir como Soobin lo levantó de la cama y se estrellaba contra su culo. Sus músculos se contrajeron casi dolorosamente al pene de Soobin.
Soobin gruñó mientras se corria con fuerza cegadora.
El cayó encima de Yeonjun, la canción llegaba a su parte final cuando se miraron.
Su corazón resonaba en sus oídos cuando Soobin peinó sus húmedos cabellos y llegó a sus labios y le besó lentamente.
Este beso fue distinto, era suave, tierno y delicado. Yeonjun entrelazó su lengua acariciando el rostro de Soobin, no sabia por qué pero su corazón se aceleró en el momento en el que Soobin tomó sus nudillos y depositó un beso alli.
Soobin se preparó para declararse. Dándose ánimos habló.
—Yeonjun, ¿Sabes qué significas mucho para mi? ¿Verdad? —preguntó. Yeonjun sonrió y asintió.—Tú significas mucho más para mi de lo que te imaginas. No estaba tan seguro pero ahora lo estoy. Yo estoy enamorado de ti, pequeño—bajó la voz convirtiéndolo casi en un susurro, sonrió atontado cuando Yeonjun abrió los ojos desmensuradamente y le miró.
—¿Qué?—preguntó.
—Estoy enamorado de ti—dijo con más seguridad. Soobin, se sorprendió cuando Yeonjun le empujó por los hombros, Yeonjun se sentó, dándole la espalda.
Iba a preguntar si estaba bien cuando Yeonjun lo volvió a mirar con cejas fruncidas.
—Deja de bromear, Soobin.
Sacudió la cabeza. —No estoy jugando Yeonjun, yo te quiero —se defendió.
Yeonjun sonrió, négandose a creer lo que oía. Era estúpido pensar eso.
—Claro que no, tú... tú eres como un hermano para mi — exclamó, incrédulo.
Soobin subió las cejas, sorpresa llenando su rostro. —¿Desde cuándo los hermanos se follan entre sí?—interrogó. El enfado brotando de su boca. Estaba declarándose y Yeonjun decía que eran como hermanos, esto se volvió ridículo. Soobin estaba sintiendose patético.
Yeonjun se levantó, alejándose de Soobin llevándose la sábana consigo y tapando su desnudez de él.
—No importa. Ni siquiera puedo verte de esa forma —hablaba con rapidez buscando su ropa por toda la habitación desesperado. Quería huir lejos de ahí, lejos de Soobin. No podía estar pasándole esto a él.
Soobin seguía sentado en la cama mirándole seriamente. Vio a Yeonjun encontrar su camisa y ponérsela con velocidad. El sabe que Yeonjun quería correr de allí, la neblina desapareció y su cordura regresó.
¿Qué mierda había hecho?
Mierda, mierda, mierda, pensaba.
—¿Pero, si puedes acostarte conmigo? — Yeonjun oyó dolor y reproche en los labios de Soobin, la culpa acuchilló su corazón. Malditos consejos. Se mordió la uña del dedo pulgar una vez vestido.
—Eso... eso es otro tema, Soobin. Sólo estas confundido. Sí, estás confundido.
Yeonjun parecía querer convencerse más a si mismo que a Soobin. Soobin se levantó,asustando a Yeonjun. Su cuerpo entero se tensó, él tomó los hombros de Yeonjun y lo sacudió.
—Te quiero —le dijo, él negó empujando a Soobin.
—¡No, no puedes! —le gritó. Yeonjun entrando en pánico.
—Te quiero, Yeonjun —repitió Soobin y Yeonjun sólo negaba con frenesí.
—No podemos estar juntos ¿Qué parte no entiendes?—lo empujó por fin deshaciendose del agarre de Soobin. El apretó los labios con fuerza.
Esta situación era estúpida.
—¿Por qué no?—grito también enojado.
—No soy lo suficiente para ti o qué carajos tratas de decirme?
—¡Eres el mejor amigo de mi papá! —exclamó Yeonjun. —Tengo novio, mi padre no aceptará esto, me pasarás como una puta década y yo...—Tomó un profundo suspiro.—Yo no te quiero.—sentenció mirando directo a los ojos de Soobin. —Yo amo a Taehyun.
—Entonces, ¿Por qué viniste a mí?— Soobin sonó herido. Yeonjun cerró los ojos por un momento.
—Porque necesitaba consejos, tú me arrastraste a esto. ¡Entiéndelo!—bramó. Esto estaba mal, él no amaba a Soobin solo... le gustaba pero nada más que eso.
—¡Fuiste tú quien vino a mi! —Apretó la muñeca de Yeonjun. Yeonjun intentó huir pero Soobin apretaba con más fuerza.
—Fue por una pelea con Taehyun, estaba enojado y no estaba pensando —explicó.
—Me usaste Yeonjun. —Soltó su muñeca, los brazos de Soobin cayeron a cada lado de su cuerpo aún desnudo. Yeonjun se mordió el labios nervios, sintiéndose culpable.
Honestamente, sí, le usó.
—Soobin...—Trató de acercarse pero Soobin retrocedió.
—Lárgate —pidió. Yeonjun volvió a dar otro paso. Soobin volvió a alejarse de él, definitivamente no quería a Yeonjun cerca de él.—¡Vete de aquí!¡Lárgate! —gritó asustando a Yeonjun.—Vete a la mierda, Yeonjun.
De pronto, Soobin llegó hasta él y lo arrastró hasta la puerta. Yeonjun no podia hacer otra cosa que estar abierta la boca y estar en shock tratando de entender por qué todo se salió de control. Una vez fuera del cuarto, volvió en sí. Girando, trató de razonar con Soobin pero calló al ver los ojos vidriosos mirarlo con furia. Yeonjun sintió cómo un hueco se instalaba en su pecho.
Caminando hasta su cuarto, entró, cayó en la cama junto a Taehyun. Se sentía confundido y angustiado. Esa mirada en Soobin dejó un peso sobre sus hombros que estaba rompiéndolo.
Lastimó a Soobin y le dolía.
El brazo de Taehyun se enredo en su cintura, atrayéndolo hasta el que seguia durmiendo. Yeonjun apretó los dientes y se abrazó a su novio. quizá, buscando consuelo. Esa noche, Yeonjun lloró en silencio.
Simplemente sabia que lo suyo con Soobin no funcionaría. Él ama y seguirá amando a Taehyun. Cerrando los ojos dejó de pensar en todo lo que sucedió esa noche, cayendo en los brazos de Morfeo.
🐧
Al despertar, paseó su mano buscando a Taehyun pero no lo encontró. Abriendo sus ojos sintió ser golpeado por la cegadora luz mañanera. Bostezando, poco a poco recordó todo lo que sucedió anoche.
Con pies pesados, abandonó la cama, bajó hasta la cocina no queriendo encontrarse con Soobin pero se encontró a su padre con Jin, ambos desayunando.
—Buenos dias —les saludó. Seokjin se paró y le sonrió.
—Buenos días—dijeron al unisonó la pareja. Paseando su mirada, no vio ni a Taehyun ni a Soobin.
—¿Buscas a Taehyun?—cuestionó su papa comiendo una tostada que Jin le pasó. Yeonjun asintió, tomando lugar a lado de la pareja. Observó a Jin, el hombre no le caía tan mal sólo era raro ver a su padre con otra persona. Al menos éste si parecía importarle el cuidado de su padre.
—Se fue temprano. Soobin también se fue por algo del trabajo o algo así —comentó Namjoon. Yeonjun le miró con ojos abiertos.
—¿Soobin se fue?—preguntó desconcertado. ¿Se habrá ido por su culpa? ¿A dónde iría si su departamento estaba en remodelación?
—Él es tu novio ¿no?—interrumpió Jin con una sonrisa sincera. —Hacen una hermosa pareja.
—¿Quién? ¿Soobin y yo? —Negó con la cabeza, se sentía un poco avergonzado. Él nunca pensó en Soobin de esa manera, bueno, no pensó en aquella posibilidad. —No es Taehyun mi novio.
Seokjin pareció desconcertado.
—Oh, pensé que era Soobin, por la forma en que te miraba y sonreía. Bueno, sólo es cariño. Supongo...—contestó haciendo ademanes. ¿La forma en que Soobin le miraba?
—Yo pensaba lo mismo —habló Namjoon , masticando perezosamente. —Siempre pensé que Soobin seria ideal para Yeonjun, pero a mi lindo hijo le gustan los idiotas como Taehyun.
¿Que?
—¿Apoyarías una relación entre Soobin y yo?—preguntó casi gritando. Namjoon dejó la tostada a un lado, encogiéndose de hombros y sentando a Jin sobre sus piernas. —Pero, él es mucho mayor que yo, papá.
—No puedo criticar eso, hijo —señalo a Jin.—Él apenas va por los veinticinco y yo por los treinta y cinco.—Rió.—No me importaría que estés con alguien mayor, siempre y cuando la ames por mi bien.
Yeonjun tragó saliva, Jin besó a su padre y él se hundió en su silla. La angustia carcomiendole.
—Discúlpenme un momento—dijo a la pareja. Ambos asintieron, corrió hasta su habitación, tomó su móvil y marcó el número de Soobin. Automáticamente fui redirigido al buzón, necesitaba disculparse con él. Actuó mal y lo sabía.
Probo varias veces pero obtenía el mismo resultado, mordiéndose el labio, reprimió un grito de frustración.
🦊
Dos semanas transcurrieron desde que Soobin y él tuvieron esa discusión.
Desde entonces. Soobin no aparecía, preguntó a su padre pero Namjoon tampoco tenía idea de donde estaba Soobin. Ni siquiera contestaba su móvil y eso le desesperaba.
Paseando por su habitación, decidió ir al departamento de Soobin, Yeonjun necesitaba saber que está bien.
Ahora, parado delante de la puerta del departamento, es un manojo de nervios. Suspirando, tocó la puerta, esperó, volvió a tocar y escuchó unos pasos.
Ansioso sintió volver a respirar cuando
Soobin abrió la puerta y vio como lo miró serio. —¿Qué haces aquí?—preguntó con el ceño fruncido.
Tragando el nudo en su garganta dijo: —Vine... vine a ver como estabas, ya nos vas por casa y me preocupabas. —Soobin sonrió con sarcasmo.
—¿Mi hermanito está preocupado?—Yeonjun lo miro con culpa. Él se acercó y tomó la mano de Soobin entre las suyas, desesperado por tocar algo de él.
—Hablemos —pidió. Soobin negó —Por favor, yo...
—¿Soobin? —Alguien dentro de la casa llamó a Soobin.
Una pequeña chica pelo castaño oscuro apareció vestida con la camisa de Soobin y unos pequeños shorts negros. Yeonjun sintió una punzada de celos.
Ella se acercó a Soobin con una sonrisa y él rodeo sus pequeños hombros con su brazo.
De pronto ella le vio y sonrió aún más.
—Oh, hola—saludó la desconocida.
Yeonjun no correspondió su estúpido saludo. Girándose buscó los ojos de Soobin, esperando una explicación pero no la obtuvo.
—Vete Yeonjun. —Soobin empujó suavemente a la chica dentro y antes de que cerrara la puerta en su rostro, Yeonjun interpuso su brazo entre el marco y la puerta, impidiendo que la cerrara. Necesitaba hablar con Soobin y no permitiría que esa chica sea un impedimento.
—Necesitamos hablar —gruñó. Soobin insistió apretando la puerta contra el brazo.
—¡Largo! —le grito.
—Por favor —pidió con pequeñas lágrimas formándose en sus orbes. Soobin le miró por unos segundos pero para Yeonjun pareció una eternidad. Cuando pensó que le daría una oportunidad de explicarle, Soobin lo empujó y cerró la puerta. Logró oír los cerrojos y la llave girar y eso hizo que su pecho doliera.
Yeonjun se inclinó hacia adelante, pegando su frente a la puerta. Suspiró temblorosamente y sintió como su cuerpo vibraba de la ira.
Eso era su culpa. Él alejó a Soobin y ahora que trataba de recuperarlo no lo conseguía.
Una lágrima corrió por su mejilla pero no dijo e hizo nada.
Buscaría la forma de hablar con Soobin y explicarle lo que sentía por él. Estaba tan confundido. Camino hasta la salida viendo por última vez el pasillo vacío. Apretó los dientes y empuñó sus manos entes de salir del edificio.
🐬
Soobin lo observó por la mirilla. Yeonjun parecía en mal estado y en parte sabia que era su culpa tanto como la de él. Pero, Yeonjun pareció no aprender nada.
Darle una lección no siempre estaba de más.
—¿Por qué no le dijiste que era tu hermana? —preguntó Ryujin, abrazándole. —Se sentirá mal.
Soobin miró a su hermana menor y trató de sonreírle pero no lo logró. —Ese es el objetivo, Ryujin. Que se sienta mal.
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