Intro: Good Enough
Capítulo 01
En el momento en el que abrió sus ojos los pocos rayos de la luna que atravesaban las ramas y hojas de los árboles del lugar dieron contra él. Apenas logrando ver la silueta brillante de la luna oculta en lo más alto del cielo.
Solo podía sentir paz en ese momento, parecía que se encontraba sin preocupaciones o culpas. Cerró los ojos lentamente esperando poder dormir tan solo un poco, los sonidos del lugar se mezclaban logrando crear una melodía; la fresca brisa empujaba las hojas y movía la poca maleza del lugar, además el sonido de los grillos se hacía cada vez más presentes.
¿Qué hacía ahí? No lo sabía. No le importaba en donde estaba, solo sabía que había dejado de sentir un gran peso en sus hombros.
Peso del cual no tenía recuerdo alguno, solo se sentía aliviado. Abrió los ojos para volver a admirar la luna oculta, deseaba poder admirarla bien, sus mechones de cabello se movían por la compañía de la brisa.
Se escuchó un ligero suspiro y cerró los ojos de nuevo.
De repente, el miedo lo invadió por completo, su pecho empezó a doler a tal punto que respirar le costaba. En un abrir y cerrar de ojos los suaves y relajantes sonidos se tornan pesados, el canto de los grillos parecían gritos que sonaban a distancia, el viento parecía que se había hecho más violento, ya que las ramas de los árboles se empezaban a chocar entre sí. A la distancia miles de pájaros emprendieron su vuelo acompañado de su trinar generando una nube que cubría la luna por completo.
Su mente solo tenía algo en claro.
¡Huye!
A pesar de no saber qué pasaba, asustado solamente abrió sus ojos, se levantó casi a tropiezos y salió corriendo; huyendo de la oscuridad que lo rodeaba; del miedo que le provocaba.
La oscuridad del bosque solo le hacía más difícil huir, podría chocar contra algún árbol o tropezar con alguna piedra o las raíces de los árboles. Sin importarle eso, simplemente corrió.
De un momento a otro, su respiración empezó a fallar, parecía que sus pulmones se ahogaban con cada paso que daba, además los latidos de su corazón se empezaban a hacer cada vez más violentos.
Realmente, no tenía la menor idea de porque una diminuta voz en su cabeza le advertía de quién sabe qué, pero eso lo suficiente aterrador para ponerle todos los pelos en punta. Al mismo tiempo, se sentía observado por cada rincón del bosque, desde los inmensos árboles, que sin la presencia de la luz tenían un aspecto espeluznante, hasta los miles de ojos que se asomaban desde los arbustos del lugar.
Justo en el momento, en el que esa voz en su cabeza empezaba a crecer, a tal punto de que el miedo se apoderó de él, no se dio cuenta y terminó cayendo, por lo que parecía ser una gran empinada, ya que terminó rondando hasta que chocó con las inmensas raíces de un árbol.
El golpe fue lo suficientemente fuerte para que no se quisiera levantar, cuando quiso ver más a su alrededor no pudo observar nada, ahora la luz de la luna, que antes era clara, se había vuelto roja.
Su respiración se hizo cada vez más agitada, sin saber en qué pensar solo pudo quedarse ahí en el suelo, cerrar los ojos tal vez en cuando los abriera la oscuridad del bosque no lo asustaría. Asimismo, los excesivos ruidos del lugar le atormentaban cada segundo que pasaba, desesperado tapó sus oídos.
Lo único que podía escuchar en ese momento era su respiración agitada, los latidos de su corazón que parecía más veloz que un tractor.
Fue un error pensar que estaba solo en ese lugar, pues logró escuchar algunas ramas y hojas siendo aplastadas por una suela ajena, donde cada caminar sobre la superficie le causaba un eco y un tintineo en la cabeza. Con miedo abrió los ojos, sintiendo como sus ojos se movían en todas direcciones buscando al causante de sus males, sin tener éxito alguno, ya que juraría que ese sonido provenía de todas partes.
En un instante, una vaga sensación llegó a su ser, helando sus huesos y succionando su ser. Empezó a sentir un dolor interminable en su torso y extremidades y sin poder moverse se limitó a soltar quejidos lastimeros, con la esperanza de que el ente que le acechaba no le encontrase.
Cerró finalmente sus ojos, repitiendo una y otra vez "Ya pasará", simplemente intentando creer en sus palabras.
Sin ser consciente, de que entre los inmensos árboles empezó a salir un hombre entre las sombras, poco a poco fue iluminado por la luz que se colaba. Sus pasos fueron siendo pausados, como si tratase de no asustar al joven tumbado en el piso.
Se posicionó a dos pasos de distancia y con calma se fue inclinando hasta quedar en cuclillas.
Luego, una voz serena se escuchó – Me parece estás teniendo un ataque. Es un instinto que tu cabeza hace para intentar protegerse de una amenaza de la cual tu cuerpo ya desistió. El instinto de supervivencia aún está activo en ti. Te dijo que huyeras.
El joven abrió sus ojos ante la voz ajena, logrando visualizar a un hombre apoyando su mentón con su mano derecha, el cual lo observaba con unos grandes ojos oscuros los cuales contrastan perfectamente con la oscuridad del bosque, además sus labios formaban una sonrisa tierna; las comisuras de sus labios eran similares a las de un gato. Lo que más destacaba en toda la oscuridad era el color de su cabello rojo carmín. Además, portaba un traje color negro logrando darle un porte elegante.
– ¿Sabes dónde estás? – preguntó el desconocido.
Tratando de asimilar las palabras del individuo y al no detectarlo como una amenaza, solo pudo negar con dificultad.
– Creo que aún mantienes los efectos de un corazón latente, incluso aún puedes escuchar y sentir tus últimos momentos, pero te aseguro que no hay ni un alma a kilómetros, así que nadie te hará daño – dijo soltando una gentil risa – Creo que he sido un poco grosero, permíteme ayudarte con ese problema.
El desconocido alzó su mano izquierda chasqueando los dedos, el sonido que produjo sonó por casi todo el lugar, en ese instante todos los aterradores ruidos del bosque del terror se esfumaron en cuestión de segundos. Fue solo en ese momento en el que la paz volvió a apoderarse de él. No existía nada, eran solo él y los tranquilizantes sonidos del bosque.
– Creo que ya estás más tranquilo – volvió a hablar el hombre.
¿Pero qué demonios estaba diciendo? ¿Algo de lo que decía tenía sentido alguno?
Sin entender nada todavía, solo pudo ver al desconocido sin pronunciar palabra alguna, aún así quisiera hablar no era posible, debido a que todas sus palabras se habían atascado en su garganta negándose a salir por miedo.
– ¿Cómo te llamas? – preguntó el hombre sin dejar de sonreír.
En el momento en el que el desconocido hizo esa simple pregunta, su mente se nubló por completo, preguntando cada vez sin recibir respuesta alguna.
¿Nombre? ¿Nombre? ¡¿Nombre?! ¿Cómo me llamo? ¿Cómo me llamo? ¡¿Cómo me llamo?!
Era como si sus preguntas se perdieran entre la oscuridad y la niebla de su mente, como si la respuesta huyera de lo que lo obligó a huir en primer lugar.
Sin saber que hacer solo pudo alzar la vista y ver al hombre directo a los ojos, sus ojos no tenían color alguno o reflejaban algo, solo eran más oscuros que el bosque que lo rodeaba, pero de cierta forma tranquilizadores, verlos era como perderse en el vacío, vacío donde no había ruido o dolor.
– No lo sé – contestó después de un tiempo.
– Esto será más difícil de lo que creí – murmuró el hombre, luego volvió a dirigirse con una sonrisa – Mucho gusto soy Cuervo, me puedes llamar como quieras, en este momento tengo el trabajo de recogerte y llevarte al más allá, donde tu alma descansará hasta que esté lista para reencarnar.
Sin poder entender alguna de las palabras que salían de la boca del hombre, solamente lo miró todavía más confundido – ¿Almas? ¿Recoger? ¿Más allá? – murmuró para sí mismo.
– Sí, es algo difícil de asimilar, así que tomate tu tiempo – contestó Cuervo –
– ¿Estoy muerto? – volvió a preguntar, pero rápido, también sintió su corazón latir más desesperado que antes, aunque él le dijera que ya no había uno ahí era aterrador escucharlo moverse dentro de su cuerpo tan nervioso.
– Lamentablemente, sí – contestó lentamente.
Su rostro se deformó por el miedo y desesperado solo pudo gritar – ¿¡Cómo qué estoy muerto?! ¡Eso no es posible, estoy sintiendo dolor! ¡Estoy vivo! – pero, de un momento a otro, de su rostro aterrado solo empezó a caer lágrima tras lágrima al suelo.
– En estos momentos, tu cuerpo y corazón están experimentando, como ya lo mencioné, sus últimos minutos o segundos latentes, eso significa que sientes dolor, pero no hay dolor ahí, es solamente un dolor fantasma. Ya no eres capaz de sentir – la voz de Cuervo se hizo cada vez más presente en el lugar, a pesar de ser una voz bastante tranquila era todo lo que se escuchaba en todo el bosque.
– ¡No puede ser posible! ¡Si ayer...! – pero antes de que pudiera terminar esa oración su mente se tornó en blanco, así que incapaz de siquiera seguir hablando solo empezaron más lágrimas.
– No creo que seas capaz de recordar qué fue lo que hiciste ayer – Cuervo contestó – Sospecho que cuando estabas vivo te golpearon constantemente la cabeza, eso puede explicar la pérdida de memoria. En pocas palabras, te secuestraron, torturaron y dejaron tu cuerpo sin vida en las profundidades de este bosque. Pero eso es incierto, necesito ver tu cuerpo para que mis palabras sean verdad.
Cada palabra que salía de su boca solo eran desgarradoras, era como si fuese apuñalado con un arma, ya que podía sentir cada parte de cuerpo arder como el mismo infierno, a su cabeza zumbar, sus pulmones ahogarse como si el aire dejará de existir y, por alguna extraña razón, con ganas de vomitar.
La brisa del bosque empezó a mover las ramas de los árboles, así que la luna no tardó en iluminarlos.
– ¡¿Cuerpo?! – dijo mientras que dificultad se apoyaba con sus manos en el suelo para siquiera estar sentado.
– Correcto, todas las almas cuando despiertan lo hacen junto a su cuerpo, suponiendo que estamos casi al pie de la montaña solo me deja en claro que hay que subir – dijo mientras apoyaba sus manos sobre sus rodillas y se levantaba, luego extendió su mano.
– ¡Estás loco! – le gritó, golpeando la mano que el Cuervo le ofreció – ¡Tal vez no tengo recuerdos, pero sé reconocer una estafa! ¡Imbécil!
– ¿Imbécil? – con su misma voz calmada soltó al aire – El único imbécil aquí eres tú al no querer aceptar tu realidad. No eres la primera ni la última alma en no creer en mis palabras.
– ¡¿Qué crea en ti?! Ni quisiera te conozco ¿Cómo se supone que confié en alguien que salió de la nada?
– Pero detuve tu dolor, ¿no? No hay nadie en el mundo que pueda hacer eso con un simple chasquido. No pido que confíes en mí, sino en tu alrededor.
Actualmente, viendo la situación en la que se encontraba, sí, ciertamente, Cuervo tenía toda la razón, debido a que despertó de la nana sin recuerdo alguno y que, además, detuvo su dolor con un simple chasquido.
– ¿Quién mierda eres? – intentó calmarse, pero las lágrimas seguían saliendo sin importar que.
– Soy todo y al mismo tiempo nada. Y tu destino es la nada, pero permíteme ayudarte para que encuentres la luz en ese nada – dijo volviendo a extenderle su mano.
El joven dudoso solo pudo confiar en sus palabras, con la esperanza de despertar pronto de esa pesadilla.
Cuervo había hecho desaparecer su dolor, pero aun conservaba una inquietud en lo más profundo de su corazón. Esa espina era menos dolorosa, pero era algo que no podía ignorar, como si estuviera olvidando algo importante.
¿Realmente estaba bien confiar en el desconocido?
Si lo que le decía era cierto, tal vez le le ayudaría a deshacerse de ese dolor que no salía de él.
No le quedaba de otra, así que solo pudo tomar la mano del Cuervo, el cual soltó una pequeña risa apenas audible; hasta el viento se la podía robar. Poco después, Cuervo lo ayudó a levantarse.
– Ya que has aceptado, subamos la montaña.
Ambos empezaron a caminar, Cuervo liderando, sus pasos eran pausados y, además, el tacón de sus zapatos, por alguna extraña razón sonaban por casi todo el lugar, mientras que el alma lo seguía a pocas pasos de distancia, pero a diferencia del Cuervo, él iba sin calzado alguno, sus pies estaban llenos de lodo y algunas hojas.
Pasó el tiempo, pero ahí estaban, delante del lugar donde despertó el alma, a pesar del largo y empinado camino, finalmente estaban ahí.
– Seré el único que se acerque, quédate aquí hasta que te llame – luego empezó a buscar el cuerpo o algún indicio que le ayudará con su búsqueda.
Pasaron los minutos, los cuales estuvo observando cada rincón del lugar, tal vez buscando alguna clase de deformidad en la tierra o alguna zona que no tuviera pasto, minuto tras minutos hasta que noto un bulto de tierra un tanto sospechosa. Se fue acercando, luego se agachó con cuidado para no manchar su traje y empezó a retirar la tierra encontrando una maleta azul marino mal enterrada, como si se hubiera hecho a prisa la tarea, pero estaba tan mal enterrada, que con un simple jalón saldría por completo de la tierra, hasta podía jurar que habían hecho un hoyo ridículamente pequeño al cual solo le tiraron tierra para intentar disimular que había una maleta enterrada.
De reojo observó al joven que aún mantenía su distancia, por lo cual se quedó más tranquilo, poco a poco fue sacando el objeto hasta desenterrarlo por completo. Cuando la tuvo en sus manos pudo notar que la maleta estaba llena de tierra mezclada con sangre seca y tenía algunas larvas presentes.
Frunció el ceño y pasó saliva un tanto asqueado, debido a que la maleta se encontraba casi por completo teñida de rojo, sumando el hedor que emanaba y las larvas y moscas que empezaron a moverse gracias al movimiento repentino. Con su mano derecha apretó su nariz y con la izquierda se dio a la tarea de espantar cualquier mosca que empezara su vuelo cerca de él.
De repente, un nuevo chasquido resonó por todo el lugar, llamando la atención del alma, el cual solo pudo observar como por arte de magia aparecieron unos guantes de plástico sobre las manos y un cubrebocas puesto en el rostro de Cuervo. También pudo observar como se quitaba el saco, y como lo dejaba con delicadeza en un lugar lejos de la escena, dejando a la vista un chaleco negro con líneas verticales rojas, poco después se arremangó las mangas de su camisa negra y se volvió a inclinar para hacer quién sabe qué.
Cuando estuvo lo suficientemente preparado tomó el cierre y con delicadeza empezó a abrir la maleta, pero cada vez que el cierre se abría más y más un líquido viscoso se empezaba a derramar acompañado de sangre, los fluidos eran como toboganes acuáticos para las larvas y escarabajos los cuales también empezaron a salir.
Puede que los años de experiencia le hayan enseñado varias cosas, pero jamás pudo superar el olor de un cuerpo en putrefacción.
Dentro de esta se encontraban los restos en descomposición del alma, siendo destacable como la piel se había desprendido de varios puntos, revelando la superficie blanca del hueso, este tenía un aspecto manchado de un marrón oscuro. También pudo notar que se intentó que todo el cuerpo entrará en la maleta, debido a que todo estaba exageradamente descuartizado, es decir, miembros cortados en más de una fracción.
Tristemente, Cuervo, aunque asqueado, tuvo que meter las manos para examinar más a profundidad. Cada tacto que daba podía sentir la rugosidad y la porosidad de los huesos. Incluso se detuvo a inspeccionar el corte de cada hueso que tocaba.
Siguió buscando y buscando, hasta que dio con una textura diferente a todas las demás, se sentía viscosa, pesada y parecía que se resbalaba de sus manos, así que curioso jaló con fuerza, pero se quedó sin reacción alguna cuando sacó la cabeza de la víctima de entre la carne y huesos.
Sosteniéndola de los cabellos con fuerza, juraba que sus uñas se enterraban en lo más profundo de la piel apunto de tocar el cráneo. La melena mojada y ensangrentada parecía una masa oscura y pesada, como un peso que arrastraba su cabeza hacía abajo.
El alma atenta a cada acción que realizaba, solo pudo observar como Cuervo seguramente aguantaba las ganas de vomitar, regresando la cabeza a la maleta escuchando un ligero carraspeo y luego un suspiro pesado.
El alma un tanto asqueada ante la su pequeña vista de la cabeza con el rostro hinchado y de tonalidades azules, sumando los coágulos de sangre y partes de piel que caían de. Solo pudo sentir unas enormes ganas de vomitar, así que lo único que pudo hacer fue darse la vuelta y buscar algún árbol cercano donde apoyarse, pero por más que necesitaba no salió nada, solo era la sensación de lo que seguramente fue su cuerpo con vida.
Cuando regresó la vista al Recolector, solamente vio como sostenía un trozo de carne aún con hueso. Cuervo solo se empezó a acercar y cuando estuvo frente a él, solamente dijo: – He confirmado el estado del cuerpo, efectivamente, se trata de ti.
– ¿Cómo sé que no es parte de tu estafa? Fácilmente, puedes montar tu teatro y hacerme creer lo que tú quieras – cuestionó el alma.
– Puedes creerme o no, pero mi trabajo está muy lejos de ser una estafa y, si lo fuera, ¿qué se supone que ganaría? Al igual que tú, soy solamente un alma que vaga buscando ayudar a que no haya almas corrompidas. No tengo ni una vida o una meta en la cual gastar dinero de una supuesta estafa – su voz era firme y su mirada sobre él aún más.
Pero como respuesta, solo obtuvo un ceño fruncido del joven.
– A juzgar por el estado de cuerpo y los miles de cortes que tiene, me da la impresión que fue cortado con un hacha; el azul de los labios y nariz es indicio de hipotermia y los finos cortes del torso da indicios a unas quince puñaladas; todas en puntos críticos. Sumando el tatuaje que presenta uno de los pedazos de carne, que viéndote fijamente, es tuyo – luego de que terminó de hablar, con un ligero movimiento le lanzó el pedazo de carne que sostenía.
Desconcertado, solo pudo ver el ese pedazo ensangrentado de sangre sobre sus manos asqueado, así que enojado le reclamó al Cuervo – ¡Pero que demonios! ¿Qué te pasa? ¿Por qué me das esto?
– Si te das cuenta, ese trozo tiene un tatuaje, es el mismo que tienes cerca del tobillo derecho ¿En serio crees que sigue siendo una estafa? Ningún estafador se tomaría el tiempo de saber hasta donde tienes un tatuaje o un lunar, por tan poco.
Solo bajó su vista a su propio pie, dándose cuenta de que, efectivamente, tenía la misma mancha que el trozo de carne. Se trataba de unas las de ángel, que parecían abrirse a pleno vuelo, acompañadas de cinco letras en medio de estás, cuyo significado desconocía.
– Está bien si sigues sin querer creer, puedes seguir creyendo que nada de esto es real, que no soy real y que no estás muerto – Cuervo sonrió ante sus palabras.
De un momento a otro, pisadas se empezaron a escuchar en la soledad del bosque, era claro que ya no estaban solos, ya que se lograban escuchar risas no muy lejos.
– Pero siempre puedes creerles a ellas, ¿no? – dijo mientras le quitaba el pesado de carne tatuada – Pero hasta donde tengo entendido, los vivos no son capaces de ver la nada – finalizó volviendo a sonreír.
Cuando iba a reclamar, un nuevo chasquido se hizo presente en el lugar, el alma volvió a centrar su atención en el Recolector, el cual juraría que se notaba más vivo que antes. Tal vez era el color canela en su piel o el nuevo brillo en sus ojos.
El nuevo Cuervo se acercó a la maleta depositando la carne junto a la cabeza, dejándola abierta, como si tratase de que la encontrasen. Luego, con otro chasquido sus ojos perdieron el brillo y su piel se tornó igual de pálida que antes, Y sin decir más caminó en silencio a la oscuridad del bosque.
El alma solo observó como se alejaba y sin perder el tiempo se fue acercando a los exploradores de la montaña. Aun podía escuchar las risas amenas y la plática que llevaban con la esperanza de que no lo dejarán atrás, solo corrió tras ellas.
...
– Cuando me propusiste salir a caminar, nunca creí que sería subir una montaña empinada – dijo una joven jadeante, mientras sostenía un árbol cercano a descansar.
– Te hace falta un poco más de condición física, Dahyun. Incluso el profesor de deportes opina que eres pésima – se escuchó la voz de otra joven – A demás, la noche esta linda hoy, quiero llegar a un buen punto donde observar las estrellas, para eso traje mi telescopio y, si mal no recuerdo, no escuché quejas cuando te comenté a donde iba – dijo Sana.
– Lo sé, lo sé. Pero no podía dejar que te adentraras sola en el bosque. Aunque el pueblo es seguro, nunca se sabe. Sabiendo que querías subir tanto le hubiera dicho a Seonghwa que nos acompañara.
– ¿Seonghwa? ¿Él qué haría aquí? Yo sola puedo cargar mi telescopio – dijo mientras abrazaba la caja de su telescopio
– Se que te rompió uno hace 4 años, pero ¡Ya han pasado 4 años, ya perdónalo de una vez! – Dahyun habló mientras reía, contagiando a Sana en el proceso.
Cuando el alma las logró ver a la distancia solo se alegró, ya que se alegraba de ver a otra persona que no sea el tonto del Cuervo. Contento corrió hacia ellas, mientras alzaba uno de sus brazos para llamar su atención – ¡Oigan! ¡Por aquí!
Las chicas sin notar la presencia de la nada siguieron su camino cuesta arriba, seguían hablando y riéndose de quien sabe que.
Cuando las logró alcanzar, se puso delante de ellas, así que enojado solo dijo; – No me ignoren, solo quiero saber como bajar de la montaña – pero de repente, la chica que cargaba la caja del telescopio atravesó su cuerpo, como si no existiera, como si fuera neblina.
Confundido corrió tras ellas, nuevamente, tratando de tomar el hombro de alguna, pero en el preciso momento en el que lo hizo su mano intentó tocarla, esta simplemente la atravesó por completo. Asustado, se puso delante de ellas dos mientras gritaba desesperado, pero ellas no lo lograban ver ni escuchar.
Tal vez el odioso cuervo tenía razón.
Las chicas continuaron su camino, sin saber de la presencia del alma.
El joven se quedó en ese lugar tratando de asimilar la situación, buscando lógica alguna, pero por más que pensaba, nada llegaba a su cabeza.
Sus pensamientos y preocupaciones se vieron interrumpidos por un grito que provenía de lo más alto de la montaña. Sin pensarlo corrió en busca de las chicas. Cuando las logró encontrar, ambas estaban en la escena del crimen, mientras observaban la maleta abierta.
La chica que cargaba la caja estaba apoyada con sus rodillas en el piso, mientras en desgarrador llanto salía de su ser, frente a ella se encontraba su telescopio completamente roto, debido al impacto contra el suelo. Su compañera la sostenía de hombro con una de sus manos, mientras que con la otra sostenía su celular contra su oreja.
– Tranquila, tranquila ¡Ya le llamé a Seonghwa, vendrá por nosotras en la camioneta de su familia! – Dahyun dijo asustada, tratando de no llorar – Ya viene.
Sana trataba de estar más tranquila, intentó ponerse de pie con la ayuda de su amiga y alejándose de la maleta. Ambas caminaron a unas rocas cercanas para poder calmarse un poco, siendo Dahyun la más tranquila volvió a tomar su celular y marcó a un número, al poco tiempo su voz asustada se escuchó – Me encuentro a unos metros más arriba del mirador de estrellas de la montaña Gull, vengo con una amiga...¡Hay un cuerpo aquí! – dijo al borde de las lágrimas – nos alejamos un poco, pero estamos asustadas, mi amiga creo que necesitará atención médica ¡Se que es tarde, pero ¿podrían mandar a alguien, por favor!?
Sólo recibió algunas instrucciones y colgó la llamada, lo único que podía hacer era abrazar a Sana, la cual seguía en estado de shock mientras lloraba.
– ¿Dónde estás Seonghwa? – soltó entre lágrimas.
Notas de las autoras:
Tahet: Este es uno de los proyectos que llevan en proceso desde hace más de tres años, que apenas se haya terminado por completo de desarrollar es algo emocionante. Esperamos que le tomen cariño a esta pequeña historia, como nostras le tenemos.
Portada provisional.
Moon_Gu: Esta historia ha pasado por tantas correcciones, incluso cambiaron de protagonistas a lo largo de estos años, pero de igual forma espero que les guste.
¿Tendrán alguna idea de quien es el Cuervo?
Moon_Gu & Tahet_Da
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