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Capítulo 43: La guardiana de Hielo.

Ice se mantuvo estoica al ver los intrusos acercarse con armas en mano, un rugido advirtió a los contrario y le decía que no estaba sola.

El tigre saltó en medio de ellos y miró en postura amenazante a los desconocidos. Ante la bestia el de piel de lagarto chasquea la lengua con molestia.

—¡Ni creas que nos intimidas con esa bola de pelos! ¡Vallan!—Ante la orden los lacayos se lanzaron contra la bestia.

Izuku observó como la tigresa contra restó el ataque de los trols en una embestida bestial, terminando por separándose de su dueña y dejándola a la merced de los magos negros. Apretó los puños y se dirigió al sabio.

—¡Debemos ayudar Tokaku san!—Advierte Deku, Bakugou observaba con igual ganas de saltar a la batalla, pero aún ante las miradas de determinación de ambos jóvenes el anciano se mantuvo firme.

—He dicho que no, serán sólo un estorbo para ella—Declara para el asombro de ambos jóvenes.

Cuando se hayaron suficientemente cerca Ice júnto repentinamente sus manos en un aplauso para luego morder su pulgar hasta hacerlo sangrar.

—¿Qué está...?—Dijo uno por el desconcierto cuando vio a la mujer poner la palma con el dedo sangrante contra la fría nieve, el suelo brillo en un círculo con dibujo de runas.

—¡E-Este diseño! ¡Spinner debemos alejarnos!—Sin dejar reaccionar al otro se le abalanza encima alejándose del círculo, en la nieve su compañero lo ve con conmoción.

—¡¿Qué está pasando?!

—¡Está haciendo una creación mágica!—Responde con un repentino viento helado soplando su cabellera. A cada lado de Ice empieza a acumularse el hielo y a dar forma a dos esculturas imponentes.

¡Hercules y Aquiles!—Grita, con ambos guerreros helados.

—Alquimia de hielo—Empieza Tokaku ante la expectación de Izuku y Bakugou—el arte de manipular el hielo hasta crear vida con el. No es algo que cualquier mago de hielo pueda hacer, se debe tener un don especial y Ice fue bendecida con ello.

La mujer se mantiene en medio de ambas esculturas y estira el dedo índice apuntando a los enemigos, ordena en voz profunda.

—Vayan.

Los magos retroceden evadiendo la lanza de hielo de Aquiles y los puños fríos de Hércules, Spinner suelta un quejido cuando su espada se rompió en un intento por atacar la figura de hielo.

—¡Maldición! ¡Son muy rudos!

—Detrás de mi Spinner—El aludido lo observa poner una posición de manos familiar antes de colocarse a sus espaldas—¡Hand fire!

Sus manos expulsaron fuego frente a él, directoa a las esculturas de guerreros.

—No importa que tan asombroso sea su forma, el hielo se derrite ante el fuego—Sonríe de lado ante el vapor y las llamas que nublan la visión.

Un gruñido les advierte de forma tardía, la bestia aparece y arremete en medio de ellos. Izuku mira alrededor sin ver en ningún sitio a los trols que se supone pelearon contra esa bestia...

(¿Dónde están?)—Piensa y regresa la mirada en el enfrentamiento—(quizás...)

El tigre ruge, y un portal aparece por encima de la cabeza de ambos hombres en donde unos cuerpos cayeron y apenas lograron esquivar. Los Trols estaban tirados en el piso congelados, como esculturas recién formadas.

—Es cierto entonces...—Spinner observa a su compañero artícular—la última bestia de los antepasado sigue con vida. Sin embargo, fuimos advertidos de su presencia—de su bolsillo saca una botella de vidrio, y en ella Deku reconoció el brillo oscuro.

—¡Polvillo negro!

Ice volvió a levantar a los guerreros en una ventisca que emanó de sus manos, y esto fue una oportunidad para el contrario para arrojar la escarcha oscura hacia ella.

—¡No dejes que te toque!—Grita Izuku y ella lo mira con sorpresa no logrando reaccionar hasta que el tigre la empuja a un lado evadiendo el polvo, pero al final rociando ambas esculturas.

El hielo se agrietó y se tornó oscuro, sus movimientos se volvieron forzaos hasta que se voltearon frente a su ama quien observaba alarmada sentada en la nieve junto al tigre.

—¡¿Qué ocurre?!—Dice, mientras intenta hacer señas con las manos—¡No puedo controlarlos! ¡¿Qué hicieron?!

—Digamos que los llevamos al lado oscuro, ofrecemos dulces ¿Sabes?—Bromea con una sonrisa maliciosa mientras su compañero apunta a la mujer.

—¡Eliminenla!

La tigresa se pone frente a su ama para protegerla mientras ésta se ponía de pie con hielo en sus manos dispuesta a luchar. Sin embargo, cuando se econtrarón cerca, una explosión tumbó a una mientras la nieve bajó los pies de la otra se volvió agua que la lanzó a un lado.

—¡Te romperé en pedazos!

—M-Menos mal, funcionó como creía...—El joven de cabello revoltoso se postró de pie frente a ella mientras que el ruidoso estaba más adelante emanando chispas.

—Ustedes...—Susurra sorprendida ante la sonrisa que le daba el más joven.

—Conocemos ese polvillo, no debe tocarlo por ninguna circunstancia—Le advierte, a lo que ella aiente.

Los contrarios fruncieron el entrecejo poniéndose en guardia.

—Que demonios, no deberá haber más personas aquí ¿De donde salieron?

—Spinner, observa las manos de ese chico...

—¡Ah! ¡¿Acaso él?!

Izuku se sobresalta al darse cuenta de la reacción de los brujos, sus palmas que estaban al frente las baja tardíamente al notar las miradas en ella.

—¡Tch! Con que el hermano de Shigaraki está aquí.

Bakugou voltea a ver con evidente sorpresa a Deku, quien no pudo evitar mover la cabeza en gesto negativo mientras intentaba explicar.

—¡N-No es lo que tú crees Kacchan! ¡Y-Yo no...!—El rubio parpadeó para salir de su ensimismamiento y chasquear la lengua con molestia.

—De ti me encargo después...—Farfulló por lo bajo regresando la mirada a los oponente y haciendo temblar a Midoriya.

—(¿Por qué a mí?)—Lamenta en su interior.

—¿Debemos retirarnos? Enfrentar a otro alquimista puede ser molesto—Le dijo a su compañero acercándose.

—Deja de ser asustadizo Magne, tenemos esos gigantes de hielo ¿No?—Aclaró apuntando con la cabeza a los susodichos—son sólo dos mococos, un gato sobredesarrollado y una mujer.

Ambos se ponen en guardia, Izuku tanteó la idea de usar el polvillo de agua para hacer una torrente alrededor de ellos hasta que sintió un temblor en los tobillos.

Ice le tomó del hombro y llamó a Bakugou.

—¡Acerquense! ¡Él ya viene!

—¡¿Ah?! ¡¿Quién viene?!—Bakugou voltea verla con malhumor, y entonces se percata de la gran figura que se acercaba a ello.

Tokaku reía de forma sonora ante los mudos visitantes desde la cima de lo que parecía un yeti de hielo, mucho más grande que las figuras de los guerreros hasta el punto de parecer que tocaba las nubes.

—¡Admiren! ¡A esto le llamo yo, puño abismal!—La figura plantó un puñetazo al suelo generando una ventisca helada y que el suelo temblara.

Izuku cubrió con su cuerpo a Ice para protegerse de la tempestad, la tigresa se puso detrás de Bakugou sirviéndole de soporte para que éste no saliera volando. Ambos brujos a duras penas evadieron la colición, sin embargo las esculturas que anteriormente había hecho la mujer se fragmentaron en númerosos cristales.

Spinner se apoyó arrodillado en la nieve tembloroso.

—Dime que quedó de ese polvillo...—Dijo a lo que su compañero negó con la cabeza haciendo que chasqueara la lengua.

—Pero está bien... vayámonos, saca las perlas que nos dió Kurogiri.

—¡¿Bien?! ¡¿Qué está bien?! ¡No tenemos el...!

—Confirmamos la teoría del "maez"—Interrumpió haciendo que el contrario le viera con sorpresa. Alzó su mirada hacia Izuku, quien dejó de cubrir a la mujer para verlos—Shigaraki nos ordenó decirte algo si te veíamos... dijo "Algún día nos veremos en el sol caído".

Izuku se sorbresalta mientras lo ve sacar unas perlas oscuras de sus bolsillos.

—Adios—Se despide antes de arrojar al suelo el objeto y desaparecer en una nube brillante.

Observaron el sitio en donde antes estaban los brujos y ahora sólo quedó resquicios de tierra negra en la nieve. La voz de Tokaku rompió el silencio.

—¡Jaja! ¡No aguantaron mi estilo frío!—Gritó de socarrona recibiendo unos insultos de Bakugou y que Ice suspirara con pesadez.

Izuku sin embargo observaba de forma perdida a donde se fueron los brujos.

.

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.

.

La flor se mantuvo brillante aún cuando la tuvo entre sus dedos y bastó un pequeño tirón para sacarla de raíz.

—Esta vez lo logramos...—Agrega Izuku observando la planta en su mano mientras Bakugou realizaba lo mismo que él.

—Están agradecidas de que ayudarán a proteger su hogar junto a su adorada guardiana—Dijo Tokaku de buen humor mientras Ice se mantenía estoica observando.

Izuku sonríe con amabilidad al anciano y a la mujer.

—De verdad gracias por recibirnos, nuestros compañeros estarán mucho mejos gracias a esto.

—Aunque sino fuera por cierta bola de pelos no hubiera pasado nada en primer lugar—Replica Bakugou, la bestia le bufó en respuesta de mal humor.

—"Lo que sucede es lo mejor" es lo que decimos por aquí, cuídense y siéntanse libres de volver cuando quieran, les serviré helado—Sonríe de forma coloquial mientras Izuku se limita a reír de forma nerviosa—¿Necesitan que les llevemos? Fiona puede regresarlos a salvo.

—No se preocupe, tenemos como volver—Mostró el amuleto que Torino le había entregado—¿Nos vamos Kacchan?

—Salgamos de este maldito cubo de hielo—Respondió mirando con saña a la fiera y al anciano risueño antes de adelantarse a la salida., Izuku estaba por serguirlo cuando su mano fue tomada de improviso.

Cuando mira de quien provino se ruboriza con vergüenza.

—Ah ¿Ice san?—Llama, la mujer le miraba con calma y sin expresión alguno mientras mantenía el suave apretón en su mano.

—Otro de los dichos de esta montaña es "las cosas suceden por una razón" —Suelta su mano lentamente e Izuku se percata entonces de lo que le había dado, dos colmillos de tigre puntiagudos—Fiona es una bestia mística única en su especie, jamás muda de dientes y de caer o romperse alguno estos se derriten como hielo, y sin embargo esta mañana cayeron estos dos colmillos justo en el sitio en donde te paraste y usaste lenguaje artesanal para apciguar mi soldado guardian.

La mujer le mira a los ojos de manera fija a lo que Izuku se sintió un poco nervioso por tal serenidad, sus ojos grises se sentían como si le fueran a perforar.

—Sus colmillos albergan la habilidad de perforar el espacio y tiempo, o más fácilmente pueden abrir los portales que ya has visto.

—Eso... parece importante ¿Realmente está bien que me los quede?—Pregunta dudoso y para su sorpresa ella se encoge de hombros quitada de pena.

—Tokaku confía en ti por alguna razón, y además no puedo hacer nada con ellos de todas formas. Por lo que eres libre de hallarles un uso alquimista—Sorprendentemente es bastante despreocupada.

Izuku sonríe agradecido a la mujer.

—Gracias Ice san, ah y a ti también Fiona—La tigresa ronronea en repuesta a lo que Izuku se envalentona para palmear su cabeza, ella cerró los ojos gustosa por el mimo.

—¡Deku date prisa maldición!

—¡Ah, ya voy!

Izuku atinó a mirar por última vez a tan peculiar trío recordando las palabras de Torino en su cabeza antes de darse prisa en alcanzar a Bakugou.

Las personas sabias no son consideradas exactamente cuerdas.

—Te tardaste maldición.

—Lo siento...—Izuku se disculpa a tiempo en que se paraba junto a Bakugou en las afueras de esa cueva, con amuleto en mano se dispone a prepararse para arrojarlo a suelo.

—Oye...—Llama a lo que Izuku le mira de reojo, Bakugou le mira fijamente sin esos aires malhumorados que suelen acompañarlo, sino que en su lugar se hallaba extrañamente calmado y serio.

Izuku presiente lo que eso significa.

—Aluimista eh...—Dice, Izuku no dice nada, en su lugar hace una mueca cohibida y fija la mirada al suelo.

Con su silencio Bakugou se responde la pregunta interna que llevaba desde que se percató del extraño trato de algunos hacia Midoriya, pero aún deseando saber de la extraña relación con All Might.

—Entreguemos la cura a los demás Kacchan—Dice Izuku antes de arrojar el amuleto contra el suelo.

Ambos desaparecen en una nube dorada.

Continuará...

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