! ୧ Cinco.
Felix empujó a Seungmin por el hombro por tercera vez consecutiva en esa noche. Él se tiró cayendo de espaldas a la cama, quizás harto de rogar a Felix por un poco de atención, sus dientes fuertemente apretados. El enojo dominando cada facción del atractivo rostro de Seungmin.
—¿Por qué no me dejas tocarte?— Seungmin preguntó a Felix.
Felix no respondió, él siguió arreglándose su esmoquin negro, mirándose en el espejo, tratando de aclarar sus pensamientos.
Felix se observó detenidamente, su prolijo e impecable traje negro era hermoso. El sastre hizo un perfecto trabajo con su chaleco oscuro de seda y su camisa blanca inmaculada, haciendo lucir su cremosa pálida piel. Su delicioso perfume flotaba alrededor, su castaño cabello cayendo sobre su frente, brillante y lacio. Como le gustaba que se viera.
—Porque no tengo ganas. Fin de la historia.— dijo.
Han pasado dos meses desde su último encuentro con Hyunjin, en su departamento. Desde su discusión en el pasillo no le habló, llamó o prestó demasiada atención. Cada vez que se encontraban en su casa sólo se ignoraban y seguían en lo suyo.
Felix subía a su cuarto, se encerraba y esperaba pacientemente a que Hyunjinn se largara.
Eso se volvió monótono.
Quizá porque no podía soportar saber que Hyunjin ya no le miraba como antes. Esa adoración leal ya no estaba en sus ojos. Ahora sólo quedaba la incomodidad y el espectro de la relación que alguna vez tuvieron.
Odiaba tratarlo como a un desconocido.
Odiaba tenerlo lejos.
Odiaba que ya no le sonriera. Odiaba el hecho de que Hyunjin ya no lo quería.
Felix se odiaba a sí mismo.
Felix estaba volviéndose loco, todos y cada uno de los días transcurridos, no lograba pensar en otra cosa que no sea Hwang Hyunjin. Hyunjin atormentaba su mente y pensamientos. Cada que escuchaba a su papá hablar de cómo Hyunjin le iba exitosamente por la vida deseaba ahogarse. El únicamente podía rodar los ojos.
Deseaba dejar de sentir lo que fuera que sentía tan fácilmente como Hyunjin hizo con él.
Seungmin estaba seguro que le sucedía algo, bueno, Felix ni siquiera aparentaba no estarlo. Le molestaba todo lo que Seungmin hacía.
Cuando Seungmin le besaba, automáticamente se alejaba. Cuando lo acariciaba, le rechazaba. Cuando le hablaba, lo ignoraba. Cuando le buscaba, le gritaba que no tendrían nada.
Eso frustraría a cualquiera.
Seungmin se estaba hartando por su insólito comportamiento, tanto como Felix estaba hartándose de la frialdad y la distancia de Felix. Era justo desde su perspectiva. Aunque ninguno fuera una víctima.
Esta noche vería por última vez a Hyunjin, ya que él había anunciado su temporal pero larga partida a América.
Hyunjin dijo algo similar a ampliar la empresa. Jungkook organizó una fiesta de despedida, todos irían y claro, él no podía faltar, pues siendo el hijo del organizador. era una obligación. No quería ver a Hyunjin con esa maldita chica, sabía que ella asistiría.
Tuvo que aceptar a regañadientes, que Yeji, era hermosa y perfecta, con buenas curvas. Si no estuviera fascinado por Hyunjin habría salido un par de veces con aquella chica.
Aunque no la había visto desde aquel día.
Put* día, gruñó Felix.
Seungmin le seguía desde atrás a una distancia prudente. Felix suspiró, su relación iba colapsando a una velocidad inimaginable, cayendo en picada. Ni siquiera podía besar a Seungmin sin imaginarse que era Hyunjin. No, no, no. Eso no podía ser.
¡Él amaba a Seungmin!
Pero porque tenía esas duda latente siempre persiguiendo.
Las odiaba.
Odiaba a Hyunjin por tenerlo así.
Odiaba a Seungmin por haberle pedido que buscara consejos.
Se odiaba por no poder olvidar a su consejero.
Mordiéndose el labio inferior, observó a su padre llegar hasta ellos, la fiesta se haría en su casa, todos los invitados estaban allí, excepto Hyunjin y Yeji que aún no llegaban.
Deja de pensar en él.
Asintiéndose a sí mismo, miró a su padre con una sonrisa tensa. Jimin venía de la mano con él. La verdad sea dicha, el chico le caía más o menos bien. No era vanidoso ni pretencioso. Toda la ropa de marca que llevaba puesta esa noche la había comprado el mismo. Jimin es diseñador de modas, fue así como conoció a Jungkook.
Jimin visitó a su padre para una fiesta e inmediatamente habían conectado o algo así. La diferencia de edades no fue un impedimento para ellos. Jungkook le coqueteó hasta que Jimin accedió a darle su número telefónico.
De eso ya hace un año atrás, Felix lo conocía hace apenas meses, pero con suerte deseaba que su padre se quedará con aquel chico divertido y natural, le gustaría que fuera parte de la familia. Además, Jimin es perfecto para su padre y soportaba su burdo humor de "No es mi estilo."
Sintió el apretado abrazo que Seungmin le dio por los hombros. Alejándose, le sonrió sin soltarlo.
Jimin siempre insistía que Hyunjin le gustaba para él.
Dios lo escuche.
—Hola, Felix— dijo Jimin. —Te ves hermoso esta noche.— comentó observándole de pies a cabeza. Felix casi sintió que se sonrojaba pero pudo controlar el rubor en sus mejillas. O eso pensó.
—Tú también te ves bien, papá está lindo. Hasta parece tener sólo treinta años y no casi cuarenta.— dijo fuerte y claro. Sabía que a Jungkook le molestaría su despiadado comentario.
Jungkook se giró para mirarle con una sonrisa molesta. Su padre se acercó y tomó a Felix encerrando su brazo por el cuello de su hijo que comenzó a medio reir medio toser. Jimin golpeó el hombro de Jungkook para que lo soltara.
—¡Eh, cuidado con lo que dices niño!— advirtió. Felix se echó a reír. —No querrás que papi se moleste contigo. ¿No, bebé?
Felix sonrió apenas. Sus mejillas se calentaron mientras era fijamente observado por Hyunjin.
—Llegó el amigo de papi.— murmuró muy bajo.
Todos los presentes observaron a Hyunjin entrar del brazo con Yeji. Jungkook se volteó con el resto de las demás personas admirando al protagonista de la gran noche.
—¡Bienvenido!— exclamó Jake, abriendo sus brazos a cada lado de su cuerpo.
Su padre se dirigió directo a Hyunjin. Felix no se movió de su lugar, jadeó en voz baja. Hyunjin se veía hermoso con su saco blanco y pantalones negros. No llevaba corbata, su camisa estaba abierta descubriendo un poco de su pecho. Su hermoso y sedoso cabello peinado hacia arriba. Sus labios rosados hacían a Felix querer sentirlos contra los suyos, sus ojos pasaron de Jungkook a Jimin para finalmente, volver a mirarle a él.
Felix tragó saliva.
Un nudo se desarrolló en su garganta. Su boca se secó y sintió como si hubiera estado masticando arena. Sus ojos no se apartaron de Hyunjin por unos minutos. Ambos sólo se miraban. El enojo que Felix sentía, desapareció. La necesidad surgió y la excitación le golpeó con fuerza.
Como lo había extrañado.
Su pecho se apretó al recibir una pequeña sonrisa. Una explosión de fuegos artificiales nubló su mente.
¡Y sólo fue una sonrisa! No quería imaginarse lo que sentiría al hablarle o siquiera tocarle. Felix cerró los ojos por un instante, tratando de controlar su cuerpo y emociones. No podía ser, no creía que sintiera eso por Hyunjin. Suspirando dejó caer la cabeza por un momento, frotando su frente con nerviosismo.
¿Tanto dependía de Hyunjin?
Sentía algo pero no descifraba qué.
Felix dudó en acercarse a saludarlo ya que Hyunjin seguía del brazo con Yeji, desviando por fin sus ojos vio a Yeji mirarle con curiosidad.
Su corazón se congeló al verla susurrar algo al oído de Hyunjin, él miró a Felix y luego asintió.
"¿Qué le dijo?"
"¿Por qué Hyunjin sonreía burlonamente ahora?"
—¿Amor?— escuchó a Seungmin hablarle. Apartando los ojos de la feliz pareja, Felix miró a Seungmin.
—¿Si?
Rodó los ojos cuando Seungmin besó su mejilla y abrazó su cintura.
—Vamos atrás y divirtámonos. Esto es aburrido.— decía haciendo muecas. Felix apartó el brazo de Seungmin lejos de él. Seungmin torció los labios pero no dijo nada.
—Ve solo, Seungmin.— Felix le dio la espalda a su padre y Hyunjin, no quería seguir siendo testigo de la felicidad de su nueva relación, tenia suficiente con saber que se iría y ya no le vería, al menos no por un largo tiempo.
—Te necesito a ti para divertirme.— insistió.
—No.
—¡Por favor!
Felix vio a Seungmin.
Sintió culpa por tratarle de esta manera injusta pero todos los sentimientos que tenía, los problemas y confusiones eran su maldita culpa para empezar. Fue Seungmin quien lo incitó a terminar de esta forma. Si él no le hubiera hecho caso ni herido con sus palabras quizás lo besaría, bailarían y se divertirían como una pareja normal pero ya no existía siquiera ese amor que juraba tenerle. Ni la atracción, no había nada y ninguno podía negarlo por más tiempo.
Seungmin envolvió su mano y lo arrastró hasta uno de los pasillos aislados y se acercó. Su rostro inusualmente serio. —Sabes Felix, yo traté de que esto funcionara.— Seungmin dijo.
—¿Qué?
—Sonara cruel pero si no te lo digo es como si siguiera mintiéndote y sé que esto ya no está funcionando... ya no te amo.— Raramente, esas palabras no le hirieron. Le sorprendieron, sí, pero nada más. —Sé qué tú tampoco me quieres.— Seungmin se encogió de hombros un tanto divertido por la absurda situación. —Desde hace meses lo noté, yo te amaba y mucho pero...— Él no encontraba las palabras adecuadas para describirle sus propias emociones. —Simplemente no te amo y ya. Seguir con esta farsa sería una estupidez.
Felix se rió tan fuerte que algunos invitados se giraron para observarles.
—¡Eres un completo patán. Seungmin!— exclamó, casi histérico.
—¿No estás enojado?— preguntó Seungmin, impresionado por que él se lo esté tomando tan bien.
Felix negó, no podía ni tenía el derecho de estarlo, no luego de haberlo engañado. No una, sino tantas veces.
—No.
—Felix... yo, um... ¿Cómo terminar esto sin parecer un imbécil?— Sonrió. —En verdad, deseo lo mejor para ti. Digo, eres un chico increíble sólo que no eres para mí.
Felix se rió por primera vez verdaderamente. —Opino lo mismo, sé que encontrarás a alguien... que te entienda y llene tus expectativas. Ese alguien especial.
Ahora, ¿Debería decirle a Seungmin la verdad? Si era cierto que ya no le amaba no se molestaría.
—Seungmin, quiero decirte algo.
Seungmin asintió.
—Adelante, dilo.
—No es algo fácil de decir, supongo.— Tragó saliva. La hora de la verdad, ondulando la mano hacia él, la llevó atrás, rascando su nuca en señal de nerviosismo.
—Claro que sí, sólo tienes que soltarlo, sea bueno o malo yo...
—Yo te engañé... muchas veces.— Felix plantó su palma en la frente. Seungmin abrió la boca varias veces pero sin soltar nada. Oh Dios, quería salir corriendo de allí. Seungmin parecía estar dirigiendo la noticia.
—¿Qué? ¿Qué hiciste qué?
—Pensé que no te molestaría porque me terminaste y dijiste que no me amabas. No lo entiendo, no deberías de hacer esto un drama.— dijo rápidamente.
—Ya no te amo, pero aun te quiero.— Seungmin le miró dolido, fue una mala idea esta mierda de la sinceridad. —Felix, yo pude ser cruel pero ¿Engañarme? ¿Cómo pudiste? Pensé que... yo confiaba en ti.
Felix se mordió el labio. La honestidad no siempre era buena, ahora debía seguir diciéndoles. Ya no había vuelta atrás.
—Yo...fue tu culpa.— Señaló a Seungmin hundiendo el dedo en su pecho. Seungmin abrió la boca, sorprendido. —Tú me rechazaste y despreciaste. Joder, estábamos teniendo sexo y tú dijiste eso ¿Cómo crees que me sentí?— decía sin poder mirarlo. —¡El que yo te haya dejado de querer fue tu maldita culpa! Yo busqué consejos para satisfacerte.— Al final fui yo el satisfecho, lo pensó pero no lo dijo. —Y aprendí, poniéndolo en práctica con alguien más. Esa es la puta verdad.
Felix estaba jadeando. Por fin sintió alivio en los hombros como si una gran carga se hubiera desplomado a sus pies.
—¿Con quién?— Seungmin murmuró.
—Eso ya no importa.— Felix tomó cada lado del rostro del mayor, Seungmin le miró directo a los ojos y Felix deseó que un agujero lo tragara. Podía ver el dolor en ellos pero no se arrepentía de decir la verdad. Al fin y al cabo se acabaría enterando tarde o temprano. —No quería seguir mintiéndote. Tal vez, por eso no podía estar contigo o siquiera mirarte sin sentir culpa.
—Sólo dame un poco de tiempo y me recuperaré.
—¿Estarás bien? En realidad, no fue tu culpa.— Seungmin creía que sí era su culpa. —Ni siquiera lo pienses. No es culpa tuya, fue una decisión que yo tomé. Pude haber dicho no pero yo lo quería, no hay excusas para una traición.
—Lo siento por todo.— susurró. Alejó las manos de Felix suavemente y se dirigió a la puerta del jardín. Necesitaba tomar aire fresco.
No podía evitar sentirse mal. Es decir, él quiso a Felix y mucho. Saber que él lo engañó le dolía estúpidamente demasiado.
Esto lo busqué por mí mismo. Rió lastimosamente.
Su corazón se ahogaba poco a poco en la culpa. La cabeza abajo, los codos en cada rodilla y sentado en aquel escalón de la parte trasera de la casa sintió sus ojos arder.
Fracasó en otra relación más y todo por su idiotez.
Aspiró aire en el momento en el que vio unos zapatos negros delante suyo. Elevó los ojos vidriosos lentamente encontrándose con alguien que no tenía ganas de soportar en ese momento.
Seungmin vio como él le extendió una cerveza.
Y la tomó.
—¿Corazón roto?— preguntó Changbin sentándose a su lado. Seungmin asintió. —No agaches la cabeza, idiota. Siempre dicen que por algo suceden las cosas ¿verdad?
Bebió su cerveza en silencio. La fría cerveza alivió su garganta reseca. Necesitaba mucho alcohol, mucho
—¿Lo crees en verdad?
—¿Qué eres un idiota? Sí, lo creo.
Seungmin sacudió la cabeza. Changbin no era bueno consolando ni aunque su vida dependiera de ello. Simpático.
—Deja de lloriquear, Seungmin. A tu mamá no le gustará saber que eres un fracasado hasta en tus malditas relaciones.
—Siempre tan amable, hermanito.
—No soy tu hermano.— gruñó —Que tu padre se haya casado con mi madre no significa nada.
—Eso te convierte en mi hermanito.— Seungmin sonrió, distrayéndose de sus pesimistas pensamientos por un momento. Changbin le miró fijamente y sacudió la cabeza.
—No me gusta pensar en ti como un hermano
Frunció el ceño.
—¿Por qué no? ¿Qué hay de malo en ser hermanos? Somos familia.
Changbin bebió un largo trago, luego miró a Seungmin y sonrió tenebrosamente haciendo que la espina dorsal de Seungmin se estremeciera.
—Porque no me gusta pensar que quiero follar a mi hermano y tampoco quisiera pensar en como mi hermano me está follando. Esa es la razón.
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