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Capítulo 38: Culpa.

Saludos!! Pues no se que decir, he estado bastante ausente. La nueva es que ahora tenemos racionamiento eléctrico y tenemos luz cada seis horas o más, a veces fantaseo con dar puñetazos a la pared :,D

Mi humor no es el mejor ni he tenido ganas de nada, sin embargo estas historias mías son un consuelo para mi, espero les gusten y recuerden visitar mi pagina web animeyfanfics.com y mi facebook Hemione719.

Un comentario dándome ánimos o regañándome por mi tardanza nunca está demás...

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Tick tack, tick tack. Sentía que ese sonido en vez de marcar el tiempo marcaba el límite de su cordura. Se mordía el labio inferior mientras de manera impaciente movía su pierna sentado en esa silla.

Los pasillos de la academia siempre habían sido de alguna forma mágicos y misteriosos, pero justo ahora eran grices e iracundos. Al principio el resto de sus compañeros estaban esperando pero por diversas razones; como compromisos o llamadas de los familiares, los hicieron desistir de la proeza con la promesa de que volverían mañana.

Observaba con ansiedad la puerta frente a él, por la ventanilla vislumbraba el resplandor característico de las hadas de la escarcha. Probablemente estaban usando todo su poder en el tratamiento.

Ante ese pensamiento junta sus manos y cierra sus lagrimosos ojos deseando que surtan efecto, esperando con todas sus fuerzas que todo salga bien.

Que ellos estén bien.

Tick tack, tick tack, ese sonido en serio está jugando con su cordura, pero un minímo sonido de estallido y el olor ha quemado le anuncian el fin de su tormento. Voltea a ver a la única persona además de él que esperaba en ese pasillo, se había levantado de su asiento sólo con la intención de explotar el aparato que seguramente lo estaba torturando de la misma forma que él, lo chamuscó y tiró a un lado para luego retomar su asiento volteando su rostro al lado contrario, sin siquiera compartir mirada con él.

Suspira acongojado dándose una idea de lo que podría estar pasando por su mente.

—Kacchan...—Llama, con la voz apagada y casi en un susurro pero sabiendo que es más que suficiente para que el nombrado le escuche—¿Porqué todo terminó así?

Escucha al contrario gruñir pero manteniéndose callado sin responderle. Izuku vuelve a suspirar, recargando su espalda en la silla y cerrando los ojos.

Lo que sucedió le seguía apareciendo ante sus ojos como una película.

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Para cuando se dio cuenta el camino que tomó lo llevó a una cueva, rocosa y oscura de no ser por el resplandor de las mariposas de cristal. Izuku las observaba detenidamente con asombro, perdiéndose en el brillo de una que se le acercaba en un aleteo tembloroso, por un impulso de querer tocarla alza su mano y esta se posa suavemente en sus dedos.

Suspira lentamente mientras ve el insecto abrir y cerrar lentemente sus alas, y tan ensimismado estaba que no se percata de la persona a su lado.

—¿Por qué se reúnen en un lugar así?—Izuku contempla la figura de Todoroki a su lado, el aludido veía a otras dos mariposas que se posaron en su hombro.

Por el brillo del insecto el rostro del contrario brillaba un poco, Izuku recuerda lo bien parecido que es y por inercia su mirada cae en sus labios.

Sus labios son fríos...

Enrogece furiosamente mientras un escalofrío lo recorre de pies a cabeza.

—¡Ahh! ¡No ahora! ¡No ahora!—La mariposa sale volando por los movimimientos bruscos de su anfitrión. Izuku revuelve su cabello e intenta no prestarle atención a la mirada de extrañeza que le daba el contrario—(¿Por qué no lo puedo olvidar?)

—Waahh ¡Son tan hermosas!

—¡Oigan Aizawa sensei había dicho que...!

—¡No se atrevan a robarme mi presa bastardos!

Izuku escuchó las voces de sus dos amigos y por sobre ellas la explosiva de Bakugou, eso lo hace recordar que está en medio de una actividad y por ende le ayuda a recobrar la compostura, aún cuando la mirada de Todoroki aún seguía sobre si lo que lo hacía sentir intranquilo.

—¡C-Creo que hay algo por aquí!—Se apresura a decir de manera atropellada, el par le mira con sorpresa excepto Bakugou que sólo chasquea la lengua.

—Obviamente, si esos bichos fluorocentes vinieron para aca debe ser por algo—Farfulla el rubio.

Izuku pone una mueca cohibida cuando Todoroki avanza a su lado, el aludido vuelve a observar a su alrededor ya ajeno al raro comportamiento de hace un momento de Midoriya, pues ya se hizo la idea del que el aludido es extraño en si y sus razones tendrá, pero ahora debe concentrarse en lo que tiene en frente.

—Midoriya ¿Ves eso?—El aludido respinga un momento ante su llamado.

—¿U-Uh?—Murmura, antes de mirar a la dirección donde apunta el contrario, parpadea aombrado con los ojos brillantes—¡Woah!

—¿Eh? ¿Qué pasa?—Pregunta Uraraka confusa al ver que tanto Todoroki y Midoriya observan un punto fijo en la cueva.

—C-Cielos...

—¿Qué demonios es eso?

Observa ahora tanto a Iida como a Bakugou, ellos también miraba al fondo de la cueva. Con un mohín de frustración camina hasta pararse al lado de Izuku, agudiza la mirada lo mejor que puede. Mira las rocas, tierra húmeda, un gusano verde en una esquina, moho acumulado...

—¡No entiendo! No hay nada allí—Exclama malhumorada llevando las manos a la cadera.

—No Uraraka, no mires abajo...—Izuku se acerca a su lado hasta estar hombro con hombro, y luego alza su dedo índice apuntando—mira arriba.

Uraraka entonces pudo verlo, unos cristales sobresalían de entre las rocas en el techo en los cuales se hallaban el cumulo de mariposas. Eran de un color verde mar brillante, y de ellos goteaba algún tipo de líquido viscoso el cual no llegaba al suelo debido a que los insectos lo absorvían.

—¡Wah!—Exclama maravillada por el brillo y colocándose las manos ahora en las mejillas.

—¡Son cristales dulces!—Empieza Iida ajustando sus lentes los cuales reflejabas parte de la luz—crecen ciertos meses del años y animales e insectos se alimentan del néctar que despiden, UA suele usarlo como componente de pociones.

—¿Entonces las mariposas volaron hasta aq uí para alimentarse?—Pregunta en voz alta Midoriya, por el rabillo del ojo puede ver la expresión un tanto confusa de Todoroki.

—Aún así, ellas no deberían ser capaces de sobrevivir a estas temperaturas. Ya el movimiento de algunas se volvió lento.

Y ante sus palabras, Izuku se percata del aleteo tembloroso de la mayoría de los insectos, incluso algunos luchaban por mantenerse agarrados de las paredes y aún así se resbalaban.

—Ellas no deberían ser capaces de emigrar, el calor las mataría—Termina por decir, Izuku baja la mirada colocando su mano en el mentón.

—Entonces... ¿Cómo llegaron aquí?

Pero antes de que pudieran sumergirse en el asunto una explosión los interrumpe.

—¡¿A quien le importa porque demonios unos bichos están en una estúpida cueva?! ¡Yo sólo necesito tomar uno y ya!—Con una sonrisa bestial Bakugou estira los brazos tratando de atrapar algunos de los insectos.

—¡Ah Kacchan!—Intenta llamar pero entonces se percata de que la única figura femenina empieza a flotar hacia el techo.

—¡Deprisa! ¡Debemos tomar una antes de que el terrorista las espante a todas!—Uraraka aterriza de pie contra el techo y empieza a dar manotazos para atrapar uno de los brillantes insectos.

—Tiene razón.

—¡Tan pronto capturen una deben regresar con Aizawa sensei! ¡¿Entendido?!

—¡Ch-Chicos!—Para cuando se dio cuenta era el único que no hacía nada, el grupo en si estaba haciendo uso de sus magias para atrapar mariposas, las cuales resultaron ser bastantes escurridizas. Con algo deprisa buscó en su cinturón, aunque no sabía que polvillo podría usar para atrapar a un bicho.

Sin embargo se percata de un destello familiar, unos colores azul celeste y magenta. Izuku de nuevo queda absorto, y camina hacia las luces que se divisan al otro lado de la pared rocosa. Al acercarse se sobresalta cuando un pequeño grupito de mariposas le pasa por al lado, de la nada y de improviso, con la curiosidad a flor de pie husmea en el lugar de donde salieron las mariposas.

No había nada.

Sólo encontró una enorme y gran pared rocosa oscura sin ningún rastro de la posible entrada de las mariposas, Izuku arruga el entrecejo sin comprender ni poder crear una conjetura viable. Se acerca y roza con sus dedos el barro, sin encontrar alguna salida ni entender nada.

—¡Atrapé una!

—¡Bravo Uraraka kun!

Escuchó las voces de Uraraka e Iida, Izuku suelta un quejido y una mueca de nerviosismo aparece en su rostro ante el miedo de ser el único que no aproveche de atrapar una mariposa. Pero cuando dio la espalda dispuesto a irse numerosos resplandores le iluminan por detrás.

Pasmado, Izuku apenas puede girar robóticamente a ver.

—¡UWAAAH!

Todoroki había logrado sostener una mariposa entre sus manos, pero el grito de Midoriya hizo que se alterará y el insecto saliera huyendo de sus dedos.

—¡¿Deku kun?!

—¡Lo oí por allá!

Inquieto, Todoroki sigue al par pasando a un lado a Bakugou quien chasquea la lengua mientras en cada dedo de una mano sostenía una agonizante mariposa, ni idea de porque quiere a tantas. El trío encuentra a Izuku sentado en el suelo, con cara de susto e incredulidad.

—¡Deku kun! ¡¿Estás bien?!—Pregunta con evidente preocupación la chica, mientras se paraba junto al peli verde y lo ayudaba a ponerse de pie.

—¡E-Eso!—Murmura agitado apuntando a la pared, el resto no ve absolutamente nada.

—¿Qué pasó Midoriya kun? ¿Te golpeaste la cabeza?—Iida le examine con la vista pero Izuku niega efusivamente con la cabeza para volver a apuntar a la pared.

—¡Miren! ¡Ahora!

Los rostros de los presentes son tenuemente alumbrados por numerosas luces. Un brisa invernal les dio de lleno en la piel, en la pared aparecen una especie de pequeños agujeros en donde en la orilla brilla un escarchado de tonos azules y morados, lo poco que mostraba el hollo era un ambiente de invierno blanco en donde incluso se colaban copos de nieve. De repente unas mariposas salen por los sitios.

—¡¿Q-Qué es eso?!—Exclama Uraraka llevándose las manos a la cabeza estupefacta. La quijada de Iida casi podría caer al piso.

—¡N-No tengo idea!

—E-Es por allí de donde salen las mariposas de cristal—Agrega Izuku, y conforme hablaba los huecos aparecían y desaparecían a lo largo de la pared.

Todoroki contempla como tres mariposas pasan revoloteando encima de ellos y se adentraban en uno de los agujeros que apareció en la pared, y ahí lo comprende.

—Ellas se alimentan en este sitio y cuando ya están satisfechas regresan atravez de eso—Concluye, notando como Izuku asiente estando de acuerdo. Le mira por un momento, el contrario empieza a sonreír maravillado, sus ojos verdes empezaba a brillar y no precisamente por las luces del sitio.

—Es... asombroso... como un portal...—Agrega, y avanza unos pasos acercandose a esos huecos que mostraban un invierno blanco para la sorpresa de los presentes.

—¡Midoriya kun, ten cuidado podría ser peligroso!

La voz de Iida ya la escuchaba muy lejana. Izuku se fijó en la oriya de uno de esos agujeros brillaba familiarmente, parecía polvillo, pero antes de que pudiera verlos detenidamente estos desaparecían.

—Si pudiera estar más cerca...—Murmuró de forma distante, y como si hubiera sido escuchado uno hueco apareció justo frente a él. Escuchó unos jadeos de sorpresa a sus espaldas, pero Izuku sólo podía sonreír determinado.

Lo que veía en el agujero era una especie de caverna de hielo, el frío le abrazaba el rostro hasta ponerle la piel de gallina. Podía ver el azul y el blanco unirse, el impulso le domina y alza su mano para atravesar ese hoyo.

Lo único que lo saca de su hipnosis es el amenazador sonido de un gruñido. Izuku logra alejar el brazo del agujero antes de que unos enormes colmillos se le perforaran. El animal que ve es un tigre blanco, con una especie de gema azul en su frente y sus ojos eran verdes enrabietados, y era enorme, sólo podía ver su cabeza pero Izuku creía que podía serle rival a un oso.

Izuku retrocede unos pasos con susto, el animal se queda estático mirándolo, gruñendo. Puede ver en sus ojos lo que hará, atacarlo. La bestia retrocede unos pasos, la distancia lo ayuda contemplarlo mejor, sus garras son blancas como perlas y filosas como el cuchillo que usa su madre para cortar los vegetales. El tigre sale disparado hacia él, se le acercó tan rápido con la mandíbula abierta que pudo ver hasta el último de sus dientes.

Pero unos brazos en su cintura impidieron el cometido del animal.

El tigre se resbaló hasta chocar contra la pared del frente, mientras que Izuku calló al suelo entre las piernas de Todoroki.

—¡G-Gracias!—Logra decir por mero reflejo girando al ver al contrario, quien mantenía la mirada en el animal.

—No es momento de agradecer, vamos levántate—Lo levanta tosca y apresuradamente, Iida y Uraraka se habían echado a un lado evadiendo el ataque.

El animal se reincorpora rápidamente pese al golpe contra la pared, y ensancha su cuerpo luciendo más amenazador.

Uraraka toca unas piedras cercanas mientras los pies de Iida brillaban.

—Debemos irnos—Agrega el de lentes para que lo escucharan los demás.

—Dudo que el tigre nos deje—Responde Todoroki mientras empieza a acumularse hielo en su mano derecha. A espaldas suyas Izuku empieza a tantear buscando sus polvillos.

—¡Nos va devorar!—Agrega la chica, para luego ser la primera en atacar al lanzar velozmente las piedras que previamente había tocado.

El tigre las evade, y da un salto escapando del hielo que Todoroki había arrojado. Izuku no puede evitar admirar al animal cuando incluso escapó de Iida, rompe una capsula de polvillo anaranjado y mueve la tierra bajo el animal, logra hacer que tambalee sin embargo se sorbresalta cuando éste salta a una dirección.

—¡Uraraka corre!—Llama cuando ve que la chica ser el objetivo del tigre.

Junta sus manos en un resplandor rozado, si podía hacerse flotar podría esquivarlo pero para cuando se da cuenta el tigre está a centímetros de ella.

(¡No lo lograré!)—Piensa aterrada cerrando los ojos ante el inminente golpe. Tras unos segundos no siente nada, pero le llega el olor a pólvora a la nariz.

—Valla... encontré un ingrediente un millón de veces mejor que una estúpida mariposa—Al abrir los ojos se encuentra con la sonrisa endiablada de Bakugou quien cayó del techo y de alguna forma pudo mantener al animal contra el suelo—se me ocurre crear una espada con esos dientes que tienes.

El animal gruñe y se revuelca en su sitio.

—¡Kacchan cuidado! ¡Es demasiado grande y violento!—Le advierte Midoriya corriendo hacia él pero el nombrado sólo bufa ignorándolo.

Cuando se encontraba cerca el animal ruge grave, y su rugido arroja una ola violenta que empuja hacia atrás a Bakugou, la vibración es tanto que hace temblar el suelo y caer a los presentes. Desde el suelo Izuku pudo distinguir un portal más grande que los demás, el cual llevaba a un sitio distinto dentro del ambiente invernal, no era una caverna sino una especie de jardín con plantas de hielo.

—¡El tigre es el que abre los portales!—Exclama deslumbrado.

El tigre se reincorpora, sacude su cabeza y sale corriendo para de un salto atravesar el portal.

—¡Oye no huyas bastardo!—Grita Bakugou mientras que para el temor de Izuku se reincorpora y persigue al animal.

—¡Alto Kaccha! ¡No vallas!—Si Bakugou cruza el protal y este se cierra no habrá forma de buscarlo, eso era lo que impulsó su cuerpo a perseguirlo e intentar detenerlo.

En esa pequeña transición, Izuku pudo divisar por sobre el hombro del rubio y cuando el tigre se hizo a un lado, a una extraña flor. Un tulipán completamente de hielo, este brilló desde su tallo hasta los pétalos, y expulsó una especie de escarcha brillante celeste.

Iba a dar directo a Bakugou y a él, de no ser porque un empujón apartó al rubio y una fría mano apretó el brazo de Izuku.

—¡Bakugou kun!

—¡Midoriya!

Uraraka usó su magia para flotar y tomó impulso en la pared, con los brazos extendidos empujó con todas sus fuerzas el hombro del rubio quien se dio cuenta demasiado tarde. Midoriya, por su parte, pudo divisarlo con anterioridad por el costado y el frío en su piel se lo advirtió, más sin embargo no pudo hacer nada cuando Todoroki tomó con fuerza su brazo y lo arrojó a un lado. En el aire, pudo ver a Iida correr hacia el par que iba a recibir por completo lo que sea que fuera esa escarcha.

El rubio rodó en el suelo e Izuku chocó directamente contra una pared, a tiempo en que el portal desaparecía. Adolorido abrió los ojos, y observó los resquicios de ese polvo celeste evaporándose en el aire y luego a sus amigos inconscientes en el suelo. Iida tenía bajo sus brazos a Uraraka y a Todoroki, como resultado de haber intentado protegerlos.

—¡Chicos!—Grita asustado llamando la atención del rubio, ignorando el dolor se pone de pie y corre hacia el trío—¡¿Están bien?! ¡¿Pueden oírme?!—repite buscando alguna respuesta.

Bakugou se agachó a un lado de Uraraka sin tocarla ni decir nada, no distingue muy bien si esa mueca que estaba en su rostro era rabia, frustración o algo más...

—¡Oigan! ¡Iida kun! ¡Uraraka san! ¡Todoroki kun reacciona!—Sin quererlo unas lágrimas se le acumulan en los ojos en una mezcla de preocupación e impotencia. La idea de cargarlos estaba cruzando su mente cuando vio los primeros movimientos.

Escucha unos quejidos de Iida mientras Uraraka se reincorpora de rodillas.

—¿Eh? Oigan ¿Qué pasó?—Dice la chica, mientras desorientada voltea a todos lados pese a la mirada fija de Bakugou sobre ella.

—¿E-Estan todos bien?—Llama Iida adolorido por el impacto.

Dos bien, es un alivio pero...

Izuku traga grueso mientras intenta tocar los hombros de Todoroki, sus manos le tiemblan qué patético.

—¿Todoroki kun?—Llama mientras lo mueve levemente, siente como un peso se le quita de encima al tiempo en que lo ve moverse y arrodillarse lentamente. Cuando ve al contrario sobar su cabeza con un gesto de dolor en su faceta suelta el aire de sus pulmones, los tres están bien—Qué bien...—el de heterocromía le mira, las lágrimas que se habían estado acumulando se desbordan y torpemente las limpia con una sonrisa—de verdad me había asustado... estoy tan feliz... pero realmente lo siento...—el lamento le salió agongojado.

Todoroki le da una mirada inconforme, sin embargo cuando se dio cuenta una mano fría se posó en su mejilla. Izuku le mira fijamente con algo de sorpresa mientras que con un roce suave limpia la última lágrima que caía, Todoroki le ve y abre la boca queriendo decir algo.

—¿Eh? ¿Qué dijiste?—Dijo Izuku, el contrario se sorprende y vuelve a mover los labios.

Pero no emite ni un atisbo de sonido de su boca.

La mano fría se retira de su mejilla y el desosiego invade el pecho de Izuku cuando ve como Todoroki toma su garganta perturbado.

—¿T-Todoroki kun?

—¡¿Deku kun estás llorando?!—Uraraka no dejaba de mover la cabeza intentado encontrar algo que Bakugou no entendía. La chica empezó a extender los brazos como tanteando su alrededor, y cuando tocó el pecho del rubio en seguida le tomó de los hombros—¡No llores! ¡Todos estamos bien! ¡¿Sí?! ¡No quiero que te sientas culpable de nada!

—¡Deja de jugar cara redonda! No soy el estúpido nerd—Farfulla con una mueca de enojo, sin embargo ésta se borró en seguida tan pronto se fijó en los ojos de la muchacha.

Oscuros y opacos.

—¡Cielos que no me llames así! A todas estas ¿Cómo es que pueden ver con toda esta oscuridad?

—.....Deku llama al sensei—Ordena en voz grave paralizando al nombrado.

Izuku voltea verlo con el rostro ensombrecido, es la primera vez que ve en la expresión de su amigo de la infancia una emoción tan baja como el temor, los ojos carmesí lo mostraban totalmente. Volteó a ver a la chica con el mismo miedo e intentando negar la realidad.

—¿U-Uraraka san?—Llama con voz temblorosa, la nombrada gira a todos lados confusa.

—¿Deku kun dónde estás?

Para ambos fue como si un valde de agua fría les cayera encima.

—Deku, ahora—Vuelve a llamar Bakugou haciéndolo reaccionar, Izuku hurga en sus bolsillos buscando el celular, intentando no ver como Todoroki tenía la cabeza gacha moviendo los labios tratando de sacar los sonidos que no salían.

—¡Oigan!—Ambos se sobresaltan, Izuku y Katsuki observan la expresión alarmada y algo atemorizada de Iida—¡Los veo hablar pero no los oigo! ¡Hablen más alto!

Iida hablaba muy alto, casi gritando, como intentando oir su propia voz.

—N-No, I-Iida kun...—Intenta decir con los ojos llorosos y amenazando con romper en llanto, pero Bakugou con un violento grito.

—¡Maldición nerd! ¡Llama al maldito sensei como te dije!

Respinga, y tembloroso saca el aparato móvil. Los ojos de Izuku se aguan mientras marca los números y Bakugou baja la mirada.

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Izuku despierta cuando escucha la puerta abrir, se pone de pie en seguida cuando ve a Recovery girl saliendo, a diferencia de Bakugou que sólo la mira fijamente. La anciana los ve, pese a que los mandó a que fueran a sus casa esos dos se quedaron hasta el anochecer, y aún si les dice que no ellos insistirán hasta el infinito por saber el estado de esos jóvenes.

La mujer suspira con cansancio.

—Esto no les gustará...

Continuará...

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